137. Arrebato
Heero lo había visto sin polera o cambiándose el uniforme por partes, pero nunca completamente desnudo.
Mientras Duo se alejaba en dirección al baño, como si tuviese alguna clase de campo magnético, sus ojos se dirigieron contra su voluntad directamente a su cuerpo. A su bien formado trasero, a esos muslos llenos y se forzó a quitar la vista. Esos asuntos irrelevantes eran para personas que no tenían responsabilidades tan grandes como la suya.
Repentinamente lo odió por desenfocarlo de su misión. Le habían enseñado que era todo lo que debía tener en mente y este terreno nuevo no estaba en esos planes. Era lo que se esperaría de cualquiera de los estudiantes de esa escuela, no de un soldado entrenado.
Se puso de pie y arrancó las sábanas con fuerza, las que lanzó a la basura sobre la ropa desechada por Duo. Por supuesto, sobresalían de forma visible en el pequeño contenedor. Entonces se dio cuenta que también había manchas en su propio pijama, el que fue a parar al mismo destino.
Como consecuencia de su arrebato, ahora era él el que estaba casi desnudo.
