142. Hallazgos

Duo detectó ciertos movimientos extraños en Oz, pero todavía nada muy definido como para levantar una alerta o tomar cartas en el asunto. Hace rato ya había dejado de navegar por sus redes. Ahora se encontraba sentado en su escritorio tratando de dilucidar si ese sujeto de carácter tan difícil fue o no el francotirador que le salvó la vida.

Ya había averiguado ciertas cosas, como que Heero no faltó a ninguna clase en su ausencia, según el registro de asistencia de la escuela. También inspeccionó el exterior del Wing con detención, sin hallar ninguna pista de que hubiese sido usado. En ese momento, lo único que lo detuvo de no meterse en la cabina e intrusear el sistema fue recordar que de seguro sería un crimen imperdonable para Heero, quien ya le había dicho en una ocasión que no le gustaba que nadie tocara su máquina.

Había estado a punto de irse del escondite de los gundam cuando se le ocurrió revisar los tarros de metal en que almacenaban combustible. Sabía exactamente cuánto quedaba al momento en que partió a la misión y faltaba… estaba seguro de que había menos. Era prueba suficiente de que el combustible del Wing había sido recargado, aunque no bastaba para afirmar que él despegó. ¿Un mantenimiento tardío? Esa era la otra opción, pero era difícil de creer que Heero no hubiese mantenido su gundam listo para el combate con el estanque lleno.

En otras palabras, a pesar de que dio con ciertos hallazgos, había llegado a un punto muerto y ahora esperaba que los cálculos que estaba realizando le dieran alguna pista. Estaba usando la distancia y la cantidad de horas que le tomaría realizar ese viaje, considerando que Heero pudo salir después de clases, ayudarlo y regresar sin que nadie se diera cuenta. Si se tratara del Deathscythe, jamás podría haberlo logrado porque requería de un camión o nave para trasladarse de un lado a otro. Sin embargo, el modelo de Heero era aéreo y la velocidad que estimaba que podía alcanzar lo volvía posible.

Si él hubiese tomado su gundam para cubrir la distancia, definitivamente podría haberlo logrado.

Soltó un sonido frustrado. Era una buena teoría, ¿pero por qué alguien como Heero se tomaría tantas molestias? Terminó por calificar como imposible que hubiese sido él, aunque le quedó dando vueltas que la cantidad de combustible que faltaba era similar a la que había requerido para completar la misión.

Mucho más tarde, ya acostado y envuelto en la oscuridad de la habitación, acabó por concluir que era mejor no enterarse. Sencillamente no quería saber si Heero lo creía tan inútil como para no poder encargarse de su propia asignación.


Ay, lo escribí mil veces y no logré que me saliera de menor extensión. He aquí 447 palabras jaja, pero al menos en ninguno de los publicados he pasado las 500. Son drabbles en toda regla, aunque suenen a cualquier otra cosa jajaja.

Gracias por leer, en especial a las que se toman un minuto para dejarme su retroalimentación~