144. Vigilancia
Duo se sabía deseado. Había notado cómo Heero lo miraba e incluso en esa distancia forzada que él había impuesto, estaba siempre pendiente de sus movimientos.
No era una vigilancia militar. Heero no intentaba parar alguna acción de su parte como lo haría con sus enemigos. Era una vigilancia contemplativa en la que se podía leer el deseo en su mirada. Lo estaba volviendo loco, lo hacía sentir sin aire en los pulmones o repentinamente acalorado.
Actuar normal en esa situación era lo más difícil que había hecho en su vida.
Se le estaba complicando no porque incluso en la habitación ni le dirigiera la palabra, sino porque la atención de Heero estaba TODO el tiempo en él. No le daba respiro.
"Por favoooor, ríndete de una vez", suplicó en su mente, casi en un lloriqueo.
De verdad Heero jamás le sacaba la mirada de encima. La podía sentir incluso cuando le estaba dando la espalda.
