- Lo que no me puedo creer todavía es que ya se cumplan los diez años desde que nos fuimos la primera vez – dijo Yamato, distraído con la conversación que estaba teniendo con Hideki, habiendo decidido ignorar a Mai, la cual estaba vigilando a Takao.

- ¿Tú crees? Yo de lo que tenía mis dudas era que de verdad llegásemos todos de una pieza hasta aquí a la vista de cómo empezó todo – se rio por lo bajo, dando así a entender que estaba hablando de la relación entre todos y no de los problemas más técnicos-. Pero sí, a mí también me cuesta creerlo.

El tiempo había pasado demasiado rápido salvo en las temporadas en las que habían estado fuera de la Tierra. Los viajes especialmente eran lo que más lento había pasado. Cuando simplemente tenían que esperar a poder llegar a alguna parte. Meses de no poder hacer nada más que esperar. Eso sí que llegaba a desesperar. Por suerte, a la vuelta no solía ser lo mismo, ya que siempre tenían trabajo acumulado de todos los datos que se habían podido recoger y otras muchas cosas que poder ir haciendo.

- Aunque ese drama también lo tengo en casa cuando me quedó mirando para los niños – volvió a hablar, encogiéndose de hombros.

- Ese sí que me lo conozco yo – dijo Sora, metiéndose en la conversación, divertida-. Y mira que nosotros vamos con algo más de retraso, pero ahora que ya nos han confirmado que tenemos a la niña admitida en el jardín de infancia que tenemos cerca de casa a alguien poco más y el faltaba ir corriendo a esconderla…

- Oye – protestó el rubio-, que tampoco es para tanto… - pudo ver como ella se le quedaba mirando arqueando una ceja-. Bueno vale, pero es que me da pena que siendo tan pequeña tenga que empezar ya.

- Yamato… Va a hacer tres años el mes que viene.

- ¿Y qué tiene eso de bueno?

La pelirroja se echó a reír automáticamente por sus palabras viendo lo rápido que se rendía y admitía la realidad. Se estaba imaginando el drama que iban a tener el día que eso llegara. El día que tuviera que levantarla por la mañana para pasar el día fuera.

- Ese drama es bastante más común de lo que parece – contestó el general entretenido también por las caras de Yamato-. Al menos vais a tener una buena forma de que se le pase más rápido el drama – hizo referencia al embarazo-. ¿De cuánto estabas ya?

- Pues… de cinco meses más o menos – no pudo evitar el posar la mano en la barriga, ajustado de esa forma algo más la tela del vestido a ella-. Y yo creo que se me nota bastante para el tiempo del que estoy.

- Se te nota, pero lo normal – le dijo Shiori fijándose en el gesto.

Y aquello era cierto. La anterior vez habían tenido demasiados problemas por el camino, especialmente en fechas como en la que estaban por lo que quizás el final del primer embarazo se había notado más o menos lo mismo que ahora los cinco meses, pero, a nadie debería de extrañarle.

- Aunque claro, seguro que tú te lo notarás mucho más, con lo mal acostumbrado que debes de tener a Yamato… Ya quisiera yo volver a tus años.

- Oye tampoco me sacas tantos… - pudo notar como automáticamente se le subían los colores al escuchar las palabras de ella.

- Bueeeno… más de los que me gustaría – se rio ligeramente, sobretodo por la reacción que le había notado a la pelirroja.

El rubio se entretuvo en mirar para ella también, divertido, todavía jugando con las puntas del cabello de Sora, a las cuales llegaba al haber posado la mano en su espalda de forma distraída. Estaba especialmente cómodo en el ambiente en el que estaban. Si se lo hubiera dicho años atrás no se lo hubiera creído. No se le hubiera pasado por la cabeza que iba a estar tan sumamente cómodo en una reunión con la gente del trabajo y aquellos con los que habían acudido. Era algo que tiempo atrás hubiera evitado de todas las formas y ahora estaba completamente cómodo.

- Mai, ¿quieres hacer el favor de dejar de mirar fijamente al pobre Takao y a su acompañante? – la voz de Arata distrajo a Yamato.

- Pero es que míralo, si es que esto es más raro que cuando pillamos a Yamato con Sora en aquella fiesta en la Jaxa. Que por Takao sí que tenía perdida todas las esperanzas…

- Perdona, ¿tenías más esperanzas en Yamato? – acabó por contestar el aludido.

- Pues mira, sí. No te me ofendas, pero sí.

- ¿Qué pasa? ¿Los que no somos estúpidamente guapos no tenemos derecho a la vida?

- No idiota, pero es que mira, a la maravilla rubia llevo padeciéndolo años y cuando de repente lo vimos con ella pues todo como que todo empezó a cobrar sentido. Que estaba de morros con el mundo por algo. Pero, ¿lo tuyo? Si tú no haces más vida que la matrimonial que tienes montada con Katsu.

- Hay para todos, eso es para que no nos sintamos discriminados – dijo el último al que había mencionado, haciendo algo más de caso a la conversación.

- Como siempre – le contestó Yamato-. Si no se queda tranquila – negó con la cabeza.

- Ah, claro. Tú porque ya lo sabías… - señaló hacia Katsu-. Y tú… ¡Tú lo medio sabías!

- Y se me olvidó por completo porque fue el día que te ascendieron y poco más y nos matas del susto en el pasillo…

- ¡Pero es que eso era importante!

- ¿Más que que te hubiera hecho comandante?

Mai ladeó la cabeza hacia los lados dando a entender que era algo que se tenía que pensar consiguiendo así que Yamato arqueara las cejas y se diera por vencido a sabiendas de que cuando la piloto se ponía así tampoco había mucho más que hacer con ella.

- Bueno, ¿y qué más da que haya venido acompañado? – aprovechó que Kyo se había ido al baño.

- Vamos a ver, que te conozco desde hace años y es la primera vez que…

- Porque sois unos pesados y no me daba la gana de que estuvierais metiendo las narices todo el tiempo…

- Que te daba vergüenza y punto – le dijo ella, cruzándose de brazos-. Pero vamos, que vergüenza debería darte no habernos dicho nada hasta ahora.

- Voy a tener que meterme y darle la razón a Mai – dijo Hideki finalmente-. Porque la has traído a la comida y ahora que me acuerdo me has dicho que ibas a ir acompañado al evento del viernes. Así que tú vas en serio.

- ¿Queréis hacer el favor de callaros que está a punto de volver? – se cruzó de brazos.

- ¡Oh! Ya traen la comida – sin darse cuenta de que se la iba a escuchar tanto, Sora no pudo evitar el comentario al ver que se acercaban por fin.

Sin haberlo querido acababa de terminar con la discusión tonta que tenían en la mesa provocando así que toda la atención se centrase en ella y que se echarán a reír, dándose cuenta rápidamente y poniéndose completamente roja.

- Ahora no te atrevas a echarle la culpa al embarazo – le murmuró el rubio por lo bajo, aprovechando el momento para posar su mano en su rodilla unos segundos dándole un leve apretón al ver como se había puesto roja.

- Lo siento – murmuró sin poder evitarlo.

- Tú tranquila que a Mai ya le hubiera dado por gritarles que por qué estaban tardando tanto – aprovechó para añadir Arata pudiendo ver a la piloto asentir de fondo, aún riéndose.

Habia estado pendiente de la conversación que ellos habían estado teniendo pero no había podido evitar distraerse cuando por fin había visto que les llevaban la comida. Mientras que estaban esperando poco a poco había ido haciéndose notar el vacío en su estómago al que había intentado engañar con el zumo. Y a esas alturas el pequeño no debía de estar de acuerdo tampoco con ello.


- Ahora que caigo – dijo Mai pasado un rato cuando ya habían empezado a comer finalmente-. ¿Vosotros dos no estáis a punto de hacer cuatro años de casados?

- Sí – le contestó la pelirroja-. El 27…

- Antes de que digas nada no, no tiene nada que ver la fecha. Ha sido una coincidencia – le dijo Yamato.

- No iba a decir nada, pesado – levantó la vista del plato, dejando de intentar enroscar correctamente su comida en el cubierto-. Pero me acabo de dar cuenta.

- Poco más y os pilla el evento en la fecha – le dijo Katsu.

- Pues contando que ni siquiera pudimos escoger nosotros la fecha sí que tiene su gracia que más o menos coincida todo – añadió Sora.

Recordaba cómo habían rebuscado fechas y lugares por todo Tokio y que no habían sido capaces de encontrar nada hasta que Taichi había aparecido de repente con la bomba. No deberia de sorprenderle viniendo de él, pero, en su momento le había chocado muchísimo. Ya había dado por sentado que iban a tener que esperar cuando de repente él había llegado con la noticia de que tenían el lugar que justamente le gustaba. Dejó escapar una ligera sonrisa ante sus pensamientos justo antes de llevarse un trozo de la lasaña que había pedido a los labios.

- Y el último viaje que hicimos también fue en estas fechas, ¿no? – Yamato dejó de mirar de reojo a Sora.

- ¿Cuál? ¿Ese no fue en septiembre? – le contestó Hideki.

- No, no, me refería al mes que pasamos en la Estación Especial Internacional nosotros. Tiene gracia que el primer viaje gordo que hicimos y el último sean más o menos en el mismo mes.

- ¿Quieres decir el viaje donde casi os mato del infarto a todos? – le preguntó la piloto.

- Ese sí, justo ese. Vas a tener a disculparnos, pero es que estamos demasiado acostumbrados a verte riéndote de nosotros porque nos pone más pálidos de la cuenta cuando pilotas como para que la cosa fuera al revés.

- No confundamos las cosas. Una cosa es que no me encuentre bien y otra que lo estéis comparando con que sois todos unos agonías y unos cobardicas que os ponéis a montar el drama a la mínima oportunidad.

- ¿Y la fama de piloto loca de dónde sale entonces? – le preguntó Hideki, quedándose mirando para ella.

No le respondió de palabra sino que lo hizo curvando los labios en una sonrisa traviesa antes de poder seguir con la comida.

- La verdad es que yo te entiendo – volvió a hablar la pelirroja-. Te entiendo y mucho. No es exactamente lo mismo pero creo que me puedo hacer un poco a la idea de lo que te pasa por la cabeza cuando estás en esa situación…

Yamato la observó tardando unos segundos en darse cuenta de lo que ella hablaba sonriendo de una forma ligeramente ladeada. Él sí que lo había pensado en muchas ocasiones y no podía estar más de acuerdo. Las conocía a las dos lo suficiente como para no haberse dado cuenta de ello. Estaba completamente seguro de que si Sora tuviera la oportunidad de volver a volar con su compañera iba a poder ver la misma expresión que le había visto a Mai otras tantas veces. Y se lo había comentado a la piloto en alguna ocasión, consiguiendo que ella entendiera así de lo que le hablaba la pelirroja.

- ¿Veis? Sora me da la razón, así que ya está, llevamos las de ganas las dos – sonrió-. Lo único de lo que nos vais a pode acusar de ahora en adelante es de llevar más tiempo de la cuenta aguantando al rubio de turno.

- ¿Y te parece poca acusación? – le dijo Katsu antes de echarse a reír nuevamente.