Apoyo de Romance (Elise/Sakura)
Tres días, tres días habían pasado desde los eventos de aquel fatídico día y la situación no parecía que fuera a mejorar pronto, si bien las dos princesas lograron sobrevivir gracias a un excepcional trabajo en equipo y la férrea determinación de una de ellas, los estragos de ese día aun no habían sido del todo solucionados.
Elise aun seguía bastante débil por el uso excesivo de su magia, al punto de que no sería capaz de usarla por lo menos por una semana, pero quien estaba en un estado aun más crítico era la princesa Sakura, no solo por el enorme agotamiento de magia que, utilizó cuando intento darle una ruta de escape a la pequeña Elise, sino también por el terrible desgaste físico que, de no ser por todo lo que aprendió desde que se unió a las filas de Askr, todos estaban seguros de que no hubiera sobrevivido a semejante asedio.
A pesar de su frágil condición, Elise no se atrevió a retirarse de la habitación de Sakura en cuanto fue capaz de moverse por su cuenta, la terrible culpa que sentía le atravesaba el pecho con una fuerza que nunca había sentido en su vida y… por más que le dijeran sus hermanos y amigos que aquel suceso no era su culpa… Elise sabía en el fondo que ella era la única responsable de ello…
Ella fue la que convenció a Fae y a Sakura de ir a ese prado, cuando pudieron tomar algunas flores del castillo… también insistió en no llevar a su fiel montura ya que el lugar no estaba tan lejos del castillo y por encima de todo… quería hacer todo lo posible por pasar tanto tiempo con Sakura como podía…
Si no hubiera insistido tanto en ir ahí o tan siquiera hubiera llevado a su fiel corcel… ninguna de sus amigas hubiera tenido que pasar por esa terrible situación… en especial Sakura…
Sakura llevaba tres días dormida y parecía que no despertaría pronto, sus amigos curanderos le dijeron que aunque ya había salido de la peor parte, no estaban seguros de cuando despertaría debido al agotamiento tanto físico como mental… Elise nunca experimentó una ansiedad tan horrible como la que vivió en ese momento.
Ni siquiera la llegada de su mejor amiga Effie la movió de aquel sitio, pensaba quedarse ahí en permanente vigilia hasta que Sakura se sintiera mejor, lo que más le frustraba era que no era capaz de usar su magia para acelerar el proceso y eso la hacía sentirse aun más inútil de lo que ya se sentía.
Elise se mantenía sentada en una silla a lado de la cama de Sakura, cuidándola tanto como su condición se lo permitía, de vez en cuando recibía la visita de sus hermanos o los hermanos de Sakura que, trataban de hacer lo posible para ayudarlas, varios intentaron tomar el lugar de Elise ya que, se notaba que la joven princesa apenas estaba descansando y, si seguía a ese ritmo, podría empezar a perjudicar su ya frágil salud.
A pesar de los mejores intentos de ellos y varios de sus amigos de la orden, Elise se negó rotundamente a ello, no iba apartarse ni un segundo de Sakura cuando más la necesitaba y por encima de todo, no iba abandonar a una de las personas más importantes de su vida.
Pese a sus mejores intentos no fue capaz de terminarse la comida que tan gentilmente Camilla y Phyria le habían traído, el nudo que se alojó en su estomago apenas le permitió probar bocado y aquella sensación, no era la única que estaba evitando que pudiera comer o dormir.
Observó a Sakura notando lo pálida que estaba, la pobre perdió demasiada sangre en aquella batalla y, aunque varios de sus amigos curanderos le dijeron que aquel torniquete que logro improvisar con su vestido le salvó la vida, Elise aun se maldecía a si misma por no haber podido hacer más…
Comenzó a limpiar el rostro de Sakura con una tela humedecida, notando como las bellas y calidas facciones sonrosadas de su amiga habían quedado en el pasado y ahora, eran reemplazadas por una palidez casi sin vida que Elise, apenas podía contener sus lágrimas cada vez que la veía.
Luego de terminar su trabajo, continuo con su vigilia esperando que la deidad de Askr tuviera la suficiente piedad como para ayudar a su querida Sakura en esos momentos de necesidad, cuanto más tiempo pasaba más reflexionaba sobre los eventos ocurridos días atrás… Sakura no solo la protegió en todo momento desde que lograron ocultarse en aquel bosque, sino que también estuvo dispuesta a ser el señuelo en un plan casi suicida solo para mantenerla a salvo…
Como si eso no hubiera sido poco, aun estando cansada y algo herida, soportó aquel terrible frenesí de soldados que estaban empeñados en matarlas, solo para que ella no sufriera ningún daño…
Sakura… lo había dado todo por ella…
Le tomó unos momentos percatarse que estaba llorando, el dolor de su pecho solo empeoro cuanto más recapitulaba aquellos eventos y sus hipidos cada vez se hacían más sonoros, en esos momentos deseaba con todas sus fuerzas poder intercambiarse con Sakura, para que ella no tuviera que pasar por ese dolor…
Elise se sorprendió por aquellos pensamientos, ¿De verdad estaba dispuesta a dar tanto por su amiga?, no le tomó mucho tiempo dar con aquella respuesta, ella estaba dispuesta a eso y más solo para ayudarla porque para ella Sakura era…
Era…
Luego de tanto tiempo buscándole un nombre a aquella sensación cálida que sentía cada que miraba a Sakura sonreír o simplemente cuando pasaban tiempo juntas, por fin había sido capaz de encontrarlo.
Destrozada Elise se desplomó en la cama llorando desconsolada, dándose cuenta de que no solo no pudo protegerla, sino que también su deseo de acapararla fue la que la llevó a tan terrible condición.
-Lo siento… Sakura-balbuceó Elise apenas de manera entendible debido al llanto…-Por mi culpa… por mi culpa…-continuó sin dejar de llorar.
Sus palabras se cortaron cuando sintió como una mano se posaba en su cabeza, a pesar de la debilidad de esta, Elise no necesito más para reconocerla, levantando rápidamente su rostro, encontrándose con una visión que hizo que parte del dolor de su pecho se tranquilizara por unos instantes, Sakura finalmente había despertado y la miraba con una expresión muy preocupada.
De manera lenta, pero determinada Sakura usando su mano comenzó a limpiar con delicadeza las lágrimas de Elise, sin pensarlo Elise retuvo la mano de la princesa en su rostro, absorbiendo la poca calidez que irradiaba y convenciéndose a sí misma que eso no era un sueño.
-Elise no estés triste-comenzó a decir Sakura en tono cansado-Al final todo salió bien, tal como te lo prometí-afirmó mostrando una dulce sonrisa.
Sin poder contenerse más, Elise rápidamente abrazó a Sakura con delicadeza para no lastimarla, disculpándose una y otra vez por lo sucedido, Sakura acaricio los cabellos de la pequeña en un intento por calmarla, convenciéndola de que no había nada que disculpar.
Y agradeciendo que a pesar de todo el calvario que vivieron ambas, su pequeña Elise se encontrara sana y salva.
