Apoyo de Romance (Lissa/Maribelle)

Las actividades que realizaba la orden habían sido últimamente pesadas para la mayoría de sus miembros, algo que apenas y podían quejarse considerando que, ahora con el conocimiento de la extensión de los poderes de Loki, no podían mantenerse tranquilos cuando en cualquier momento, ella podía llevar una gran cantidad de tropas enemigas justo en el corazón de Askr.

Aquel temor no solo puso a los guardias tensos, sino que también muchos optaron por dormir en grupos o en su defecto, dormir con sus armas a la mano, nadie quería ser tomado con la guardia baja, en especial sabiendo de lo que eran capaces de hacer los soldados de Embla.

Con lo días tan ajetreados y con la gente preparándose para una posible invasión, Lissa recorría los pasillos cansada, sintiendo el cuerpo un poco tensó luego de aquella sesión de entrenamiento con los guardias que querían aprender el manejo del hacha, sin duda estaban teniendo progresos bastante buenos, aunque el posible ataque sorpresa que les podía caer en cualquier momento, sin duda los motivó a dar todo de sí más de lo normal.

Lissa decidió que lo que mejor le podía levantar los ánimos, era pasar una tarde tranquila con su mejor amiga Maribelle, sin duda una fiesta con el delicioso té que preparaba su amiga y unos pastelillos que logró robarse antes de que Catria los escondiera, harían maravillas con su cansado espíritu.

Vagabundeo por la zona buscando a Maribelle, sorprendiéndose de no encontrarla en los lugares que regularmente frecuentaba… ¿En dónde se encontraba su mejor amiga?

-¿Lissa, te encuentras bien?-cuestionó la voz de Setsuna en tono tranquilo, sacando a Lissa de sus pensamientos.

-S-Si, estoy bien-respondió Lissa como pudo-Setsuna, ¿De casualidad has visto a Maribelle?-cuestionó Lissa en tono curioso, con algo de suerte quizás Setsuna la había visto.

-¿Maribelle?-expresó Setsuna muy confundida.

-Sí, la chica noble con los bucles dorados y que golpea con su parasol a Helbindi cuando se pasa de grosero-explicó Lissa un poco cansada, olvido que con Setsuna tenías que ser un poco más específica con algunas cosas.

-Oh, esa es Maribelle-expresó Setsuna un poco sorprendida-Es una persona divertida-agregó Setsuna con una sonrisa.

-¿La has visto o no?-cuestionó Lissa suspirando, quizás estaba perdiendo su tiempo pidiendo ayuda a alguien como Setsuna.

-Pues estoy segura que la vi en el jardín con Phyria-recordó Setsuna luego de meditarlo un momento.

-¿¡Con Phyria!?-exclamó Lissa muy sorprendida… ¿Desde cuándo se llevaban bien?, por lo que recordaba, Maribelle cuando llegó le expresó claramente que no confiaba en la invocadora de Askr.

-Sí, creo que estaban jugando cartas o algo así en una de las mesas del jardín-señaló Setsuna en tono tranquilo.

-¿¡CARTAS!?-clamó Lissa con incluso más fuerza, ¿¡Desde cuando Maribelle jugaba un juego que consideraba, el primer paso para la depravación!?

-Sí, parecían estársela pasando muy bien, se reían y sonreían mucho-afirmó Setsuna con una sonrisa, pensando que quizás debería pedirle a Phyria o a María que también le enseñaran a jugar cartas.

-Ya veo…-susurró Lissa tratando de contener su enojo-Gracias Setsuna-expresó tan cortésmente como pudo antes de ir al jardín.

Mientras se dirigía hacia el lugar, no pudo evitar sentirse molesta por lo que acaba de escuchar, pero sobre todo traicionada por su supuesta mejor amiga, primero le hace creer que no se quería relacionar con Phyria, ¡Y ahora no solo parecía hasta su mejor amiga, sino que también jugaba juegos que nunca quiso jugar con ella! ¡Más le valía a Maribelle tener una buena explicación para todo eso!

Caminando hecha una fiera, pronto intento pensar en, ¿Qué rayos había hecho para que Maribelle le hiciera eso?, no paso mucho tiempo para que su mente le diera una respuesta que no se esperaba… ella… se había distanciando de Maribelle desde que llegaron a Askr…

Sus pasos se volvieron más lentos, mientras la culpa estaba consumiendo por completo su furia, desde que llegaron a Askr, Lissa había dedicado gran parte de su tiempo en conocer a todos los miembros, desde los que eran de la época de su ancestro Marth, hasta de algunos que parecían de mundos y tiempos que Lissa jamás pensó que existieran y… fue esa curiosidad lo que había hecho que comenzara a dejar de lado a Maribelle.

Recordó sin problemas como muchas veces en las que Maribelle la invitaba a tomar el té o pasar tiempo juntas o simplemente ser parte de sus actividades, Lissa siempre la rechazaba o siempre tenía una excusa de porque no era buena idea que Maribelle se involucrara…

¿Qué clase de amiga era?, ahora entendía porque Maribelle estaba comenzando una relación cercana con Phyria, al menos ella no era una idiota que la apartaba con cualquier excusa cuando, bien pudo haber intentado hacer algo para que pudiera convivir…

Quizás… Maribelle ya no quería ser su amiga por la forma tan insensible que la trató…

Repentinamente se detuvo en el pasillo, sintiendo como había comenzado a llorar… ella era la única responsable de destruir la amistad con su mejor amiga y la única culpable de que Maribelle se sintiera tan sola…

No estaba segura si aun podía reparar su relación con Maribelle… pero sería mucho más estúpida de lo que ya era si no lo intentaba, limpiándose sus lágrimas, retomó su marcha hacia el jardín, esperando que aun pudiera hacer algo para salvar su amistad.

En los jardines de Askr, en una de las mesas que regularmente eran destinadas para fiestas del té, Maribelle estaba recibiendo una clase informativa sobre aquel juego de cartas coloridas llamado UNO, Lissa había estado muy obsesionada con aquel juego desde una buena temporada y, considerando los riesgos que presentaba perder una apuesta en aquel juego, lo mejor que podía hacer era aprende todos los trucos necesarios para unirse a las partidas y, hacer todo lo posible por cuidar de la dignidad de su querida amiga.

-Así que, ¿Dices que es mejor guardar los +2 y solo utilizarlos para una emergencia?-cuestionó Maribelle en tono curioso, escuchando atentamente la explicación de su amiga.

-Si, como jugamos con acumulado, no tener uno de reserva es casi un suicidio-comenzó a decir Phyria en tono serio-Laegjarn es el vivo ejemplo de porque siempre debes de tener uno a la mano-aseguró en tono más tranquilo.

-Sí, hasta la fecha nadie ha podido olvidar el… espectáculo que dio la reina Laegjarn luego de perder su apesta-suspiró Maribelle en tono cansado… hasta la fecha algunas de sus compañeras la llamaban "El trasero de Múspell", aunque siempre y cuando Laevatein no estuviera cerca…

-También debes ver bien los rostros de todos, por ejemplo Héctor siempre le da un tic en el ojo cuando su mano es muy mala y L´Arachel es la persona más transparente de todas, de inmediato sabes cuando le esta hiendo bien o mal-señaló Phyria con un ligero aire burlón.

-Quizás debería hablar con ella para enseñarla a, ocultar mejor sus intenciones-expresó Maribelle tomando un poco del té que hizo para esa reunión.

-¿Segura que no te dirá algo como: "Los guerreros de la luz no son mentirosos" o alguna burrada de esas?-cuestionó Phyria en tono escéptico.

-Supongo que no pierdo nada si lo intento-mencionó Maribelle algo indecisa, quizás sería una tarea más difícil de lo que pensó…

No pudieron continuar su conversación cuando una voz las interrumpió a ambas.

-¡Maribelle!-escucharon el fuerte grito de Lissa, entrando a la zona de las mesas algo apurada.

-¿Lissa, te encuentras bien?-cuestionó Maribelle poniéndose de pie algo preocupada, tal parecía que Lissa había estado corriendo desde hacía un buen rato.

-Y-Yo…-comenzó a decir Lissa nerviosa, preocupando a sus dos compañeras-¿¡Q-Quería preguntarte si querías pasar la tarde conmigo en el cuarto!?-cuestionó Lissa algo sonrojada y tomando la mano de Maribelle, haciendo que esta se sonrojara.

-B-Bueno yo…-comenzó a decir Maribelle algo tímida por la repentina situación.

-Ya terminamos aquí-mencionó Phyria de repente en tono tranquilo, tomando por sorpresa a ambas-Maribelle es toda para ti el resto de la tarde-afirmó con una sonrisa y lanzándole una mirada discreta a Maribelle.

Ella de inmediato capto las intenciones de su amiga, agradeciendo que la ayudara cuando había perdido la elocuencia, por su parte a Lissa no le había gustado en lo más mínimo la forma en la que ellas se miraban…

-¡No perdamos tiempo Maribelle, estoy muy cansada y estoy segura que estas igual!-exclamó Lissa con cierto ímpetu antes de arrastrar a Maribelle… a Phyria no le paso desapercibida aquella mirada molesta que le arrojo Lissa antes de irse.

Mientras caminaban por los pasillos del castillo de regreso a sus aposentos, en todo el trayecto Lissa no le había soltado la mano a Maribelle y, las dirigía a las dos sin atreverse a mirarla, por su parte Maribelle no estaba muy segura de lo que estaba pasando, la última vez que vio a Lissa así de inquieta fue cuando…

-Maribelle…-comenzó a hablar Lissa casi en un susurro sin atreverse a mirarla.

-¿Sucede algo cariño?-cuestionó Maribelle muy preocupada por la actitud de su amada Lissa.

-Yo… lo siento-expresó Lissa en un tono culposo que inquietó aun más a Maribelle-Desde que llegamos a Askr, he sido muy injusta contigo-continuó en tono apagado-Siempre intentas que hagamos cosas juntas y yo siempre acabo ignorándote o desanimándote de que hagas ciertas cosas conmigo, no me sorprendería que por todo lo que te he hecho ya no quieras ser mi…-continuó Lissa cuando el cálido abrazo de Maribelle la detuvo al instante, provocando que su cara se enrojeciera.

-Cariño, no importa que es lo que suceda o que hagas, siempre serás la persona más importante de mi vida-aseguró Maribelle sin dejar de abrazar a su querida Lissa-Se que no lo hacías con intensión de dejarme de lado y siendo justas, puedo llegar a ser algo encimosa-señaló Maribelle con una ligera risa que hizo sonrojar aun más a Lissa… la risa de Maribelle siempre le había parecido encantadora.

-Eso no es cierto Maribelle-afirmó Lissa haciendo un ligero puchero-Además, eso es algo que siempre me ha gustado de ti-agregó Lissa con una sonrisa confianzuda.

-N-No deberías decir esas palabras a la ligera Lissa-susurró Maribelle completamente roja, sintiendo como su corazón latía con tanta fuerza que, temía que se escapara de su pecho en cualquier momento.

-Estoy diciendo la verdad-continuó Lissa en tono alegre antes de abrazarla, sin dudas Maribelle era la más tierna cuando se portaba algo tímida-Y me asegurare de decirlo todo el tiempo para que nunca lo olvides-agregó con una sonrisa algo socarrona que, solo hizo que a Maribelle le resultara más difícil verla a la cara.

Temiendo que alguien pudiera ver a Maribelle en ese estado, Lissa continuo la marcha, caminado a lado de Maribelle que, hacia desesperados intentos por bajar el rubor de su rostro, pero sin poder ocultar una sonrisa de sincera alegría que había invadido su rostro.