Disclaimer:

Good Omens es una serie de televisión basada en la novela de 1990 Good Omens: The Nice and Accurate Prophecies of Agnes Nutter, Witch de Terry Pratchett y Neil Gaiman.

Todos los personajes utilizados aquí pertenecen a su autoría.

Este fanfic sucede en un Universo Omegaverse.

La sociedad se divide en tres géneros los: Alpha, Beta y Omega. Tienen unas diferencias muy particulares, sobre todo entre alfas y omega, los dos extremos de la jerarquía.


Si yo tú, si tú yo contigo

CCCXCIV

"¡Ga Ga!"

"¡Bel Bel!"

"¡Heaven, Hell!"

El par de niños corrieron hacia el Alpha y Beta, cada uno tomando la mano de un adulto y hablando rápidamente los arrastraron hasta el patio, sin dejarlos siquiera saludar a los demás.

"¡Mañana habá una lluvia de estellas!" Declaró Hell, teniendo problemas para pronunciar "Le pedí permiso a Fátima y dijo que podía verla desde el patio, así que estamos constuyendo un búnker…"

"¡Yo solita hice las paredes!" Exclamó con orgullo Heaven, posando enfrente de su creación "¿Les gusta?"

"Es…"

Gabriel y Beelzebub se miraron entre sí, luego a la precaria edificación que apenas podía sostenerse con los pobres soportes de cartón para terminar deteniéndose en los entusisasmados rostros de los mellizos.

"¡Es genial! ¡Muy bien construida! ¡Definitivamente toda una hazaña!"

"¡¿Se quedarán con nosotos para verlo?!" Preguntó entusiasmada la pequeña, pero su hermano la interrumpió rápidamente.

"No pueden quedarse, sabes que no se permiten visitas después de las nueve…"

"Pero Gaga y Bel Bel si pueden quedarse" La pelinegra sacó la lengua en dirección al más pequeño, quien le miró de mala manera cruzando los brazos sobre el pecho "¡¿Verdad que sí?" Sus ojos bicolores parecieron brillar mientras esperaba la respuesta.

"B-bueno…" Dudó el Beta "A nosotros nos encantaría, sobre todo Gabriel, él ama las estrellas… Pero no sabemos si Ruth y las demás estén de acuerdo…"

"Aunque yo tengo una mejor idea" Intervino el castaño "¿Por qué no vienen a la mansión y lo vemos juntos desde allí? Tengo un telescopio en la que fue mi antigua habitación, estoy seguro de que les encantará…"

"Eso podría funcionar… Además, este fin de semana Margaret vendrá de visita y como no habrá más personas podrán jugar en el patio tanto como quieran…" Secundó Beelzebub.

"¿Qué dicen? ¿Les gustaría volver a visitarnos?"

"¡Si!" Afirmaron los mellizos con entusiasmo, haciendo sonreír a los adultos "Pero… María Fátima y Ruth no nos van a dejar ir solos…"

"Por eso no se preocupen, Beelzebebé y yo las convencemos… Estoy seguro de que les encantará la idea… ¿Verdad?"

"¡Claro! Además, son dos niños menos que cuidar, dirán que sí en un santiamén…"

"Definitivamente no"

Declararon al mismo tiempo el trío de Betas, ni siquiera deteniéndose un minuto a sopesar su respuesta.

"¡¿Por qué?! ¡Ya han ido antes!" Declaró enojado el pelinegro.

"Fueron porque nosotras íbamos, y apenas y pudieron controlarlos" Ruth los miró con el ceño fruncido por debajo de sus lentes.

"Son niños muy pequeños aún" Agregó Fátima "Se pondrán nerviosos, van a llorar, se pueden asustar y ustedes no sabrán que hacer con ellos…"

"¡Nosotros los cuidamos en la fiesta de Crowley!" Replicó Gabriel algo ofendido.

"Ajá… ¿Y me recuerdan cómo terminó eso?"

"¡Oh vamos! ¡Ellos están encerrados aquí todo el tiempo! ¡Déjenlos que se diviertan! ¡Prometemos que seremos responsables! ¡A-además es final de mes! ¡Lilith y Michel siempre están en casa! ¡Y a Crowley le encantará verlos de nuevo! ¡Lleva meses preguntando por ellos!"

"Beelzebub" María quien se había mantenido al margen hasta ahora, se levantó de la mesa, poniéndose de pie frente a la pareja los miró seriamente a cada uno "Esto también es por el bien de los niños… ¿Crees que es justo que los llenen de ilusiones así? ¿Qué pasará cuando ustedes no vengan más? ¿O estén demasiado ocupados? Ellos ya están demasiado encariñados y esto sólo hará que a la larga su dolor sea más fuerte cuando ustedes los dejen…"

"P-pero…"

"¡Pero nada! ¡No es no y se terminó esta conversación!"

Gabriel estaba a punto de agregar algo más, pero el Beta lo detuvo, negando levemente con la cabeza mientras miraba al suelo, luego se dio vuelta saliendo de la habitación, tomando dirección hacia la habitación superior, donde estaban los niños arreglando sus cosas.

"No esperaba esa reacción" Dijo el Alpha apesadumbrado mientras encendía el automóvil listo para volver a casa "Realmente me hubiera gustado mostrarles mejor la mansión, estoy seguro de que a Hell le hubiera encantado la vista desde el balcón y Heaven estaría enamorada del patio, podría jugar y correr…"

Comenzaron a avanzar, mientras el pelinegro se mantenía en silencio, creyéndolo enojado, Gabriel no agregó más, hasta que estuvieron más alejados de la casa hogar.

"T-tal vez podamos venir por la noche, ver la lluvia de estrellas e irnos ¿crees que María y las demás estén de acuerdo con eso?"

"En realidad no creo que eso sea necesario…"

"¿Qué? ¿No quieres venir?" Preguntó molesto el más alto.

"Yo mantengo mis promesas ¿sabes?"

Una sonrisa felina apareció en el rostro de Beelzebub y cuando su pareja estaba a punto de volver a hablar, un par de cabezas asomaron de un salto desde la parte trasera.

"¡¿Lo hicimos bien Bel Bel?!"

Gabriel tuvo suerte de que encontrarse frente un semáforo rojo en ese momento, ya que de lo contrario pudo suceder un accidente al frenar.

"Lo hicieron excelente, engendros…" Choco los puños con cada uno de ellos, orgulloso de su plan.

"¡¿QUÉ ESTÁN USTEDES HACIENDO AQUÍ?!" Exclamó el Alpha saliendo de su estupor.

"Bel Bel dijo que podíamos ir con ustedes…" Comentó la niña.

"Que el permiso nos lo darían después…" Agregó su hermano.

"¡BEELZEBUB TADFIELD! ¡No podemos secuestrar niños!"

"No es secuestro, no los llevamos en contra de su voluntad… Ustedes quieren venir con nosotros ¿verdad?"

"¡Siiiii!" Hubo saltos que sacudieron el asiento del castaño.

"¡Yo también quiero que vayan, pero no así! ¡Es por estas cosas que no confían en nosotros!"

"No seas amargado… ¿Qué tiene de malo desobedecer una o dos reglas?"

"¡LO TIENE SI IMPLICA ROBARSE MENORES DE EDAD BEELZEBUB!"

"¿Ga Ga está enojado por nuestra culpa otra vez?" Murmuró Heaven en voz baja, con una mirada que realmente parecía triste.

"¡No, no! ¡No estoy enojado con ustedes princesa! E-es sólo que esto no está bien…"

"¿Por qué no está bien?" Dijo Hell con el ceño fruncido "Todos los niños salen a conocer algunos hogares ¡¿por qué nosotos dos no podemos?! ¡No es justo!"

Porque esos niños serán adoptados, casi responde Gabriel, pero su corazón se encogió al siquiera pensarlo.

"¡Por favor!" Beelzebub pusó sus manos frente a él en modo de súplica "¡Hazlo por mí! ¡Hazlo por nosotros!" Los mellizos copiaron el gesto incluyendo los ojos de cachorro abandonado.

"N-no lo sé…"

"Puchunguito por favor…" El apodo cariñoso hizo enrojecer al castaño, quien al voltear se encontró con la mirada azul del Beta y un par de lágrimas amenazando con caer.

"¡Esto es muy bajo hasta para ti!" Gritó avanzando en la fila, pues ya hacía tiempo que había cambiado el color a verde y la fila de autos le exigía que se moviera "¡De acuerdo vamos a llevarlos, pero en cuento lleguemos a casa llamamos para avisar que están aquí!"

"¡Gacias, gacias, gacias!" Dos pares de delgados brazos rodearon el cuello del Alpha, a quien solo le resto suspirar derrotado.

"Siéntense atrás y abrochen sus cinturones, si cualquiera de los dos no lo hace, damos media vuelta y volvemos ¡¿entendido?!"

"¡Si Ga Ga!" Obedientes, el par de hermanos se acomodó con rapidez, siguiendo por completo las instrucciones.

"¡Ja! La vieja táctica del llanto siempre funciona…" Se jacto en voz baja el Beta, asintiendo con altanería.

"¡¿Qué estás murmurando?!"

"¡N-nada! ¡Que te quiero mucho! Y-y ¡¿quién quiere helado?!"

"¡Yo!"

Vencido, a Gabriel no le quedó más que ser cómplice de aquello, pero en el fondo, debía admitir que ver a Beelzebub y a los niños riendo a su lado llenaba su pecho de una inmensa alegría.

"¿Está es su casa?"

El par de hermanos ladeó ladearon la cabeza al observando el lugar, parecían menos impresionados que con la mansión, pero aun así estaban contentos de estar allí.

"Sip, aquí vivimos en realidad, ahora vamos por sus cosas y les doy un tour pequeño"

Mientras el Alpha se encargaba de llamar al orfanato para informar sobre lo que había ocurrido, el pelinegro ayudo a los mellizos a sacar sus pertenencias del coche, algo confundido por solo encontrar una pequeña bolsa.

"¿No tuvieron tiempo de empacar más?" Dijo revisando el contenido de la improvisada maleta.

"Es todo lo que tenemos" Contestó con naturalidad Heaven "No hay mucho dinero así que no pueden comparnos más de un par de cambios de ropa al año…"

"A veces los adultos regalan cosas" Prosiguió Hell "Pero nosotos no les agadamos así que recibimos nada…"

Beelzebub se quedó de pie, sólo mirando a los pequeños, recordó como cuando era niño siempre tenía que usar las ropas que sus hermanos iban dejando, en realidad no pudo tener una camisa o par de pantalones nuevos hasta que fue capaz de trabajar para comprarlos él mismo.

"Acabo de colgar con Ruth y las demás… Y no están nada felices…"

Gabriel se acercó con un rostro de cansancio solo comparable al que tenía después de una junta que había durado horas.

"Casi tuve que suplicar porque no llamarán a la policía, así que prepárate para el regaño de tu vida cuando las volvamos a verlas… ¿Pasa algo Beelzebebé?" Ante la falta de respuesta, el mayor alzó la vista para encontrarse con una expresión muy seria en su pareja.

"¿Cuánto tiempo hacemos de aquí al centro comercial?"

"Eh… Unos ¿veinte o treinta minutos? ¿Por qué…?"

"Todos al auto" Ordeno el Beta "Vamos a hacer unas compras rápidas y luego buscamos donde comer…"

"¡¿Eh?! Pero…"

"¡Nunca hemos ido más allá de la escuela en la ciudad!" Gritaron los niños emocionados.

"¡¿Es cierto que hay un cine con una pantalla gigante?! ¡Así de gande como su casa!" Heaven estiró los brazos lo más que pudo, tratando de ejemplificar su idea.

"¡¿Podemos comer una de esas cajas que tienen un juguete dento?! ¡Por favor, por favor!" Rogó Hell con los ojos iluminados.

En ese momento Gabriel dejó toda replica atrás, lanzando una suave sonrisa en dirección al pelinegro, quien le devolvió el gesto para luego dirigirse de nuevo al par de hermanos.

"¡Veremos y comeremos lo que sea que se les antoje! Ahora suban antes de que se haga más tarde…"

De un salto se encontraron de vuelta en sus asientos, ni siquiera fue necesario el repetirles que debían de abrochar sus cinturones.

"¡¿DE VERDAD PUEDO PONERME ESTO?!"

El gritó de la niña resonó por todo el pasillo, haciendo que las personas alrededor se giraran para mirar a la pareja, la cual no parecía darse cuenta de la atención, pues Beelzebub solo trataba de contener la risa al ver a Gabriel peleando con una dependiente sobre lo que era en realidad un vestido con colores de abeja y como no se iba a conformar con cualquier simple tela.

"Claro que puedes" Dijo el más alto a la pequeña "Cualquier vestido o conjunto que quieras puedes decirnos y veremos que te consigan uno…"

"¡¿OÍSTE ESO HELL?!" Volvió a decir la melliza "¡PUEDO USAR LO QUE QUIERA!"

No obtuvo respuesta del pelinegro, quien demasiado tímido sin su hermana a su lado, solo se escondía detrás de la pierna del Beta.

"Si quieres podemos ir a buscar algo que te guste" Sugirió Beelzebub acariciando su cabello, pero el pequeño movió la cabeza a modo de negación "Estás cansado ¿quieres que te cargue?"

Se agacho, abriendo los brazos para el niño, sin querer obligarlo a nada, pero preocupado de que estuviera asustado por la multitud alrededor.

"Está bien si no quieres, pero dime si prefieres que esperemos a tu hermana sentados…"

"A los adultos no les gusta abazarme…" Murmuró Hell en voz baja "Dicen que no soy lindo o simpatico…"

"Los adultos pueden irse a la mierda…"

"¡Dijiste una mala palaba!" El niño se llevó las manos al rostro, escondiendo una risa cómplice.

"La próxima vez que un adulto te haga sentir mal, te doy permiso de que le respondas eso ¿de acuerdo?"

"¡Si!"

El pequeño corrió hacia Beelzebub sosteniendo con fuerza su cuello y con poco esfuerzo, el pelinegro lo levantó en el aire, preguntándose si alguna vez cuando fue un niño alguien además de sus hermanos y cuidadoras lo llego a abrazar para cuidar de él.

"Gabriel llevamos casi dos horas escogiendo ropa… También deben comer…" Con el ceño fruncido el Beta reclamó al más alto, quien ya llevaba al menos diez vestidos acumulados entre manos.

"¡L-lo siento!" Exclamó avergonzado el castaño "Heaven y yo nos emocionamos demasiado…"

"¡Aún falta elegir para Hell!" Saliendo a toda velocidad del vestidor, la niña apareció preocupada, pero cuando observo a su hermano descansando en brazos del pelinegro no pudo disimular su asombro por la escena.

"Ya elegimos las cosas que quería" Respondió el hermano Tafield "Mientras ustedes se probaban media tienda, él y yo sólo tomamos las cosas que nos gustaban…"

"¡Tiene que medirse la ropa!" Le regaño Gabriel "¡¿Qué va a pasar si no le queda?!"

"¡Le va a quedar! ¡Vi la etiqueta!" Había un genuino orgullo en el Beta tras declarar aquello.

"Beelz no puedes solo tomar cosas sin saber si van a servir o no…"

"¡Tampoco puedes probarte todo! ¡¿Qué sentido tiene eso?!"

Los niños observaron la discusión divertidos, Hell aún desde los brazos de Beelzebub y Heaven separando las cosas que más le habían gustado.

"Disculpen…"

Los cuatro se dirigieron hasta la persona que los había llamado, creyendo que diría algo con respecto al alboroto que parecían estar ocasionando.

"No quiero ser impertinente o algo así…" Se trataba de un hombre de aspecto delgado y bonitos rasgos, el Beta no se pudo dar cuenta de que se trataba de un Omega "Pero ustedes no son los padres de los niños ¿verdad?"

"¿Y eso a usted porque le importaría?" Preguntó de manera hostil Gabriel, sorprendiendo a Beelzebub.

"Bueno, es que por si no se han dado cuenta, están incordandiando a todos aquí…"

Prosiguió molesto el otro sujeto, y el resto de los compradores sólo murmuraron entre sí.

"Usted que es un Alpha, debe entenderlo" Miro a los tres pelinegros de forma despectiva antes de continuar "´Pero hay lugares más adecuados para ellos…"

Al decir aquello, Beelzebub miró nuevamente a su alrededor, en el lugar solo había Alphas y Omegas como clientes, probablemente los Betas como él solo eran empleados del lugar, se sintió incomodo, tal como la vez que visitó aquel restaurante con Gabriel. Era un pez fuera del agua y peor aún, había arrastrado con él a un par de niños que ni siquiera entendían la situación.

"Ellos son mi familia"

El Alpha dio un paso al frente, sus ojos lilas brillaron y su aroma estaba tan cargado de ira que el sujeto dio un paso hacia atrás aterrorizado.

"Y podemos estar donde se nos de la maldita gana… Y si usted… ¡O cualquier persona aquí!" Alzó la voz para que todos los presentes escucharan "¡Tienen algún problema con eso! ¡Estaré encantado de discutirlo personalmente!"

Rápidamente la multitud entrometida se disperso alrededor, el Beta, saliendo de su estupor sólo sonrió al mirar aquello.

"¿Tiene algún otro comentario estúpido que agregar?"

"Y-yo…" Tratando de recuperar la dignidad, el Omega se paro de frente mirando hacia donde estaban los niños y Beelzebub "¡Es un desperdicio que un Alpha de alta categoría este con un Beta! ¡¿Cómo se supone que esa sea su familia cuándo esos niños ni siquiera son su sangre?!"

"¡OIGA SEÑOR!" Gritó Hell a todo pulmón, para sorpresa de los adultos y su propia hermana "¡VAYASE A AL MIERDA!"

"Lo que él dijo" Secundó Gabriel dando un paso al frente "Ahora… Contaré hasta tres dándote la oportunidad de huir…"

"¡¿Huir de qué?! ¡¿Cree que le tengo miedo?!"

"O no, no debe estar asustado de mí…" El Alpha se hizo a un lado, señalando con el pulgar al pelinegro quien ya había bajado a Hell y tronaba sus nudillos, con una expresión en el rostro que haría temblar hasta el propio Satanás "Sino de él… Una vez vi como rompía un brazo a la mitad…" El Omega se giró y salió corriendo del lugar sin mirar atrás.

"Sólo hubiera necesitado cinco minutos…" Murmuró el pelinegro sorbiendo con fuerza de su malteada "Y le hubiera callado la boca por falta de dientes…"

"No en frente de los niños Beelzebebé… Pero si accidentalmente te encuentras de nuevo con él, te contrataré al mejor de los abogados…"

Tras el incidente nadie molesto más a la pareja, terminaron sus compras con quince bolsas de ropa (más de la mitad para Heaven, ya que Hell no estaba dispuesto a probarse todas las camisas y pantalones) y de allí les dijeron a los niños que podían elegir cualquier lugar que quisieran para comer.

"¡Arme mi helicóptero!" El mellizo alzo en lo alto su logro, recibiendo aplausos de su hermana quien tenía la boca llena de papas fritas.

"Te foy el mío…" Dijo entregando su juguete a medio armar "Pedo a cambio quiero tu helado…"

"¡Ya te comiste el tuyo!"

"¡Entonces dame mi juguete!"

"¡Ni siquiera sabes armarlo!"

Los niños comenzaron a pelear por el pedazo de plástico, Beelzebub rodó los ojos mientras Gabriel sonreía recordando a su hermana Michel y lo muchos regaños que se llevaron por molestarse el uno al otro todo el tiempo.

Una vez satisfechos, decidieron volver a casa, cada uno tomo la mano de un mellizo para evitar perderlos entre la multitud y caminado hacia la salida, ambos niños se detuvieron de repente, mirando fijamente un aparador.

"¿Pasa algo?" Preguntó el Alpha, por respuesta solo recibió un par de dedos apuntando en una dirección.

Una brillante bicicleta negra con rojo relucía en el escaparate, ante los ojos atónicos del par de hermanos.

"¿Les gusta?" Indicó Beelzebub "¿Quieren que la veamos de cerca?"

"¡¿Podemos?!"

"Claro…"

Entraron a la tienda, y los niños no podían dejar de admirar desde las llantas hasta el manubrio, tenían miedo de tocarla, por lo que eran muy cuidadosos dando vueltas alrededor.

"Es muy bonita…"

"Si…"

"Es más bonita que la que le dieron a Loki sus nuevos papás…"

"Ajá…"

"¿Sabes armar una bicicleta?" Pregunto Gabriel al pelinegro, sin poder quitarle la vista de encima a los niños que seguían absortos entre ellos.

"Se robar las piezas ¿eso sirve?"

"En verdad Beelzebub, tu pasado criminal a veces me preocupa…"

Fue más sencillo subir las cosas al auto de lo que fue bajarlas, sobre todo para Gabriel quien termino arrepintiéndose de haber pedido cajas en vez de llevarse el par de bicicletas ensambladas.

"Estoy completamente agotado…" El pelinegro se hecho sobre el sofá, exhausto "¿Queda algo de comer?"

"¡Pediste dos hamburguesas dobles!"

"¡Eso fue hace tres horas!"

"Oye…" El Alpha hizo una pausa, mirando a su alrededor "¿A dónde fueron los mellizos?"

Levantándose de un salto, el pelinegro busco entre los muebles y la calle, sin pista del par de hermanos.

"¡Sólo tenías que vigilarlos cinco minutos!"

"¡Estaban aquí! ¡Heaven, Hell!" De pronto recordó que ambos pidieron ir al baño, así que corrió hasta la alcoba que compartía con el castaño "¡Gabriel!"

Cuando el más alto se acercó, se encontró con la escena del par de niños completamente dormidos arriba de la cama.

"Ni siquiera tuvieron energía de quitarse los zapatos…" La pareja los arropó, saliendo con cuidado de no hacer ruido.

"A pesar de todo, creo que hoy fue bastante divertido" Dijo el Beta una vez fuera de la habitación "Además es raro verte enojado, debo admitir que eres muy sexy en tú modo bastardo sin corazón…"

"¡Beelzebub!" Exclamó sonrojado el más alto "¡M-mejor ayúdame armar esas cosas o me llevara horas!"

"¡Te encanta que lo diga y lo sabes!" Se burló el menor sólo para ver la reacción de su compañero, pensando que ya era hora de que fuera él quien se sintiera avergonzado.

Ambos se sentaron en el suelo, leyendo el instructivo que venía en la caja, mientras pensaban que, si aquel había sido un día divertido, el de mañana no podría más que mejorar, lo habían hecho muy bien esa tarde, entonces ¿qué es lo que podría salir mal?