"Nada vuelve a ser lo mismo dos veces."


Marinette suspiro profundo llego el día en el que le daban de alta y la dejaban irse a casa, luego de recibir las indicaciones del doctor sobre su pierna y brazo junto con su ojo sus padres iban a volver al hospital para llevarla a casa, la pequeña presión de sus costillas la hizo removerse incomoda, otra cosa que debía de cuidar mucho era evitar esfuerzos físicos por un tiempo.

Tikki le dio ánimos dentro de su camisa, estaba usando su ropa solo que no usaba su chaqueta por el yeso y no estaba peinada en sus usuales coletas, además de que ahora estaba usando un parche de color blanco luego de dos semanas enteras en el hospital iría a casa a recuperarse hasta que llegara el momento de ir de nuevo a la escuela, viendo la hora en su teléfono sus padres y el doctor se tomaban su tiempo.

-Y eso sería todo, Marinette tiene sus pastillas y si ocurre algo con respecto a su condición solo tienen que llamarme. -El doctor Laurent les dio su tarjeta y con eso fue todo, la hicieron ir en una silla de ruedas y con eso fueron a casa en el camión de entregas.

La franco-china estuvo en silencio absoluto, su ojo veía sus manos que estaban en su regazo lo único que quería era ir a casa y darse un buen baño donde se quitara toda la mugre que sentía encima, los baños de esponja del hospital no eran muy agradables. Cuando llegaron a casa la de cabello azabache se bajó con delicadeza y vio las escaleras con una expresión neutral, era hora de empezar con los retos al parecer.

-Marinette. -Volteo a ver a su madre quien con su papá parecían querer decirle algo.

-Cariño, si necesitas ayuda con algo solo tienes que pedirlo, ¿lo sabes verdad? - Asintiendo con la cabeza la nueva guardiana solo trato de sonreír, probablemente solo hizo una mueca, pero estaba tan cansada que solo quería bañarse y dormir por un rato.

Rechazando la ayuda de sus padres, Marinette empezó a subir las escaleras usando el barandal de las escaleras importándole poco si iba más lento de lo que debía o si se estaba forzando un poco, no acepto la ayuda aun cuando el sudor empezó a bañar su frente y cuello, importándole poco si estaba sudando o si tardo 10 minutos en subir las escaleras.

Subiendo a su cuarto dejo que Tikki saliera y se dirigió al baño, su recompensa estaba allí y la tomaría por completo. Ese día jamás tuvo un baño tan satisfactorio.

Aun cuando era temprano se puso su pijama y fue a la cama, se derritió en las sabanas limpias y el aroma a pan con el que había crecido, eso fue suficiente somnífero para ella. Estando dormida no se dio cuenta cuando su madre entro a su cuarto y la cubrió con las sabanas encendiendo el ventilador que poseía para hacerla dormir mejor, como tampoco que Tikki durmiera en su cuello con ella.


Los días fueron repetitivos. Despertar. Bañarse. Desayunar. Quitar las fotografías de Adrien y tirarlas a la basura. Descansar. Seguir quitando todo lo que tenga que ver con Adrien, incluyendo en su computadora.

Estaba bien en realidad, eso hasta que los ruidos de abajo la hicieron saber que tenía un cambio de rutina.

Escucho como por su trampilla se escuchaban voces, ladeando la cabeza vio a los Kwamis que estaban fuera de la caja. Desde que despertó de su siesta, ellos acordaron vigilarla y no separarse de ella en ningún momento excepto cuando sus padres subían sus comidas y trataban de convencerla de bajar.

-¿Qué crees que sea, mamá?- Y allí estaba eso, desde que se convirtió en guardiana todos los Kwamis se dirigían a ella de esa manera. Ellos le habían dicho que al ser ahora la que velaba por la seguridad de los miracolous y por extensión ellos, era un nombre que le quedaba a la perfección. Era extraño ser llamada mamá por seres con más años y poder que ella, pero no le desagradaba.

-No… no lo sé. - Sentándose en la silla de su computadora espero, el yeso en su pierna y brazo eran aun incomodos de manejar sin mencionar las pastillas para el dolor que tomaba cada cierta hora, las voces se hicieron más fuertes a medida que se acercaban a su cuarto y les dio una señal a los kwamis para que se escondieran.

-¡No me importa si tengo que matar a ese hombre, va a pagar su negligencia de una manera u otra!- Gina Dupain entro haciendo que la bluenette abriera su ojo al verla tan enojada, su rostro estaba rosa y sus ojos verdes brillaban por la ira detrás de ella su abuelo Ronald y sus padres la seguían.

-¿Abuela?-

-¡Mi pequeña hada!-

A una velocidad que dejaría a Alix y Kim en vergüenza su abuela la atrajo a su pecho, sintiendo como el aire se iba y empezaba a ahogarse en su abrazo, si el accidente no la mato estaba segura que iba a morir de asfixia en aquel abrazo, ¿eso era posible siquiera?

-Gina, si no la sueltas la mataras por como la abrazas. -

Su abuela la soltó y dio una gran bocanada de aire, vio por un momento una luz lejana. Ahora con aire en sus pulmones y segura que no había una luz extraña con música angelical saliendo de ella, vio por fin a sus abuelos en su cuarto.

-…Hola…- Sonriendo de forma nerviosa los saludo, no esperaba visitas tan pronto. Apenas podía soportar las miradas de sus padres cuando veían sus yesos o parches, además de la insistencia de su madre por bañarla y ayudarla a vestirse.

-Oh mi Marinette…- Algo más que Marinette podía decir que odiaba con todas sus fuerzas era eso, la forma en la que la veían y si bien apenas pasaron 3 días desde que regreso no significaba que siguieran siendo más sencillos.

-Abuela… yo… realmente no me siento bien en estos momentos, las pastillas me están haciendo efecto y…- Se sentía como basura por mentir así y de esa forma, la hacía sentir como Lila pero realmente no quería recibir esa maldita mirada que le recordara que sus huesos estaban rotos y la pérdida de su globo ocular.

En esos momentos solo quería estar sola en unos minutos debía de beber sus pastillas para el dolor, lo que terminaba adormilándola, pero cumpliendo su cometido disminuyendo drásticamente el dolor. Su vista fue a su regazo hasta que escucho que se fueron, levantándose y tomando sus muletas subió a su cama para empezar a pensar en lo que haría sobre su gran problema de ser Ladybug teniendo sus huesos en tal estado.

-Vamos Marinette, piensa. Venciste a un T-Rex con un gato hidráulico puedes encontrar una solución. - Sus dedos jugueteaban con los aretes y su pie sano se movía inquieta, mordiendo sus labios pensó en posibles estrategias que podía usar, pero todos eran con ella transformándose y yendo a la pelea.

-Marinette. - Volteo y vio a Tikki quien estaba flotando.

-Si? -

-Creo tener la solución a este problema, pero debes pensarlo detenidamente. -

-Realmente me vendría bien una sugerencia Tikki, ¿qué es lo que tienes en mente? -


Había pasado 3 semanas enteras para que su doctor autorizara que podía volver a la escuela, su frasco de pastillas estaba en su bolso junto con sus cosas. Adrien fue muy amable en llevarle los apuntes estaba segura que estaría muy atrasada sin ellos, aceptando la ayuda de su madre a regañadientes subió las escaleras y entro a su aula luego de una platica incomoda con la señorita Bustier quien fue llamada a la oficina del director.

Según los mensajes de Alix la junta escolar cancelo todos los eventos junto con los viajes de la escuela para concentrarse en la investigación de la escuela, el puesto como director para el señor Damocles estaba siendo retirado por el obvio favoritismo entre los estudiantes con padres influyentes, y la señorita Bustier estaba a salvo apenas.

Si no fuera por como estaba manejando su aula con respecto a Lila ella seria la siguiente en la lista de despidos, ignorando las miradas de sus compañeros y a Alya en especifico subió a su asiento en la parte de atrás del salón, quien estaba siendo ocupada por Lila que se había convertido en la paria de la escuela. No es como si eso le interesara.

-Estas en mi lugar, Lila. – No le importo como todos la estaban viendo, ella quería su lugar y lo iba a obtener.

-Olvídalo Dupain-Cheng, ganaste pued…-

-No te estoy preguntando Lila, estas en mi asiento designado así que si no quieres problemas será mejor vuelvas a tu sitio enfrente de la case. -

-Marinette, puedes ir al frente estoy segura que…- Rose quedo muda por la forma en el que, el único ojo de la franco-china la vio, era una mirada penetrante que iba entrando a su alma. Todos quedaron en silencio al verla así, la razón de porque Lila estaba allí era simple, Adrien no había llegado aun y no pudo reclamar el lugar.

-…-

Nadie dijo nada, el ambiente estaba tan tenso que se podía cortar con un cuchillo y ponía a todos nerviosos aquella mirada tan fría y dura que la más amable de todos ellos les dedicaba.

-No me iré de aquí Lila, así que ve a tu asiento. ¿Eso no era lo que querías? Tienes el asiento en frente, y si mi memoria no me falla todos acordaron que este era mi lugar. -El recordatorio era cruel pero cierto, la italiana estaba por negarse, pero una mirada a aquel ojo la hizo retroceder tomando sus cosas se fue al asiento de enfrente y la de parche dejo sus cosas allí y se sentó como siempre ignorando a todos.

Nadie sabía que decir, Alix le empezó a mandar mensajes siendo la única junto con cierto rubio que no estaba bloqueada de sus contactos, pasaron alrededor de 5 minutos mandándose mensajes hasta que Madame Bustier volvió con Adrien detrás quien apenas podía creer que Marinette estaba de vuelta.

-Buenos días alumnos, como notaran nuestra querida presidenta de clases volvió y creo que todos estamos de acuerdo en que debemos ayudarla en todo lo que necesite. -Marinette apretó su lápiz al escuchar que básicamente todos debían de ayudarla en todo, la tratarían de la misma forma en la que trataron a Lila y eso la hacía enojar.

Iba a ser un día escolar muy largo.


Saliendo del laboratorio de ciencias con Alix cargando su mochila y Adrien a cuestas fueron a la cafetería para al menos tener un almuerzo tranquilo, desde que volvió ambos se mostraron reacios a dejarla sola con Alix siendo el guardaespaldas del trio y Adrien el que intimidaba a todos.

-Alix, de verdad no tienes que cargar mis cosas, yo puedo hacerlo. -

-Tonterías, además he cargado pesas mucho más pesadas que esto. – Reconociendo una batalla perdida cuando la veía la dejo, era imposible tratar de hacer que Alix obedeciera una orden.

El almuerzo paso con relativa tranquilidad a excepción de Adrien ofreciéndole comprar todo lo que le atrajera de la cafetería, cosa que negó. Que curioso, si fuera la vieja Marinette quien estuviera allí se estaría desmayando por lo que el rubio hacía, pero ahora no sentía ni cerca a lo que llegó a sentir por el Agreste, pensando en eso el sentimiento empezaba a desvanecerse.

-Esta bien Adrien, mi mamá empaco mi almuerzo. Y traje croissants de la panadería para ustedes, no tienes que comprarme nada. -Sacando de su mochila dichos croissants todos comieron con relativa normalidad ignorando las miradas de todos comió lo que su madre insistió en que comiera, no le molestaba que su mamá le diera almuerzos, pero si era raro que ella se los diera con más comida de lo usual.

Lo que ella no sabia era que su doctor había hablado con sus padres sobre su perdida de peso, lo que hizo que su madre la alimentara más no perdiendo nunca una comida y que sin su hija supiera la había hecho beber leche que bebían los bebés para que ellos obtuvieron los nutrientes necesarios, lo que termino con hacer que el apetito de Marinette volviera.

-¡Marinette!- La franco-china volteo a ver quién la llamaba y vio a Marc con Aurore ir hacía su mesa, tragando el pollo agridulce que estaba comiendo saludo con una pequeña sonrisa a su escritor favorito.

-Hola, Marc.-


Las mariposas se movían inquietas por todo el observatorio, Gabriel Agreste podía sentir las emociones negativas cada vez más fuertes pero el impulso de akumatizar a alguien se iba al recordar los ojos verdes de su hijo viéndolo con odio y la ira que destilaba.

El imaginar la mirada de su esposa de aquella forma lo hacía retroceder a transformarse, luego de una platica con los padres de la joven Dupain quedo en que ambos padres en que cuando Adrien estuviera allí le avisaran, para dejarlo que pasara el tiempo necesario allí.

Decidido a darle espacio a su hijo, dejo que faltara a ciertas clases excepto las sesiones de fotos cada vez que trataba de hablar con él para dejar de explicar su trato con Lila, el miracolous le hacía sentir su ira y era como un golpe en el estomago sentir el parecido al de Emilie incluso en sus emociones.

Por el momento se abstendría de akumatizar a alguien, debía de hacer ciertos arreglos, y debía de pensar en como compensar su error con cierta niña que ahora usaba yesos.


N/A:- Lamento la tardanza, estuve ocupada y hay ciertas cosas que pasaran recientemente. No quiero abrumarlos con mis problemas, agradezco sus comentarios!