Cada capítulo de este Fanfic tiene una canción que lo representa. Esas rolas empalagosas, pasadas a azúcar dignas de un relato romántico inspiran cada parte.
Si hubieras querido - Pablo Alborán
Nadie dijo que era fácil despedirnos
Ni siquiera sé si puedo ser tu amigo
Mira si nos hemos querido
¿Cuántos universos hemos inventado?
¿Cuántas vueltas a este cuento le hemos dado?
Y mira lo que nos ha pasado.
Un enfrentamiento se estaba desatando cerca de las colonias, mediante una orden del área preventiva se logró embaucar a posibles grupos frentistas que buscaban desestabilizar la paz obtenida hace ocho meses atrás. El universo estaba encaminado a una paz duradera, todos los actores importantes mediaban por el resguardo de lo conseguido eso incluía a los ex pilotos gundam que se unieron a los denominados preventivos, el área de inteligencia secreta creada por la ESUN que evitaba los posibles conflictos se intensificaran.
Luego de un enfrentamiento cerca de las colonias, Heero arribó a su nave luego de desarticular una potencial fábrica de mobile suits, una de las más grandes que descubrieron el último tiempo.
- Demoraste bastante -comentó Dúo al verlo entrar. Este estaba a cargo de apoyar desde el exterior el riesgoso ingreso de Heero a la fábrica que tuvo complicaciones dado a que no dimensionaron lo inmensa que era.
Heero iba a lanzar un comentario mordaz, pero estaba muy cansado. Solo se dignó a tomar su asiento para comenzar el reporte . Los pilotos retomaron su lista de pendientes mientras se alejaban del lugar en su nave.
La jefa del área, Sally Po se comunicó con ellos para informarse de la situación.
- Preventivo 01 y 02 repórtense por favor.
- Aquí 02 activo, puede enlazar la comunicación.
Sally po apareció en la imagen del intercomunicador.
- Vaya, demoró más de lo esperado ¿no?
- Si, pero lo importante es que todo salió bien. - dijo animado Dúo.
Heero concentrado en su computadora, omitió hablar y era de esperarse que no lo hiciera. Sally po estaba acostumbrada a su forma reservada de ser, de hecho cuando lo convenció de trabajar para ella meses atrás creyó haber logrado bastante con él.
- Me temo que tendremos que vernos muy pronto debido al alcance que tuvo esta misión. El reporte tendrá que ser presentado en vivo ante Une al ser de suma importancia.
- Sabes que no nos gusta dar la cara, pero ni modo ¿A que colonia debemos dirigirnos? - preguntó Dúo.
- No tienen que dirigirse a ninguna Colonia, deben ir a la tierra. Exactamente a Bruselas a presentar los antecedentes que serán derivados al presidente elegido en democracia.
Heero se desconcentró de sus notas mientras escuchaba a Sally. Volver a la tierra para presentar antecedentes no era ningún problema para él, ya que se lo pidieron una vez en el conflicto que ocurrió en esa misma ciudad casi un año atrás. Su dificultad era verse tentado a encontrarse con...
- ¿Es necesario? - preguntó Heero.
- Absolutamente, nuestro departamento es anónimo, pero Une está temerosa que cualquier situación pueda escapar de las manos como ocurrió antes. Tenemos todos los ojos puestos en nuestra área.
- Bueno, a mi no me molesta tomarme un par de días extras para ir a ver el mar ¿que dices? ¿Heero..?
El ex- piloto 01 tomó su chaqueta para salir del lugar atormentado por sus pensamientos, si Sally Po no lo conociera lo hubiese tomado como una falta de respeto. Ella simplemente encogió los hombros en señal de desconcierto.
- Bueno, quizás no es de su agrado Bruselas.
- Al contrario - agregó Dúo - debe estar ansioso por ir. Ya sabes como es...
- Entonces los esperamos este viernes al medio día. No olviden sincronizar sus relojes al horario del país. ¡Cambio y fuera!
Heero quedó pensativo al cruzar la puerta. Serio ante la noticia de ir hasta Bruselas comenzó a rememorar cuando se fue del discurso gubernamental sin decir nada hace casi un año. Se había alejado completamente para tratar de replantear sus prioridades, pero definitivamente la vice-ministra aparecía en sus pensamientos en todo momento. Cuando veía algunas noticias sabía de ella otra vez, incluso cuando decían su nombre ocasionalmente notaba que su corazón palpitaba con ganas de volver a verla. Trataba de reprimir todo eso.
Debajo de su coraza aún guardaba sentimientos, se había encargado siempre de no demostrarlos e incluso cuando Dúo bromeaba al respecto no contestaba o simplemente cambiaba el tema de la conversación. Habían sido los nueve meses más eternos, por suerte podía distraerse en sus misiones que aunque fuesen pan comido, ocupaban su mente disolviendo los recuerdos de sus encuentros o disipando la imagen de ese único beso que se dieron aquella vez al salir de una colonia.
Generalmente se auto convencía en que ella estaría segura resguardándola desde lejos, pero no podía omitir que pareciera que no era suficiente para é apoyó contra una pared mirando hacia el espacio resistiéndose a esos juicios internos que le decían que había hecho mal en desaparecer completamente de la vida de "ella". Era una mezcolanza de cosas, advirtiendo miedo al suponer que estaba la posibilidad de haber sido olvidado, ya que no hubieron indicios de que la viceministra tratara de contactarlo en ese último tiempo.
- " Si sigues así, se va a olvidar de ti, viejo" - resonó en su cabeza las palabras de Dúo dichas hace unos meses.
Ella era demasiado increíble a sus ojos, en esos momentos constituía uno de los pilares más importantes de la nueva paz. Refinada, educada, proveniente de una estirpe pacifista de élite...Si se comparaba, él solo era un ex soldado que poco tenía que aportar a su vida.
Bruselas.
La reunión privada en el área de preventivos de la tierra estaba concluyendo. Ambos pilotos presentaron los antecedentes en el despacho de Une quién estaba complacida de volver a verlos. Hizo las preguntas pertinentes a los procedimientos, informes y todo el historial respecto a la base de mobile suits destruida esa misma semana. Ella daba por terminado el reporte oficial.
- Espero que con esto el presidente se sienta conforme, espero entiendan que era necesario vernos cara a cara para entender por completo a que nos estamos enfrentando. Sé que debe ser aburrido para ustedes esta parte tan burocrática, por eso les pido disculpas. Nuestro departamento es sumamente importante, recibe un alto presupuesto como sabrán y debemos garantizar su permanencia.
- Aunque no existiese, es algo que haríamos igual - dijo Dúo tomando una posición relajada en su silla.
- No se debe tomar a la ligera - agregó Heero cruzado de brazos en la silla.
Une tomó al comunicador para hablar con su secretaria.
- Tina, por favor agenda una reunión excepcional para mañana con el presidente con etiqueta de urgencia. Seguramente la viceministro de relaciones exteriores Darlian quiera estar presente también.
Heero admitió que escuchar ese apellido era como una punzada en sus entrañas.
Tina respondió ante él petitorio de su jefa:
- La secretaria de la Viceministra Darlian nos informó temprano que desde mañana no estará disponible en Bruselas. Canceló todas sus reuniones desde la semana que viene.
- Jamás había escuchado que hiciese eso antes. Como sea, por favor te pido que hagas llegar la información a la viceministra. Sin duda querrá estar, ya que forma parte fundamental en esto.
A Heero también se extrañó. La Relena que conocía no solía tomar ese tipo de decisiones tan radicales, más en lo referente al rol comprometido con su trabajo.
Une despidió a los jóvenes pilotos los cuales salieron al pasillo en dirección a la salida del palacio.
- Estoy agradecida que hayan venido hasta Bruselas por esto, tengan claro que los días que pasen en la tierra serán libres para ustedes debido al arduo trabajo.
- No solemos regirnos por ese tipo de formalidades - comentó Heero yéndose bruscamente.
- ¡Heero! ¿Pero que le pasa...? - exclamó Dúo.
Une sonrió ante la seriedad del piloto. Desde años atrás había conocido su carácter, un ingrediente importante para su éxito en sus misiones. Recordaba que su señor Treize admiraba a los jóvenes como ellos debido al temple para afrontar todo tipo de desafíos. Por otra parte le agradaba saber que habían sobrevivido a las batallas para vivir en un mundo más tranquilo. Se lo merecían.
Heero atravesó el ala sur del palacio bastante intranquilo por lo demás y perdiendo a Dúo más atrás. Miraba hacia varios lados por si lograba distinguir aquella cabellera dorada por algún rincón, pero nada. Fue por el pasillo llegando al ascensor que lo llevaría al primer piso, pero impulsivamente apretó el botón del cuarto piso que llevaba al área de relaciones internacionales.
Cuestionándose todo este acto, subió por el ascensor y al abrirse las puerta vio un desolado corredor que llevaba a varios despachos. Caminó por ellos hasta que al girar la esquina, vio la puerta con la estampa de metal que decía " Viceministro Darlian". Advirtió que alguien abría esa entrada estrepitosamente, por lo que sin querer tuvo el impulso de correrse. Una mujer joven salió de ella hablando por su teléfono en voz muy alta ignorándolo por completo.
- ¡Exacto, me ha confirmado que se quedará un día más para estar presente! ajá...ajá sí por favor avisa... no hay problema.. ahá.
La jovencita se alejó desapareciendo en el siguiente corredor. Heero ingresó a la antesala del despacho advirtiendo que sobre el escritorio de la secretaria había una serie de envoltorios de chocolate, agendas, lapiceros e incluso papeleo pendiente. Alrededor no se veía a nadie más. Metros más allá, vio la puerta entreabierta de lo que parecía ser el despacho principal.
Heero asomó la mirada... pero en el interior no estaba la Viceministra.
Aliviado ingresó sigilosamente al despacho. Era una amplia sala con escritorio imponente junto a la ventana, había un centro de sillones para reuniones y todo estaba formalmente decorado con algunos libreros de roble y floreros que adornaban las esquinas. Heero se acercó al buró pasando su mano por la superficie, advirtiendo que sobre él había una serie de carpetas junto al computador. Su acción lo llevó a tomar un elegante porta retrato.
Sonrió ligeramente al ver a una inocente joven Relena sentada en el regazo de su padre. Era esa niña que había visto en el instituto viviendo feliz en un mundo que ignoraba las batallas, esa imagen que casi nadie conocía. Aún con el retrato en la mano dio cuenta de otro objeto particular apoyado en el alféizar de la ventana: se reencontró con el osito de felpa que le regaló para su cumpleaños número dieciséis y nuevamente eso le arrancó una sonrisa.
Conmovido, repentinamente escuchó un ruido proveniente de la antesala del despacho. Apurado dejó la foto sobre el escritorio, ocultándose entre las sombras. Escuchó esa dulce voz que no oía hace bastante tiempo.
- Jenni, por favor dile a Frank que no podré verlo mañana por la reunión. Dile que yo lo llamaré para coordinarnos.
"¿Frank?" ¿quién es ese? - se preguntó internamente Heero.
-¡Ah! por cierto mandé a reparar mi carro, debería estar listo - agregó Relena.
"¿Carro?" -pensó curioso. No sabía que ella tenía uno.
Sintió ese perfume tan particular que impregnó toda la sala. Al menos eso no había variado en esos meses. Vislumbró la habitual cabellera de Relena que esta vez estaba totalmente suelta, observando cómo la joven se dirigía hacia la ventana para tomar los rayos del sol acomodando su pelo. Advirtió sus entrañas retorcerse al apreciarla fresca, madura y pensativa.
Relena respiró mirando hacia la ciudad. Tomando fuerzas para continuar su tarde de trabajo, dio media vuelta advirtiendo que el retrato con su padre no estaba en el lugar de siempre, más bien bastante fuera de su punto habitual. Miro la sala presintiendo algo extraño y Heero dio cuenta que fue descubierto.
- ¿Quién está ahí? - preguntó en tono severo.
El no tenía más remedio que aparecer hacia la luz.
- Muy perceptiva...Relena.
-¿¡Heero!? - exclamó asombrada.
Ambos se contemplaron directamente a los ojos. Un silencio arrollador pasó entre la pareja confundida ante ese extraño momento. Ninguno de los dos quiso hablar primero para no interrumpir el perfecto instante dónde se examinaban el uno al otro. Fue ella quien finalmente optó por comenzar.
- ¿Pero qué... haces aquí, Heero?
El no supo que responder. Explicarlo ya era difícil, más aún cuando lo sorprendieron oculto. Para responder se fue por lo obvio.
- Vine por una reunión del área preventiva a Bruselas.
- Ya veo. Así que tu eres el culpable de la reunión sorpresiva - respondió sentándose en su escritorio acomodando sus papeles.
Ella trataba de ignorar sus nervios con un tono que fingía despreocupación y dedicó una sonrisa conciliadora hacia el joven. Este, aún intrigado con ella, no supo responder.
- Hnm. Así parece.
- ¿Quieres tomar asiento? supongo que si viniste a mi oficina tienes alguna razón de peso.
"¿Es verdad, por qué vine hasta aquí?" - pensó para sí
- Hnm...- expresó frente a ella.
Se acercó al escritorio de Relena y se sentó. Ella con un leve carraspeo tomó una de sus hojas para distraer su mente, de paso levantó una pluma para fingir que estaba por leer un documento importante.
- La verdad es que me sorprende verte aquí - confesó jugando con el botón de la pluma.
- Me uní a la fuerza preventiva, es lógico que algún día apareciese en este palacio.
- Más no en mi oficina - sentenció la viceministra algo dolida evitando su mirada - creí que jamás...jamás volvería a verte Heero.
El advirtió cierto pesar en la última frase. Cuando iba a hablar fueron interrumpidos por el dispositivo telefónico de Relena que estaba sobre la mesa vibrando. Heero, de reojo, solo alcanzó a leer "Frank" en la pantalla y ella se apresuró a bloquear la pantalla.
- ¿Querías decir algo?
- Relena yo...
La llamada volvió a interrumpirlos. Nuevamente el nombre Frank aparecía en la pantalla del móvil de Relena.
- Discúlpame - pidió la joven contestando - ¿Hola? si... Te avisó Jenni...mmm lo siento de verdad fue inesperado...mmm así es...gracias por comprender...Podría ser pasado mañana...
Heero se interesó aún más por saber quién era ese tal Frank tan insistente.
- Te llamaré de vuelta ¿Si? Así es estoy en...
Relena miró a Heero que estaba con sus brazos cruzados en su asiento dudando como denominar ese encuentro.
- En un asunto de trabajo.
Ella colgó para incorporarse nuevamente a la conversación y esta vez fue Heero que molesto, soltó una frase desde sus entrañas.
- ¿Asunto se trabajo?
- Estamos hablando del asunto del área preventiva ¿No? - apresuró a decir ordenando su cabello detrás de su oreja. Se puso nerviosa odiando admitir que su presencia la descolocaba totalmente.
- Así es. Vine por el informe de la fábrica de Suits de Orión.
- Si, supe que algo ocurría.
- "algo"
- Esta semana estuve un poco desconectada de mis quehaceres pensando en que tendría unos días fuera... aunque ya estoy informándome del asunto para la reunión, tengo conocer todos los antecedentes de esta investigación para mañana a primera hora.
La intuición de Heero, le hacía sospechar que ese tal Frank estaba involucrado en sus "días libres". Una parte de él se alegró de haber arruinado los supuestos planes.
- Ya entendí Relena, haz lo que quieras. No te interrumpo más - se levantó molesto del asiento. Por alguna extraña razón se percibió sumamente idiota en ese momento.
- Heero aún no hemos terminado, me estabas contando sobre la investigación. Mañana tendré que apoyar a Une, tengo una noche para estudiarla y si tu me cuentas ahora pued...
- De seguro comprenderás todo perfectamente leyendo la carpeta - agregó fríamente yéndose.
- Puede ser, aunque no hay nada como conocerlo desde quién presenció todo.
- De seguro podrás hacerlo bien.
Ofuscado fue hacia el acceso, pensando en que ese encuentro no superó las expectativas. Nuevamente se vio preguntándose cosas: ¿Acaso tenía expectativas? ¿Que estaba esperando al ir allí?
- ¡Heero!
Él giro hacia ella. Maravillado con su belleza a contraluz la admiró unos segundos.
- Me alegra verte - sumó cálidamente.
Heero se derritió ante esos ojos, al fin pudo ver en ella esa expresión de cariño que tanto le gustaba, esa tierna mirada expresada cuando rompió la tarjeta de cumpleaños en el transbordador, ese vistazo que lo recibió en el reino de Sanc. Incluso la mirada que distinguió entre abriendo sus ojos al verse apoyado en su regazo luego de caer del wing zero.
Él asintió para salir de allí lo antes posible. Creía que corría riesgo sin duda, porque sabía que si permanecía dentro de la misma habitación que Relena podría tentarse de acercarse más.
Por su parte la viceministra se quedó observando hasta que desapareció tras la puerta. Llevó su mano al pecho percibiendo ese sentimiento otra vez. Sí, seguía allí eso que tanto se había esforzado por controlar esos meses. Era como si hubiese aparecido la llave que guardaba todas las sensaciones oprimidas.
Relena había hecho un trabajo arduo en si misma para tratar de no correr tras él luego del ultimo episodio. Recordó cuando cayó en sus brazos, el breve tiempo que estuvieron cerca mientras se recuperaba antes de que desapareciera. Le dolió mucho cuando al terminar su conferencia en el parlamento lo buscó por todo el lugar, incluso esperó unos días creyendo que volvería a ella, pero no ocurrió.
Lo último que supo fue cuando Lady Une entregó un informe exclusivo respectivo al área preventiva, dónde entre los implicados aparecía su nombre clave. Con eso entendió que ella no estaba entre sus prioridades, que simplemente no tenían nada que los uniera porque la guerra había acabado y la paz estaba en curso...Aunque siempre el recuerdo de ese beso irrumpía su mente, ese único beso que la hacía pensar todo lo contrario.
Ultimamente se había aventurado a hacer cosas nuevas para distraerse, no quería depender de nadie por eso compró un carro para poder alejarse de la ciudad cuando quisiera, visitar a su madre e incluso comenzó a hacer ejercicio con su personal trainer llamado Frank. Luego de unos meses entrenando, él comenzó a mostrarse interesado más allá de las clases y ella solo se dejó llevar dándose la oportunidad de conocer a otra persona que alejaba de sus pensamientos al piloto Gundam.
Luego de un mes de flirteo con un par de citas, Frank la invitó a pasar unos días en la costa justo esa semana. Relena se había preparado para la ocasión, que sin duda los llevaría a conocerse mucho mejor, aunque debía admitir que ir lejos con un hombre era arriesgarse a que pasaran ciertas cosas inevitables. Pensar en eso también la ponía nerviosa.
Heero, aún absorto en sus pensamientos se encontró con Dúo en la salida del palacio.
- Te estuve buscando Heero.
Él no respondió.
- No me digas que anduviste en los pisos superiores...no me sorprendería.
- Vámonos.
- Iré a Berlín, Hilde me encargó varias cosas.
Heero silente nuevamente admitió que no le gustaba pensar en compras, menos en ese momento que tenía las pulsaciones alborotadas y la mente desconcentrada.
Ambos fueron al vehículo que habían arrendado en su estadía en la ciudad. Dúo se adueñó del manubrio, Heero abrió la puerta del copiloto para subirse. Antes de eso miró hacia arriba en dirección a la ventana que correspondía a la oficina que recién había visitado. Hizo el ademán de entrar al auto, pero se quedó afuera del vehículo dando un portazo.
- ¿No me digas que te quedarás? - concluyó Dúo
- Hnm.
- Bueno, eso lo dice todo...- respondió con una sonrisa picara.
- Te alcanzaré mañana.
- Tómate todo el tiempo que necesites.
Heero lanzó una mirada asesina a su compañero, el cual sabía que su amigo estaba prendado de la ex reina del mundo desde hace años.Dúo aceleró para salir de la zona resguardada por la seguridad viendo por el retrovisor.
"Solo no lo estropees" dijo seriamente al doblar la esquina.
