CAPÍTULO 26
Harry observaba el vaso de leche como si éste contuviera las respuestas a todos sus dilemas, en la superficie se encontraban pequeñas migajas de galletas que había dejado Teddy cuando las hundía antes de comerlas. Despertó de su trance cuando la luz de la cocina se encendió, se giró a ver a su padre que lo observaba fijamente desde la puerta.
—Supongo que la película no fue de tu agrado, llegaste temprano.
—Era aburrida.
—¿Llevaste a Mariane a su casa? —le preguntó su padre acompañándole.
—Sí, y creo que se siente demasiado decepcionada de mí.
—¿Le faltaste al respeto? —Harry negó con la cabeza inmediatamente—. ¿Entonces cuál es el problema?
—Supongo que ese precisamente, ella desea algo que no puedo darle.
—Y ese era tu problema antes ¿no? Querías meterte con ella.
—No es cierto —intentó defenderse frente a las acusaciones de su padre.
—¿Y porque te metiste a su alcoba desde la azotea? Cada vez que sale su madre me lo recuerda con la mirada —el joven cerró los ojos avergonzado con su comportamiento.
...
Harry había aguantado todo ese juego de seducción que había tenido la vecina con él, con la ventana abierta había comenzado a trotar en la caminadora, con ropa muy escasa y delgada, sus pechos moviéndose cada vez que ella corría, y el top que estaba usando se bajaba un poco más conforme pasaban los minutos, observó su espalda desnuda una vez que decidió meterse a bañar, en ese momento Harry creyó que todo había terminado, pero al salirse de bañar ella lo vio fijamente con una coquetería inusual.
En ese instante todo rastro de coherencia, y raciocinio murió, salió por la ventana y se subió al árbol que separaba ambas casas, se tomó de la ventana de Mariana y sonrió idiotizado al verla recién bañada, con las gotas de agua escurriendo por sus piernas.
—¿Debo tomar eso cómo una invitación? —le preguntó él aun dudando.
—Y debo decir que me hiciste esperar demasiado.
—Temía no comportarme si... venía —le dijo él dudando de sí mismo, sabiendo que si ponía los pies en su alcoba actuaría de inmediato, dejándose llevar por el placer.
—Espero que no lo hagas —susurró ella bajando la vista.
Harry se impulsó para entrar, pero la puerta de su habitación de abrió de pronto, Marianne volteó con su bata media puesta y la sonrisa se le borró del rostro.
—¡Mamá!
—¡Pero Marianne! —exclamó incrédula su madre, ante la mirada avergonzada de su hija.
Harry deseaba y rogaba porque Marianne no se quitara y siguiera ocultando su cuerpo a medio entrar, pero la joven volteó y susurró un "vete", algo que no fue ignorado por su madre, y la quitó de ahí de un tirón, la sorpresa que se llevó la señora al ver a Harry entrar de esa forma a la alcoba de su hija, el rostro de ésta cambió radicalmente y un tonó enrojecido se notaba en su cara, creyendo que en cualquier momento explotaría.
—Todo tiene una explicación... técnicamente ni siquiera he entrado —se defendió Harry con antelación.
—¿Y debería agradecer eso Harry? Debería... defender tus buenas intenciones supongo, ya que mi hija está escasamente vestida y estás entrando a su alcoba como un ladrón.
—Creo que... no tengo... argumentos válidos para defenderme.
—Fuera de mi casa. —Dijo conteniendo un grito de ira.
—Mamá... deja que entre y baje por las escaleras, por favor.
—Saldrá por donde llegó, o haré un escándalo hasta que tu hermano despierte.
Harry recordó al hermano de Marianne y salió de la ventana de inmediato, quiso tomarse de la rama del árbol con fuerza, pero no conservó el equilibrio y la rama no soportó su peso, su cuerpo cayó hasta el suelo, y aunque fue lo suficientemente rápido para reducir la caída con magia, el golpe en la espalda no pudo evitarlo. Recostado en el césped, con el dolor atravesando su columna, escuchó la ventana cerrarse con fuerza.
...
—Me deje llevar por... no estaba pensando con claridad, extraño demasiado a Ginny.
—Claro que no —le debatió su padre—, pero verla acompañada en la graduación te hizo caer un poco en la realidad.
—¿Eso qué significa?
—Pensabas que ella se sentaría a esperarte, y al ver que no es así te arruinó tus momentos de disfrute, la extrañas porque sabes que no volverás a tenerla.
...
Hermione casi le sacó el aire con el golpe que le dio, él la miró a los ojos y vio en ellos la amenaza, fue un mensaje claro, corto y directo, él suspiró molesto y aunque quería atravesar todo la recepción para tomar a Ginny de la mano y alejarla de ese mago, tuvo que respirar y tranquilizarse.
—Muy bien, ahora que ya respiraste, tal vez puedas prestar atención a otras cosas, ya llegó Sirius, por ejemplo.
—¿Es en serio? ¡Es Zabini! ¡Un Slytherin! —alzó la voz molesto, Hermione puso su cara de interrogación mientras se plantaba frente a Harry.
—¿Qué no se supone que tú eres un especie de Slytherin? O algo así... él la ha tratado bien, y obvio Ginny se irá con quien la trate bien.
—¡Yo no la traté mal!
—Zabini sólo tiene ojos para ella —le dijo jalándolo hacia la mesa donde se sentarían—, además era de esperarse que ella... avanzara.
—¿Llamas a eso avanzar?
—Harry es lo mismo que tú hiciste, que yo sepa estabas en la alcoba de Marianne la semana pasada.
—Eso... no tiene que ver —se quejó Harry sin tener argumentos para defenderse—, un momento... ¿estás insinuando que... Ginny... ella... lo hizo con Zabini?
—Por Merlín, los celos sí que hacen estragos en ti —exclamó Hermione bebiendo una copa de vino—, ahora cállate que ahí viene Ron.
En los siguientes minutos Harry intentó comportarse como era debido, pero en su rostro quedaba completamente claro que los celos lo estaban consumiendo, intentó integrarse a la conversación que estaba teniendo Hermione con Ron, pero no pudo hacerlo, su mirada estaba fija en Ginny y en la forma en que Zabini tocaba su cintura cuando bailaban.
—¿Por qué estás tan tranquilo de que Ginny este saliendo con ese idiota? —le preguntó Harry sin poder seguir conteniéndose.
—Bueno... la prefiero así sonriendo, que verla como estaba cuando tú la dejaste por esa muggle.
—Yo no la deje, te lo he dicho... pero que mierda —exclamó sorprendido cuando vio a Draco acercarse a Zabini e intercambiar unas palabras y darle un beso a Ginny en la mejilla—, algo tuvo que ver él... lo sé.
—Creí que era tu mejor amigo —dijo con cierto veneno Ron, a lo cual Hermione lo silenció con una sola mirada.
—Hasta donde yo sé, ambos van en Slytherin, eso no tiene nada de raro Harry.
—En serio que está de pésimo humor —dijo Ron terminando su bebida, le sonrió a Hermione y le extendió la mano con educación—, tal vez deberíamos tomar eso como excusa y huir en este momento, estar juntos en el jardín... o bailar.
—Tal vez bailar, pero ya te dije que no estaré contigo Ron.
—Por ahora, pero me gustaría que fueras mi pareja toda la noche Hermione.
—Y a mí me gustaría que le quite las manos de encima a mi esposa Weasley —escucharon la voz fuerte e imperante de su profesor de pociones, Ron se hizo a un lado confundido mientras vio como aquel había ayudado a Hermione a levantarse de la silla y le sonreía—, he arreglado todo, y lo justo es que compartas la mesa de profesores a mi lado.
—¿No habrá ningún inconveniente? —le preguntó ella un tanto insegura.
—No, ya no eres más mi alumna, y es justo que terminemos este ciclo como es debido.
Hermione asintió tomando su túnica y viendo con cierta preocupación a Harry quién no se había inmutado por lo que acababa de ocurrir, salió de ahí tomada de la mano con su esposo, quien disfrutaba enormemente de lo que acababa de hacer.
—Y Weasley, no vuelva a invitar a mi mujer a salir por favor. —Le dijo en forma de despedida.
—Debe ser una broma ¿lo es verdad Harry? Ella no pudo casarse con Snape.
—Es mi papá ¿lo estas olvidando? —respondió con obviedad y enfado.
—Pero... dijo que era su esposa.
—Llevan dos años de casados, ¿acaso no te dabas cuenta que Hermione y yo tomábamos los mismos fines de semana? Íbamos a casa...
—No, eso es imposible... me estás jugando una broma —le dijo él comenzando a atar cabos, desde el inicio de la guerra.
—Broma es lo que me está haciendo tu hermana, espera... debo hablar con Draco.
Harry se levantó con cierta rapidez cuando vio que Draco salía de la recepción, lo alcanzó justo donde no había demasiados testigos, lo tomó de la túnica aunque no con sorpresa, ya sabía el Slytherin que su amigo lo estaba siguiendo.
—Dime que no tienes nada que ver en que Zabini este saliendo con mi novia.
—Ex novia Henry —le aclaró mientras se acomodaba la túnica que había estropeado su amigo—, y ser casamentera no es una de mis cualidades.
—Sé cuándo me estás mintiendo Draco, es... Ginny... mi Ginny.
—Lamento no estar de acuerdo contigo, pero... empezaste a salir con Marianne, entendí que Ginny estaba abierta a otras opciones.
—Le conseguiste la cita... a ese miserable —siseó molesto poniendo sus manos en puño—, ¿Dónde quedó la lealtad conmigo?
—¿Debía guardarte lealtad diciéndole a ella que te espere en lo que pasa tu calentura y te coges a esa muggle? En todo caso ella puede hacer lo mismo con quien quiera.
—Te mataré —le gritó dejándosele ir a su amigo.
Draco cayó al suelo sin haber esperado esa reacción por parte de Harry, sin embargo actuó con rapidez y se giró en el suelo, pero ninguno de los dos dio el primer golpe, y no fue necesario ya que Severus tomó a cada uno con una mano jalándolos de la túnica por la espalda.
—En verdad se habían tardado en... hacer una escena de estas.
—Papá... déjame arreglar esto...
—¿De esta forma? Claro que no, irán como voluntarios a ayudar con la seguridad del evento, ambos... ya que ninguno tiene pareja.
—Si padrino.
—Tendría pareja de no ser porque le arreglaste a Zabini una cita con Ginny.
—Ginny habría declinado tu oferta —respondió Draco con una risa burlona—, y a quien se la arreglé fue a ella, Ginny me pidió que le ayudar a salir con Zabini.
—¿Qué?
—Muy bien hijo, duda resuelta, ahora ve a hacer tu trabajo —le ordenó su padre con la varita en la mano, entonces supo que no debía negarse a tan pacifica petición.
...
—¿Crees que nunca va a perdonarme?
—Yo no lo haría.
Eso era lo que necesitaba Harry en esos momentos, un golpe de verdad, pero se avergonzaba que fuera su padre quién tuviera que hacerlo, al final hizo algo que su padre jamás le enseñó, traicionar a Ginny, y pensar que mil veces lo acusó de causarle un dolor a Hermione, cuando no era cierto, ahora él era el completo responsable de la infelicidad de Ginny, y haberla perdido era un precio demasiado alto que cada día se negaba a pagar.
Su padre se levantó y llenó un vaso con agua, había bajado para llevarle agua a su esposa, pero ver a su hijo sumido en la incomprensión lo obligó a escucharlo un momento, aunque su postura era rectificar que lo que le estaba ocurriendo era por completo su responsabilidad y debía aceptarlo.
Subió hasta su recamara y le dio de beber a Hermione, ésta pudo percatarse que su esposo había llegado a la cama un poco más serio de lo normal.
—¿Qué pasa? —le preguntó confundida al ver que guardaba un largo silencio.
—Acabo de ser duro con Harry.
—¿Otra vez? —le preguntó de forma incriminatoria, mientras regresaba a la lectura—, te la has pasado haciéndolo sentir culpable, ¿hasta este momento empiezas a tener remordimiento?
—Sólo intentaba que tomara el camino correcto.
—Harry sabe el camino correcto, déjalo en paz —le pidió un poco cansada.
—¿Qué ocurre contigo? Creí que te pondrías del lado de la señorita Weasley —se quejó ofendido, cómo si él estuviera completamente loco.
—No puedo hacer tal cosa, Harry es mi mejor amigo y es tu hijo, Ginny es mi mejor amiga, sin embargo tu amor de padre no te deja ver más allá de las narices, Ginny sabe que Harry va a regresar, sólo falta un poco más de tiempo para que eso suceda.
—¿Y piensa perdonarlo?
—Yo te perdoné a ti, debe ser cosa de familia.
—¡Yo no te engañé! —le reclamó indignado.
—No, yo hablo del hábito de la mentira, entre otras cosas —respondió ella con cierta naturalidad.
—Pero yo te amo.
—Ese idiota también ama a Ginny.
Severus pudo reclamar en ese momento el haberse referido a él de esa manera, pero prefirió guardar silencio, Hermione últimamente buscaba el momento exacto para reclamarle algo, para hacerlo sentir miserable o resaltar sus errores, no importaba que tipo de oportunidad fuera, su esposa sabía aprovecharla a la perfección.
...
La vida de Harry se tornó más tranquila cuando se dio cuenta que Marianne no podía ofrecerle la vida que él esperaba, la excitación del momento había bajado rápidamente, y él empezó a valorar ciertas cosas que ya en ese momento no tenía.
Todo su tiempo ahora se concentraba en los estudios para que la Academia de Aurores lo tomara en cuenta en el reclutamiento, aprovechaba su instrucción y costumbres para poner a la práctica sus habilidades. La otra parte del tiempo se dedicaba a Teddy en todo lo que podía, ahora el niño había crecido notablemente, ya no era el pequeño inquieto que lloraba y gritaba para obtener su atención, ahora era un niño de año y medio que corría por toda la casa haciendo desorden y mostrando sus dotes de magia.
...
Harry hizo a un lado los libros cuando vio que estorbaban, mantenía a Teddy en brazos con solo el pañal sin ninguna prenda de ropa, ahora ya no lloraba sino temblaba incontrolablemente, se encontraba desesperado, al ver que las pociones no estaban funcionando, sudaba y mantenía ahora sus ojos cerrados. Sin embargo no quiso llamar a su padre, arruinarles un viaje por una enfermedad que él no había podido manejar bien.
La chimenea se activó y Ginny salió de esta con prisa, se quitó el abrigo de inmediato y se acercó a él nerviosa, Harry no se opuso cuando ella se lo quitó de los brazos, se dio cuenta que también él estaba temblando.
—Duró... una hora llamándote.
—¿Y por qué me avisaste hasta esta ahora? —le cuestionó ella molesta tomando al niño hacia su pecho.
—No quería... molestarte, yo...
—Yo cuidé de Teddy hace dos días, porque lo amo, no porque me moleste, algo que ni siquiera sabías, yo vengo a escondidas a verlo.
—No quería que pensarás que lo estaba usando para tenerte conmigo.
—Me encantaría ponerme a discutir contigo, pero este no es el momento —aclaró la joven ante la desilusión de Harry—, pon la bañera con agua tibia.
La bañera quedó lista mientras Ginny quitaba el pañal a Teddy para meterlo a la bañera, ella no se encontraba tan nerviosa como se veía Harry, quizás porque en las prácticas que se encontraba realizando la joven en San Mungo la estaban enseñando bien.
—¿Por qué te ves tan tranquila?
—Porque con uno que pierda los nervios es suficiente, alguien debe actuar bien.
—Serás una buena medimaga.
—Listo, voy a meterlo ya al agua.
En el momento en que lo introdujo al agua el llanto apareció de nuevo y se aferró con fuerza a la blusa de Ginny, intentó zafarse sin lograrlo, porque notó que el llanto cada vez era más desconsolado, lleno de miedo. Ginny lo pensó por un momento hasta que se le partió el corazón, se quitó las zapatillas que tenía y se metió con el niño a la bañera. Poco a poco lo fue mojado con el agua tibia mientras lo abrazaba, el llanto se fue calmando hasta que se quedó dormido en sus brazos.
—Dame la poción para dársela.
—Pero está dormido —dijo él estando parado, sintiéndose un inútil al lado de ella.
—No importa.
A los pocos minutos Harry había subido con una cuchara con la poción, ella se lo dio provocando el llanto del niño, lo pegó a su pecho y éste terminó acomodándose y durmiendo con comodidad. Cuando sucedió eso ella salió de la bañera y lo envolvió en una toalla limpia, lo vistió en un santiamén y lo acomodó en la cama, sonrió cuando lo vio calmado, y durmiendo con tranquilidad.
—Soy su padre y...no pude hacer nada. —Dijo él después de un trance.
—Es normal, eres su familia, no hay nada de lo que debas preocuparte, estará bien.
—Creo que ahora él se encuentra bien porque viniste, te necesitaba y... yo se lo negué.
—¿Me dejarías quedarme a dormir aquí, con él? —le preguntó un poco insegura.
Ella no quería tocar el tema de ambos como pareja, pero aunque ambos quisieran negarlo y Teddy no era un hijo biológico en común, ese niño significaba una unión entre ambos, algo que por mucho que se esforzaran no podían deshacer.
—Claro que sí, buscaré una ropa con la que puedas dormir.
La joven se acomodó a un lado del niño, traía un pants gris y una camisa holgada color blanco, tomó una frazada y se recostó a un lado de él. Vio a Harry que le había llevado un té caliente, ella le agradeció con la mirada, no quería confiarse en él, podía notar la tristeza en la mirada de él y la añoranza, y las manos de él temblaban de nerviosismo.
—Me iré temprano, sólo quiero que pase bien la noche.
—Creo que te necesita Ginny, no debes visitarlo a escondidas, puedes venir tanto como quieras.
—No quiero causarte problemas, mucho menos que Marianne se entere que tu ex novia se quedó a dormir aquí.
—Yo no tengo nada con Marianne —le dijo él en susurro, esperando que eso ayudara un poco—, tú tienes más derecho que ella sobre Teddy, y a estar aquí.
Ginny no respondió nada ante eso, ni siquiera un gesto, lo cual confundió enormemente a Harry, éste también se quedó callado. La vio acostada ahí con su hijo, y le dolió ver la manera en que había perdido a su familia, habría querido regresar el tiempo atrás, o al menos pedirle perdón por lo que había hecho, decirle que la extrañaba, pero no lo hizo, sólo se quedó sentado en la cama viendo como ella le acariciaba la cabeza con la mirada perdida.
...
Draco observó a su amigo con tristeza, mientras Ron lo veía sonriente, no podía creer lo que estaban haciendo ellos tres ahí, pero tal parecía que Harry moría de felicidad en ese centro comercial, bastó ver la emoción de su amigo para que él pusiera una mejor cara, debía cambiar de actitud, si era la felicidad de Harry él debía aceptar eso como lo que era.
—Me gusta ese — les dijo a ambos una vez que vio un anillo de oro blanco con un diamante color lila —, es hermoso, original... único, como ella.
—No logro acostumbrarme el oírte hablar así.
—Cierra la boca Draco, me volví a enamorar de ella —le explicó su amigo, pese que notaba que él no podía entenderlo por completo.
—Sí, me has contado esa historia cuatro veces, y respeto que estés enamorado de ella, pero...
—Si respetas que está enamorado de mi hermana, entonces deberías cerrar la boca Malfoy. —Intervino Ron al ver el anillo, imaginarse la felicidad de su hermana lo descolocó.
—Depende de en qué momento piense él casarse, ¿ella está tomando sus estudios en San Mungo? ¿Realmente deseas que este zángano se la lleve Weasley?
—Claro que sí, el acuerdo con él es que se casarán por... el motivo que él me dio, pero si la embaraza antes de que ella sea una medimaga lo mataré.
—¿Por qué te estas casando? —preguntó con curiosidad el Slytherin.
—Ya te enterarás, vamos Draco no pongas esa cara.
—Tenemos veinte años, ¿qué cara esperas que ponga? —se quejó abatido.
Pero Harry no lo estaba escuchando, después de que ella lo había ayudado con Teddy se dio cuenta que nunca habían dejado de ser una familia, ahí estaba todavía a su alcance, sólo debía ser sincero con ella una vez más, estuvo a punto de perderla en la guerra, y estaba completamente seguro que no quería perderla una vez más.
—Quiero este —le pidió al dependiente.
—No creí... que se casaría —le dijo Draco a Ron después de un análisis profundo.
—Ni yo... ¿te arrepientes de haber ayudado a mi hermana?
—No, yo estuve de acuerdo con ella, Henry la necesitaba y Ginny lo sabía bien.
—¿Le dirás la verdad?
—¿Qué me uní a tu hermana para torturarlo? No creo que sea necesario. —Dijo Draco con inteligencia.
—Sé que la boda les tomó por sorpresa, pero ¿alguno de los dos piensa felicitarme o no? —preguntó con ingenuidad Harry.
…
Entró al estudio de su padre, donde él comenzaba a ordenar los libros para poder regresar a Hogwarts a dar clase el siguiente ciclo escolar, le extendió el libro de pociones avanzadas en silencio, queriendo que esa conversación sonara natural y desinteresada, pero era una vieja costumbre de Harry, y Severus Snape lo sabía muy bien, cada vez que hacia eso era porque quería un permiso especial o porque se había metido en problemas, así que el respiró con resignación, eso significaba que su hijo estaba metido en un grave problema, y aunque ya tenía sus veintiún años no podía dejar de sentirse responsable por sus decisiones.
—Estaba recordando aquella tarde donde me pelee con Anthony, ¿recuerdas? Él había llegado con todo aquello para alardear, y yo había llegado sólo con un pastel casero, el cual terminó en el suelo, dijiste que no era importante eso sino estar unidos como familia, su papá había enviado todo eso porque no lo acompañaría, pero tú estuviste conmigo, jugando todo el campamento. Lo único importante es la familia.
—Lo recuerdo, aún no te he desheredado ni te he desconocido, si es lo que te preocupa —le respondió el pocionista sin entender a dónde les llevaría ese tema.
—Lo sé, pero creo que entendí con más profundidad esas palabras, ahora que tengo a Teddy —le dijo comenzando a temer.
—Sí, es el efecto que logra un hijo.
—Supongo que sí, buscar lo mejor para él y un ambiente sano y feliz.
—Correcto —siseó su padre viéndole con profundidad.
—Quiero buscar lo mejor para mi familia —confesó, ambos se quedaron viendo fijamente, hasta que Harry le mostró un anillo—, se lo quiero dar a Ginny.
—¿Por qué razón?
—Teddy la necesita, y tuve que perderla para darme cuenta de lo que significa en mi vida.
—¿Casarte ahora Harry?
—No, quiero comprometerme con ella y que esté más cerca de Teddy, debe estudiar medimagia, y yo quiero ir a la Academia, pero quiero que este segura de lo que tenemos, que tenga un lugar en nuestra vida. Hacerla feliz... a ella y a Teddy.
—¿Y qué sucederá cuando ocurra un nuevo brote de hormonas y te consuma la calentura?
—La quiero a ella —respondió un poco avergonzado—, y la necesito, papá sé que fallé, pero sabes que una vez que admito el error sé arreglar las cosas, no la voy a volver a lastimar, mucho menos porque será la mamá de Teddy.
Severus Snape asintió entendiendo a lo que se refería, su hijo estaba consciente de la necesidad de una figura materna para su hijo, él también estuvo consciente de eso, pero nunca tuvo la valentía de buscar a una mujer que los amara.
—Si decides comprometerte con la señorita Weasley, cumplirás tu palabra pase lo que pase.
—Le cumpliré papá, no más decepciones, te lo juro.
—No, júraselo a ella, no a mí.
—Entonces... ¿irás conmigo a pedir su mano? —Le preguntó nervioso a su padre, éste intentó no sonreír, pero no le funcionó por completo—, quiero que todo sea como es debido.
—Hermione y yo te acompañaremos.
—Gracias papá.
...
Hermione acomodó la corbata de Harry, los nervios de éste no le permitían hacerlo por sí solo, ella ya estaba lista y el vestido azul que había escogido le quedaba ceñido a su cuerpo, su cabello suelto y una enorme sonrisa en su rostro, al final de todo su amiga tenía razón y Harry terminaría volviendo a su lado. Bajó hacia donde se encontraba Teddy y le puso una pequeña chaqueta que le había comprado por la tarde.
—Iré arriba por Severus, tú no olvides el anillo.
—Hermione si ella me dice que no, ¿qué haré?
—Intentarlo en otro momento —respondió ella despreocupada.
Subió rápido hacia donde se encontraba su esposo, sonrió cuando vio que él no había elegido otra ropa para la ocasión, continuaba cerrando la levita mientras la veía en el espejo, podía sentir como lo juzgaba por no seguir sus indicaciones.
—Harry si usó el traje que le compré.
—Harry está demasiado nervioso para ver lo que se ha puesto, ¿estás lista? —le preguntó al verla, ella asintió y decidieron bajar para llegar a la casa de los Weasley.
Dicha visita fue una sorpresa para todos, con excepción del matrimonio Weasley, Harry nunca olvidará el momento en que eso ocurrió, ellos lo recibieron con una sonrisa en los labios, entonces Ginny salió de la cocina, con un delantal aún puesto, ella se le quedó viendo a todos en forma dudosa, entonces vio a su amiga y al profesor vestidos formalmente, y el traje de Harry dejaba aún más dudas.
—No sabía que venían a cenar —dijo ella nerviosa, entonces se quitó el delantal al mismo tiempo que Teddy corría hacia ella.
—Hija acompáñanos, por favor —le pidió su papá haciendo espacio en el sillón, ella asintió sin entender una sola palabra.
A Harry parecía que había perdido la capacidad de formar una frase coherente, sólo sentía la caja del anillo hacer bulto en la bolsa del saco, su padre se aclaró la garganta y con la mirada le dijo que comenzara a hablar, y la joven se la pasaba viendo a uno y otro con sospecha.
—Ginny, he venido a tu casa con un fin en particular —dijo por fin Harry.
—¿Sí? ¿Y cuál es ese fin?
—Bueno, yo no... Actué de la forma correcta contigo...
—Harry no creo que sea el momento para discutir eso —lo interrumpió de forma avergonzada.
—Creo que es el momento adecuado, yo tuve que haberte perdido para valorarte y para saber que eres la única persona a la que espero al final del día, a la cual espero ver siempre.
—No me hagas esto Snape —le pidió ella comprendiendo la razón de su visita—, ya basta —le rogó cuando lo vio ponerse de rodillas, ella se cubrió la cara odiándolo a él, a su familia, y a su amiga que no le habían dicho nada.
—Me gustaría que aceptaras mi propuesta de matrimonio, deseo que seas mi prometida, dándote la seguridad de que quiero tener una familia contigo.
—¿Ginny? —le llamó Hermione al ver que no respondía, ella bajó las manos y vio el anillo que le estaba mostrando Harry, ella no pudo responder sólo asintió nerviosa mientras daba su mano para que él le pusiera el anillo.
—Oh Salazar, gracias —exclamó Harry cuando por fin le dio el anillo, la abrazó de pronto aliviado de haberla recuperado—, te he necesitado tanto Gin —le susurró al oído mientras la estrechaba.
Severus sonrió al ver que su hijo se había convertido en un hombre como era debido, Arthur movió la varita y las copas para brindar aparecieron, entonces él se acercó y brindó con ellos por el futuro de sus hijos.
—Creo que es momento de discutir el futuro de nuestros hijos —dijo preocupado el señor Weasley.
—A tu hija no le faltará nada Arthur, Harry tiene la solvencia para eso, sin embargo yo le deje en claro que no es el momento para casarse de inmediato.
—Estoy de acuerdo —dijo segura la señora Weasley—, ella no tiene mucho en San Mungo, quisiéramos que esperaran hasta que ella se gradué.
—Lo mismo le dije a Harry, a lo cual estuvo de acuerdo, y sólo harán una fiesta para anunciar su compromiso.
—¿Te gusta la idea Ginny? —ella suspiró pero asintió viendo fijamente a Hermione.
—Bueno, entonces es momento de cerrar el compromiso —dijo Severus sacando la varita, Arthur consideró eso un poco extremo pero también lo hizo.
—No es necesario Severus.
—Lo es para nosotros, Harry —su hijo se colocó a un lado de su padre y tocó la varita junto a él, esperando las varitas de la familia Weasley.
Con un poco de nerviosismo las varitas se unieron, cerrando así el compromiso que acababan de realizar ambas familias. A continuación las felicitaciones llegaron y en el momento en que Hermione abrazó a Ginny ella no pudo impedir llorar.
—¿Por qué no me dijiste?
—Porque te merecías una sorpresa así —le respondió Hermione intentando calmarla.
Una vez que ambos jóvenes se encontraron a solas, Harry tomó su rostro y lo besó con suavidad, por fin la volvía a sentir entre sus brazos, y no volvería a separarse de ella, nada se comparaba con lo que Ginny lo hacía sentir.
—Gracias por aceptar —le dijo él soltando el aire que había guardado durante semanas.
—Eres bastante miedoso para ser un Gryffindor.
—Descubrí que soy un tanto Slytherin, quizás así te guste más, ya que saliste con uno.
—Ya te estabas tardando en el reclamo.
—No lo invitaremos a la boda.
—La lista de invitados la haré yo —respondió altanera Ginny, y Harry se quedó callado, no cabía duda de que no había forma de que él ganara esa discusión.
...
Pocas veces había visto a Hermione tan enojada como en esos momentos, cuando llegaron a la casa ésta se subió como alma que se la lleva el diablo, Harry cerró la puerta de la calle en silencio, esperando no hacerla enojar aún más, Severus bajó el periódico sin entender qué diablos era lo que le había ocurrido.
—Recomiendo que no subas —le dijo a su padre, intentando proteger su integridad.
—¿Qué demonios pasó Harry?
—La Academia de Aurores la rechazó, y tomó el pergamino, los mandó al diablo y salió de ahí, desde ese entonces no me dirigió la palabra para nada.
—No entiendo cómo pudieron rechazarla —dijo incrédulo el pocionista—, yo mismo le expliqué los temas que se le dificultaban, y entrené con ella.
—No tengo idea, se supone que eso se lo explican en el pergamino que le dieron, pero ni siquiera quiso leerlo.
—Iré a hablar con ella.
—¿Y si subes mejor en la noche? —le pregunto Harry dando una inteligente y clara sugerencia.
—No digas tonterías.
Pese a las advertencias de su hijo, Severus subió hasta donde se encontraba Hermione, él estaba completamente seguro que la Academia había cometido un error, y se lo haría ver a ella, eso sí lograban aceptar una disculpa por haberlos mandado al diablo.
Cuando abrió la puerta la vio recostada en la cama, su esposa desvió la mirada cuando él la vio con cariño, se recostó a un lado de ella y vio el sobre con el pergamino dentro, aún sin abrir y con el sello de la Academia, él lo tomó y Hermione no se opuso a eso.
—Dijeron que saqué las notas más altas en conocimiento y práctica.
—¿Y por qué te rechazaron entonces?
—Me dijeron que toman en cuenta varias consideraciones para la respuesta final, y que puedo presentar las pruebas el año que viene —respondió ella dolida, Severus supo bien que en el fondo ella se sentía herida y que había fracasado en esa parte tan importante para ella.
—Estos son los estudios médicos —le dijo él cuando abrió el sobre—, Hermione sólo debemos tratar los problemas para que te rechazaran y estarás dentro de la Academia.
—Los mandé al diablo.
—Sí, últimamente tu paciencia no es una de tus virtudes —le dijo mientras leía los resultados con rapidez.
La sonrisa burlona de Severus se borró conforme iba leyendo el pergamino, se detuvo en una de las últimas líneas, las cuales leyó al menos cuatro veces.
—¡Severus! Te estoy hablando. —Le gritó molesta al ver que la ignoraba.
—Aquí... dice... que estás embarazada.
—¿Qué? —preguntó ella arrebatándole el pergamino y leyéndolo con rapidez.
Ambos tenían el mismo gesto de incredulidad, de miedo y duda. Los dos se observaron con intensidad, ninguno de los dos se animaba a decir nada, el miedo los tenía congelados, entonces Hermione comenzó a analizar la posibilidad de que aquello pudiese ser cierto.
—Sus laboratorios son los mejores —argumentó el pocionista—, un resultado positivo ante cualquier cosa, es repetido y verificado.
—Mi vientre no está capacitado para soportar un feto, ¿recuerdas?
—Nunca quisimos ir con un medimago que nos explicara lo que te había pasado. —Aclaró, haciendo un espacio a la posibilidad.
—Severus si en dos años no quedé embarazada, es porque no puedo, esto debió ser un error, quizás alguna otra bruja está embarazada y...
—Tu ciclo ¿es normal?
—Desde el aborto no lo es —respondió ella observando su cuerpo—, aunque... la ropa me queda... un poco justa, he subido de peso un poco.
—Creí que era por el estrés —dijo Severus, entonces el corazón de ella latió con fuerza, él también había notado ese cambio—, debemos ir con un médico, aunque sea un muggle, a la clínica.
—Tal vez puedan hacerme un ultrasonido de urgencia.
Harry observó a Severus bajar con nerviosismo y rapidez, jugaba con Teddy pero pudo notar el semblante serio que tenía su padre, comenzó a temer que Hermione en su molestia lo hubiese echado, lo más raro fue cuando Hermione bajó corriendo con una sudadera en la mano.
—Saldremos.
—Bueno... que se diviertan —dijo él, extrañado que su padre la convenciera tan fácilmente, y que el mal humor hubiese desaparecido, aunque tal parecía que su intención no era propiamente la diversión.
...
Hermione sintió lo frio del gel en su vientre mientras el médico de guardia intentaba tomar el ultrasonido, Severus estaba completamente serio, parecía asustado y a la vez molesto, pero Hermione entendía, un error así lo podía llenar de ilusiones sin sentido, algo que ellos no podían tener.
—Es la forma más segura, pero cuando se presentan dos positivos es muy raro que haya error. ¿Las pruebas fueron caseras? —le preguntó el medico a Hermione.
—Sí así es —mintió.
—De acuerdo, muy bien. Así se señora está usted embarazada puede verlo aquí —le dijo volteando el monitor, Hermione se incorporó un poco viendo un pequeño ser en movimiento, no era una mancha, era un ser ya formado.
—Morgana... ¿cuánto tengo de embarazo?
—Vas terminando el primer trimestre, así que es un embarazo prácticamente logrado, ya pasaste la etapa de peligro.
—Ya veo —dijo ella sin seguir creyendo lo que decía.
—Veo algo aquí, si puedes ver arriba del segundo embrión hay una pequeña mancha.
—¿Segundo embrión? —pregunto Severus acercándose al monitor.
—Dos latidos de corazón, dos embriones ¡felicidades!
Severus volteó a ver a Hermione, se dio cuenta que la cara de sorprendida había desaparecido, ahora sus ojos brillaban demasiado, más por el llanto que amenazaba con salir de un momento a otro.
—Veo una cicatriz.
—Un... accidente —dijo ella con una voz apenas audible.
—De acuerdo ¿los agendo para que los vea la ginecóloga? Siempre es mejor una especialista.
—Sí, para mañana mismo —dijo Severus, ya que parecía que era el único que podía hablar en esos momentos.
Fueron caminando en silencio, e inconscientemente Hermione llevó una de sus manos a su vientre, esperando un movimiento pero no ocurrió, consideró que quizás eran muy pequeños aún para sentirlos. Severus se detuvo de golpe y la tomó de la mano.
—Serás mamá —ella asintió, y cuando él la abrazó por fin pudo dejar soltar el llanto.
—Aún no lo creo.
—Créelo, seremos padres y serán dos Hermione. —Ella rio nerviosa y asintió con ansiedad.
Cuando llegaron a la casa Harry se sorprendió aún más, llevaba a Teddy en brazos y estaba lleno de la camisa, una mezcla extraña entre manzana y fécula de maíz. Vio a Hermione con los ojos rojos pero sonriendo, entonces se dio cuenta que debió perderse de una parte importante de la historia.
—¿Hola? —dijo en forma de saludo.
—No me aceptaron en la Academia porque no salí bien en los estudios.
—¿Estás enferma? —le preguntó preocupado.
—Estoy embarazada Harry, lo fuimos a confirmar mira —le dijo enseñándole el ultrasonido, Harry bajó a Teddy y vio con temor lo que le mostraban.
—¿Qué es esto?
—Tendremos dos hijos Harry ¡dos!
Harry dejó escapar el aire y abrazo a Hermione con fuerza, por fin había logrado perdonarse haberla dañado con esa maldición, hasta ese momento se quitaba esa pesada carga de encima, vio a su padre a los ojos sin soltar a Hermione, y vio aquella ilusión en los ojos del pocionista.
—Felicidades papá. —Le dijo con pesar, y la mirada entre él y su padre se dijeron muchas cosas.
