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EL TRATADO PACIFICO

Había pasado una hora desde que el ataque de los magmagolems había cesado, dejaron de caerse las estructuras de los edificios y de salir lava de las paredes, pero eso no permitió que la calma regresase al volcan.

El ataque provoco dejo unos cuantiosos heridos, era tal la magnitud del desastre que varios molekins y golems se unieron como voluntarios para montar tiendas de campaña alrededor de los amplios barrios y las plazas para que pudiesen atender de forma controlada a los heridos. Habían unos cuantos que estaban afectados con heridas leves, pero otros tenían heridas graves, eso hizo que los molekins tuviesen que dejarlos apartados a un lado para que los medicos más proximos pudiesen venir ahí con suma prisa y asistirles cuando más los necesitasen.

Sparx era uno de los voluntarios, fue de un lado para otro dispuesto a ayudar a quienes pudiese, pero todos los pacientes estaban siendo ayudados por alguien. Eso le agobio ya que no podía soportar que no pudiese ayudar a nadie, era su especialidad.

Volteo la mirada observando que se trataba de una mujer molekin que yacía tirada en el suelo bajo una manta, se le podía ver una herida en el hombro.

-¿Me habla a mi? -quedo desconcertado.

Meneo con la cabeza.

Quedo intrigado por lo quisiese esa mujer molekin, se la veía muy malherida, decidi-o averiguar que le pasaba, se acerco levitando hacía ella.

-¿Eres una libélula? -le pregunto la mujer.

-Así es, ¿ha visto alguien como yo algúna vez? -inquirió con sarcasmo.

-No, la verdad es que no -contesto.

-Entonces es su dia de suerte, porque hoy estoy dispuesta a ayudarla.

-¿Puedes ayudarme a superar esto? -le mostro la herida en el hombro, era una quemadura que le había arrancado parte del pelaje.

Sparx quedo angustiado al ver eso.

-¿Que le ha ocurrido?

-Recibi el impacto de una bola de magma de un magmagolem -declaro, intento de tocarse la herida, pero le dolío al hacerlo.

-Intente de no tocarlo, eso empeorara -le aviso precavidamente.

-Lo siento, pero que me duele bastante, y no lo soporto -confeso, deprimida.

Sparx pudo intuirse que esa mujer requería de una gran ayuda.

-¿Ha venido algún medico a ayudarla? -pregunto con seriedad.

-Ha venido uno, pero se ha tenido que marchar, aqui hay demasíados heridos.

Volteo la cabeza hacía los lados observando la hilera de heridos que se extendía por todo el camino, parecía no tener fin.

-Con razón -espeto indirectamente, se hizo rapídamente a la idea de que nadie iba a ayudarla durante un largo rato-. Pero no se preocupe, le enviare a alguien para que pueda tratarle esa herida, ¿le parece bien?

La mujer se lo penso.

-No me parece mal, pero preferiria que ayudasen a otro molekin -opino discrepando de que la ayudasen.

-Pero porque, usted esta grave también -requisó Sparx.

-Y otros estan peor que yo, no es justo que ayuden a una pobre despavorida molekin que no tiene nada que perder.

Asintio Sparx al notar que parecía una mujer desolada.

-Será mejor que te marches chico libélula, aqui no puedes hacer nada por mi, dejare que el dolor me acompañe -asintio amargamente la mujer.

Le dolía tanto ver por lo que pasaba que no podía soportarlo, necesitaba ayudarla como fuese, aunque no para tratar su dolor.

-No, hay algo que si puedo hacer por usted.

-¿El qué?

-¿Ha visto algúna vez el mundo exterior?

-No, ningúno de los molekins lo ha hecho.

-Pues entonces es hora de que alguien del exterior como es vivir ahí.

-¿Estas diciendo que vas a contarme lo que hay al otro lado de este volcan?

-Si, aunque será más como contarle una historia de todo por lo que he pasado -aclaro sarcasticamente.

-Ah, eso me interesa -dijo halagada la mujer-. Cuentame.

Sonrio Sparx al ver que accedió muy interesada en esa propuesta.

Se quedo con ella explicandole toda su vida. Le comento cosas de su vida con su hermano, los monstruos a los que se enfrento, las cosas horribles que tuvo que soportar y le explico quienes eran los Skylanders. Eso hizo que se entusiasmase aún más y se olvidase del dolor por unos cuantiosos minutos, pero luego la herida empeoro aún más.

Se puso a toser con profundidad.

-Tranquilecese, despacio, despacio -la apaciguo para que se calmase y pudiese toser de una forma más leve, para que no se le dañase la garganta.

Hizo caso y se calmo. Dejo de toser. Se alivio apaciblemente.

-¿Quiere que le avise a alguien? -le pregunto intuyendose que necesitaría algo de más de ayuda-. ¿Tiene algún familiar a quien le pueda avisar?

-No. En realidad no tengo a nadie -declaro la mujer, gimiendo dolorida.

-¿No tiene a nadie? -exclamó sorprendido.

-La verdad es que no, vivo sola.

-Pues eso es una lastima, con lo adorable que se ve usted debería de estar viviendo con un guapo molekin que le haga compañia -recató animadamente Sparx.

La mujer se rio, ruborizada por ese comentario.

-Bueno, conozco a un hombre que me suele ayudar de vez en cuando.

-¿Es un buen tio?

-Así es, lo es -confirmo esbozando una sonrisa de felicidad.

-Pues ahí lo tiene, invitele a salir -le recomendó animadamente.

Se rio de nuevo la mujer.

-Quizas lo haga.

Sonrio satisfecho por haberla convencido de esa idea.

-Dime, ¿tu tienes a alguien?

-Tengo a mi hermano, que vendra pronto.

-No me refería a eso.

-¿Ah no? -se intrigo por lo que decía.

-¿Tienes a alguien esperandote del lugar del que vienes?

Quedo petrificado al oír esa pregunta, hacía tiempo que no recordaba a Arya, tanto que ya se había olvidado que esa era uno de los objetivos por los cuales tendría que regresar a casa una vez hubiese terminado la misión.

-Pues si -confirmo apenado-. Tengo a alguien esperandome, pero desgraciadamente la deje atrás al unirme a mi hermano en este espantoso viaje.

Se apeno al oír eso.

-¿Seguro que debes de quererla mucho?

-Si soy sincero, nunca lo he tenido en cuenta hasta ahora. Creía que era mi amiga, pero después de la ultima noche que estuvimos juntos, sentí algo que no había sentido en mucho tiempo, y me asusta -explicó confesando lo aterrado que estaba de creer que podría tener una relación romantica con Arya.

Carraspeo la mujer intrigada por ese pensamiento suyo.

-Porque estoy sintiendo esto con Arya, no quiero sentirlo. Me gusta que sigamos siendo amigos, lo hemos sido desde siempre -estalló divagando nerviosamente.

-Espera, le freno, queriendo que se calmase primero.

Sparx asintio avergonzado por su reacción.

-¿Le parecera loco creer que no quiero enamorarme de mi mejor amiga?

-A decir, me gusta que pienses eso.

-¿En serio?

-Y si, no es facil que dos serés que siempre se han sido amigos se enamoren, resulta confuso y complicado de asimilar.

-Exacto -coincidio tomandolo en consideración.

-Pero primero piensa esto -le señalo-. ¿Que crees que piensa ella?

-¿Lo que piense ella? -frunció el ceño, extrañado-. ¿Que quiere decir?

-Piensa esto: ambos habeís sido amigos durante mucho tiempo, seguramente habreís pasado por todo tipo de aventuras que os llevaron a daros cuenta de lo bien que os caeís -espeto explicandoselo sin conocer mucho del asunto-. Aquello seguramente tu te entusiamases con la idea de que ella fuese tu amiga porque te gusta pasartelo bien con ella. Pero para ella, vio algo en ti que no tu vez, esa gratitud y ese entusiasmo que tienes, es lo que ha hecho que probablemente sienta algo por ti.

-¿Quiere decir que debido a lo amable y considerado que soy... siente algo por mi? -concreto asimilando ese argumento.

-¿No te lo parece? Mirate, eres un chico estupendo que estaría dispuesto a ayudar a quien sea con tal que se sienta tan bien. Es imposible que ningúna mujer caiga rendida ante alguien así, y ella ha estado contigo siempre, es obvio que después de todo este tiempo ella no lo pueda soportar y acabe encaríñandose contigo -indico demostrandole la razón por la cual Arya acabaría amandole tanto.

-¿Y que pasa si yo no la amo a ella como cree? -objetó, dudoso.

-Eso lo dices ahora porque tienes miedo -recató sarcasticamente-. Pero luego ya ve-ras que una vez estes con ella, la acabaras viendo de otra forma.

-¿De otra forma?

-¿Como la recuerdas? ¿Como recuerdas haberla visto por ultima vez?

Sparx se puso a pensar en eso, a Arya siempre la vio como una chica estupenda y adorable, pero después de lo que paso en la fiesta, verla volando con aquel vestido cristalino que la hacía parecer un angel, le resulto hermoso, tanto que Arya parecía haberse convertido en la libélula más bella que había visto en su vida.

-La recuerdo hermosa -soltó, sorprendido ante esa revelación.

Esbozo la mujer una sonrisa de grandilocuencia.

-Ves, ahí esta -dijo.

-¿Que está?

-Empiezas a darte cuenta de cuan importante es esa chica para ti -reconfirmo.

Quedo adoninado al cerciorarse de eso, Arya siempre había sido alguien especial para él, pero ahora que empezaba a verla como la chica hermosa que resultaba ser, ya no podía verla de otra manera que no fuese esa.

-Quiero volver con ella -se dijo decidido, pero con tono desesperado.

-Y lo harás -junto afectuosamente sus manos con las suyas-. Prometete a ti mismo que una vez que termines esta guerra, regresaras con ella para decirle lo que sientes.

-Lo haré, y le haré saber también lo valiosa que es para mi -añadio golpeteandose su estrecho pecho en señal de que sabía bien lo que tenía que decir.

Se rio afectuosa por su entusiasmo.

-Vas a tener un gran futuro muchacho.

-¿Usted cree?

-Claro, el orgullo y la valentia, te recordaran durante mucho tiempo -señalo demostrandole que con la personalidad que tenía, obtendría una gran vida.

Esbozo una seria sonrisa de confianza.

-Lo haré -acordo confiado.

Se rio del entusiasmo, pero luego paso a una tos dolorosa.

Sparx se asusto al ver su forma de toser, no le parecía normal, le entro el panico.

-¡Un medico!, necesito un medico aqui mismo -exigió levitando hacía arriba en busca de un medico molekin que pudiese ayudarle.

Nadie le escuchaba, con la cantidad de gente que había era imposible que nadie se fijase en una pequeña libélula revoloteando por todos lados.

-Venga vamos, un medico -protesto nerviosamente, estaba atolondrado porque no venía ningún medico y la mujer a la que ayudaba no la podía socorrer.

Bajo de vuelta con ella observando como su tos empeoraba.

-Señora, ¿que le sucede? -le pregunto, esperando que ella le confirmase cual era la dolencia que le estaba afectando.

Intento de hablar con todas sus fuerzas.

-Me duele... todo -soltó, tosiendo con profundidad.

-¿Todo? -se cuestiono esa mención, miro su quemadura en el hombro. Observo que estaba más enrojecida que antes y había unas extrañas venas negras que corrían desde el hombro hasta donde lo podía ver, el pelaje le tapaba el resto de la piel.

Eso agobio aún más a Sparx ya que no sabía que hacer.

-Lo siento mucho señora, no se como puedo ayudarla -se sincero angustiado.

-No importa, ya me has ayudado, y tu a mi -señalo expresamente.

Reconsidero eso como un gesto de buena suerte.

-He oído un medico -apareció un medico molekin viniendo del otro lado.

Sparx se alivio al ver que por fin vino la ayuda, le dejo pasar.

-¿Que le sucede? -le pregunto aceleradamente.

-No lo se, hace un momento estaba bien y de pronto empezaron a aparecerle esas venas negras -le confirmo señalandole la herida.

El doctor chequeo la quemadura y el rastro de venas negras, agarro parte del pelaje observando que esas venas se extendían más alla del hombro, algúnas iban hacía el pecho y otras estaban cerca de tocar el cuello.

Noto por su mirada de seriedad que se daba cuenta de lo que pasaba.

-¿Y bien? -le pregunto.

-Se esta infectando -corroboró.

-¿Infectando?

-La quemadura debe de haber creado una sustancia granguenosa que ahora se esta esparciendo por todo el cuerpo -le dirigió una mirada de pura seriedad-. Si no se lo extraemos ahora podría llegar al resto del cuerpo y matarla.

-Ah -exclamó atemorizado al oír eso-. ¿Se lo puedo extraer?

-Si, pero aqui -se enderezo y se puso a mirar de un lado a otro, se fijo que más allá de donde vino habían unos enfermeros molekin discutiendo entre si-. ¡Vosotros!

Su grito llamo su atención.

-Traed una camilla, tenemos a alguien grave -les ordeno estrictamente.

Reaccionaron atolondrados y se marcharon corriendo más lejos.

-¿Que va a hacer? -le pregunto queriendo comprender cual era su plan para salvarla.

-Traeran una camilla y se la llevaran a un centro donde podran extraerle por medio de unas maquinas hidraulicas toda la sustancia granguenosa de su cuerpo, con suerte se le ira el dolor y podremos tratarle la herida -explicó resumidamente el doctor.

Eso le alivio, a pesar de que se notaba que era una operación complicada.

Miro a la pobre mujer molekin tiritando de frio, con esos sintomas era evidente que había tratarla urgentemente.

-No se preocupe, la ayuda viene en camino -le consolo compasivamente.

Esbozo una media sonrisa que indicaba un entusiasmo por ello.

-Gracias -soltó, con tono leve.

Sparx se rio también. De pronto se cercioro de algo importante.

-Por cierto, antes no se lo he preguntado. ¿Como se llama?

Asintio un momento y acto seguido dijo:

-Harra -soltó.

-Yo soy Sparx -le menciono.

-Encantado señorito Sparx -repuso con sarcasmo.

Ambos se rieron por esa tonta broma.

-Eres un buen chico Sparx, tu hermano tiene suerte de tenerte -señalo mirandole con una sonrisa afectuosa.

-Lo se, somos los mejores -espeto con consideración.

-Eso esta bien, los hermanos deben estar juntos siempre, cuidandose unos a otros sin importar lo que suceda -indico con total honestidad.

Aquello le hizo darse cuenta que hacía tiempo que no sabía nada de Spyro, desde que lo perdió para marcharse a la gente desconocía su paradero. Se intuía que estaría bien y que acabaría con el Rey Magmus, pero después de todas las batallas por las que pasaron, esto le empezaba a resultar tan normal que no le gustaba. No quería que se convirtiese en una costumbre el tener que separarse constantemente. Ya había alejado a Spyro una vez más, no podía dejar que eso siguiese pasando.

Justo en ese momento regresaron los enfermeros de antes trayendo una camilla formada con trozos de piezas de aluminio atadas a una lona. Se acercaron y ambos se pusieron a levantar a Harra sumo cuidado de que no se lastimase. La apoyaron suavemente contra la camilla, asintio aliviada de estar acostada sobre algo blando.

-¿Se encuentra bien? -le pregunto el medico mientras le ponía la mano encima para determinar su estado, la sintio fria.

-Estoy bien -confirmo la mujer, a duras penas.

-Llevemosla ahora -ordeno el medico.

Ambos obedecieron y la levantaron apoyada con la camilla, Sparx la miro nervioso al querer intuirse que se recuperaría, no podía dejar que se muriese después de esto.

Le extendió el brazo para que se lo cogiese, Sparx lo agarro y acto seguido dijo:

-Prometeme de que volveras a ver a Arya -le pidio explicitamente.

Sparx se lo tomo con seriedad.

-Lo haré -acordo decididamente.

Esbozo una media sonrisa de satisfacción, como sabiendo de que cumpliria con esa promesa aunque le costase la vida. Los medicos se movieron de nuevo se la llevaron corriendo precavidamente hacía el otro lado. Los vio girar a la izquierda y desaparecieron de su vista, como si hubiesen traspasado a otro mundo.

Asintio desconsolado, confiaba en que se salvaría, pero si no, entonces le estaría cumpliendo una promesa a un sér a quien no podría confirmar que lo logro. Quedo tan dolido por esto que ya no tenía más ganas de no hacer nada. Ya cumplió con su cometido de ayudar a alguien.

Se marcho recorriendo todo el camino de pacientes que habían por todo el barrio, en cada tramo que pasaba, veía a gente quemada, con magulladuras graves de las que les salía sangre y chorreaba a traves de su pelaje. Era espantoso ver eso, ni siquiera cuando estuvo en el refugio había visto este nivel de violencia. Presenciar esto le hizo darse cuenta que los magmagolems eran peores que los trolls. No solo habían invadido un espacio cerrado que había permanecido intacto por generaciones, sino que encima se pu-sieron a atacar a la población con lava, a hombres, mujeres y niños.

Con esto ya se dijo a si mismo que los magmagolems eran una especie que debía ser erradicada y apartada de la sociedad porque sino acabaría pasando una desgracia mucho mayor que la que estaban viviendo ahora mismo.

Cruzo a otra calle con las estructuras de los edificios derruidas a causa de los ataques de los magmagolems y sus monstruos de lava. Pudo ver a grupos de magmagolems atendiendo a varios compañeros suyos incluidos a otros civiles molekins. Todos esta-ban en las mismas, malheridos y aterrados por lo que sucedió.

Siguio andando hasta que se cruzo con alguien conocido.

-Vickam -llamo al atolondrado mabu.

Se levanto y marcho corriendo hacía la joven libélula.

-Sparx -suspiraba profundamente-. ¿Como estás?

-Estoy bien -echo un ultimo vistazo-. Pero esta gente no.

-¿Te agobia esto nó?

-Si -coincidio con él.

-Ni siquiera el grupo de piratas con el que estaba habría cometido una salvajada como esta -comento receptivamente-. Ahora logro entender porque los tenían apartados de la sociedad. Queman todo lo que tocan.

-Por lo menos espero que Spyro haya acabado con el rey Magmus -opino Sparx, quería creer que su hermano habría resuelto el problema a tiempo.

-¿Sabes algo de él? -le pregunto pasivamente Vickam.

-No -nego-. ¿Y de Ermit?

-Esta por ahí, atendiendo a otros molekins -señalo al frente.

Le aliviaba oír eso.

-Por lo menos todos ponen algo de su parte -indico con tono optimista, le gustaba ver que todos se ayudaban mutuamente sin importar los riesgos que supiese.

-No como la tripulación en la que estaba -añadio severamente Ermit.

-¿Que quieres decir? -le miro frunciendo el ceño intrigado.

-En mis dias de pirata te decían que si te herían, era mejor que te ocuparas tu solo de tus heridas para que así pudieras continuar con tu trabajo más tarde -comento soltando ese argumento tan estrafalario como si fuese algo habitual.

-Pero eso es horrible, ¿que sucede entonces si estas herido de gravedad y no te puedes mover o siquiera tratar la herida? -critico ese hecho con dureza. Le desagradaba pensar que los piratas verdaderamente hiciesen eso.

-No te ayudaban, te insistian que era preferible estar de pie manejando el barco a estar todo el dia acostado en el barco como un vago.

Se quedo asimilando mentalmente esa opción tan absurda.

-¿Como vas a ser vago si estas malherido y no te puedes levantar?

-Para los piratas estar acostado sin poner nada de tu parte estes en el estado en que estes es un castigo. Por eso mismo es mejor atacar a tus enemigos sin piedad antes que te ataquen pensando que los vas a vencer más facilmente de lo que crees -añadió demostrando que la vida como pirata era más radical de lo que parecía.

Eso hizo que pudiese comprender aún más por lo que estaba pasando Vickam.

-Santo cielo, tu vida era peor de lo que pensaba -le dijo con total honestidad.

Recapacitó sobre esa opinion.

-Lo se, yo no la elegi. Pero tuve que tomarla para sobrevivir -repuso sincerandose consigo mismo sobre todo lo que hizo en su anterior vida.

-Todos lo hemos hecho, a nuestro manera -le acompaño en el sentimiento.

-Si -afirmo estando de acuerdo con él.

Echaron un ultimo vistazo a los molekins. Todos estaban graves y apenados por haber pasado por esto, ningúno sabía que hacer excepto llorar por lo sucedido. Pero la mayoría se iban apoyando mutuamente con tal de superar la catastrofe. Esa era una muestra de que al menos en la guerra, la gente se solidaba sin importar quienes fuesen o de que especie eran, todos se trataban por el hecho de querer vivir.

De pronto un ultimo grito les alerto inesperadamente.

Todos levantaron sus cabezas mirando hacía el frente, intuyendose que quizas se produjo otro ataque de los magmagolems. Pero en vez de eso apareció un molekin con gorra de lana que venía corriendo como si lo persiguiese un alud de nieve.

-¡Han detenido a los magmagolems!, ¡han detenido a los magmagolems!

En cuanto se acerco, Vickam le cogió de la ropa provocando que se detuviese.

-¿Que dices? -le pregunto reprochadamente, quería comprender lo que sucedía lo más rapído posible antes de entrar en acción.

El molekin estaba tan acelerado que le costaba respirar. Tomo aire y se dispuso a soltarlo como si fuese algo de vida a muerte.

-Los magmagolems se han rendido, el rey Magmus ha sido apresado -aclaro con un cierto tono coherente y calmado.

Todos esbozaron unas expresiones de jubilo y alivio.

Vickam le echo una mirada a Sparx, intuyendose de que debió de ser Spyro junto con Cynder quienes hubiesen detenido el ataque.

-¿Estas seguro de eso? -le pregunto nuevamente Vickam, queriendo confirmar perfectamente la información que soltaba.

-No lo se, pero ahora mismo esta viniendo una escolta dirigida por el general Rocamauro y dos dragones purpura -señalo exorbitado hacía el frente del camino.

Los demás molekins hicieron lo mismo, esperando ver la escolta, pero no se veía nada, estaban demasíados lejos para notar su presencia.

Con eso pudo confirmar su entusiasmo por los dragones.

-Gracias por todo chico -le agradeció caríñosamente al molekin, para él que aquel topo le dijese eso era la mejor noticia que había oído en todo el dia.

El molekin se entusiasmo tanto que se marcho corriendo de jubilo para el otro lado.

El resto de los molekins estaban consternados pero al mismo tiempo alegrados por esta noticia, desde que fueron atacados sentían que esta era el mejor alivio que podían obtener. Se dieron un intercambio de miradas al no saber que hacer, tenían ganas de reirse y saltar de alegria, pero no se sentían muy preparados para ello.

-Tenemos que ir con ellos, para ver al Rey Magmus derrotado -bramó un viejo molekin alzando un martillo como si fuese el lider de semejante grupo ficticio.

Se miraron estando de acuerdo.

-¡Si! -gritaron mutuamente.

Uno por uno todos se fueron juntando hasta formar una multitud que fue avanzando por el frente del camino. Todos estaban con ganas de ver si era cierto que el Rey Magmus y sus fuerzas habían sido derrotados del todo o no.

Sparx vio esto como una oportunidad de ver a su hermano.

-Tenemos que ver a Spyro y Cynder -le propuso seriamente a Vickam.

-Si -reconoció que tenía razón en esa propuesta.

Marcharon con la multitud de molekins y golems que iban andando apuradamente, desesperados por ver semejante derrota como si fuese un espectaculo.

Sparx no pudo soportar andar entre esa multitud que no dejaba un solo espacio para pasar. Echo el vuelo y se paro levitando en el aire observando como al otro lado del camino había una figura purpura que se estaba acercando hacía ellos.

Lo pudo reconocer perfectamente.

Era su hermano.

Bajo regresando de vuelta con Vickam.

-Le he visto, esta ahí -le señalo al frente.

-¿De verdad? -le pregunto reprochadamente, con el ajetreo que se formaba era impo-sible escuchar lo que uno mencionaba.

-Así es -confirmo, subiendo su tono igualmente.

Confirmar eso le produjo un enorme entusiasmo.

-Tengo que verle -le aviso señalandole para que llegase primero

-De acuerdo, ve -accedió permitiendo que se fuese.

Acelero el vuelo de nuevo hacía arriba, sobrevolo la multitud sin que nadie se percatase de su presencia. Todos estaban absortos ante lo que estaba viniendo. Consiguio acercarse hasta donde estaba su hermano, iba acompañado de Cynder y Rocamauro, bastante malherido, seguramente por haberse enfrentado al rey Magmus personalmente, y obviamente no acabo bien. Se elevo aún más para tener una mejor vista del rey Magmus. Verdaderamente se parecía a Eruptor, solo que este tenía una mirada seria de la cual emanaba todos sus sentimientos de pura maldad. Le provocaba un miedo tremendo aquel sér, tanto como aquel elfo que le atrapo y lo metió en una jaula. Pero no iba a permitir que le intimidase. Aquel sér había sido grandiosamente por su hermano y debía de sentirse orgulloso por eso.

Pero aqui había un problema.

No lucía como un prisionero, no tenía barrotes en las manos o siquiera hubiese alguien que lo controlase, era como si él fuese el que estuviese al mando del grupo que lo conducía. Aquello hizo que empezase a sospechar de que algo malo ocurría. ¿Sería que el rey Magmus estaba controlando a su hermano y a los demás? ¿Sería que Spyro se rindio y ahora los conducía hacía la Madre Superiora para informarles de su rendimiento? ¿Sería que su hermano les traiciono por aquel monstruo de lava?

No. Imposible.

Su hermano nunca haría algo como eso, tenía que estar sucediendo algo más.

-¡La Madre Superiora! -grito alguien.

Volteo la mirada observando que en el otro extremo del camino se estaba aproximando algo más. La gente se iba haciendo a un lado apoyandose en los costados, dejando un enorme hueco centrado. Se elevo más cerca y pudo ver que verdaderamente se estaba acercando la Madre Superiora, protegida por una guardia formada por varios golems y guardias molekins. Al verla se intuyo que seguramente oyo la noticia de la rendición y vino para enfrentarse duramente al rey Magmus y castigarlo por sus crimenes.

Los dos grupos se juntaron quedandose frente a frente.

Se junto entre la multitud para poder ver la reunión, se podía notar una mirada rencorosa en la Madre Superiora que iba dirigida hacía el Rey Magmus. Evidentemente no estaba contenta con él por el ataque que montó en su hogar.

-Dragon Spyro -dirigió la mirada hacía su hermano.

-Señora -saludo cordialmente Spyro.

Aquel tono no indicaba una sensación de victoria.

-¿Ha podido detener el taladro? -le pregunto.

-Si, por muy poco -confirmo.

-Bien -exclamó, cerro los ojos del alivio que sentía por pensar que no lo conseguiria-. Estoy en deuda contigo -dirigió la mirada en Cynder-, y en ella.

Movió la cabeza ignorandola, se sentía avergonzada todavía por lo sucedido.

-Antes de eso hay una cosa de la que hablar -le comento Spyro.

-¿Sobre qué?

Miro a la multitud, le hacía sentirse incomodo con todos los molekins delante.

-En privado -volteo la mirada hacía el Rey Magmus-. Con él.

Le miro nuevamente, esta vez esbozaba una expresión de resignación, como si supiese lo que quería conversar con ella y eso le molestaba.

-De acuerdo -acepto firmemente.

Spyro meneo la cabeza convencido de su petición.

-Madre Superiora -dijo alguien.

Todos voltearon sus miradas hacía un molekin de mediana edad, tenía una venda puesta alrededor de la cabeza y otra alrededor de su mano izquierda.

-¿Que hará con él? -le pregunto con tono apenado-. ¿Le castigará por sus actos?

Observo las miradas de los presentes, la mayoría estaban entristecidos por tener que ver a aquel monstruo de lava que propicio esta catastrofe. Pero otros mostraban unas expresiones de malhumor, de venganza. Era evidente que este ataque solamente provoco que todos olvidasen las normas impuestas en el volcan y ahora decidiesen tomarse la justicia por su mano sin importar lo que dijese ella.

No podía permitir que acabasen con él, le necesitaba ahora mismo.

-Eso lo decidire por mi misma -le contesto, dandole una respuesta sin detalles.

-¿Pero no le castigará nó? -se acerco poniendose de rodillas con tono suplicante.

Aquel molekin estaba tan desesperado por obtener la respuesta que ansiaba que le dijesen, que se notaba que no se iba a mover ahí hasta que se lo contestasen.

-Eso no puedo decirtelo ahora mismo -achacó duramente, pasando de su petición.

-Digamelo, tiene que pagar por lo que ha hecho -le recrimino sollozadamente. Se harto y se abalanzo contra la Madre Superiora.

-¡Alto! -protesto uno de los golems, le agarro y lo empujo al suelo.

La multitud quedo adoninada ante ese ataque.

El nervioso molekin les miro fijamente con una cara de soslayo rencorosa.

-Lamento mucho pequeño molekin, pero temo decirte que tu no eres quien para decidir el destino de este sér -le explico razonadamente la Madre.

Dirigió la mirada a otro lado.

-¿Y la de ella? -señalo a Cynder.

La joven dragona se alarmó al ser señalada con esa forma acusadora.

Spyro se enfureció al ver que ya empezaban los problemas contra ella.

-Por su culpa abrió un boquete en la pared y dejo pasar a los magmagolems -declaro señalando honestamente la razón por la que se produjo este ataque.

-Es cierto, ella ataco antes -aclaro otro molekin que se encontraba entre la multitud.

Todos se pusieron a soltar berrinches de odio dirigidos hacía Cynder. Eso provoco que la joven dragon se sintiese mal consigo misma por lo ocurrido.

Spyro veía lo triste que se estaba poniendo, evidentemente ella no le gustaba esta sensación. Era más. Seguramente no la sintió nunca en su vida. Los berrinches se acrecentaron a tal grado que al final uno le acabo tirando una fruta en la cara, le impacto como si de una bola de cañon se tratase.

Eso para él fue ya el colmo.

Alzo la cabeza y lanzo una llamarada hacía el cielo.

Todos se aglutinaron sorprendidos al ver lo que estaba haciendo. No tenían ni idea de si les estaba atacando o simplemente sacando sus ganas de enfadarse, pero lo que si tenían en cuenta es que aquello hizo que dejasen de seguir quejandose.

Finalizo y luego bajo la mirada, observando las expresiones de miedo de la multitud. Consiguio tranquilizarlos pero no de la forma positiva que esperaba.

-Ah -suspiro arrepentido por haber cometido esa acción.

-Escuchadme bien -pronunció Rocamauro dirigiendose euforicamente hacía la gente-. Entiendo bien que esteís todos dolidos por lo que ha ocurrido. Hemos soportado todo tipo de cosas durante muchos años, pero a pesar de todo hemos mantenido un orden y la cordura, y no la perderemos por esto, ¿ha quedado claro?

Bajaron la cabeza comprendiendo ese razonamiento.

-Bien -dijo, convencido de ver que todos lo entendieron sin ningún problema.

Miraron de vuelta al desfavorecido molekin, él también entendió ese argumento, pero le dolía mucho más que al resto. Se notaba por su mirada de tristeza que se arrepentía haber actuado así. Cualquiera se daría cuenta de que ese impulso irracional se produjo por miedo a no aceptar el hecho de que sufrieron un desastre sorpresivo.

-Llevadle lejos de aqui, que se tranquilice -ordeno la Madre Superiora, dirigio la mirada a cualquiera que le socorriese.

Todos se miraron como queriendo saber quien se proponía ayudar a aquel molekin. De entre la multitud apareció otro molekin, de la misma edad que el otro. Le ayudo a levantarse y se lo llevo agarrandole con una mano en el hombro.

La Madre Superiora suspiro aliviada de que esto no hubiese ido a peor.

-Dejadnos, por favor -imploro estrictamente.

Todos se aglutinaron a un lado dejandole espacio para pasar.

Se pusieron a andar mientras la gente les miraba con indiferencia, como si ahora todos les temiesen por si cualquiera decía lo contrario. Spyro miro al Rey Magmus, esbozaba una expresión de lamentación y agobio, evidentemente no le gustaba tener que pasar por esta situación, pero debía soportarlo como penitencia por lo que hizo.

-Spyro -escucho una voz familiar.

Volteo la mirada observando que a un lado se encontraba Vickam, le hacía movimientos con la mano para señalarle que estaba ahí mismo.

Se entusiasmo al verle, pero se preocupo al ver que Sparx no estaba con él, necesitaba separarse para averiguar si todo acabo bien para ellos o no.

-Me disculpas un momento Cynder -le pidio a la dragona oscura.

Miro al Rey Magmus, mostraba una clara nerviosa que indicaba que se tomaba en serio la caminata. Con eso confirmaba que no planeaba hacer nada malo por ahora.

-Claro, acepto, convencido con seriedad.

-Gracias -le agradeció y se marcho.

Se junto con Vickam que lo esperaba ansioso al verlo.

-Hola -le saludo nerviosamente-. ¿Como estas? ¿Estas bien?

-Estoy bien Vickam -le confirmo serenamente, suspiro agotado tras haber pasado por toda aquella frenetica batalla que le parecía una aventura a los infiernos de Skylands. Luego se acordo de lo que le vino a preguntar-. ¿Donde esta mi hermano?

Vickam se dispuso a hablar, pero entonces miro hacía arriba observando que venía bajando lentamente la joven libélula con expresión campante.

-Sparx -exclamó aliviado Spyro al verle.

Se junto con él y le abrazo, con sumo cuidado de no matarlo.

-¿Estas bien? -le pregunto con cierta euforia.

-Estoy bien -suspiro atolondrado-, por los ancestros hermano, creía que te había pasado algo deteniendo a esos monstruos de lava.

-Lo mismo digo -espeto indirectamente, con ironia.

Ambos se rieron para sus adentros.

-Por cierto, ¿donde estabas? -le pregunto, queriendo comprender lo que estuvo haciendo desde que se marcho a pelear.

-Estuve ayudado a la gente, como Vickam y Ermit -aclaro, dirigiendo la mirada al mabu pirata que les estaba mirando con sumo interes.

Asintio conforme con la cabeza.

-Por cierto, ¿donde esta Ermit? -se cercioro de que no estaba presente el viejo duende con ellos. Miro para ambos lados, no se encontraba entre la multitud.

-Aqui -escucharon una voz conocida.

Voltearon la mirada para el otro lado observando que por el frente del camino estaba llegando Ermit, tenía los pelos levantados como si le hubiese dado electricidad estatica, pero seguramente era por el sudor de haber estado corriendo agitado.

-Hola de nuevo chicos, es que estaba lejos de aqui -aclaro, soltando una risotada falsa seguida de suspiros de agotamiento.

-Me alegra verte Ermit -le saludo amistosamente Ermit.

-A ti que te ha pasado? -le pregunto Vickam, notando lo agotado que estaba.

-Podría decirse que he ido de un lado para otro sin parar. Este asunto de los magmagolems ha hecho que tenga que correr más que en mi propia juventud -comento demostrando que hizo un enorme trabajo. Se estiro hacía atrás y se oyo el crujir de los huesos de su espalda-. Me parece que estoy viejo para estas cosas.

Se asquearon al oír eso, se sentía como si se hubiese roto todos los huesos de su cuerpo aproposito y luego los hubiese reesamblado en un cuerpo nuevo.

-Antes he visto a la Madre Superiora junto con Cynder y Rocamauro, se llevaban consigo al rey Magmus -declaro señalando para el frente-. ¿Lo pudiste vencer?

-Así es -confirmo, aún sabiendo que no fue así como ocurrió.

-Dime Spyro, ¿como fue? ¿Venciste al rey Magmus utilizando todo tu potencial o simplemente le dijiste que parase o sino le prenderías fuego? -pregunto divagando sobre todas las cosas que se imaginaba al haber luchado contra él.

Se entusiasmaba al ver como su hermano se interesaba por sus destrezas.

-Si, consegui destrozar su taladrora -confirmo con orgullo.

-¡Si! -grito de jubilo-. Ese es el hermano que yo conozco.

-¿Y una vez que la destruiste, que hiciste después? -pregunto Vickam, intrigado por saber todos los detalles de esa historia.

-¿Le diste un buen puñetazo en toda su cara llena de magma?

No pudo evitar reirse del entusiasmo que le estaba dando.

-No -nego, asintio nervioso porque sabía que lo que estaba apunto de decirles les iba a decepcionar bastante-. La verdad es que no lo vencí.

Ambos se quedaron confundidos al oír eso.

-¿Que quieres decir? -le pregunto Ermit.

Miro la cara de decepción de Sparx, verdaderamente tenía ganas de pensar que le derroto como con todos los enemigos a los que se enfrentaron en anteriores aventuras.

-He hecho un trato con él -confeso, con serenidad.

Pusieron unas expresiones que lucían como si hubiese confesado haber cometido un crimen. Se esperaban que él hubiese dicho algúna cosa más positiva.

-¿Que haz hecho qué? -le reprocho Sparx, él era el más decepcionado de los tres.

-Quería que esto acabase sin más heridos, así que por eso mismo hice un trato con él a cambio de que dejase destruir la perforadora con la que pretendía inundar todo este volcan de lava sin importarle los demás molekins -aclaro, dejando constancia de que gracias a su idea pudo salvarles a todos sin más problemas.

-Pero Spyro, ¡estas loco! -protesto Sparx alzando los brazos de forma atolondra como si no se creyese que le contaba-. Él es el causante de haber iniciado esta masacre, por su culpa cientos de molekins han sufrido todo tipo de quemaduras y demás heridas graves, no puedes haber hecho un trato con él.

-Pues lo he hecho -dijo jactandose firmemente de su propuesta-. He conseguido que Magmus me haga caso y deje que lo arreglemos pacificamente con la Madre Superiora.

-¿Entonces... -se trabo Vickam al no saber como explicarse-... lo que le haz dicho antes a la Madre era para reunirse con ella?

Afirmo con la cabeza, sabiendo lo que le quería preguntar.

Sparx se mosqueo terriblemente mal al oír esto.

-Genial, este lugar esta condenado al desastre -se quejo llevandose las manos a la cabeza al querer asimilar todo esta situación de una forma razonable.

-Puede que no -intervino Ermit-. Si es cierto que el Rey Magmus ha conseguido reconocer que lo que hacía estaba mal, es porque entonces Spyro tiene la suficiente confianza como para creer que puede haber algo bueno en ese sér.

Sonrio aliviado de ver que Ermit entendió su idea.

-¿Entonces? Esperamos dejar que la Madre Superiora y el Rey Magmus hagan las paces a pesar del caos que se ha montado aqui -insinuo Vickam dudando de que esa propuesta tan efirmera fuese a funcionar.

-Y si, así son las negociaciones. Dificiles y complicadas -reafirmo Spyro señalando que iban a tener que aceptarlo les gustase o no.

Ambos se miraron dudosos de que esa negociación pacifica fuese a funcionar, pero Spyro había demostrado tener razón varias veces. Si podía lograr que esto funcionase también, es que entonces habían tenido exito en resolver este eterno conflicto. Sparx le miro con una cara rencorosa y se dio la vuelta, echo el vuelo para irse volando.

-Sparx, ¿adonde vás? -le pregunto al ver que se iba.

Echo el vuelto tan alto que desapareció.

-¿Porque se ha ido así? -se cuestiono sin comprender su repetino.

-Debe de sentirse mosqueado con tu propuesta -le dijo Ermit.

-¿Emh? -carraspeo, dirigió la mirada hacía el viejo duende.

-Lo que ha pasado aqui debe de haberle afectado. No le debe gustar ahora la idea de que los magmagolems hagan las paces con los molekins -indico compasivamente.

Spyro se desanimo al descubrir esto. Pensaba que su hermano le daría la razón como solía hacer normalmente, pero al parecer esta situación lo afecto más de lo que se imaginaba y seguramente se decepcionaba porque esperaba otra acción suya. Quería al heroe que machaba a los malos, no al pacifista que resolvía las cosas arriesgandolo todo por una idea razonable.