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Y como no podía faltar algo para el mes Ladynoir xD En realidad tengo tres cosas pero esta es la primera :)


Titulo: Feel Special

Pareja: Ladynoir

Ranking: T

Fic Collab: con MariAgreste18

Sinopsis: Después de un tiempo de incansable lucha, donde la confianza lo era todo y el apoyo de su compañero de batallas su principal sostén, Ladybug encuentra una buena oportunidad para dejarle en claro a Chat Noir lo importante y especial que era para el dúo de superhéroes... y para ella, también.

"Tú me haces sentir especial... así que ahora es mi turno de hacerlo"


Feel Special

Prólogo


Pese al acalorado día, Marinette estaba encerrada en su habitación, trabajando en el escritorio con gran determinación. A su alrededor, telas, lanas y una variedad de plumones de diversos colores parecían ser los indicadores de que lo que estaba haciendo tenía su total inspiración.

Dando por finalizada su labor, acarició la superficie de aquello sobre lo que estuvo trabajando los últimos días, forrado de un negro plush que le daba una sensación cálida y suave al tacto, tratando al mismo tiempo de calmar el remolino de emociones que sentía en ese momento.

—Marinette —susurró su kwami en cuanto un suspiro ahogado escapó de los labios de su joven portadora—, ¿estás bien?

—Tengo que estarlo —respondió, secándose los ojos con el revés de su mano derecha—. Solo que no pensé que esto me causaría tantas sensaciones de este tipo…

—A veces es bueno sacar las cosas que uno tiene dentro —comentó Tikki mirándola con melancolía, mientras Marinette seguía pasando la mano sobre su reciente obra.

—¿Crees que nos vaya bien? —La pregunta al aire, hizo que la pequeña roja de motas se sentara en el hombro de la muchacha y se frotara contra su mejilla.

—Eres la mejor, Marinette —le recordó, por lo que la joven guardiana se inclinó levemente hacia el ser de la creación—. Lo haremos bien y estaremos juntas por mucho tiempo. —Se mantuvieron próximas, transmitiéndose confianza y consuelo, hasta que la chica abrió sus ojos celestes con decisión.

—Entonces, no hay tiempo que perder. —Se levantó de su asiento, dirigiéndose hasta la caja de los miraculous que mantenía oculta en el baúl de su habitación. La tomó con suma delicadeza y la dejó sobre el diván para buscar el símbolo de la tortuga y sacar la pulsera que encerraba a Wayzz.

En cuanto se la colocó, una pequeña bola blanca de energía brotó de la pulsera de jade, liberando al pequeño ser verde con forma de tortuga quien, al encontrarse frente a su joven guardiana, realizó una leve reverencia.

—Saludos, maestra, ¿necesita ayuda? —consultó Wayzz y ante la afirmación de Marinette, sonrió—. Dígame, en que puedo ser útil…

Tras explicarle al kwami lo que necesitaba y darle específicas indicaciones, colocó el objeto que había estado preparando dentro de un bolso y se transformó en Ladybug, saliendo de su hogar a guardar su creación en un lugar seguro antes de enfrentarse a aquello que tanto la angustiaba, pero que no podía evitar.

...

Era otra calurosa tarde de verano, y Adrien se encontraba en su habitación, recostado sobre su confortable sofá blanco.

Su televisión estaba encendida, aunque, de hecho, él no estaba prestándole la más mínima atención.

Alzando su teléfono frente a su rostro, mientras su otro brazo colgaba hacia el suelo, repasaba una y otra vez sus redes sociales, en un estado soporífero.

Su kwami, por el lado contrario, observaba maravillado uno de sus programas favoritos: un documental sobre las variedades de queso sin pasteurizar europeos, al tiempo que saboreaba gustoso una rueda de su propio camembert, ignorando completamente la abstracción de su portador.

—Ya te digo, Adrien, podrán existir infinitas variedades de queso alrededor del mundo, pero ninguno es tan delicioso como mi precioso camembert. Y a propósito de eso —engulló la última rebanada con sumo placer, sin desviar la atención del televisor—, ¿podrías alcanzarme otro? Ver tantos quesos me abre el apetito.

Adrien no respondió, por lo que el ser de la destrucción volteó a ver en su dirección, descubriendo que el muchacho estaba sumido en su propio mundo.

—Oye, ¿podrías cambiar la cara? —lo reprendió, volando hasta posarse delante del objeto de su atención— Entiendo que estés aburrido por estar encerrado en vacaciones, pero no es como si nunca lo estuvieses. Vamos, Adrien ¡anímate un poco!

El joven rodó los ojos y se incorporó, resoplando con fastidio mientras evitaba la mirada de Plagg. Al levantar la cabeza, observó que justo en ese momento, el kwami de la tortuga se colaba por la ventana abierta de su habitación, bastante agitado.

—Saludos, portador de la destrucción —la pequeña criatura verde hizo una leve reverencia, situándose frente al joven—. Vengo a traerle un mensaje muy importante de mi maestra.

Adrien abrió los ojos, saliendo de su ensimismamiento. ¿Un mensaje de Ladybug? ¿Acaso había un akuma suelto y no se había dado cuenta? Sacudió la cabeza, dispuesto a concentrar su atención en el recién llegado.

—Ahórrate las formalidades, Wayzz —pidió Plagg, cruzándose de brazos—. El joven aquí presente no está de buen humor, así que llegaste en el momento justo. Un mensaje de Ladybug seguro lo sacará de su aburrimiento— comentó con cierto descaro, guiñando un ojo al kwami mensajero y sin prestarle atención a la cara de pocos amigos que le dirigía su portador ante su comentario.

—Basta, Plagg —lo retó Adrien—. Dejemos que Wayzz diga lo que tiene para decir. ¿Cuál sería entonces el mensaje de Ladybug? —le interrogó, con un deje de ansiedad en su voz, casi como implorando la respuesta.

—La joven guardiana me ha pedido que le solicitara a Chat Noir —comenzó Wayzz en actitud ceremoniosa—, que se presente en la azotea de la Torre Montparnasse, poco antes de la puesta del sol.

—¿Poco antes de la puesta del sol? ¡Pero si debe faltar menos de media hora para eso! ¿Es así de urgente? ¿Acaso sucedió algo? ¿Le ocurrió algo a mi Lady? —disparó las preguntas una tras otra, poniéndose repentinamente de pie, en evidente estado de alarma.

—Calma, muchacho —Plagg le dio unas palmaditas en la cara, intentando que Adrien recobrara la compostura—. Si le hubiera ocurrido algo, mi amiguito tortuga ya lo hubiese dicho, ¿verdad, Wayzz?

El aludido tragó saliva y parpadeó repetidamente, mirando al rubio con cierta vacilación.

—No estoy autorizado a brindar mayor información, joven Adrien. Es algo que debe averiguar por su propia cuenta.

Aquello, lejos de tranquilizarlo, lo aquietó aún más.

—Entonces, no hay tiempo que perder. ¡Mi Lady me necesita! ¡Plagg, transfórmame!

Y una vez acabada su transformación, Chat Noir se encaminó hacia su ventana y saltó a través de ella, dirigiéndose al establecido punto de encuentro seguido por el kwami de la protección, con miles de dudas rondando por su cabeza y un incesante latido en su corazón.

Valiéndose de la ayuda de su bastón, corría y saltaba por los techos de París con toda la prisa que le era posible. A medida que recortaba la distancia de su destino, sus niveles de nerviosismo y preocupación, paradójicamente, iban en incremento, tomando la involuntaria posesión de su organismo.

Al aproximarse a su arribo, previamente se detuvo sobre un tejado y tomó una gran bocanada de aire para serenarse. Seguramente, pensaba, había exagerado las palabras de Wayzz y no tenía razones para alarmarse tanto. Esa sola idea lo hizo sacudir la cabeza, sonriendo levemente mientras retomaba su andar. No quería ni imaginar la burla que recibiría de su compañera si lo viera llegar en ese estado.

Sin embargo, tras aterrizar en la azotea de aquél emblemático edificio, cayó en la cuenta de que su compañera de batallas aún no se encontraba allí.

—No, no, no… Ladybug, ¿dónde estás? ¡Seguro le pasó algo! —exclamó, observando como el kwami que aún lo acompañaba se encogía de hombros sin articular ni una palabra. Tomó su bastón para llamarla, pero Wayzz se lo impidió.

—No, Chat Noir. Mi maestra me dio estrictas indicaciones. No puedes comunicarte con ella. Solo ten paciencia y aguarda su llegada —pidió la criatura, con inusitada calma.

Mas el héroe de traje negro no estaba muy por la labor. Sumido en una súbita desesperación, comenzó a caminar de un lado a otro mientras miraba hacia todos lados, y de vez en cuando a su arma por si la heroína osaba contactarlo, implorando que pronto hiciera acto de presencia y acabara ya con su agonía.

...

Marinette abandonaba el recinto al cual se había dirigido en primera instancia, apretando en su mano derecha la llave que cerraba el casillero donde había dejado su pequeño tesoro, esperando que todo lo sucediera después solo fuera producto de sus propios miedos y no algo que fuera a convertirse en realidad.

Ocultándose en un callejón, se transformó nuevamente en Ladybug para, finalmente, reunirse con Chat Noir en la azotea de la Torre Montparnasse.

Algo que no esperaba la superheroína al llegar a su lugar de destino, es ver a su compañero caminar como loco de un lugar a otro, parecía una pantera en una jaula. ¿Le habrá sucedido algo?

Como sea, dio un último salto antes de quedar a sus espaldas.

Al sentirla, Chat Noir casi da también otro salto para poder girar y observarla con clara preocupación.

—¡Mi Lady! ¡Al fin llegas! —exclamó ansioso— Yo… Quiero decir… —balbuceó, frotándose la parte posterior de su cabeza al observar cómo su compañera alzaba una ceja en actitud de desconcierto—. Bueno, Wayzz me dijo que querías hablar conmigo y aquí me tienes, Bichito. Vine lo más rápido que pude. Aunque tanto misterio hizo que me pusiera un poquito nervioso…

—Puedo darme cuenta de eso —le mencionó indicándole con la vista su actuar tan alterado—, al punto que, por lo visto, llegaste antes que yo.

—Es que, yo… —tragó saliva, intentando encontrar las palabras mientras aún se recomponía del susto—. Fue todo tan repentino. Creí que algo malo te había pasado y no dudé ni un segundo en venir a buscarte. Estaba muy preocupado por ti —confesó, apartando la mirada de sus inquietantes ojos azules.

—Siento haberte llamado tan de improviso, no quería asustarte —se disculpó, tomándose ambas manos, aquel gesto no pasó desapercibido para su compañero—. Pero tenía que hablar contigo de un tema que no puede esperar a mañana… —bajó la mirada y susurró más para sí misma que para su compañero—, porque no sé si habrá tal cosa.

—Pero, ¿qué ocurre, mi Lady? —sus últimas palabras, aunque pronunciadas en un leve murmullo, fueron claras para sus oídos gatunos—, ¿A qué te refieres con que no sabes si podrás esperar hasta mañana? —Se aproximó a su compañera y le colocó una mano sobre la frente—. ¿Acaso estás enferma?

—¿Qué? —dijo espantada por su suposición, rápidamente se puso a negar con las manos de una forma acelerada—. No, no, no, claro que no. —Flexionó sus brazos empuñando sus manos, como si quisiera demostrar que tenía fuerza—. ¡Estoy realmente bien de salud! No es eso…

—Y… ¿entonces? —la miró con gesto desorientado— Dime qué te ocurre, Bichito. ¿Qué es eso tan urgente que tienes para decirme? Estoy haciendo mi mejor esfuerzo por mantener la calma, pero realmente me estás asustando.

—Un Guardián de los Miraculous vino a buscarme —soltó, bajando los brazos de golpe, tras suspirar con pesadez—. Se está haciendo pasar por pariente de mi madre y quiere que me vaya con él para someterme a un examen, para ver si soy digna de mantener la caja, o no —tras decir aquellas palabras, Wayzz se acercó a la chica y pareció tratar de consolarla.

Chat la contemplaba perplejo, sin poder siquiera pronunciar palabra alguna. La noticia lo había tomado con la guardia baja, desestabilizándolo por completo. De todos los escenarios posibles que había imaginado, ninguno se asomaba ni de casualidad a lo que acababa de decirle.

Haciendo acopio de voluntad, tomó las manos de la muchacha, quien lucía quizás más afectada de lo que había notado en un principio, y las apretó con gentileza, tratando de infundirse ánimos mutuamente con dicho gesto.

—Bueno, pero regresarás, ¿no? —comentó, casi en una súplica—. Es decir… sólo debes rendir ese examen, demostrar lo altamente capacitada que estás para cumplir con la labor de guardiana, y todo seguirá igual que siempre, ¿verdad?

—Es lo que deseo, que todo sea fácil y regrese con bien —respondió observando las manos de su compañero sobre las suyas—. Pero siempre está la posibilidad de que… —cerró sus ojos, elevando levemente los hombros antes de dejarlos caer con un suspiro— …todo acabe igual a como terminó el maestro Fu…

—No digas eso, mi Lady —soltó sus manos y las colocó sobre sus hombros, buscando su mirada—. Eso jamás pasará. Eres fuerte, valiente, intuitiva, muy inteligente y estás absolutamente preparada. No hay nadie en este mundo que pudiera cumplir con ese deber mejor que tú. Estoy seguro de que lo harás genial y volverás con tus recuerdos intactos —le dijo con total convicción, dirigiéndole una sonrisa sincera y esperanzada.

Ladybug lo miró fijamente, esa sonrisa que siempre le mostraba cuando se sentía acabada, perdida, inútil. Sin pensarlo dos veces, alargó sus brazos para abrazarlo con fuerza.

—Tengo miedo —confesó finalmente, sorprendiendo completamente a su compañero, quien rápidamente la cubrió con sus brazos—. Sí sé que tengo muchas cosas buenas, pero también soy insegura y torpe, y tengo miedo de que la vida que estoy viviendo cambie de un segundo a otro.

—Tranquila, Bichito… —susurró sobre su oído, acariciando su espalda mientras la estrechaba con firmeza—. Se que no puedo ni imaginar lo que sientes, pero yo estoy seguro de que todo irá bien, porque eres asombrosa. Así que no bajes los brazos, jamás te lo permitas. —Se apartó sutilmente, lo suficiente para poder mirarla a los ojos, pero sin romper el contacto—. Pero, si por alguna razón llegase a suceder, piensa que sin importar dónde estés, yo voy a estar contigo. Cuentas con mi completo apoyo aún en la distancia.

—Sobre eso… —dijo separándose de él, sin muchas ganas. Realmente en ese momento, le gustaría estar así en sus brazos un largo rato… pero tenía que avanzar. Así que tomó su yoyó y buscó dentro el llavero con una miniatura del Startrain, que había guardado momentos antes de acudir a su encuentro. Chat Noir contemplaba en silencio aquel objeto que se le hacía bastante conocido— …tengo algo que darte —completó, entregándole dicho elemento.

—Pero, esto es… —posó su verde mirada sobre el objeto que Ladybug había colocado en su mano, con cierta curiosidad— ¿el llavero del Maestro Fu? —le preguntó, volviendo a dirigirle la mirada. La heroína afirmó con un mudo asentimiento, y él se mostró bastante sorprendido al confirmar su sospecha—. Pero… no entiendo. ¿Para qué me lo das a mí? ¿Quieres que guarde por ti esta llave mientras no estés?

—No —acompañó la negación con un gesto de su cabeza—, en realidad, te estoy entregando la llave a ti porque te he dejado algo en ese casillero —le comentó, haciendo que el chico de traje oscuro encerrara el llavero con su puño.

—¿Algo para mí? —repitió Chat, dejando caer levemente su mandíbula, incrédulo. Si antes ya mostraba signos de desconcierto ahora estaba totalmente pasmado—. ¿Y qué se supone que es, una especie de misión secreta? —Ella estuvo a punto de responderle, pero él la detuvo con un gesto de la mano—. No… espera, ¡ya sé! Es un regalo, ¿no? ¿Acaso me compraste un regalo, mi Lady? —consultó ilusionado, cambiando radicalmente su expresión a una eufórica, con una enorme sonrisa y un brillo centelleante en sus ojos gatunos.

—Se podría decir que sí, es un regalo —respondió, jugando con cierto nerviosismo con sus dedos índices—, pero no lo compré… lo hice yo.

—Entonces, ¡sí es un regalo! ¡Y lo has hecho tú! —La emoción que desbordaba era tal que, ignorando completamente el semblante dubitativo de su compañera, la estrechó una vez más entre sus brazos, con tanta efusividad que la levantó unos centímetros del suelo, sin siquiera darse cuenta.

—¡Chat, Chat! —le pidió, dándole palmadas en el brazo para que la soltara—. ¡Bájame, por favor! Tengo algo más que decirte…

—Lo siento, Bichito —se disculpó, aflojando el agarre sobre la joven, depositándola nuevamente en el piso—. Pero saber que me has preparado un regalo, me hace muchísima ilusión —comentó aún con su radiante sonrisa. Sin embargo, al observar el rostro ensombrecido de la pelinegra, esta se desvaneció—. Ladybug… ¿qué ocurre?

—Me iré mañana temprano —le informó, elevando su mano derecha a la mejilla de su compañero—, así que también esta es una despedida, Chat Noir. No sé cómo me vaya, pero quiero que sepas que lo que encontrarás ahí es la pura verdad, mi verdad. —Sus ojos celestes se fueron poniendo borrosos, producto de las lágrimas—. Siempre me has hecho sentir especial, Chat, y quería devolverte el gesto de alguna forma.

El héroe la miraba ensimismado, totalmente atónito. ¿Mañana? ¿Su Lady se iría mañana temprano, y quizás esta era la última vez que se veían? ¿Y dijo que él la hacía sentir especial, y quería demostrárselo con esa llave? No entendía nada, no alcanzaba a hacerlo. Era demasiado para procesar. De lo único que apenas empezaba a tomar conciencia era su mano enguantada apoyada sobre su mejilla izquierda, y las lágrimas que se escurrían por sus preciosos zafiros, mancillando su rostro de porcelana.

Quería darle ánimos, decirle que todo estaría bien, pero no le salían las palabras. Un nudo se instaló en garganta su garganta y una presión abrumadora se manifestó en su pecho. Solo atinó a sonreírle con dulzura, disimulando lo mejor que pudo la agobiante tristeza que lo embargaba, mientras pugnaba por contener sus propias lágrimas.

—No llores, mi Lady. Esto no es una despedida —le aseguró, encontrando al fin la fuerza para hablar. Acarició tiernamente con su mano libre la de ella, que aún se depositaba sobre su mejilla, y luego enjugó sus lágrimas con delicadeza—. Ya te lo he dicho, todo saldrá bien. Confía en ti, así como yo lo hago. No tengo dudas de que volverás con el "huevo" bajo el brazo —bromeó, intentando cambiar el ambiente y animarla, logrando que Ladybug dejara escapar una risita—. Eso, Bichito, sonríe. Tienes una sonrisa miauravillosa. Que nada ni nadie la opaque jamás.

—¿Ves? —dijo, secándose las mejillas con el revés de la mano izquierda—. Por estas cosas es que yo… —se quedó en silencio, viendo como su compañero parecía querer saber qué más tenía que decirle, pero negó con la cabeza. Si hablaba de más, todo lo que había planeado se echaría a perder—. Yo… —retrocedió, alejándose unos pasos de él— …debo irme, aún tengo que empacar algunas cosas. Cuídate…

—Espera —suplicó, sujetándola del antebrazo en una rápida reacción—. Creo que aún hay un punto importante que estamos pasando por alto ¿no te parece? Como el hecho de que… —la soltó y se pasó la mano por la nuca mientras bajaba la mirada, repentinamente nervioso— ¿Qué tal si Hawk Moth decide akumatizar a alguien en tu ausencia? ¿Qué haremos? Mejor dicho, ¿qué haré? Yo… —como pudo, alzó la mirada para confesarle lo que tanto temía— ...no estoy seguro de poder hacer esto sin ti.

Ladybug lo miró y no pudo evitar sonreír por la ternura de la escena, pero cerró los ojos sacudiendo levemente la cabeza. ¡Casi se olvida de lo más importante! Hawk Moth aún estaba presente.

—No creo que me dejen mantener el contacto contigo, pero si hay algún akuma, llámame —le aconsejó—. Ellos entenderán que proteger París también es importante para mí, quizás me dejen usar a Kaalki si algo sucede.

—Supongo que sí —asintió Chat, aún sin tenerlas todas consigo—. Lo tendré en cuenta, mi Lady.

—Espero que nos veamos de nuevo, Chaton —le dijo con una sonrisa sincera antes de tomar su yoyó para lanzarlo lejos de la torre y perderse junto a Wayzz entre los edificios de París.

—Sé que sí, mi amada Bichito —murmuró para sí, siguiendo con la mirada a su pareja de batallas, mientras el rojo de su traje se camuflaba entre los tonos naranjas del atardecer. Le echó un último vistazo al llavero que aún sostenía, envolviendo su mano alrededor de él con firmeza—. Esto no es un adiós... Es un "hasta pronto".


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Rinconcito de las que escriben:


Aqua:

¡Hello! Al fin puedo poner en acción este fic, lo llevo planeando como 9 meses… ¡Todo un parto! xD Pero para poder llevarlo a cabo, conté con la colaboración y la edición de MariAgreste18 que se unió a esta idea y me ayudó a darle forma.

Espero que nos acompañen en esta nueva aventura en un especial cargado de Ladynoir~


Mari:

¡Hola a todos! Acá haciendo mi necesario acto de presencia xD

La verdad es que estoy muy entusiasmada de poder acompañar a mi querida Aqua en esta propuesta, ya que es un placer enorme escribir junto a ella, como buena fan suya que soy *-*

Y respecto a lo que leyeron, ¿qué les pareció? ¿Qué será lo que preparó Marinette para su Chaton? ¿Algunas ideas? Porque sobre eso va a girar el fic xD

Sin más que agregar, los animo a seguir, y espero sinceramente que lo disfruten tanto como nosotras al escribir esta historia.

Un besote 😘😘


Cabe destacar que este fic no tiene fecha de actualización porque subiremos los capítulos mediante los vayamos escribiendo ya que ambas somos #madresmiraculers xD

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¡Nos leemos en la próxima!

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1 de Julio 2020