Descargo de Responsabilidad: El universo y los personajes, a excepción de los nuevos, pertenecen a J. . No los creé yo, ni me pertenecen, sólo serán utilizados en esta historia como elemento recreativo, sin generar ningún tipo de ganancias.

Para los "Desafíos" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Personaje: Gilderoy Lockhart. Palabras obligatorias: Sonrisa y Cuadro.

La Sonrisa Lockhart

Ya había perdido la cuenta de cuantas veces le habían dicho que tenía un hermoso cabello rubio, o que sus ojos verdes destellaban como nadie había visto destellar los de otros, incluso que su sonrisa era tan perfecta que no podía ser de este mundo. Lo había llamado 'adorable', hasta que creció lo suficiente para ser llamado 'buen mozo', 'galán' y 'apuesto'.

Aunque a él todas las mañana le saludara una nariz chueca y unos ojos desproporcionados en el espejo, nunca creyó que lograría nada que no fuera mérito de su apariencia. Debido a esto no pudo creer cuando el Sombrero Seleccionador lo colocó en Ravenclaw. ¿Él, en la Casa de la Sabiduría? Eso no era posible.

Con el tiempo descubrió que su padre tenía la razón. Su físico era lo que lo llevaría lejos en la vida. A pesar de estar en la Casa de la Sabiduría, su calificaciones eran bajas, y no lograba aprender más que algún encantamiento. Gracias a su sonrisa logró copiarse de las chicas de su clase. Por su mirada de "perrito cariñoso" muchos de los profesores subieron sus puntos de reprobatorios a aceptables.

Sin embargo todo esto no hacía más que llenarlo de rencor. Rencor hacía sus compañeros por burlarse de él, rencor hacía su familia por no proporcionarle las herramientas necesarias para la vida; y, sobretodo, rencor a su padre que no había creído que él pudiera ser más que una cara bonita.

Por ello cuando su padre murió no sabía como sentirse; decepcionado, alegre, destrozado, triste… nada encajaba con lo que sentía, no había una palabra para eso.

Recibió una pequeña herencia de su padre, nada muy ostentoso debido a que no tenían mucho, lo suficiente para mantenerlo un par de meses y luego tendría que ver qué haría para ganarse la vida. Trabajador del Ministerio no parecía un trabajo muy interesante.

También obtuvo algunas pertenencias; la vajilla de la familia y unos cuantos cachivaches, que tenían más valor sentimental que otra cosa. Entre ellos estaba el cuadro. Un cuadro donde aparecía su padre, joven y sonriente. Con la misma sonrisa Lockhart que caracterizaba a la familia. La sonrisa que lograría que todo le saliera bien en la vida, la que tanto detestaba y con la que conseguiría todo.

La misma sonrisa que le hizo pensar en cómo darle un vuelco a su vida; la que logró que la gente confiara en él para luego traicionarlos, y la que conservó en San Mugos hasta el final de sus días.


N/A: Se que es corta pero igual agradecería reviews.