Les dejaré una pequeña introducción a mi nuevo fic.
-Será actualizado cada 15 y 30 de cada mes.
-Al igual que la mayoría de mis fics, hay saltos en el tiempo.
-Contará con 13 partes: Prólogo + 2 extras + 9 capítulos + Epilogo.
-Genero: Drama - Romance
-Ranking: T
-Summary: Cuando Ladybug le dijo a Chat Noir que la Orden de Guardianes creía que Gabriel Agreste era Hawk Moth y debían investigarlo, nada lo preparó para todo lo que estaba por descubrir... ni para en lo que se iba a convertir.
-La historia me pertenece, los personajes nop.
¡Gracias a todos por acompañarme en un nuevo viaje de emociones ;)
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Aquatic
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15 de Mayo 2020
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"A veces nos toca pagar por las acciones de otras personas"
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Prólogo
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El sonido de un celular retumbaba entre las paredes de mármol de la mansión Agreste. El único habitante no mostraba intenciones de responder y solo recorría la estancia, vacía de adornos y muebles, con los pies cansados y la mirada perdida, y aunque había tenido tiempo para asimilar los hechos ocurridos, aún le costaba aceptar el desenlace.
La pantalla de su teléfono volvió a iluminarse, mostrando la imagen de su mejor amigo. Respiró hondo y dejó caer el aparato telefónico, cuya pantalla se trisó completamente al estrellarse contra el piso.
—¿Estás bien? —Plagg lo rodeó, preocupado, al ver que los ojos de su portador no mostraban emoción y no le permitían saber si estaba bien o mal. Observó el teléfono que finalmente dejó de sonar y respiró profundamente.
Adrien llegó a su habitación, donde pocas cosas quedaban, pues la gran mayoría ya había sido empacada y enviada a Londres, su nuevo hogar a partir de ahora. Revisó la maleta en la que estaban sus cosas más importantes y se quedó observando una cajita de color negro brillante, con detalles en verde neón, la cual tomó entre las manos, mientras negaba con la cabeza. Todo era culpa de esa caja y de los llamados Miraculous que tanta destrucción habían traído a su familia, a su vida… Quería olvidarse de ella, botarla o abandonarla, porque ser su protector nunca estuvo en sus planes, pero… hacerlo significaría olvidarse de ella y nunca podría hacer eso.
—Adrien —volvió a insistir Plagg para que su portador le hablara, pero éste seguía en negación, así que solo le quedaba contemplarlo, resignado.
Adrien guardó la caja dentro de su bolso deportivo, en el que llevaba sus objetos personajes. Allí estaría más segura.
—Si me lo preguntas… —respondió, finalmente, mientras cerraba la maleta—… estoy mal, me siento pésimo y estoy agotado mentalmente. Lo único que quiero es llegar a Londres y desentenderme de todo esto, de mi padre, de Nathalie, de los Miraculous, de…
—¿Ella? —completó la frase. Adrien suspiró y se dejó caer sobre el blanco colchón, cubierto por un plástico.
—De ella no quiero olvidarme —respondió—, y aunque pudiera, no lo haría.
—¿Vas a despedirte de tus compañeros? —Adrien negó con la cabeza—. ¿Por qué no?
—Quiero quedarme con los recuerdos a como eran las cosas antes, como cuando llegaba al salón y todos nos mirábamos con una sonrisa… cuando ella me veía y sabía quién… —la voz se le quebró y las lágrimas escaparon de sus ojos verdes, sin control.
—Adrien —susurró Plagg acercándosele para reconfortarlo.
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—Pensé que no nos despediríamos de nadie —consultó Plagg cuando Adrien salió del metro, en la esquina del colegio, vistiendo una capucha color verde oscuro, ocultándose de las miradas de la gente.
—No vamos al colegio —cuando se acercó a la esquina donde estaba la panadería de los Dupain-Cheng, sonrió con pena cuando observó cómo Tom peleaba con la gente para que dejara a su hija en paz, permitiéndole el paso solo a sus clientes.
—¿Veremos a Marinette? —dijo Plagg, preocupado por aquello. Adrien negó con la cabeza— ¿Entonces?
—Nosotros no, pero… —Plagg observó como Adrien tenía en sus manos, unos aretes plateados y comprendiendo lo que iba a hacer se dejó absorber por su Miraculous.
El chico, al ver que el anillo recuperaba su color oscuro original, lo guardó para poder ponerse los pendientes y dejar libre a Tikki.
—Adrien… —susurró la roja de motas, con pena. Él sonrió con nostalgia y le dio una leve caricia.
—Te traje para que te despidas, porque sé que no pudiste hacerlo —tras esas palabras, Tikki se dio cuenta de dónde estaba.
—¿De verdad? —Adrien afirmó y sin perder tiempo, Tikki voló hacia la habitación de Marinette. El chico aspiró profundo, viendo alejarse a la Kwami.
—Al menos uno de los dos podrá hacerlo.
Tikki ingresó a la habitación de Marinette, cuidándose de no ser vista, y la encontró sentada en su silla de escritorio, abrazada a sus rodillas, mientras videos de Ladybug se reproducían frente a ella, desde la pantalla de su computador.
La Kwami de la creación notó el aura triste de la chica. Tenía tantas ganas de acercarse y de consolarla, pero ya no podía verla. Sus ojos azulados se llenaron de lágrimas.
—Adiós, Marinette… —susurró, antes de desaparecer.
Adrien se puso alerta cuando observó a la Kwami volver junto a él. La acomodó en sus manos y notó la tristeza de la pequeña criatura.
—¿Quieres descansar? —ante la afirmación, se quitó los aretes para que ésta volviera a ellos.
Tras guardar los aretes en un bolsillo, Adrien tomó de nuevo su anillo para colocárselo.
—Te hubieras demorado un poco más —protestó Plagg—, así podía haber visto a mi terroncito en nuestro mundo.
Adrien rio sin gracia.
—Lo siento amigo, pero si yo no puedo ver al amor de mi vida, tú tampoco.
—¡Qué no es así! —protestó Plagg, sonrojándose. Adrien solo le dio una caricia, antes de volver al metro para regresar a su casa o a lo que quedaba de ella.
Cuando salía de la estación, pudo ver a Alya, Nino, Kagami y Luka frente a su puerta. Apretó los labios y le pidió a Plagg que lo transformara en Chat Noir para poder entrar por la ventana y así evitar a sus amigos.
—No puedes evitarlo toda la vida, Adrien —protestó Plagg cuando la transformación terminó.
—Por eso me voy a Londres —le recordó, acomodando su maleta y su bolso—. Lo haré a primera hora, en el primer tren, y así me salvo de dar explicaciones, de contestar preguntas que no quiero responder, y de la pena y lastima de los demás. Ya conmigo mismo me basto.
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Adrien tomó el tren a Londres a las «6:43» de la mañana, solo, sin despedirse de nadie. Cerca de las ocho de la mañana, hora local en Inglaterra, Adrien descendió del tren con su maleta en mano y su bolso deportivo, cruzado en la espalda.
—¡Adrien! —la voz de su tía Amelie, le hizo observar hacia la derecha. Ahí, la mujer que se parecía tanto a su madre, se acercó a él para abrazarlo—. Mi niño… —exclamó aferrándose a su sobrino, con fuerza—… No te preocupes, yo voy a cuidarte, a ti y a Felix. Ahora somos los únicos miembros de esta familia y debemos protegernos.
—Muchas gracias, Tía —dijo el chico, con lagrimas en los ojos, separándose de la mujer. Amelie le limpió las mejillas y le sonrió.
—Todo estará bien, Adrien… ya lo verás.
Él cerró los ojos y afirmó su mano en la maleta para encaminarse al vehículo que los llevaría hasta la mansión Graham de Vanily, en donde empezaría a vivir una nueva vida.
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El rinconcito de la que escribe:
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:O Adrien ahora es el guardian de los Miraculous!
¿Qué fue lo que pasó?
¡No te pierdas los capítulos especiales!
Extra 1: Marinette Dupain Cheng
Fecha de Publicación: 1 de Junio (para poder cerrar el mes Marichat)
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Gracias por leer
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Aquatic
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15 de Mayo 2020