Buenas tardes amigos. Disculpen que haya tardado en actualizar pero los exámenes me tienen absorto. A partir de ahora actualizare con nuevos capítulos cada domingo, para que lo sepan.
Bueno en este capítulo veremos cómo le van las cosas a Theon en Invernalia y si finalmente conseguirá escapar o no.
Como siempre espero que les guste y espero sus comentarios.
Theon II.
El cielo parecía despejado cuando Theon realizo su habitual revista de las murallas y las almenas de Invernalia. Habían pasado muchos días desde que la mayoría de los norteños se habían retirado. No sabía por qué a ciencia cierta, pero se imaginaba que Ser Rodrik seguramente habia dirigido sus tropas en dirección al sur. En el Sur, Robb ya habría conocido la noticia de la invasión, de la supuesta muerte de sus hermanos, y seguro habría enviado soldados al Norte para recuperar sus tierras. Theon sonrió para sus adentros, Robb era un gran militar pero ni siquiera él podría tomar el Foso Cailin, donde su tío Victorian tenía miles de hombres dispuestos para defender el nuevo reino de su familia.
Sin embargo desde el Sur, las ruinas del Foso resultaban indefendibles, pero claro, ese era un problema de su tío. El suyo era que sus veinte hijos del hierro estaban comenzando a ponerse nerviosos. Los habitantes de Invernalia les superaban en número y aunque no tuvieran armas, Theon no sabía cuánto tiempo podrían seguir sometiéndolos. El heredero de las Islas del Hierro recordaba continuamente las palabras de Ned Stark "Invernalia puede resistir un asedio con pocos hombres". Pero claro, nunca habia habido una batalla en Invernalia, donde los habitantes no estuvieran apoyando al defensor.
Aquel día, los norteños comenzaron a moverse, apenas eran quinientos hombres y unos pocos caballos, pero sin duda más se le unirían a lo largo de los días. Theon necesitaba defender Invernalia, no podía permitir que su premio le fuera arrebatado junto con su libertad… o su cabeza.
Sin embargo sabía que era casi imposible. Necesitaban un milagro, pensaba Theon cuando de repente escucho un cuerno de guerra. ¿Más norteños? Se pregunto Theon a sí mismo. Corrió hacia la puerta principal del castillo, mientras que la mayoría de hijos del hierro le seguían.
Lo que vio le sorprendió, una tropa de hombres, norteños sin duda se habia unido a los que ya estaban allí. El capitán de los norteños que habia dejado Ser Rodrik al cargo se acerco al que parecía liderar la hueste, un hombre con una armadura negra y capa rosa ribeteada. Los estandartes de los recién llegados enarbolaban el hombre desollado de los Bolton. Quizás Hediondo lo habia conseguido. Quizás habría conseguido reunir hombres para su causa.
El caudillo de la tropa Bolton desmonto y se acerco al capitán norteño que le extendía el brazo en señal de amistad. Sin embargo antes de que Theon pudiera parpadear, todo el campo y la Ciudad Invernal se habia convertido en un campo de batalla. Los Bolton arremetieron contra sus compañeros y en pocos minutos la mayoría de norteños habían huido o estaban muertos. No más de media hora habia transcurrido cuando el líder de los Bolton se acerco a las puertas de Invernalia para hablar con Theon.
-Mi príncipe, soy Hediondo, como os prometí he regresado para luchar por Invernalia y contra los Stark.
Theon sentía que los milagros existían. Habia asegurado la posición y rápidamente dio orden de abrir las puertas. Los hijos del hierro parecían alegres, casi sin creerse que habían conseguido salvarse.
Theon no terminaba de comprender como un sirviente del bastardo de Bolton habia conseguido reunir esas fuerzas, pero quizás los Bolton querían aprovecharse de la situación y acabar con los Stark; si fuera asi Robb Stark estaría muerto muy pronto y no quedaría nadie para vengarse de el por sus actos.
Las puertas se abrieron y decenas de soldados Bolton entraron en Invernalia. Los habitantes del castillo observaban impasibles, no sabían que ocurrían. Necios, quizás creían que los Bolton les salvarían de los Greyjoy. Hediondo desmonto de su caballo y se acerco a Theon.
-Me prometisteis una mujer por traer hombres a defenderos mi príncipe, y como veis he traído cientos. Me merezco un premio.
Theon sonrió. Por su cabeza se pasaban sentimientos de alegría por no haber aceptado los tontos consejos de redición del Maestre Luwin.
-Por supuesto Hediondo, tendrás tu chica.
El supuesto criado del Bastardo de Fuerte Terror sonrió. Una sonrisa espeluznante.
-no soy Hediondo, ese pobre idiota murió, le di mis ropas cuando nos capturaron y Ser Rodrik lo mato, y espero que la chica sea la misma de la que vos disfrutáis, es lo mínimo.
Theon no comprendía nada.
-si no sois Hediondo, quien sois…- en ese momento Theon vio los ojos del hombre ante y cayó en la cuenta de que habia visto esos ojos antes: Roose Bolton. –Sois el Bastardo de Bolton, Ramsay Nieve…
El hombre pareció enfurecido a la vez que gracioso.
-mi difunta esposa me llamo lo mismo….- se acerco a Theon mientras mas y mas soldados del Hombre desollado entraban en Invernalia- y recibió un castigo. Yo soy Ramsay Bolton, heredero de Fuerte Terror.
En ese momento un puñetazo impacto en Theon que cayó de bruces al suelo. El patio de Invernalia parecía convertirse en un nuevo campo de batalla. Y mientras unos hombres cogían a Theon y le ataban las manos pudo ver como los soldados de Ramsay atacaban a los suyos y a las gentes de Invernalia, que comenzaba arder.
-¡Arrasadlo todo, coged a los niños Frey y quemadlo todo!- oyó decir a Ramsay antes de que una lanza le diera en la cabeza y perdiera el conocimiento mientras oía los gritos de terror de las gentes de Invernalia y el olor al fuego le impregnaba.
Y entonces todo se volvió negro.
