Buenas tardes a todos. En primer lugar me gustaría pedir disculpas, pues las últimas dos semanas tuve mucho trabajo y no podía sentarme a escribir. Sin embargo ya estoy más liberado y aquí les traigo un nuevo capítulo.

Espero que les guste. He de admitir que me costó escribirlo, pero espero que lo aprecien.

Como siempre espero sus comentarios.

Sansa I.

Los invitados estaban ocupando sus asientos. La música habia comenzado a amenizar la fiesta, y mientras Sansa repasaba con la mirada a todos los asistentes no dejaba de recordar cómo habían sido los últimos días o mejor las últimas semanas desde que Lord Tywin y sus hombres llegaron a la capital.

Cuando se entero de la derrota de los Lannister frente a Robb en el Oeste, por un momento temió que Joffrey volviera a castigarla, a humillarla frente a la corte, pero su tío enano, Tyrion, se lo habia impedido. Sin embargo no pudo impedir que Joffrey la abofeteara cuando se supo que los norteños habían conquistado Lannisport. Se decía que su hermano Robb habia cortado la cabeza de cientos de personas y habia entregado la ciudad a las llamas. Todos la miraban con desprecio aunque Sansa sabía que en el fondo le tenían miedo. Su hermano habia conseguido vencer a Tywin Lannister en batalla y eso nadie lo podía haber imaginado hace meses.

Ahora se encontraba sentada en el estrado junto a los miembros de la Familia Real y la Casa Tyrell en su condición de pupila de la Corona y Sansa lloraba en su interior, pues hasta hace un año este era el tipo de fiesta que anhelaba vivir cuando se encontraba en su verdadero hogar en el Norte. Siempre habia soñado con ser una gran dama sureña, incluso una reina cuando Robert Baratheon viajo al Norte a buscar a su padre. Ahora solo podía pensar lo mucho que se equivocaba, era una ingenua y una ilusa, se habia creído todas las mentiras de Joffrey y de los Lannister y solo podía esperar que su hermano hiciera con esta ciudad lo mismo que habia hecho en Lannisport.

Joffrey parecía bastante borracho después de más de tres horas de celebración mientras que Margaery era el perfecto ejemplo de la dulzura, consiguiendo tranquilizar al rey cuando era necesario. Sin duda toda la popularidad que Joffrey pudiera conseguir en los Siete Reinos se la debería a su flamante reina. Sansa repaso al resto de los integrantes de la mesa y se fijo en que todos reían, comían y bebían. No parecía que hubiera guerra, no parecía que Lannisport habia sido arrasada, que el Oeste habia sido saqueado y que los Lannister habían sido derrotados en batalla. Hasta Sansa sabía que era la alianza con los Tyrell lo que habia sostenido a Joffrey en el trono, primero derrotando a Stannis y ahora lo harían contra su hermano Robb.

"Por favor Robb se fuerte", pensó Sansa para sí misma.

En ese momento Joffrey se puso en pie y la música paro, todas las voces cesaron y los ojos se centraron en el rey.

-Escuchad, estáis comiendo de mi mesa y celebrando mi boda, pero esto no se ha hecho para que engordéis y os emborrachéis. Una boda real es algo más que un simple enlace. Una boda real es historia, nosotros estamos escribiendo hoy la historia, poniendo un capítulo final a la rebelión. Por eso- aplaudió y en ese momento la boca del león gigante que presidia la zona de baile se abrió- os doy al Rey Joffrey, Renly, Stannis, Balon Greyjoy y Robb Stark, la Guerra de los Cinco Reyes.

Comenzaron a salir cinco enanos vestidos a la manera de los diferentes reyes que luchaban o habían luchado en la guerra con lanzas para enfrentarse en una justa. Se veía a Joffrey representado sobre un león con las puntas de un venado, a Renly con los calzones bajados mostrando sus supuestas preferencias en el lecho, a Stannis con su bruja roja, al Greyjoy con un kraken y el enano que representaba a su hermano llevaba una cabeza de lobo. Primero el enano que representaba a Stannis derroto al actor que representaba a Renly para luego ser derrotado por el "rey Joffrey" que mas tarde acabaría derrotando tanto al Rey de las Islas y al Rey en el Norte. Todos aplaudían, festejaban y vitoreaban el nombre del Rey Joffrey.

Todo el mundo parecía contento, pero sobre todo Joffrey que entre el vino y la parodia que habia mostrado su egocentrismo parecía más feliz que cuando mando a ejecutar a su padre. El rey se acerco a donde estaba Sansa, seguramente dispuesto a reírse de ella ante la parodia de la derrota de Robb, aunque esta aun no se habia dado.

-¿Te ha gustado la obra de teatro Lady Sansa? Mi parte favorita es cuando el legítimo rey derrota al bárbaro rebelde del Norte. Quieres que te de la cabeza del actor que representa a tu hermano, como aperitivo para cuando te de la cabeza de Robb Stark.

Vio como Cersei, lord Tywin y algunos más observaban al rey, seguramente incómodos, aunque no malgastarían palabras para defender a una hija y hermana de traidores. Al fin y al cabo el único oponente serio que quedaba en Poniente al dominio de los Lannister era su propio hermano mayor. Sansa, con la lección bien aprendida respondió con su habitual tono cortes, dulce y sobre todo sumiso, como al rey le gustaba.

-por supuesto alteza. Ha sido una gran representación y espero que vuestra alteza pueda traer la paz y acabar con los traidores como mi hermano y mi madre.

Joffrey, contento por la respuesta mostro esa sonrisa que Sansa creía ser la única en conocer. Una sonrisa que expulsaba del rostro real todo rastro posible de la belleza de los Lannister, una sonrisa sádica, cruel…

-Asi me gusta, te prometo que pronto se acabara todo, te casaremos con alguien de la corte y te tendré para mí siempre que desee…

En ese momento Tyrion Lannister aparecía por la mesa y rápidamente el objetivo de las burlas de Joffrey cambio hacia la única persona a la que disfrutaba atormentar aun más que a Sansa, su propio tío.

-Tío, os ha gustado la obra a que si, seguro que te has visto muy identificado.

Tyrion sonrió, tomo un trago de vino y miro al rey. Sin duda era el único al que no le daba miedo enfurecer al rey, al revés parecía divertirse.

-por supuesto que si alteza, aunque ojala fuera verdad jajajajaj, sin duda la vida sería más bonita y más fácil si la obra mostrara la verdadera realidad sobre la guerra, no sabía que tuvieras tanta destreza con la lanza querido sobrino.

En ese momento Joffrey parecía que iba a estallar, la vena se le estaba notando claramente en la frente y sin embargo la nueva reina Margaery vino a salvar la situación.

-querido, la tarta nupcial ha llegado, debemos cortarla.

Joffrey asintió y beso la mano de su joven reina mientras se dirigía a sacar su espada, Comecorazones, para partir la tarta. Con un brusco tajo corto la superficie y las palomas salieron de la tarta, mientras los criados comenzaban a servir, siendo la primera porción para el rey y la reina. Mientras Margaery le daba a Joffrey con un tenedor, el rey parecía haberse olvidado de su tío, pero Sansa sabía que no era asi y Joffrey le dio la razón.

-tío, os nombro mi copero, tengo sed, la tarta es seca y hay que bajarla, sírveme.

Tyrion, humillado seguramente, sirvió una copa de vino y se la dio al rey que dio cuenta de ella rápidamente y con ansia, para luego exigir más. Una vez la copa volvió a ser rellenada, Tyrion se dirigió al rey mientras Sansa solo pensaba en que la fiesta acabara y poder volver a sus aposentos para descansar de un día lleno de falsas cortesías y sonrisas.

-alteza, me gustaría retirarme, estoy algo cansado y ser vuestro copero es agotador, ademas no doy la talla claramente- dijo Tyrion al rey.

En ese momento el semblante del monarca cambio, y se dirigió a su tío.

-no, tu harás lo que….- Joffrey comenzó a toser, intentaba gesticular palabra, pero la tos se hizo más grave, más dura.

Mientras Sansa se encontraba expectante ante la situación, al igual que el resto, una mano le toco la espalda, era Ser Dontos Hollard.

-Mi señora, rápido, venid, hay que irse.

Y Sansa, contrariando todas sus lecciones aprendidas desde la muerte de su padre se permitió ser valiente y de la mano de Ser Dontos se escabullo, aprovechando que nadie la miraba. A medida que se alejaban del convite y se dirigían a la ciudad, los gemidos, la tos brusca y dolorosa de Joffrey se iban apagando, pero Sansa sabía y deseaba con todo su corazón que los dioses hubieran castigado al rey por sus muchos pecados, la mayoría contra la Casa Stark.