Buenas noches a todos. Ahora que es verano intentare aumentar el ritmo de publicación. Aquí les traigo un nuevo capitulo, veremos que tal le va a Catelyn y como es su reencuentro con Robb. Este es un capitulo muy especial para mi, pues siento que Robb debe romper un lazo mas para convertirse en un hombre implacable, y espero haber mostrado parte de esa evolución…

Como siempre espero que les guste y que escriban sus comentarios.

Catelyn III.

Los ladridos de los perros la sobresaltaron, y sin embargo el pecho de Catelyn se hincho de alegría, solo Viento Gris, el lobo Huargo de Robb despertaba esos instintos en las perreras de Aguasdulces. Se acerco a la ventana y pudo verlo tras los cristales, su hijo regresaba a Aguasdulces, tras meses sin verlo, sin embargo no podía salir de las habitaciones de su padre y debía esperar a que el rey pidiera verla.

La llegada de Robb despertó a Catelyn, que se puso en marcha. Pidió agua y se lavo, se puso uno de sus mejores vestidos, seguramente Robb la mandaría llamar, algo que ni siquiera hizo su hermano cuando regreso del Oeste. Al parecer Edmure estaba furioso con ella, al igual que seguramente el resto de los señores. Esperaba que al menos su tío, Ser Brynden, la visitara, pero según pudo saber, estaba al mando de la guarnición en Harrenhal, y no regresaría hasta que el rey volviese al castillo de los Tully, hasta que su hijo volviera de un lugar que no quisieron decirle.

Ahora el Rey en el Norte y del Tridente regresaba a su cuartel general y su hijo querría verla, podría estar enfadado, pero seguía siendo su madre, y la señora de Invernalia, y debía presentarse ante la corte como lo que era y si tenía que soportar las recias miradas de los abanderados de su hijo con tal de volver a estrecharle entre sus brazos, asi lo haría.

Pasaron horas y por fin, un guardia, un norteño de Invernalia, vino a buscarla, indicándole que el rey deseaba verla. Catelyn, con el paso firme y decidido camino entre los pasillos del castillo hasta llegar a las puertas del gran salón de Aguasdulces. Esperaba a que la anunciaran, pero el soldado le indico que siguiera adelante.

Los ruidos provenientes del salón, parecían ruidos de victoria, de celebración. Es que acaso habia ocurrido algo que ella no supiera. Las puertas se abrieron, pero el bullicio impidió que los señores se dieran cuenta de su presencia. Robb estaba de pie sobre la tarima, delante de su trono, y era él quien enardecía a los señores.

-…Poniente y los reinos del Sur ya saben cómo es la llegada del invierno a sus tierras. Arrasamos por el Oeste, devolvimos a Tywin Lannister con el rabo entre las piernas a Desembarco del Rey, destruimos Lannisport y ahora hemos destruido Pyke. Mientras estemos juntos nada ni nadie puede vencernos. – Robb desenvaino su espada y la alzo- POR EL NORTE Y EL TRIDENTE.

Los señores respondieron enfervorizados "¡EL REY EN EL NORTE!". Mientras los señores gritaban, Catelyn repaso las palabras de su hijo, sabia lo de Lannisport, pero ¿Pyke?, cuando su hijo habia atacado las Islas del Hierro, acaso Robb habia desatado su ira sobre los hijos del hierro, pobre hijo mío, lo abras hecho por tus hermanos, pero no moviste un dedo por liberar a tus hermanas.

Cuando los ánimos se calmaron, Viento Gris, que se hallaba a los pies de su hijo, alzo la cabeza y rápidamente todas las cabezas se giraron, los señores se apartaron para ver a Catelyn presentarse ante la corte.

Robb se sentó en el trono, y ahora que lo veía más de cerca pudo ver que la guerra le habia cambiado. Su armadura estaba algo mellada, su capa algo manchada de barro, quizás sangre seca, su rostro afilado por la guerra, ojeras adornando sus ojos, su cabello habia crecido, pero el parecía haberse atado el pelo con una pequeña coleta, como hacia su padre, y ahora tenía la frente despejada, adornada con la corona, una corona que sin duda llevaba con más soltura que cuando lo vio por última vez, ahora el la llevaba a ella y no al revés. Era más rey a cada día.

Sin envainar la espada, acariciando a su Huargo, Robb observaba a su madre, con una gélida mirada, similar a la que Ned le habia mostrado cuando le pregunto por la madre de su bastardo. Catelyn deseaba hablar, pero su hijo era el rey, el debía iniciar la conversación.

-Lady Catelyn- su frio tono la sorprendió, sabía que estaría enfadado, furioso, con rabia, pero en ese tono no habia ninguna de esas cosas, era un tono inflexible. Ademas por primera vez la habia llamado por su nombre. Pareciese que el rey no quería mostrar sus lazos de sangre.

-Alteza, me alegro de veros con salud, por favor, aceptad mis felicitaciones y mi alegría por vuestras muchas victorias.

Robb la seguía observando y casi en un tono similar al que usaba Roose Bolton dijo:

-cierto, hemos conseguido grandes victorias, muchos han muerto, una pena que algunos traicionen a los muertos por nuestra libertad…

Esas palabras fueron como un puñal, Catelyn se sentía mareada, pero no iba a permitir mostrar debilidad.

-ya os habrán contado lo que hice hijo mío…

En ese momento Rickard Karstark se adelanto y con un tono mucho mas brusco que el acostumbrado se dirigió a Catelyn.

-os estáis dirigiendo al Rey en el Norte, no a un muchacho cualquiera.

Catelyn miro a su hijo que continuaba con su gélida mirada, y luego miro al señor norteño.

-os recuerdo que hablo con mi hijo, mi señor, y os recuerdo que soy la madre de vuestro rey y la viuda de vuestro señor, Eddard Stark, soy la Señora de Invernalia…

-me apuesto la vida, señora, a que mi familia ha hecho más por vuestra casa, por la memoria de Lord Stark y por el rey que vos, sois una traidora, lo admitan o no el resto de los señores.

Catelyn sabía que el Señor de Bastión Kar estaba aun de luto por la muerte de sus hijos a manos de Jaime Lannister, pero el Matarreyes podría devolver la libertad a Sansa y Arya.

-siento la perdida de vuestros hijos, pero yo también he perdido a dos de mis hijos y la vida de Ser Jaime no nos los devolverían a ninguno de los dos. En cambio si puede salvar la de mis hijas.

-vos tenéis hijas que son rehenes, yo me arrancaría el corazón y se lo daría a los dioses por conseguir que mis hijos fueran meros rehenes, lo que hicisteis fue una traición.

En ese momento Robb, alzo la voz, no mucho, pero lo suficiente: -BASTA

Karstark se paro y miro al rey y rápidamente los ojos de su hijo le indicaran que pusiera fin a sus palabras, Lord Rickard obedeció a su hijo y se inclino. Robb se levanto del trono.

-bien mis señores, ha sido un largo día, id a descansar, en dos días nos reuniremos de nuevo y deseo saber cuál es el estado completo de nuestras fuerzas y recursos. Lord Umber, enviad un mensaje a Ser Brynden y comunicadle que deseo que regrese a Aguasdulces. Ser Edmure quiero un informe de todos nuestros exploradores, quiero conocer los detalles sobre la situación en el Norte y en Desembarco.

Todos los señores se retiraban, mientras su hijo se dirigía hacia una ventana, miraba a su ejército, lo único que le importaba. Catelyn decidió marcharse, pero cuando estaba llegando a la puerta la voz de su rey le sorprendió.

-vos no, mi señora, deseo hablar con vos en el salón privado…

Robb salió por la puerta trasera hasta el salón privado, tomo una copa de vino y dejo la corona y la espada en la mesa. Catelyn estaba expectante a que su hijo iniciara la conversación.

-Robb, por favor, mírame, dime algo, no me ignores.

Robb jugueteaba con la copa, miraba al fuego de la chimenea.

-y que debo hacer madre, me has traicionado, has traicionado al Norte y al Tridente y todo por nada. Lannister no liberara a Sansa ni a Arya, la única baza que teníamos para evitarles un daño mortal a mis hermanas y tú la pones en libertad.

-Ser Jaime me juro que liberaría a las chicas…

-eres una necia si crees en la palabra de un hombre conocido por matar al rey al que juro defender-una vez más ese tono gélido.

- Robb, siento si lo que hice te ha creado más dificultades no era mi int….

Robb se giro, y ahora parecía más furioso que nunca.

-¿dificultades?, no querida madre, solo has puesto una espada sobre mi cabeza, una más. Lo que dijo Karstark es cierto, no solo has traicionado a la memoria de padre y a mí, sino que has traicionado al Norte y a los miles de hombres que han muerto defendiéndolo.

Catelyn vio que sus miedos y sospechas eran ciertos. Su hijo ya no era solamente su joven muchacho, ahora era el Norte, frio, gélido, implacable, y su principal objetivo no era su familia, sino su reino, su gente, su pueblo…

Robb se sentó en la silla más cercana.

-jamás te perdonare madre, y has de saber que solo el hecho de que eres mi madre, la viuda de Eddard Stark y la hija de Hoster Tully impide que te corte la cabeza, pero esto jamás te lo perdonare, y por supuesto tendrás que aceptar las consecuencias de tus actos.

Catelyn jamás habia visto a su hijo asi de enfadado, pero era un enfado gélido, siempre habían dicho que Robb habia salido a los Tully, tanto en físico como en carácter, pero desde que empezó la guerra una transformación empezó dentro del, y ahora se habia completado. Era un norteño de pies a cabeza.

-y cuál será mi condena hijo mío.

Robb se levanto, miro de nuevo a la chimenea.

-en la próxima reunión el consejo decidirá tu destino final. Por lo pronto seguirás recluida en los aposentos de tu padre; ademas, como jefe de la Casa Stark te despojo del honor de usar el apellido, solo serás Lady Catelyn Tully, y por supuesto te despojo del título de Señora de Invernalia, algunos señores norteños pueden llegar a entender el por qué hicisteis lo que hicisteis, pero ni ellos ni yo os podremos perdonar y mucho menos dejar que sigas siendo la primera dama del reino. Intentabas salvar a tus hijas y ahora me perdiste a mí…

Catelyn se acerco a su hijo, pero este se aparto rápidamente.

-dejadme solo Lady Tully, deseo descansar.

En ese momento un soldado con el Huargo en el peto entro.

-alteza, Ser Brynden ha llegado, quiere hablar con vos, tiene noticias.

-hacedle pasar, y escoltad a Lady Catelyn a las habitaciones de Lord Tully.

Robb ni le dirigió la mirada, mientras el soldado le indicaba que comenzara a andar. Fue entrar en la habitación de su padre, verle en el lecho postrado y recordar la mirada de su hijo y en ese momento Catelyn comenzó a llorar.

Una hora después, Catelyn aun seguía llorando, cuando el Pez Negro entro en la estancia.

-tío, me alegro de veros.

Ser Brynden abrazo a su sobrina.

-tranquila pequeña Cat, me encargare de convencer a los señores de que lo que hiciste fue culpa del dolor, serán benévolos…

-solo me importa Robb…

-el está enfadado, pero cuando ganemos la guerra, seguro podrá perdonarte.

-si es que ganamos…

-ten fe, sobrina, tengo una noticia que te alegrara, Robb ya lo sabe, y el resto del castillo lo sabrá pronto, asi que no creo que importe que lo sepas…

-¿Que ha ocurrido?

-Joffrey Baratheon ha muerto, al parecer envenado, en el día de su boda…

Otro rey caído, seguro Tywin ponga al pequeño Tommen en el trono, pero algo en el corazón de Catelyn respiro, al menos alguien habia hecho justicia por su adorado Ned…

Ahora solo faltaba que Robb se impusiera y sobre todo, solo faltaba que Robb la perdonase, aunque algo le decía a Catelyn Tully que habia perdido a su hijo para siempre.