Buenas a todos, hoy tenemos un nuevo PdV, donde veremos cómo van las cosas en Aguasdulces.

Respecto a la evolución de Robb quiero dejar claro, que no odia a su madre, solo se siente decepcionado por la actitud de esta y sus actos. Robb esta madurando, cada día se considera más rey que el anterior y sin duda no puede tolerar que su autoridad sea socavada asi, en medio de una guerra. El no ha olvidado a su hermana, para el ganar la guerra es la forma de liberarlas.

Espero que les guste este capítulo y como siempre espero sus comentarios.

Brynden I.

El Gran Salón de Aguasdulces estaba muy concurrido. Una gran mesa con un mapa de Poniente se habia puesto en el centro de la estancia y alrededor de ella se agrupaban los señores norteños y ribereños presentes en Aguasdulces. Todo estaba listo para la sesión del consejo. Habia mucho por hacer, debían decidir el siguiente paso, los Lannister estarían paralizados durante un tiempo por la muerte de Joffrey, debían saber cómo iba la situación en el Norte y debían planear su próxima estrategia.

Algunos señores norteños como los Glover, Mormont o Umber deseaban aprovechar la situación para marchar con el grueso de las tropas norteñas hacia el Norte y acabar con los hijos del hierro; los señores ribereños, sin embargo, temían que si la mayoría del ejercito del Norte regresaba a su tierra, los Lannister avanzarían, en cambio respaldaban lanzar una nueva campaña, bien contra el Oeste, o bien contra las Tierras de la Corona, algunos como Ser Marq Piper hablaban de asediar Desembarco. Sin embargo el hombre que tenia la última palabra se encontraba de pie, mirando el gran mapa de poniente: el Rey en el Norte, el Rey del Tridente, el Joven Lobo, su sobrino Robb Stark.

Cuando comenzó la guerra tenía pocas esperanzas en un desenlace favorable para su familia, pero su sobrino nieto le habia impresionado, a él y a todos seguramente, pues nadie podía imaginar que después de más de un año de guerra, la situación bélica se encontraba en un empate, pues si bien los Lannister contaban con mas fuerzas gracias a los Tyrell, la posición de los norteños y ribereños se habia reforzado tras las últimas batallas.

Por fin Robb alzo la mano, y todos callaron, lanzando una pregunta al aire.

-¿Sabemos algo de Ser Rodrik y Bolton?

Fue el propio Pez Negro quien hablo.

-Me temo que si, Alteza. Al parecer hubo una batalla en Foso Cailin, Ser Rodrik Cassel ha muerto según informa Bolton y os solicita refuerzos. Ademas Lord Walder Frey os pide que se lleve a cabo la boda entre vuestra alteza y su hija Roslin, pues considera que el rey debe tener un heredero cuanto antes para la salvaguarda del reino.

Los señores murmuraron, algunos acusaban a Bolton de no ser más resolutivo, otros a Frey de interrumpir la guerra con una velada advertencia por la "salvaguarda del Reino"

Gran Jon rápidamente expuso su opinión.

-Si yo estuviera al Norte, los calamares ya habrían regresado corriendo a casa.

Robb, a quien la noticia parecía haberle afectado emocionalmente, al fin y al cabo Ser Rodrik fue su maestro, se quedo en silencio durante unos segundos, pero rápidamente su mente volvió a una actividad febril.

-debemos prepararnos, no podemos dejar pasar la oportunidad, en estos momentos tenemos 24.000 hombres, la mitad norteños y la mitad ribereños. Quiero que los señores del Tridente realicen una nueva leva de soldados. Debemos reponer a nuestras bajas y conseguir más hombres. Los soldados ribereños se quedaran en Aguasdulces, la infantería norteña se quedara en Harrenhal, mientras que la caballería norteña, junto a 2.000 hombres del Norte que tomaran los caballos que conseguimos en Lannisport marchara conmigo al Norte y libraremos nuestra tierra.

Los señores asintieron, mientras el Rey continuaba con su plan.

-Yo dirigiré a los hombres con Lord Umber, Ser Wylis Manderly y su Hermana, Lady Mormont y Lord Karstark. Lord Glover se quedara en Harrenhal. ¿Esta claro?

-Si alteza- fueron las palabras repetidas por los señores.

-Bien, ahora pasemos a otros asuntos más espinosos. Ser Brynden, llamad a Lady Catelyn, es la hora de que decidamos su destino.

Un par de soldados hicieron ademan de acompañarme pero con un simple gesto les despedí, aunque mi sobrina fuera una virtual prisionera, no la iba a tratar como tal. Cuando llegue a las habitaciones de Hoster, allí estaba, mirando por la ventana. Siempre estaba asi, o a lo mejor mirando al anciano que dormitaba en el lecho.

-sobrina, el rey desea verte.

-¿Ha llegado la hora tío?

-Asi es pequeña Cat, pero tranquila, yo te defenderé.

Caminaron por los pasillos que hace poco estaban llenos de alegría, ahora solo habia guerra, guerra y más guerra, y aunque al Pez Negro se le daba bien, no deseaba seguir luchando. Cuando llegaron al salón, se encontraron con que los señores estaban de pie, la mesa habia desaparecido y el rey se habia sentado en su trono, aunque esta vez sin su espada desenvainada, una buena señal quizás.

Robb tomo la palabra.

-mi señora, se os acusa de traicionar al Reino liberando al Matarreyes que era rehén de la Casa Stark y de vuestro rey. ¿Cómo os declaráis?

Catelyn fijo la mirada en su hijo, mientras Brynden cavilaba, Robb habia dicho que el apenas intervendría, quizás su resentimiento hubiera aumentado…

-culpable alteza, lo hice para liberar a mis hijas, vuestras hermanas, las princesas del reino.

Robb alzo las manos-y donde están mis hermanas, sabemos que Lannister ya debe haber llegado a la ciudad, y aun asi, no recibimos mensajes anunciando la liberación de Sansa y Arya.

Catelyn no sabía que decir, o no se atrevía a reconocer que la habían engañado, que habia sido demasiado ingenua.

-los Lannister os han burlado mi señora, y vos habéis traicionado vuestra causa. Sin embargo sois mi madre y no pienso decapitaros ni condenaros a muerte, eso esta fuera de toda consideración-esto último parecía una advertencia para todos los presentes- , algún señor desea expresar su voluntad.

Incluso antes de que Lord Karstark se levantara, Brynden sabía que el Señor de Bastión Kar iba a ser el único que se atreviera a hablar. Sus hijos murieron a manos de Lannister y siempre soñó con poder arrancarle la vida el mismo, a buen seguro lo hubiera hecho de haber tenido oportunidad.

-Alteza, vuestra madre ha traicionado al Norte, a la Casa Stark, a la memoria de vuestro padre y a todos nosotros. Os ha traicionado a vos, su hijo. Como norteño, como padre, como guerrero que ha sangrado por nuestra tierra y nuestra libertad, no puedo silenciar mis labios. Exijo que Catelyn Tully sea desterrada del Norte para siempre y encerrada en una torre por el resto de sus días. Asi todos sabrán qué pasa cuando el Norte es traicionado.

La sala se lleno de murmullos, sin duda, el exilio podría entenderse, pero el confinamiento a muchos de los ribereños y a algunos norteños les surgió el disgusto. Fue Robb el que alzo la mano y acallo los murmullos, Brynden pensaba que algún señor alegaría a favor de su sobrina, pero nadie se levanto, por lo que le dio un paso al frente con la intención de hablar pero el rey volvió a alzar la mano, indicándole que no oiría más.

-bien mis señores, he tomado una decisión: Lady Catelyn, os despoje del título de señora de Invernalia y del apellido Stark, y lo mantengo. Seréis conocida como Lady Catelyn Tully, y por la presente os destierro del Norte. Ser Edmure Tully ha aceptado que residáis aquí el resto de vuestros días, donde viviréis acorde a vuestra condición noble. Vuestras hijas podrán veros cuando asi lo deseen, por que os aseguro mi señora que mis hermanas siempre están presentes en mis pensamientos.

Los señores no mostraron efusión alguna, ni ningún sentimiento. Por su parte, Brynden no dejaba de sorprenderse, todo estaba preparado de antemano: Robb habría incitado a Karstark o al menos darle su permiso para exigir el encierro de su madre en una torre, y asi el seria mostrado como un rey justo pero no cruel al mantener a su madre en su hogar de infancia, para lo cual tuvo que hablar primero con Edmure. Una jugada maestra.

Brynden se dirigió al lado de su sobrina para acompañarla a las habitaciones de su hermano, sin embargo el rey se levanto e hizo una seña a su escudero Olyvar, que le entrego un documento.

Robb leía en voz alta, y firme.

-Un rey ha de tener un heredero, y dado que aun no tengo descendencia y que mis hermanos Brandon y Rickon Stark han muerto y mis hermanas son prisioneras de nuestros enemigos, yo Robb, de la Casa Stark, Rey en el Norte y del Tridente, he decidido legitimar a mi medio hermano, Jon Nieve, que a partir de hoy será conocido como Jon Stark, Señor de Foso Cailin, y legitimo Príncipe Heredero a la Corona del Reino del Norte y el Tridente. Desde el día de hoy, mi hermano Jon es mi único y verdadero heredero, pues se que con él al frente, el reino sobrevivirá si yo caigo, asi como sé que Jon Stark velara por mi familia, pues también es la suya. Asi mismo mediante este decreto libero a Jon Stark de sus juramentos hacia la Guardia de la Noche, debido a la necesidad que tiene el reino de un heredero. Ahora espero que todos mis señores firmen estos decretos de legitimación y de confirmación de Jon Stark como heredero al trono y juren lealtad a mi hermano como su príncipe.

Los señores norteños, el primero de ellos Lord Karstark, se arrodillaron y juraron lealtad a Jon Stark como heredero, y luego los ribereños tras el ejemplo de Edmure que fue el primero de los señores del sur del Cuello en arrodillarse.

La cara de Catelyn expresaba furia, tristeza, enfado, quizás odio hacia un bastardo al que habia detestado desde que lo vio y que ahora se encontraba por encima de sus hijas en la sucesión. Las lágrimas corrían por las mejillas de su sobrina mientras veía a los señores, incluso a los del Tridente, jurar lealtad al bastardo de Ned Stark. Este era el verdadero castigo de Robb para con su madre y Brynden jamás se lo hubiera imaginado.

En ese momento las puertas del salón se abrieron y entraron varios hombres liderados por un hombre de estatura mediana, delgado, con un lagarto-león en la capa.

-Con vuestro permiso alteza, yo también jurare lealtad a nuestro príncipe.

Howland Reed habia entrado en el salón y la cara de Robb se torno en perplejidad. Se decía que el Señor de Aguasgrises nunca salía del Cuello desde la Rebelión de Robert. Su presencia al sur no hacia indicar nada bueno…