Buenas noches a todos. Aquí les traigo un nuevo capítulo. Esta vez desde el PdV de Robb.
Quería hacer un pequeño apunte. Muchos me han hablado sobre la dura actitud de Robb para con su madre. El entiende lo que hizo y porque lo hizo, sabe que él ha cometido errores, pero ve los actos de su madre como una traición directa a él y al Norte. Hemos estado viendo una evolución, una transformación dentro de Robb, para convertirle en un hombre más implacable, más duro. Un rey digno de una dura tierra como el Norte. Catelyn podrá redimirse en un futuro, pero ahora le toca sufrir las consecuencias de sus actos, mientras que Robb debe luchar por lo que cree, que no es sino la libertad del Norte y la Justicia para su pueblo.
Espero que les guste este nuevo capítulo, le dedique varios días, pues deseaba que fuera especial. Espero haberlo conseguido.
Como siempre, espero sus comentarios.
Robb VIII.
Robb sabía que su madre se lo tomaba como un castigo, y asi lo verían muchos en la sala, pero necesitaba un heredero antes de la próxima batalla, y Jon era un Stark en todo menos el nombre, o mejor dicho era, por que ahora se habia convertido en el Príncipe Jon, Heredero de Invernalia.
Mientras los señores se inclinaban y juraba lealtad, Robb no podía dejar de mirar a su madre, observo como unas tímidas lágrimas se esparcían sobre sus pálidos pómulos. No era un castigo, le gustaría decirlo, le gustaría abrazarla y perdonarla, pero no podía, aun no. Primero ganaría la guerra, luego liberaría a sus hermanas y después se encargaría de reconciliarse con su madre. Pero tenía que tener controlados a sus hombres, sobre todo a los norteños y ahora mucho más, y nunca le respetarían si dejaba ir libre a su madre. Con la guerra ganada podría convencerles de enmendar el destierro.
Sin embargo los pensamientos de Robb se cortaron con una llegada inesperada: Howland Reed habia llegado a Aguasdulces, acompañado de Robin Flint, Cley Cerwyn y un caballero con el tritón de los Manderly en su capa. No sabía que le sorprendía mas, si que Lord Reed hubiera abandonado el cuello después de casi dos décadas, o que un grupo de nobles que deberían estar luchando en el Norte se encontraran ahora ante él. Eso solo podía significar algo muy grave.
Robb levanto la mano y los murmullos que habían llenado la estancia tras la llegada del lacustre y sus acompañantes cesaron.
-mis señores, me gustaría hablar a solas con los recién llegados. Dejadnos solos. Continuad con los preparativos para regresar al Norte y preparar el Tridente para nuestra defensa.
Los señores se inclinaron y se marcharon, algunos ribereños mirando con cierta confusión, pues conocían poco sobre los lacustres y sobre todo eran leyendas. Cuando vi que el Pez Negro se retiraba también le hice una seña a Olyvar que se acerco rápidamente a indicar a su tío abuelo que se quedase con ellos.
Robb les indico que le siguieran y pasaron a ocupar el salón privado. Repitiendo el mismo ritual, dejo la corona y la espada en la mesa y tomo una copa de vino, señalando una jarra a los recién llegados.
-tomad algo de vino, mis señores, cuando terminemos la conversación podréis descansar, pero imagino que debéis de traer noticias importantes, no es asi ¿Lord Reed?
Reed puso una mano en el hombro de Robb y este se quedo algo sorprendido, la familiaridad con la que lo toco le resultaba cercana, le resultaba conocida, le recordaba a su propio padre.
-vuestro padre estaría orgulloso de hasta donde habéis llegado alteza, pero me temo que se acerca el invierno y la traición crece en el Norte.
Tanto Robb como Ser Brynden abrieron los ojos. ¿Traición? Debía de estar equivocado, Robb confiaba en sus norteños más que en nada, era su pueblo, ellos le hicieron rey, le siguieron a la guerra, en docenas de batallas y nunca habían flaqueado. Se podían quejar, enfurecerse, pero traicionar, jamás.
Robb negó con la cabeza.
-no creo que haya ninguna casa en el Norte que me sea desleal. Confió en mi pueblo.
Reed esbozo una sonrisa casi cínica, pero a la par nostálgica.
-hablas como tu padre. Ned se fiaba demasiado de la gente y por ello le cortaron la cabeza.
-decidme Lord Reed, dejaos de rodeos, y decid quien me ha traicionado.
-Roose Bolton y los Frey. Los señores presentes os lo pueden confirmar. Cuando Foso Cailin cayó ante Ser Rodrik, Bolton y los Frey cayeron sobre Cassel y sus hombres, Cerwyn, Manderly y Flint consiguieron huir y llegar a los pantanos. Ademas mis espías informan de que Invernalia ha sido arrasada y las huestes que dejo Ser Rodrik han desaparecido. Quizás también sea cosa de Bolton…
Robb miro a los demás presentes.
-Juráis por vuestras vidas y vuestras familias que lo que me están contando es verdad…
Todos juraron y acto seguido Robb rugió de ira, tiro la mesa contra la pared y mientras que Viento Gris aullaba como nunca antes. Cuando Robb se hubo calmado, el Pez Negro se adelanto…
-Acabamos de recibir un mensaje de Bolton. Informa de que Ser Rodrik murió a manos de los hijos del Hierro y que necesitaban refuerzos desesperadamente.
Flint respondió esta vez.
-os puedo asegurar que Bolton miente…
-seguramente Bolton y Frey quieran llevar a su alteza a una emboscada y matarlo, sin un rey, sin un Stark tras el que unirse, el Norte debería rendirse ante los Lannister. A buen seguro todo esto es idea de Tywin Lannister.
Robb escuchaba la conversación, aunque no hablaba, solo pensaba. Si Bolton y el ejército de los Frey controlaban el Cuello y los Gemelos, le sería imposible llegar al Norte. Pero por que Roose se arriesgaría a tal apuesta, sabía que los Bolton solo se sometían ante el poder de una Invernalia fuerte, pero no estaban perdiendo la guerra, incluso habían derrotado a Tywin Lannister; ademas, no podría controlar el Norte él solo, a no ser…
En ese momento Robb se giro.
-Lord Reed, ¿sabemos si alguna casa norteña apoyo a Bolton en su traición?
El lacustre negó.
-no, pero Bolton tiene lazos de sangre con…
Fue Robb quien termino la frase.
-con los Ryswell y los Dustin. Dos de las casas que menos soldados enviaron cuando hice la leva de mis abanderados.
Robb miro a su tío abuelo.
-¿que opinas?
El Pez Negro se irguió.
-tu padre me dijo una vez que Howland Reed es el hombre en el que más confiaba del mundo, si él dice que nos han traicionado lo creeré, ademas, ya sabíamos que el Bastardo de Bolton estaba causando problemas y por supuesto los Frey aprovecharían cualquier oportunidad para conseguir mayores beneficios. Quizás casando a una hija contigo, consigan formar parte de la realeza, pero si apoyan al Trono de Hierro podrían convertirse en Señores del Tridente…
Robb miro a los recién llegados.
-Cley, Robin, Ser Marlon, por favor dejadnos, los guardias os acompañaran a vuestras habitaciones donde podréis asearos, comer y descansar.
Los tres señalados se inclinaron y salieron de la sala, en la cual solo quedaban Robb y Reed, pues Ser Brynden habia salido, aunque tardo poco en regresar, con un mapa y varias piezas de madera.
Robb tomo el mapa y lo puso sobre la mesa y fue colocando las piezas según hablaba.
-Bolton y los Frey controlan los Gemelos y Foso Cailin, también cuentan con Fuerte Terror, y seguramente con Barrowton y los Riachuelos. Podrían reunir 10.000 hombres si se juntaran, o más. Debemos ser rápidos e implacables.
La voz de Robb comenzaba a sonar gélida, la ira le consumía. Bolton y Frey se arrepentirían de esto.
-ya es hora de que los Bolton y los Frey pasen a formar parte de los libros de historia, me encargare de acabar con ellos.
El Pez Negro intervino.
-pero como lo haremos, es imposible.
Robb miro a su tío y veía la duda en sus ojos, pero no podían permitirse dudar.
-seguiremos el plan, en dos días marchare al Norte con 4.000 jinetes, acompañado por Karstark, Umber y Mormont. Lord Reed vos vendréis conmigo, Ser Brynden os quedareis aquí al mando del resto de nuestras fuerzas, con 20.000 hombres entre norteños y ribereños podréis defender el Tridente mientras yo libero mi hogar. Yo me encargare de comunicar a los señores en privado lo ocurrido, sin testigos que nos delaten.
El Pez Negro no parecía convencido.
-¿Cómo lo haréis?, Habéis dicho que los traidores pueden llegar a tener 10.000 hombres, ¿Cómo los derrotareis con solo 4.000 jinetes?
Robb miraba el mapa y miro su corona y luego la espada.
-eso es cosa mía, tu defiende el Tridente y cuando regrese al Sur acabaremos con los Lannister de una vez por todas.
Horas después.
Robb se encontraba en su alcoba. Los mapas del Norte esparcidos por su mesa, Viento Gris junto a la chimenea. En una mesa anexa habia una bandeja de comida, aunque el Rey en el Norte no habia probado bocado. En ese momento la puerta sonó, alguien llamaba, aunque Robb sabia quien era, su madre, quien habia solicitado verla. Seguramente el Pez Negro la habría puesto al corriente y Robb no podía culparlo, su madre no revelaría esas noticias a nadie.
-adelante-dijo Robb.
Lady Catelyn Tully entro en la estancia y se quedo de pie mientras Robb la observaba.
-querías verme madre, decid.
En ese momento su madre comenzó a hablar aunque Robb sabía de antemano lo que deseaba decirle.
-Robb, por favor, envía un mensaje a los Lannister, se quedaran con Sansa pero al menos habrá paz y podrás enfrentarte a los traidores. Joffrey ha muerto, ya no tienes una deuda de sangre con la corona, Tywin Lannister querrá firmar la paz y asegurar el trono de su nieto y Tommen no es su hermano. Seguramente será mejor rey. No puedes vencer. Sé que quieres vengar a tu padre pero debes proteger el Norte y lo que queda de la Casa Stark. Te llaman el Joven Lobo, pero si fracasas te conocerán como el Ultimo Lobo, el último de los Stark. Rinde tu corona, jura lealtad al Trono de Hierro y regresa al Norte.
Robb se levanto y se puso frente a su madre. Sabía lo que iba a pedirle, estaba muy asustada, aunque no tanto como Robb, cuya mano habia temblado a lo largo de toda la noche. Sin embargo, Robb habia ido demasiado lejos, su gente habia llegado demasiado lejos.
-mataron a mi padre, masacraron a nuestra gente, amenazaron a mi familia y ahora conspiran con mis vasallos. Jamás podrá haber paz entre los Stark y los Lannister si no es con una victoria en la guerra. O acaso crees que Tywin Lannister me dejaría regresar al Norte después de humillarle en batalla, después de conquistar y arrasar Lannisport y después de haberme coronado Rey.
Catelyn, tozuda, seguía pugnando por una paz negociada, aunque su influencia en Robb habia disminuido notablemente y el Joven Lobo no podía dejar de pensar que su madre apenas se daba cuenta de que el habia cambiado.
-hijo mío, no confiaste en mi cuando te dije que no te fiaras de Theon y tus hermanos murieron a sus manos, fíate de mi ahora. Tywin Lannister no es compasivo pero si pragmático, si doblando la rodilla ante Tommen pones fin a la guerra te dejara regresar a casa. Los señores se enfurecerán, pero ellos te aman, igual que a Ned, y te obedecerán. Por favor, no puedes vencerlos a todos: a Tywin Lannister, a Roose Bolton a Walder Frey…
Pero Robb ya habia cruzado la línea. Hacía tiempo que se perdió la posibilidad de que el Norte aceptara al Rey del Trono de Hierro sin pelear, desde el momento en el que el verdugo real decapitado a Eddard Stark. Robb seguiría adelante, se lo debía a su padre, a su pueblo, al Norte y al Tridente. Les debía justicia y el se encargaría de luchar por ella.
Robb miro a su madre.
-no puedo inclinarme ante la familia que asesino a mi padre, mi pueblo jamás lo permitiría, escupirían a mi regreso al Norte. El Norte y el Tridente se merecen justicia por los crímenes cometidos y yo luchare por ellos.
-es que acaso estas tan lleno de gloria que te ves como un héroe de leyenda. No eres un dios Robb, el Norte debe aprender que no es diferente de los otros reinos y que quizás deba inclinarse ante un poder superior, es rendirse y la paz o el final del Norte.
-no me considero ningún dios ni ningún héroe. Solo lucho por mi pueblo. Quiero que mis hombres vuelvan a casa, que vuelvan a ver a sus familias a ser felices, pero no lo lograremos si no derrotamos a los Lannister y les demostramos que no pueden disponer de nuestras vidas a su antojo. Ni yo ni los señores ni los norteños aceptaríamos la paz como la describes, sometidos como esclavos.
-entonces los señores deben saber que si seguís adelante será el final del Norte….
Robb miro a su madre. Sabia por que su madre pensaba asi, ella era una sureña y aunque su aspecto fuera el de un Tully, Robb comprendía, entendía y compartía los sentimientos y la manera de pensar del Norte, el era un norteño.
-entonces haremos que sea un final digno de nuestra gente; un final digno de los Primeros Hombres y del Norte.
