Buenas noches a todos. Como les prometi aquí les traigo un nuevo capitulo de Robb. Espero que les guste. Mañana responderé a los comentarios y reseñas de los últimos capítulos. Lamento no haber podido hacerlo aun, pero he pasado tiempo escribiendo nuevos capítulos.

Espero que este nuevo les guste y como siempre espero sus comentarios.

Robb IX.

Robb se sentaba en la silla que tradicionalmente ocupaba el Señor de Barratown. Se sentía extraño estar de nuevo en el Norte tras más de un año. Sin embargo todo habia cambiado, no solo en su tierra, en su familia, sino en el propio Robb y el cambio era mucho más grande que la corona que reposaba en la mesa. Robb la miro. Nunca habia ambicionado ser Rey en el Norte, nunca habia pensado en ello.

Pero ahora Robb habia cambiado, algunos dirían que sufría el mal de la victoria, pero Robb habia perdido más de lo que habia ganado. Sin embargo aprendió una lección vital para el resto de su vida: el poder es lo que mantiene a salvo a tu gente. El no fue lo suficientemente poderoso como para evitar el sufrimiento de su pueblo, como para salvar a su padre, como para salvar a su hermano. Robb habia tomado una decisión: seria implacable y no pararía hasta conseguir que el Reino del Norte y el Tridente fuera libre e independiente, poderoso y temible.

La llegada de Lord Karstark saco a Robb de sus pensamientos.

-Alteza, Lord Umber y Lady Mormont han llegado.

Robb asintió, realizo un gesto a su abanderado y este se dirigió a las puertas que se abrieron para dar paso a dos de sus más fieles apoyos que escoltaban a uno de sus desleales: Lord Rodrik Ryswell.

-me alegro de veros Lord Ryswell, por fin venís a ver vuestro rey.

Ryswell soltó un bufido pero decidió no responder. Por lo que Robb decidió hacer una señal. En ese momento cinco guardias llegaron con Lady Dustin. Al ver a su hija detenida, Rodrik Ryswell intento ponerse en pie, pero Lord Umber era demasiado fuerte para él.

-bien, ahora que padre e hija se han reunido, me gustaría que ambos me respondieran a una pregunta. ¿Por qué habéis traicionado al Norte?

Ryswell permanecía callado, sin duda tenía miedo, al igual que su hija y Robb sabia porque. Viento Gris habia entrado en la sala y daba vueltos alrededor de los dos traidores. Robb por fin comprendía lo que Dacey dijo una vez: temer a Viento Gris es temerle a él, y el Huargo se habia convertido en un animal temible a causa de las historias que contaban sobre su participación en la guerra, quizás solo superado por los legendarios dragones.

Finalmente Barbrey Dustin alzo la cabeza y respondió.

-desde mi punto de vista, estamos protegiendo al Norte de vos, Robb Stark. Si de verdad amarais el Norte y quisierais ser nuestro rey, habrías regresado a casa tras la muerte de vuestro padre y no quedaros en el sur buscando gloria, venganza y más tierras. Los Reyes en el Norte no eran asi en el pasado.

Robb sonrió, aunque sabía que era una sonrisa sarcástica, cínica.

-cierto Lady Dustin. Aun tengo mucho que aprender y ciertamente he cometido errores, pero aprendo rápido y ahora sé que ha llegado el momento de acabar con algunas viejas rencillas, ya no habrá más desunión en mi reino. A partir de ahora todos seremos uno para conseguir la libertad de nuestra tierra. Y pienso usar todas las herramientas a mi disposición para conseguir mis objetivos. Los Frey ya no son un problema para el Tridente, por supuesto los Bolton también dejaran de serlo para el Norte. Ahora debo decidir qué hacer con los Ryswell y los Dustin.

En ese momento Dustin respondió.

-crees que vencerás a Bolton pero el aun tiene muchos hombres a su disposición y estas aislado Stark. No vencerás, podrás matarnos, pero tu casa caerá y el Norte olvidara que algún día sirvió a los lobos. No eres más que un muchacho que ha tenido suerte, hijo de una zorra…

Viento Gris gruñido en ese momento y el silencio lleno la sala. Las palabras se cortaron en los labios de la viuda de William Dustin.

-os equivocáis mi señora. Creéis que no he planeado bien esto. Os contare una cosa. Apenas he dormido desde que marche al sur. Pero desde que descubrí la traición de Bolton, no he dormido nada. Pero aproveche el insomnio. Prepare todo el plan, concienzudamente. Al igual que vos, Roose Bolton piensa que estoy muerto y que el Norte está listo para un nuevo gobernante, y eso es exactamente lo que quiero que piense. Debéis saber que todos los Castillos y fortines de este reino han sido puestos en alerta máxima. Bolton se va a llevar una sorpresa y yo mismo le cortare la cabeza. Pienso recuperar mi país y nada ni nadie va a impedírmelo.

Robb se sentó en el sillón del señor mientras miraba a sus prisioneros. Dustin se habia quedado sin palabras, pero su padre por fin habló.

-habláis de dejar de lado las rencillas, de unir el Norte. Pero que pasara cuando me cortéis la cabeza y cuando matéis a mi hija. Los Riachuelos y Barratown jamás os respaldaran. Os obedecerán por miedo, pero no tendréis su lealtad.

Robb asintió.

-lo sé, por eso no vais a morir mi señor, ni vuestra hija.

Lord Umber y Lord Karstark dieron un paso al frente con la intención de protestar pero solo preciso que Robb los mirase para que desistieran. Robb apreciaba a ambos hombres, eran leales, a su manera cada uno, pero hace un año no se habrían detenido y habrían expuesto su opinión. Sin embargo no iba a permitir que le contradijeran en público.

Parecía que solo Lady Dustin, entendía lo que iba a pasar.

-inteligente, muy inteligente. ¿Que será? ¿El Muro para mi padre y mis primos? ¿Las hermanas silenciosas para mí?

Robb sonrió.

-casi acertáis mi señora, o al menos no habéis acertado del todo. No todo los Ryswell varones serán enjuiciados. Si no me equivoco Lord Ryswell, vuestro sobrino Roger Ryswell tiene un hijo, Robin, que tiene unos siete años. Ese niño será el nuevo Señor de los Riachuelos y cuando la guerra acabe será acogido en Invernalia como mi escudero. Por otro lado, Barratown irá a manos de Edwin Stout, el hijo menor de Lord Stout. Un joven de 12 años, con sangre Dustin en sus venas, que tomara el emblema y el apellido de la Casa Dustin. Respecto a vos, Lady Barbrey, viviréis el resto de vuestros días en la Isla del Oso. Lady Mormont ha aceptado convertirse en vuestra guardiana.

-de esa forma, evitáis que nuestra gente en los Riachuelos y Barratown se vuelvan contra Invernalia, pues los norteños no aceptarían que su rey ejecutaran a sus señores, pero sí que los castigase por traición.

-asi es mi señora. Habéis dado en el clavo. Pero no solo soy tan magnánimo por el futuro del Norte. Mis planes también me darán resultados a corto plazo. Pero eso no es necesario que lo sepáis. Adiós mis señores.

Los hombres cogieron a Ryswell y su hija y comenzaron a sacarlos del salón, pero Barbrey Dustin se revolvió y se enfrento a Robb, quien alzo la mano. Quería oír lo que iba a decir.

-tu podrías haber sido hijo mío, o mi sobrino. Pero tanto tu tío como tu padre eligieron a la puta de tu madre. Pero ten por cierto una cosa Joven Lobo. Puede que nos hayas capturado. Pero Bolton y su bastardo te sacaran las tripas y le cortaran la cabeza a tu lobo y a tus tontos seguidores. El Norte es demasiado duro e implacable para que un sureño lo gobierne.

Robb se acerco a ella y la miro fijamente.

-puede que mi aspecto sea más sureño pero olvidáis que a través de mis venas corre la sangre de los lobos, la sangre de los Stark, que unió estas tierras, que defendió el Muro contra los Caminantes blancos, que evito la invasión de los Ándalos, que salvo al Norte del fuego y que pondrá a Poniente de rodillas. El gobernante del Norte siempre será un Stark. Y no os preocupéis de Bolton y su bastardo. Pronto irán al infierno donde os esperara mi señora. Y haríais bien en no insultar a mi madre: ella primero os quito a Brandon, luego a Ned Stark y ahora su hijo ha acabado con vos y acabara con vuestra rebelión.

Robb hizo una seña y sacaron a ambos traidores, dejando al Rey en el Norte únicamente acompañado por los señores de Bastión Kar, Ultimo Hogar y la Isla del Oso. Robb se sentó en el sillón. Estaba cansado pero no podía descansar. Tenía que darse prisa. A cada día que pasaba en el Norte le daba una oportunidad a Roose Bolton. Debía tener cuidado, Roose es el señor norteño más poderoso tras de sí, pero debía erradicarlo, a él, a su bastardo y a toda su casa. No habría más Bolton.

Lord Umber, quien deseaba preguntar por qué no ejecutar a los traidores tomo la palabra.

-Alteza ¿creéis conveniente perdonar la vida a los traidores?

Karstark opinaba igual.

-deberían perder la cabeza por traicionar al Norte, sino cualquier señor podría rebelarse en un futuro.

Robb miro a ambos señores, eran leales, pero tenían que mirar más allá.

-si los matamos, los Ryswell y los Dustin que queden, odiaran a los Stark durante años, quizás durante cien años. Y eso es algo que no puedo permitirme. Algo que no podemos permitirnos. No solo necesito paz cuando esta guerra haya acabado. Necesito que las fuerzas de los Ryswell y los Dustin me apoyen contra Bolton o si no estaremos perdidos.

Robb se levanto y se dirigió hacia una mesa donde habia un mapa del Norte. Los señores se levantaron y se acercaron.

-bien, ahora mismo controlamos Los Riachuelos y Barratown. En los Gemelos envié un cuervo en clave a Manderly para que preparase sus fuerzas. Bolton querrá eliminar la amenaza que supone Wyman antes que enfrentarse al resto de los castillos y nos aprovecharemos de ello. Ademas he recibido un mensaje de Reed, que regreso al Cuello y ha espiado al enemigo. Ahora mismo la fuerza de Roose esta compuesta, si hacemos caso de los informes, 2.000 Bolton, 2.000 Frey y 1.000 hombres de Ryswell y otros tantos de los Dustin. Son 6.000 hombres.

Dacey tomo la palabra.

-son más que nosotros, pero si enviamos mensajes a Puerto Blanco y al resto de castillos podríamos reunir fuerzas mayores. Incluso podríamos enviar mensajes a los Clanes de las Montañas para que nos ayuden.

-esos mensajes ya están siendo enviados, pero no pienso esperar a los refuerzos. Ya tenemos los hombres necesarios-respondió Robb que tomo una pieza con el hacha de los Dustin y otra con el semental de los Ryswell y los puso al lado del Huargo que se situaba en Barratown.

Los señores se miraron extrañados y entonces entendieron por que el rey no habia ejecutado a los traidores. Robb les hubiera decapitado en el mismo salón. Pero habia que tener perspectiva. Si los mataba solo se ganaba la enemistad de dos regiones importantes del Norte. Si era justo, e incluso clemente, podría ganar dos mil hombres.

-mis hombres han informado de que la hueste de los Ryswell se encuentra cerca de aquí, sin duda, Rodrik habría enviado a los hombres al sur antes de ser capturado. Lord Umber y Lady Mormont irán con un mensaje, quiero reunirme con el comandante de las huestes Ryswell. Y antes he ordenado que cuando acabara la reunión me trajeran a Ronnel Nieve, el comandante de las fuerzas Dustin que quedan en la ciudad. Los convenceremos de unirse a nosotros.

Los señores no estaban muy convencidos, pero era la única salida. No podían arriesgar muchos hombres leales para acabar con la rebelión, no si quería llevar hombres suficientes a la batalla final con los leones. Si todo salía bien y todos los hombres que tenían una misión en el sur cumplían con su deber, podría tener fuerza para enfrentarse una vez más con Tywin en campo abierto. Pero antes tenía que asegurar su retaguardia.

-cuando consigamos a los restantes Ryswell y Dustin, tendremos 6.000 hombres y enviaremos un mensaje a Bolton informando que sus supuestos aliados se dirigen a Puerto Blanco, pues Wyman Manderly ha reunido más tropas. Bolton se unirá a ellos en el camino hacia el este y cuando se acerque lo suficiente a la ciudad, atacaremos por dos frentes, nosotros desde el oeste y los Manderly desde el este. Los hombres de Fuerte Terror caerán, al igual que los hombres de Walder Frey el Negro, pero enviaremos hombres de los Dustin y los Ryswell que nos juren lealtad y en los que confiemos para que atraigan a sus compañeros que viajan con Roose a nuestro bando. Debemos intentar acabar con esta rebelión con el menor número de bajas posibles en nuestro lado, es vital si queremos ganar la guerra.

Los señores asintieron, puede que no estuvieran muy complacidos por el plan tan arriesgado, pero al menos era un plan muy bueno si todo salía bien, casi infalible.

Robb los despidió con un gesto y mientras esperaba al comandante de las tropas de Barratown se puso a pensar en el futuro. Si su plan no salía bien, Roose Bolton le clavaria una daga en el corazón, pero Robb estaba determinado. Una fuerza brotaba de su interior, una fuerza que ya habia experimentado antes, y que le incitaba a ser implacable. Podía oír las palabras de su padre en su cabeza "los Reyes en el Norte eran tan duros como la tierra que gobernaban". Ahora el tenía que ser duro, implacable, como el frio invierno. Robb ya habia acabado con la influencia Frey en el sur, ahora se encargaría corregir uno de los pocos errores de sus antepasados: acabar de una vez por todas con el peligro que suponía Fuerte Terror. Robb se encargaría de borrar a la Casa Bolton de la faz de la tierra y el mismo le cortaría la cabeza al traidor y su bastardo.