Buenas noches a todos. Aquí les traigo un nuevo capitulo de Robb. Nos acercamos a la fase decisiva de la historia y de la guerra. Espero que les guste el capitulo y como siempre espero sus comentarios.
Robb XI.
El ruido habia sido algo normal. Robb no sabía si era alucinaciones, pero la cabeza le ardía y en su subconsciente las figuras se desdibujaban. No sabía cuántos días habían pasado desde que se despertó. Los rayos de sol entraron por la ventana y el Rey en el Norte abrió los ojos. Miro a los lados, se encontró a Olyvar sentado en una silla, parecía dormido. Debía ser temprano cuando se incorporo, pero debió de hacer ruido pues Olyvar rápidamente se despertó y le miro. Robb señalo la jarra de agua que habia en una mesa y su antiguo escudero rápidamente entendió el mensaje, sirviéndole un vaso de agua fría, ayudando al Joven Lobo a beber.
El agua sabia tan bien. Agua limpia, fresca, que parecía revitalizar su cuerpo. Robb hizo una señal y Frey entendió que debía ir a avisar a los demás, dando la noticia que todos esperaban.
Horas después…
Robb se encontraba vestido, con ropa limpia, más fina de las que habia usado en el último año. Se habia dado un baño y habia comido. A decir verdad, Robb siempre habia sido frugal en sus comidas, pero cuando los criados de Lord Manderly le presentaron una bandeja contundente de comida, Robb apenas tardo un segundo en comenzar a devorar. Mientras almorzaba Olyvar y Dacey le pusieron al día de los asuntos generales. Al parecer habían pasado siete días desde la batalla contra Bolton, quien se encontraba en las mazmorras, compartiendo celda con el viejo Frey quien habia sido llevado hacia el Norte por los Reed y sus hombres. Robb sonrió cuando le dieron esa noticia, asi podría dar un escarmiento. Por otro lado, Manderly, Reed, Karstark y Umber habían tomado el mando de la situación y siguiendo las indicaciones que Robb hizo antes de la batalla en el hogar de los Dustin, habían estado reuniendo más norteños para sus huestes.
Robb daba gracias a los dioses por contar con tan buenos y leales hombres, y se apunto mentalmente que habría de recompensarlos a todos cuando llegara el momento.
En estos momentos, apoyado en el Pequeño Jon entro al solar de Lord Manderly, quien se encontraba sentado en un sillón, aunque la silla principal del despacho parecía reservada y hacia allí se dirigió Robb. Se encontraban Umber, Karstark, Mormont y también Lord Reed. Robb le dio una mirada al Pequeño Jon cuando le dejo en la silla y el Heredero del Ultimo Hogar se dirigió a la puerta y salió de la estancia.
En primer lugar Robb miro a Lord Manderly.
-mi señor Manderly, os agradezco vuestra resistencia contra las fuerzas del traidor y por vuestra hospitalidad.
El grueso Señor de Puerto Blanco sonrió y rápidamente hizo ademan de levantarse pero el rey le indico que no era necesario.
-alteza, Puerto Blanco se enorgullece de acoger al Rey en el Norte, aunque espero que nos visite de nuevo cuando la guerra haya acabado. Por supuesto cuente con la lealtad de mis hombres para poner fin a la guerra.
-mi señor, os prometo que cuando acabe la guerra visitare esta bella ciudad. – Dijo Robb, para luego mirar al resto de los señores- bien, díganme mis señores ¿Cuántos hombres tenemos?
Fue el Señor de Aguasgrises quien se adelanto. Al parecer llevaba un pergamino en la mano que entrego al rey. Robb, con cierta dificultad lo abrió y comenzó a leer mientras Reed se dispuso a explicar la situación.
-Solo un centenar de hombres de los Frey y unos cuatrocientos Bolton siguen con vida, son nuestros prisioneros y estamos a la espera de vuestras órdenes. En la batalla apenas perdimos un centenar de hombres. Contamos con aproximadamente unos 2.000 hombres de los Riachuelos, otros 2.000 de Barratown, 4.000 jinetes que os acompañaron desde el sur y Lord Manderly mantiene unos 2.500 hombres en la ciudad, aunque afirma que podría reunir más si fuera necesario. Ademas sabemos que desde las montañas están bajando unos 3.500 hombres de los clanes liderados por Theo Wull y Norrey. También hemos conseguido reunir más hombres de Bastión Kar, Ultimo Hogar, el Cuello y de los demás dominios del Norte, hasta llegar a un total de 3.000 hombres. Ademas Lord Manderly cuenta con una flota de 70 naves de guerra dispuesta para lo que mande.
Robb miraba el listado y un mapa que habían situado en la mesa. Poco a poco se iba formando en su cabeza un plan. Obviamente nunca podría igualar las fuerzas que Tywin consiguiera reunir, ni siquiera aunque su plan secreto funcionara, podrían superar numéricamente a las huestes que los Lannister pondrían en el campo de batalla, pero con un ejército poderoso podría llevar a cabo su táctica.
-bien mis señores, esto será lo que haremos. En tres días regresaremos al Sur con nuestro ejército. Ademas de los jinetes que trajimos desde el sur, nos acompañaran las fuerzas de los Riachuelos, de Barrowton y los 3.000 hombres que se reclutaron en los diferentes dominios del Norte. Ademas quiero que 500 hombres de los Clanes de las Montañas y 500 hombres del Cuello vengan al sur, Lord Reed vos también me acompañareis. Si no me equivoco seriamos aproximadamente unos 12.000 hombres.
Robb tomo una pieza que representaba un lobo y la situó en el mapa, junto a las piezas que representaban mas lobos y peces en las Tierras de los Ríos, simbolizando sus huestes en la región. Después tomo una pieza de un tritón que se encontraba en Puerto Blanco y la situó en Invernalia.
-Lord Manderly, quiero que reunáis más hombres, los que podáis, se que será costoso pero es necesario. A partir de este momento os nombro Guardián del Norte, vos tendréis el mando supremo mientras me hallo en el Sur. Enviad la mitad de vuestras fuerzas en la ciudad a Invernalia y junto a vuestros hombres, los 3.000 hombres de los clanes se os unirán para defender el Norte mientras combatimos a los Lannister. Reforzar la costa occidental y comenzad a restaurar Invernalia en la medida de lo posible, ademas quiero que toméis el control de Fuerte Terror hasta que la guerra acabe.
A pesar de que Robb llevaba días en cama, parecía ser que los señores entendían que su rey se habia recuperado completamente, al menos su cabeza, por lo que únicamente asintieron.
-primero habremos de ocuparnos del millar de hombres de los Frey que quedan en Foso Cailin, aunque pretendo recuperarlos para nuestra causa.
En ese momento, Lord Umber se adelanto, tal y como Robb habia esperado.
-pero alteza, esos hombres os traicionaron, como vamos a luchar junto a unos cambia capas.
-mi señor, Walder Frey el Negro esta muerto y según tengo entendido, el comandante de ese destacamento no es un Frey, sino uno de sus caballeros vasallos. Espero que obedezcan al nuevo Lord Frey: Olyvar. Un joven al que confiaría mi vida y que me apoyo contra su propio padre. – Umber parecía que iba a replicar pero Robb alzo la mano- ademas mi señor, necesitamos hombres, y los soldados que están en el Foso solo obedecían hombres, sus oficiales superiores serán castigados si son culpables de algún crimen en la conspiración.
El Señor del Ultimo Hogar asintió y se aparto, quizás avergonzado, dejando su lugar a Lord Karstark.
-alteza, mi sobrino Cregan, que vino con refuerzos desde mi castillo, está a cargo de los prisioneros Bolton y Frey y me pregunta que haremos con ellos.
-Serán enviados al Muro, Lord Manderly se encargara y respecto a Roose Bolton y a Walder Frey, el día antes de partir al Sur serán ejecutados. Yo mismo les cortare la cabeza.
Esta vez fue Lord Manderly quien hablo.
-alteza, mi maestre ya está furioso por qué os habéis levantado de la cama antes de que el os diera permiso y por qué no hayáis cumplido con sus prescripciones, a buen seguro alguno de nosotros podríamos llevar a cabo la sentencia en vuestro nombre, vuestro padre lo entendería.
Lord Reed compartía los pensamientos de Manderly.
-Ned habría entendido que estando herido no podríais hacer ciertas cosas.
Robb sabía que solo querían ayudarle, evitarle el dolor físico que supondría ejecutar a dos hombres apenas una semana después de haber sido herido. Pero Robb debía hacerlo y no solo eso, quería hacerlo. Quería acabar con los hombres que planearon asesinarle.
-el hombre que dicta la sentencia debe blandir la espada, mi padre me lo enseño asi. Ademas esto no es solo por la tradición, sino para enviar un mensaje, quiero que todo el mundo sepa que ocurre cuando se traiciona a la Casa Stark y al Norte.
Los señores asintieron y con un gesto Robb intento levantarse y esta vez fue Dacey, quien habia estado callada, la que le ayudo a incorporarse. Mientras caminaban Robb se giro y miro a Lord Manderly.
-mi señor, podríamos cenar juntos, me gustaría discutir con usted algunas cosas en privado, en especial sobre Davos Seaworth y la princesa Shireen Baratheon.
Horas más tarde…
La mesa se hallada exquisitamente presentada. Sin duda Lord Wyman sabia como llenar el estomago, aunque el suyo parecía que iba a explotar. Sin embargo mientras hablaban durante la cena, Robb comenzó a darse cuenta de que lo que decía su padre era cierto: Wyman Manderly podría parecer un estúpido, pero sin duda era esa su mayor virtud, ocultar su soberbiar inteligencia a la vista de todos. El Señor de Puerto Blanco era mucho más astuto de lo que habia imaginado nunca y sin duda, si conseguían ganar la guerra, podría servir como un consejero importante para Robb. Le sorprendió la cantidad de barcos y de monedas que habia conseguido reunir para la guerra y su consejo para con el asunto de la princesa Baratheon.
Mientras el segundo plato habia terminado, la puerta toco y Robb sabía que la princesa y su guardián habían llegado, tal y como Robb habia solicitado. El Rey en el Norte se levanto y se acerco a la princesa quien rápidamente hizo una reverencia.
-alteza, os doy las gracias a vos y a Lord Manderly, por acogerme a mí y a los míos en esta ciudad. Sé que mi padre y vos no erais amigos, pero él me dijo antes de morir que solo los Stark velarían por mi bienestar.
Robb no sabía que pensar. Stannis le negó una alianza que podría haber acabado con la guerra, pero también era verdad que respetaba a su padre, aunque nunca lo llegara a apreciar. Ahora el debía elegir entre proteger a su hija o dejarla a su suerte, aunque en verdad no era necesaria tal elección, sabía lo que su padre haría y lo que iba a hacer.
Robb se inclino y beso la mano de la princesa.
-mi señora os juro que en Invernalia siempre habrá un lugar para vos y vuestra gente. Vuestro padre era un hombre de honor y vuestro tío Robert era como un hermano para mi propio padre. No podría abandonar a la última Baratheon. Por el momento os quedareis aquí en Puerto Blanco, mientras la guerra acaba.
La princesa asintió y Robb vio una lágrima cayendo por sus mejillas.
-ahora id a descansar mi señora- Robb se dirigió a Ser Davos- Ser, me gustaría hablar con vos.
La princesa se fue escoltada por uno de sus hombres y Robb se sentó, indicándole a Ser Davos que hiciera lo mismo. Una sirvienta sirvió vino y los tres alzaron sus copas.
-Por el Rey Stannis-dijo Robb y rápidamente el brindis fue seguido por los otros dos comensales.
El Rey miro a Lord Manderly y este hizo una señal y rápidamente solo quedaron los tres en la sala.
-bien Ser Davos, cuidaremos de vuestra princesa pero me gustaría que hicierais una cosa por mí, o mejor dicho dos.
El llamado Caballero de la Cebolla miro al Joven Lobo y rápidamente asintió y entonces Robb comenzó a hacerle preguntas, unas que podrían cambiar su futuro…
Dos días después…
La plaza principal de la ciudad estaba abarrotada. La guardia de Lord Manderly se encontraba desplegada para proteger al Rey, aunque por los vítores que el pueblo de Puerto Blanco lanzaba en su honor, Robb no esperaba que nadie quisiera hacerle daño, aunque habia que ser precavido.
Los hombres Bolton y Frey que sobre vieron a la pelea ya habían sido enviados al Muro, salvo uno que tenía un cometido especial.
Cuando Robb llego a la tarima ya se encontraban allí los dos traidores: Walder Frey parecía catatónico, peleando demasiado para lo que se esperaba de un hombre de su edad, aunque cuando vio el tocón perdió el control de sus esfínteres para disfrute de los norteños congregados; por otro lado Bolton era el que más abucheos recibía pero el que más entero parecía, aunque Robb sabía que por muy estoico que se mostrara, el que habia sido Señor de Fuerte Terror estaba hundido por dentro pues sabía que con el terminaba la milenaria historia de la Casa Bolton. Si no fuera porque ya tenía una idea para el uso del castillo, Robb se encargaría de derribar Fuerte Terror.
Robb se adelanto y cuando las gentes lo vieron el silencio inundo la plaza.
-gente de Puerto Blanco, norteños, aquí os presento a los traidores que han querido acabar con nuestros sueños y esperanzas, aquellos que pretendían que nuestros destinos siguieran siendo controlados por gentes del sur que no entiende que significa vivir en el Norte y ser norteño. Pues bien, tal y como dictan nuestras leyes, voy emitir mi veredicto ante los crímenes que estos dos hombres han cometido.
Robb miro a ambos hombres.
-Walder Frey, Roose Bolton, se os ha hallado culpables de traición, conspiración y asesinato contra las gentes del Norte y del Tridente, por ello yo, Robb, el primero de mi nombre, Señor de Invernalia, Rey en el Norte y del Tridente os condeno a muerte. Arrodillaos.
La gente comenzó a vitorear pero todos los gritos cesaron cuando Robin Ryswell le dio a Robb su espada larga. Solo con empuñarla ya sintió dolor en el abdomen, allí donde el traidor de Bolton le habia herido, pero no iba a mostrarse débil, no podía hacerlo, quería que su gente creyera en su sueño de un Norte libre, independiente y poderoso.
Con decisión se adelanto y se situó junto a Frey.
-no digáis vuestras últimas palabras mi señor, pues yo os diré que será de vuestra Casa: Olyvar será el nuevo Lord Frey, un Frey honorable y que no sea despreciable como vos. Al final no conseguisteis sobrevivir a mi abuelo.
Justo cuando Frey alzaba la cabeza para responder la espada de Robb descendió y la cabeza de Walder Frey se separo de su cuerpo. Las gentes aplaudieron mientras Pequeño Jon Umber tomaba la cabeza y se la enseñaba al pueblo.
A continuación Robb se dirigió contra Bolton, pero este si tenía unas últimas palabras.
-me habrás vencido cachorro, pero Tywin Lannister ya debe haber arrasado el Tridente y te cortara la cabeza.
Robb sonrió mientras alzaba la espada.
-al igual que vos, Tywin Lannister cree que estoy muerto o que lo estaré pronto y seré yo quien decapite al León. Ahora preparaos para morir Roose. Seguro que muchos Bolton os esperan en el infierno para preguntaros como es que vuestra antigua casa por fin fue erradicado.
Y mientras Roose inclinaba la cabeza, derrotado y sin esperanza, Robb pensó en la historia de enfrentamientos entre los Stark y los Bolton y recordó como habia confiado en ese hombre que luego le traiciono. Pero eso no volvería a pasar con los Bolton por que hoy morirían para siempre y solo serian una página perdida en los libros de historia del Norte.
Finalmente la espada descendió y Roose Bolton perdió la cabeza. Pequeño Jon repitió el mismo ritual y mostro la cabeza del traidor al pueblo que rápidamente comenzó a rugir.
¡EL REY EN EL NORTE!
¡EL REY EN EL NORTE!
¡EL REY EN EL NORTE!
Robb hizo una señal y las cabezas de los traidores fueron dejadas en una caja preparada para la ocasión, con tres emblemas: el León dorado, el hombre desollado y las torres gemelas. Robb hizo una seña al hombre Frey que se habia librado de ir al Muro.
-lleva esto a Desembarco del Rey y dile esto a Tywin Lannister: dile que el Norte no olvida, dile que Robb Stark viajara al sur para llevar el invierno y la justicia del Norte.
Robb habia ordenado a Lord Reed que sus cinco mejores hombres acompañasen al prisionero hasta desembarco. Y mientras el prisionero partía a cumplir su encargo Robb saludo a su pueblo cuando monto en su caballo. Podía ver tras las murallas, mientras se dirigía al castillo de los Manderly, como en los campos aledaños sus hombres se preparaban para la marcha. Las piezas estaban situadas en el tablero. Ya solo quedaba una batalla, no habría más interrupciones. Por fin esta guerra que Robb Stark llevaba un año luchando entraba en su fase final y decisiva.
Adios a Lord Bolton y Lord Frey. La verdad disfrute mucho escribiendo la muerte de esos dos hombres pues significan un obstáculo menos para Robb, al cual aun le quedan muchos problemas que solventar para conseguir sus objetivos. Vemos un Robb mucho mas entero, pero también quiero dejar claro que se encuentra cansado. Quiere acabar la guerra de una vez por todas.
