Buenas noches a todos.

Aquí les traigo un nuevo capítulo. Esta vez nos vamos a Aguasdulces, a ver cómo van las cosas. Espero que les guste.

Como siempre espero sus comentarios y poder intercambiar opiniones sobre la historia.

Brynden II y Catelyn IV.

Brynden II.

Las cosas en el Tridente estaban en calma, o eso parecía. Sin embargo al Pez Negro nunca le gusto la calma en tiempos de guerra, solo era el preludio de una gran tormenta.

Los Lannister se encontraban enfrascados en sus pugnas cortesanas tras la muerte de Joffrey, y el último movimiento de tropas que habían conocido fue el regreso a Desembarco del Rey del ejercito que habia conquistado Rocadragon y que habia dado muerte a Stannis Baratheon. Cuando recibió el cuervo que le informaba de la muerte del llamado Rey del Mar Angosto el Pez Negro supo que a pesar de la clara malquerencia de Stannis contra Robb, la muerte del último Baratheon legitimo era un problema: Tywin Lannister ya no tenía que preocuparse de su retaguardia y cuando solucionara sus problemas en la capital del Sur, marchara en son de guerra contra el Norte y el Tridente.

Por ello Brynden, siguiendo las órdenes de su rey, aprovecho el tiempo que los dioses le habían brindado para preparar las tropas para la futura batalla. Como Guardián de las Marcas del Sur emitió un edicto ordenando que todo hombre entre los 20 y los 40 años fuera a servir al castillo más cercano a su hogar. De esta forma la mitad de las guarniciones de las fortalezas ribereñas podrían unirse al ejército del Joven Lobo, mientras que la otra mitad de guarniciones entrenaban a los nuevos reclutas.

A pesar de su empeño, la situación militar del Tridente era drástica. Únicamente pudieron reclutar otros 2.000 hombres en condiciones de luchar, pues gran parte de los castillos necesitaban mantener sus guarniciones con un mínimo de soldados efectivo. El único castillo que no le preocupaba era Harrenhal, donde los hermanos Manderly y Lord Glover comandaban a los 8.000 norteños que habían quedado en el sur. Mientras tanto en Aguasdulces se reunían las fuerzas ribereñas que serian comandadas por Edmure y el propio Brynden.

El necio de su sobrino aun seguía resentido por que Robb no le hubiera nombrado como máxima autoridad en las tierras al sur del Cuello, pero ese resentimiento tenía algo de bueno: Edmure parecía haber cambiado, madurado. Se esforzaba por aprender las tácticas y estrategias y la organización del ejército. Siempre habia sido un buen guerrero pero le faltaba la astucia de un comandante y el propio Pez Negro vio que su sobrino le imitaba. Al menos si sobrevivimos a la guerra, Edmure podría sorprendernos a todos para conseguir defender el Tridente en el futuro.

Ahora se encontraban en el salón privado revisando las listas que los oficiales habían entregado resumiendo el estado del ejército: de los 14.000 hombres que mantenían en Aguasdulces, unos 3.000 hombres eran montados, mientras que el resto eran a pie. Ademas habían aumentado el número de catapultas a dos docenas, perfectamente móviles y listas por si el rey las necesitaba en batalla. Las provisiones que Robb habia conseguido en el Oeste mantenían las despensas del castillo a rebosar por lo que los alimentos no eran un problema. El problema era el número de hombres, sin embargo ambos Tully sabían que los señores ribereños habían perdido un gran número de soldados en los primeros compases de la guerra, todo ello sin contar que el abanderado más poderoso de Aguasdulces, los Frey, podían prácticamente considerarse destruidos después de la Caída de los Gemelos. El futuro del antiguo castillo de los Frey seria un tema que el rey Robb y Edmure deberían tratar en el futuro pues muchos señores ambicionaban dominar las extensas tierras que Frey habia controlado, pero ese sería un problema para el futuro.

Otro asunto que le incomodaba a Brynden era la ausencia de noticias del Norte. No sabían si aun tenían un rey por el que luchar. A decir verdad, Robb siempre les habia sorprendido, pero su audaz plan para recuperar el Norte mas parecía una locura fruto de la soberbia y el orgullo, que la idea de un comandante responsable y juicioso. Sin embargo debían confiar en el rey, aunque a su sobrino ya hacía tiempo que se le agoto la paciencia y asi lo mostro en la reunión.

-Robb lleva demasiado sin enviar noticias. No sabemos nada de él desde que tomo los Gemelos, deberíamos enviar más mensajeros.

Edmure llevaba insistiendo en enviar mensajeros durante la última semana y media, pero el Pez Negro se negó, pues las órdenes de Robb fueron claras: él se comunicaría, no al revés, para evitar que su plan fuera descubierto por algún espía. Si los Lannister avanzaban Brynden debía retirar el ejército, junto con todo el botín, las provisiones y todos los ribereños que pudieran al Norte del Tridente, a los Gemelos, y solo entonces podrían enviar mensajeros.

-ya sabes lo que te dije ayer y el día anterior. No enviaremos mensajeros. El Rey nos dio una orden.

Edmure se exaspero.

-si, nuestro sobrino es el Rey, pero yo soy el Señor de Aguasdulces mientras mi padre está en cama y debería poder decirles a mis vasallos algo más que no sea pedirles paciencia.

-y yo soy el Guardián de las Marcas del Sur y solo recibo ordenes del Rey en el Norte y del Tridente y hasta que tenga la certeza de que ha ocurrido algo no haremos sino seguir sus órdenes.

Entonces Edmure pronuncio en voz alta la pregunta que Brynden se hacia todos los días.

-y si esta muerto ¿Qué haremos?

Brynden no sabía que responder. Técnicamente, los 22.000 hombres al sur del Cuello debían jurar lealtad a Jon Stark, antes Nieve, y proclamarlo Rey. Sin embargo solo confiaba en que los norteños lo hicieran. Los ribereños aceptaron la voluntad de Robb, pensando que Jon nunca sería su rey y si Robb moría antes de que la guerra acabe, posiblemente muchos exijan la paz, al fin y al cabo poco sabían sobre el bastardo de Ned Stark y en el fondo entendía el pensamiento de los señores.

-si está muerto, actuaremos como debemos. Juraremos lealtad a su heredero, el Príncipe Jon.

Edmure bufo.

-sabes tan bien como yo que los señores ribereños no aceptarían a ese bastardo como rey. Creo que si Robb muere deberíamos…

En ese momento la puerta se abrió. Era Ser Desmond que venia que un hombre, que por las pintas parecía un mensajero, pero no reconoció el emblema que portaba.

-mis señores, es un enviado del Rey, viene directamente de la Atalaya de Aguasgrises.

Un lacustre, por eso no reconocía el emblema. Brynden hizo una señal y el hombre le entrego un rollo de pergamino. Llevaba el sello que Robb habia comenzado a usar: un sello de cera gris con el Huargo coronado, su estandarte.

"Reúnete conmigo y con todos los hombres que puedas en Harrenhal. La batalla final se acerca. Llegare en la próxima luna. Lleva también a mi madre.

Robb"

Brynden tomo el pergamino y por precaución lo quemo y luego se dirigió al mensajero.

-dile al Rey que hare lo que me ha ordenado. Ser Desmond, que le den comida y un caballo de refresco. Este hombre debe regresar cuanto antes.

Cuando el castellano salió de la estancia Edmure se acerco.

-¿Qué decía el mensaje? ¿Por qué no me dejaste verlo?

-era necesario, no quiero evidencias de lo que ha ocurrido. Robb vive, marcha hacia el Sur una vez más. Ahora es hora de prepararnos. Mañana al alba partimos a Harrenhal. Me temo que esta guerra ha entrado en su fase final.

Edmure asintió, complacido por que la inactividad acabara y porque Robb por fin habia dado señales de vida. Se retiro rápidamente y Brynden lo oyó dar voces para instruir a sus hombres que se reunieran con él. Mientras el Pez Negro marcho hacia los aposentos de su hermano, tenía que ver a su sobrina.

Catelyn IV.

Catelyn habia perdido la cuenta de los días que habían pasado desde que vio a su hijo por última vez. Robb, su primogénito, el hijo que nació de la primera noche con su adorado Ned, que se debió al deber y no al amor, ahora se habia apartado de ella. Bran y Rickon estaban muertos, Sansa y Arya en Desembarco del Rey y con cada victoria de los norteños Catelyn temía por sus hijos. Si ella fuera la que tuviera el poder, la guerra habría acabado, pero no era asi. Mil coronas hubiera entregado si fuera posible, pero Robb era diferente. Esos pensamientos eran los que la habían llevado a liberar al Matarreyes, pero rápidamente entendió que todo fue un engaño y su reputación se hundió entre los señores, no podían culparlos, pero al fin y al cabo para ella lo primero esa su familia.

Ahora se encontraba cuidado a uno de los pocos miembros de su familia que aun podían considerarse libres: su padre. Aunque a decir verdad, la enfermedad habia aprisionado al otrora enérgico Hoster Tully. Su padre seguro hubiera conseguido convencer a Robb de firmar la paz.

Mientras acariciaba el rostro de su padre la puerta se abrió y el Pez Negro entro en la estancia. En su fuero interno Catelyn se permitió una sonrisa. Ella sabía que al tío Brynden no le gustaba estar en las habitaciones de su padre y sabia de su incomodidad, sin embargo que el Guardián de las Marcas del Sur hubiera venido implicaba noticias. Desde las ventanas pudo observar como todo el castillo habia entrado en un frenesí. Hombres iban y venían y parecía que el ejército se ponía en marcha. Que habría ocurrido, se preguntaba Catelyn.

-a que debo la visita tío. ¿Ha ocurrido algo? ¿Robb está bien?

Brynden sonrió y el corazón de Catelyn se lleno de alegría. Su tío no acostumbraba a reír y solo lo hacía cuando habia grandes noticias.

-asi es mi querida sobrina. Tu muchacho lo ha vuelto a conseguir. No sabemos cómo, pero marcha al sur en dirección a Harrenhal. Ha ordenado que las fuerzas ribereñas marchen al castillo para unir todas nuestras tropas en un solo ejército.

-¿Harrenhal? ¿Por qué Robb quiere ir más al sur? ¿Acaso quiere pasar a la ofensiva? Debes disuadirlo tío, solo tú puedes hacerlo. Robb no puede marchar al sur. Los Lannister tienen el respaldo de los Tyrell. Con el Dominio junto al Trono de Hierro, las fuerzas sureñas son demasiado numerosas. Robb debería defender el Tridente y esperar que Tywin ataque. O incluso, ahora que acabo con los traidores y Joffrey está muerto, podríamos firmar la paz. Se lo implore cuando le vi, pero solo pensaba en acabar con Frey y Bolton. Ahora puede estar más sosegado, quizás podrías convencerle. Ser el Señor de Invernalia es suficiente para Robb.

Su tío suspiro y Catelyn comprendió que no haría nada de lo que le habia pedido. El Pez Negro se sirvió vino y se sentó mirando a la ventana. Catelyn se sentó en la silla contigua.

-me temo querida sobrina, que tu hijo nunca se rendirá. No mientras tenga una oportunidad para ser el Rey en el Norte. El cree firmemente que el Norte debe ser independiente. Y sé que en el fondo está ya no es solo por la venganza por la muerte de su padre. Robb ansia tener más poder, pero no como Tywin Lannister que busca poder para engrandecer su apellido, su legado, su orgullo… Robb busca poder para proteger a los suyos, a su familia, a su gente, a su pueblo. Y cree que solo la victoria en la guerra y la independencia de su reino podrían darle ese poder que ambiciona.

-entonces mi hijo se ha convertido en algo que su padre nunca soñó para él. Ned nunca espero que sus hijos ambicionaran poder, ni una corona, ni la gloria. A veces pienso que Robb está demasiado ebrio de gloria, pienso que sueña con ser quien ponga fin a los Siete Reinos. Ademas Ned jamás habría permitido que mi hijo me humillara asi, aunque no negare que lo que hice estuvo mal…

-no seas demasiado dura con tu hijo. Lleva una pesada carga sobre sus hombros. Es el ultimo Stark varón. Una dinastía de 8.000 años de historia pende de un hilo, un hilo que no es otra cosa que la vida de Robb. Si es derrotado los Stark mueren.

-si es asi, por que no rendirse, porque no retirarse al Norte y resistir allí.

-nunca se rendirá. Y tácticamente y estratégicamente hablando Robb solo tiene una opción para ganar la guerra: atacar. Ha conseguido muchas victorias, en las Colinas Doradas estuvimos cerca de la victoria total, pero mientras Tywin Lannister viva y tenga poder no habrá paz. Y no podemos esperar, nuestro ejército ahora tiene la moral alta, está bien preparado, entrenado y armado. No debemos darle tiempo a Tywin. El ya nos dio el que necesitábamos para prepararnos. Y si, nuestro ejército es menor, pero Robb ya ha ganado batallas en condiciones similares.

-sabes tan bien como yo que esta batalla será totalmente diferente. Esta batalla decidirá el fin de la guerra.

-asi es sobrina. Y creo que por eso el Rey ha ordenado que marches con nuestro ejército hacia Harrenhal.

El corazón de Catelyn se inundo de alegría. ¿Acaso Robb la habia perdonado? ¿Acaso quería volver a abrazarla?

-¿Robb quiere verme? ¿Por qué?

Brynden negó.

-me temo que no lo sé, solo dijo que deseaba verte. Mañana al alba partimos. Espero que estés lista. La marcha será dura. Necesitamos estar en Harrenhal cuando llegue el Rey.

Catelyn asintió y su tío se levanto y salió por la puerta tras abrazar a su sobrina. Seguía sin estar de acuerdo con que Robb atacase a los Lannister, pero aun asi, su corazón no podía evitar estar contenta. Su hijo la reclamaba. Quizás podrían reconciliarse y solo reclamaba a los dioses que el tiempo pasara rápido y pudiera ver a su hijo cuanto antes.