Buenas noches amigos y amigas.
Aquí les entrego un nuevo capítulo y esta vez un personaje del que no hemos visto muchos PDV.
Espero que les guste y como siempre espero sus comentarios y opiniones. Mañana intentare responder a los comentarios que tengo atrasados.
Jaime I.
La sala de guerra de la Fortaleza Roja se encontraba abarrotada. Todos los señores que habían jurado lealtad a Tommen I se encontraban presentes, al menos los mínimamente importantes. Habia señores del Mar Angosto, de las Tierras de la Corona, de las Tierras de Tormenta, de las Tierras del Oeste y del Dominio; también se hallaban presentes los miembros del Consejo Privado, Cersei y Lady Olenna Tyrell.
Un gran mapa de la zona central del continente se encontraba desplegado sobre la mesa de madera de roble. Las Tierras de la Corona y el Tridente eran las zonas que más se mostraban en el pergamino. Sobre él se encontraban diferentes piezas para simbolizar los ejércitos en liza: lobos grises para las fuerzas norteñas, peces azules para los ribereños, rosas verdes para las fuerzas del Dominio, leones rojos para los hombres del Oeste, y por ultimo piezas que representaban un venado para las fuerzas de las Tierras de la Corona y de Tormentas. Las piezas de lobos y peces eran menos, muchas menos que las que se encontraban agrupadas en torno a Desembarco del Rey.
Como era costumbre los señores con más experiencia exponían sus propias ideas sobre que debía hacer el cuantioso ejercito que se habia reunido. Los señores tormenteños y los vasallos directos del Trono de Hierro pugnaban por esperar la llegada de las fuerzas del Joven Lobo y enfrentarles en una gran batalla frente a los muros de la ciudad; por otro lado los señores del Oeste y del Dominio deseaban avanzar sobre el Tridente y enfrentar a los norteños y ribereños en territorio Tully.
Su padre permanecía en silencio, observándolo todo. Tyrion le dijo una vez que su padre, en un consejo de guerra, siempre habría contemplado las diferentes opciones antes de que el debate comenzara. Y ahora Jaime creía que su hermano pequeño tenía razón. El Lord Comandante de la Guardia Real se puso a pensar en cómo estaría su hermano, si podría conseguir la felicidad que su propia familia le habia impedido. Sin embargo los pensamientos de Jaime finalizaron cuando Randyll Tarly alzo la voz.
-Lord Tywin. ¿Sabemos algo de los movimientos de Stark y de sus fuerzas?
La Mano del Rey miro alrededor de la mesa hasta que encontró a la persona que buscaba. Le hizo una seña al Consejero de los Rumores que rápidamente respondió a la pregunta.
-por lo que mis pajaritos me cantan al oído Robb Stark marcha de nuevo hacia el sur. Al parecer un contingente importante de norteños guarnece Harrenhal, por lo que podríamos intuir que es allí desde donde Robb Stark lanzara su ataque. Respecto al número no puedo dar ninguna información verídica.
Lord Tyrell bufo.
-¿atacar? El Joven Lobo no tiene fuerzas para atacar, lleva más de un año luchando y a buen seguro habrá perdido muchos hombres. No en vano perdió a dos de sus vasallos más poderosos.
En el racionamiento del Guardián del Sur habia cierta razón y eso le sorprendió al hijo varón mayor de Tywin Lannister. La Casa Bolton y la Casa Frey eran las segundas casas más poderosas del Norte y del Tridente y con su destrucción, el ejercito Stark habría perdido miles de hombres. Y también debía darle la razón sobre lo imprudente que seria que Robb Stark atacara con tan pocos hombres.
-seguramente Stark decida quedarse en el castillo maldito y resistir allí en una última batalla. –dijo Jaime.
Su padre le miro y no supo describir que significaba esa mirada. Su padre era siempre tan inescrutable.
Esta vez fue su hermana quien tomo la palabra.
-da igual donde se encuentre el traidor, mis buenos señores, deben marchar y acabar con su rebelión. Robb Stark debe ser derrotado y ejecutado, cuanto antes mejor. Con su muerte todos los demás señores se inclinaran ante mi hijo o morirán.
Para sorpresa de Jaime y la sabia que de su propia hermana también, Lady Olenna apoyo la afirmación de su hermana.
Entonces su tío Kevan tomo la palabra.
-deberíamos marchar cuanto antes, nuestro ejército es muy numeroso y debemos cuidar de nuestras rutas de abastecimiento. Tenemos los hombres para asediar Harrenhal, pero no debemos darle a Robb Stark tiempo para que sus tropas fortifiquen el castillo hasta convertirlo en inexpugnable.
Por fin su padre tomo la palabra.
-Robb Stark no va a quedarse encerrado en un castillo, no es su estilo y yo tampoco lo haría si fuera él.
Todos los presentes miraron, con incredulidad, a su padre. Jaime no entendía. Su padre habia ¿alabado a Robb Stark?
-Stark sabe que necesita una victoria, que esta ha guerra ha durado demasiado. Puede que sea lo único que compartimos: nuestra idea de que esta batalla debe ser la última. A decir verdad no sabemos cuántos hombres tiene Stark. Bien podría ser que mientras nosotros nos ocupábamos de Stannis y de los problemas en la capital el enemigo pueda haber reclutado más fuerzas: tanto los Tully en el Tridente como el Joven Lobo en el Norte. Pero si podemos hacer una aproximación. Tanto el Norte como el Tridente han perdido una gran cantidad de hombres por lo que no creo que sus fuerzas sean muchos mayores que las que tenían en las Colinas Doradas.
Las Colinas Doradas, pensó Jaime, entonces alrededor de 30.000 hombres. Ni siquiera Robb Stark estaba tan loco como para atacar con una hueste tan exigua, no teniendo los Lannister un ejército de más de 100.000 hombres. Y parecía que la idea que a Jaime se le rondaba por la cabeza era la misma que anidaba en cada uno de los presentes. Sin embargo su padre se puso de pie y todos lo miraron.
-Stark no puede seguir más tiempo en una guerra de desgaste, no cuando nuestros recursos son tan amplios. Seguro preparara una buena estrategia por lo que debemos estar listos. –Su padre miro a su tío Kevan- hermano que todos los hombres se preparen. En cinco días marcharemos sobre el Tridente. Primero nos dirigiremos a Harrenhal y continuaremos hasta que el Joven Lobo nos haga frente. Mis señores preparen sus fuerzas y que sus hombres estén listos en cinco días.
Tywin hizo una señal y la sala comenzó a vaciarse. Jaime quería hablar con él, pero el Señor de Roca Casterly le hizo una señal de que no deseaba hablar con él esa noche.
La noche ya habia llegado a la Hora del Lobo. Jaime paseo por los pasillos de la Fortaleza Roja. Estaba desierta. Únicamente los guardias y algunos criados haciendo tareas.
Jaime no sabía a dónde ir y asi pasó una hora hasta que el instinto le trajo hasta las puertas de Cersei. Allí Ser Meryn Trant se encontraba haciendo guardia. Despreciaba a su supuesto "hermano" de la Guardia Real, pero el hombre era un esbirro de Cersei y debía tolerar su presencia. Pero esta noche no.
-Ser Meryn, yo me ocupare de la guardia y defensa de la Reina Regente esta noche. Retiraros.
El Caballero fue a replicar, pero recordó que ahora el Matarreyes era su Lord Comandante y con paso decidido se retiro. Jaime entro en la habitación. Su hermana se hallaba en una butaca bebiendo vino. Al parecer bebía más que antes. Cersei se puso en pie. Era la primera vez que la visitaba en mitad de la noche desde que habia regresado. Con la muerte de Joffrey y el juicio a Tyrion ninguno de los dos habia insinuado nada. Sin embargo algo en Jaime se habia prendido. Acaso era que temía a la futura batalla, temía quizás a la muerte, a no volver a abrazarla…
Sin necesitar palabras entre ambos, los dos hermanos se abrazaron y se fundieron en un beso con pasión, una pasión desenfrenada, salvaje….
Días después…
Aun recordaba el roce y el calor de los muslos de su hermana cuando llego el día de la partida del ejército. Extramuros el campamento ya estaba levantado y la vanguardia, comandada por Randyll Tarly habia iniciado ya la marcha. La ciudad se quedaría protegida por unos 3.000 hombres de los Tyrell y 1.000 hombres de los Lannister, ademas de la Guardia de la Ciudad, todo bajo el mando de Ser Loras Tyrell, el nuevo y más reciente miembro de la Guardia Real.
Cuando se dirigía hacia su caballo, un paje con el emblema de los Lannister le informo que su padre deseaba verlo en sus habitaciones. Cuando Jaime llego se encontró a su padre con su armadura perfectamente colocada, discutiendo unos asuntos sobre la marcha con su hermano Kevan.
En cuanto los dos hijos de su abuelo le vieron, Kevan asintió y salió por la puerta.
Su padre le miro y le pregunto.- ¿listo para entrar de nuevo en combate?
Jaime asintió. – Stark me tomo por sorpresa la primera vez, en esta ocasión yo le venceré.
Su padre sonrió y se dirigió hacia un arcón que abrió.
-esto te ayudara a matar a Robb Stark.
Entonces su padre le entrego una espada, era liviana a pesar de ser un mandoble, era acero valyrio. Una piel de lobo le servía de funda. Era Hielo, la espada de Ned Stark.
-pensaba fundirla y reformarla en dos espadas, una para los Lannister, otra para la Corona. Pero no me dio tiempo y no concibo guerrero más hábil para empuñarla en su última batalla.
Jaime desenvaino el mandoble. No estaba acostumbrado a luchar con una espada tan grande, pero el peso era menor al esperado. Tywin sonrió.
-esta espada inicio esta guerra, cuando Joffrey decapito a Ned Stark, ahora esta espada en tus manos acabara con la guerra matando al Joven Lobo.
-Gracias padre.
Su padre le abrazo. Jaime se sorprendió de esa muestra de cariño inusitada y luego le miro a los ojos.
-demuestra que eres el Lannister que todos creen. Demuestra porque te dieron esa horrible capa blanca con 16 años. Demuestra cuán poderoso es el león y cuan temible es su rugido.
Y asi Jaime, con la espada de Stark, miro a su padre y se dio cuenta de que su padre habia dejado en sus manos la principal misión de la batalla: acabar con el líder de la manada de lobos. Y a decir verdad, a pesar del placer que le proporcionaba Cersei, en estos momentos no habia nada en el mundo que le diera más gusto a Jaime Lannister que poder decapitar al hombre que casi destruye su casa.
Robb Stark moriría a manos de la misma espada que el idiota de su padre. Y sería él, el León de Lannister, el Matarreyes, quien haría honor a su apodo y se encargaría de que Robb Stark pasara a la historia como el Ultimo Lobo, el Ultimo Stark.
