Buenas noches a todos. Aquí les traigo un nuevo capítulo. He de reconocer que estoy ansioso por escribir y publicar la batalla final. Sinceramente espero no parecer muy apresurado.
Aquí veremos la llegada de Robb a Harrenhal, pero no será desde su punto de vista. Veremos nuevos pensamientos de otros personajes.
Espero que les guste y como siempre espero sus comentarios.
Los Hijos del Norte.
El Sol.
Harrion Karstark se encontraba cabalgando junto a sus mejores amigos: Jon Umber, Dacey Mormont y también Olyvar Frey. Jajajajaj, pensó para sí el heredero de Bastión Kar. Nunca habia pensado que un Frey del Cruce seria su amigo, pero qué diantres, el muchacho tenía valor y era leal.
Mientras se encontraban de marcha, los cuatro, supervivientes de la Guardia de Batalla del Rey, solían montar juntos, mientras Robb cabalgaba con algún señor. En el futuro, cuando mi padre ya no este, yo deberé cabalgar con él, ser el Señor de Bastión Kar y jefe de su familia. En el fondo no deseaba ser señor, le gustaba más luchar que gobernar sus tierras, como a la mayoría de norteños.
Cuando el campamento se establecía el rey se unía a ellos y como uno más bromeaban, bebían, comían y entrenaban. A decir verdad, cuando Harrion vio a Robb Stark en Invernalia tras el arresto de Lord Stark, nunca pensó que fuera a respetar verdaderamente a ese joven de apenas quince años. Pero Robb no solo se habia ganado su respeto, también su cariño, lealtad y aprecio. Al igual que todos los norteños en el ejército, daría la vida por él, por un hombre al que consideraba su hermano.
Pensar en hermanos siempre le hacía pensar en Edd y Tor, sus hermanos pequeños que habían sido asesinados por Jaime Lannister en batalla. Harrion soñaba con ser él quien matara al Matarreyes y no se habia enfadado tanto como su padre cuando supo de su liberación. A un prisionero era más difícil matarlo que a un hombre en combate. Y Harrion tendría su oportunidad en poco tiempo.
El ejercito norteño habia pasado hace tres días el castillo de los Gemelos. La hueste que seguía a Robb Stark desde el Norte habia aumentado su número hasta los 13.000 hombres: 12.000 soldados norteños y 1.000 hombres de los Frey que custodiaban Foso Cailin y que al saber de la derrota y muerte de Walder Frey el Negro, de la Caída de los Gemelos y de que si luchaban por el rey se les perdonaría la vida y se les trataría como soldados leales, con botín de por medio, habían jurado lealtad al nuevo señor de la Casa Frey y ahora marchaban hacia Harrenhal junto al resto del ejercito.
Su padre habia protestado airadamente en su tienda cuando le conto a Harrion sobre la decisión del rey. A decir verdad sabía que su protesta frente al mismo Robb no habría sido tan impetuosa. Ya todos los norteños y ribereños sabían que cuando el rey tomaba una decisión nada ni nadie le haría cambiar de idea.
Mientras cabalgaban en dirección al Ojo de Dioses, recordó que apenas quedaban unas horas para vislumbrar el castillo de Harrenhal. Si las órdenes del rey habían sido obedecidas, todo el ejército que quedo al sur se habría reunido a la sombra de esa fortaleza maldita. Algunos hombres, Harrion incluidos, veían un signo de locura por parte del rey querer asentarse en ese castillo antes de partir al sur, pero el hijo mayor de Rickard Karstark también veía que su rey estaba determinado. Algo habia cambiado en Robb. Se habia vuelto más taciturno, su padre decía que era el peso de la corona lo que podría haber hecho cambiar a su amigo, pero Harrion iba más allá. Robb ya no era el mismo, cada golpe que habia recibido, cada traición le habia arrancado algo en su espíritu, y Harrion sabía que cuando Robb Stark se sentía determinado, algo iba a pasar.
El confiaría en su rey, en su amigo, y confiaba en poder enfrentarse al Matarreyes y poder acabar con su vida para vengar a sus hermanos, asi estos podrían descansar tranquilos.
El Gigante.
Pequeño Jon Umber. Ese era su nombre, aunque el apodo era más una referencia a su padre que a el mismo, pues el hijo del Señor del Ultimo Hogar hacía tiempo que habia superado a su padre en fuerza y estatura, aunque su padre seguía siendo temible.
Jon era un hombre con gustos sencillos: una mujer que le diera calor por las noches, una comida contundente, bebida en cantidad y por supuesto luchar. Le gustaba pelear y durante un año eso habia estado haciendo, sin parar: el Tridente, el Oeste, Pyke y el Norte. En todas las batallas del Joven Lobo, en todas sus victorias, Pequeño Jon Umber habia sido su escudo, su portaestandarte, y contaba con serlo en la batalla que pondría fin a esta guerra. Jon sabia que los números estarían en contra de su gente, pero eso poco le importaba, mientras cada norteño matara a cinco sureños todo estaría bien. Asi se lo habia dicho una noche bebiendo al mismo rey Robb, y su amigo le habia reído la gracia.
Era fácil tratar con Robb cuando solo eras un heredero y un guerrero. Sin embargo temía el día en el que sucediera a su padre como señor y hubiera de sufrir las reprimendas de su rey. Mantendrían su amistad, seguro, pero también estaba claro que la amistad podría cambiar.
Los pensamientos perniciosos sobre el futuro se le esfumaron cuando los vítores y rugidos comenzaron a llegar a la columna que comenzaba a entrar en el campamento que se extendía alrededor de Harrenhal.
Aunque Jon no se encontraba al frente de la columna, sabía a qué se debían los vítores. Los soldados, norteños y ribereños por igual, habían salido a vitorear a su rey.
¡STARK! ¡STARK! ¡STARK!
¡EL REY EN EL NORTE! ¡EL REY EN EL NORTE! ¡EL REY EN EL NORTE!
¡EL REY DEL TRIDENTE! ¡EL REY DEL TRIDENTE! ¡EL REY DEL TRIDENTE!
Jon y sus compañeros se adelantaron hasta situarse en la cabeza de la columna, para acompañar al rey y a los señores durante su entrada en el castillo. Mientras galopaba podía ver la extensión del campamento. Era mayor al que se estableció en el Oeste antes de la Batalla en las Colinas Doradas. Todos los hombres en condiciones de luchar del Norte y el Tridente habían acudido a la llamada del Joven Lobo. Miles de hombres listos para marchar al sur y ver si Tywin Lannister caga oro.
El rey entro acompañado de su padre y los demás señores en el patio principal del castillo. Allí se encontraban dos docenas de señores y caballeros, encabezados por Lord Glover, los hermanos Manderly y los Tully. Todos se arrodillaron cuando el rey troto delante de ellos. Robb desmonto y se acerco a los presentes, ordenando que se levantaran. Mientras Jon observaba la escena.
-Ser Brynden. Vi que habéis conseguido traer refuerzos, nos vendrán bien cuando marchemos al sur. –oyó Jon decir al rey.
-asi es Alteza. El ejército está listo para marchar cuando vos lo decidáis.- respondió el Pez Negro, a quien el rey habia nombrado Guardián de las Marcas del Sur.
Robb asintió.
-bien. Quiero reunirme con todos ustedes en una hora y repasar nuestros números.
Acto seguido el rey entro en el castillo, acompañado de los principales señores del ejército. Mientras tanto Jon se encontró con algunos de sus amigos, como Kyle Condon y rápidamente se pusieron a beber un trago mientras el heredero del Ultimo Hogar le contaba sobre lo ocurrido en el Norte. Dioses, pensó Jon, esta guerra le habia dado buenas historias de batalla, solo faltaba la mejor historia.
La Osa.
La sala se encontraba en completo silencio. Y a decir verdad, era la primera vez que Dacey Mormont veía algo asi cuando los señores norteños se reunían, pero estos al igual que sus contrapartes ribereños se encontraban callados, esperando las palabras del rey.
La Señora de la Isla del Oso se encontraba a la derecha del rey, junto a los señores del Norte. A la izquierda se encontraban los hombres del Tridente, liderados por Brynden Tully, quien en estos momentos se encontraba dando cuentas de sus acciones durante la campaña del rey en el Norte.
-… con la adición de las fuerzas de los Gemelos, las tropas ribereñas ascienden a 15.000 hombres, unos 3.000 de caballería y el resto de infantería. Con los soldados que su Alteza trajo del Norte, las tropas norteñas ascienden a un total de 20.000 soldados, 4.000 de caballería y 16.000 de infantería. En total contamos con 7.000 hombres a caballo y unos 28.000 hombres a pie entre infantería, piqueros y arqueros.
Lord Vance, un señor ribereño se adelanto.
-Alteza. Los exploradores dicen que el ejército de Tywin Lannister cuenta con al menos 100.000 hombres. No dudamos de vos, pero como vamos a vencer a los Lannister con solo 35.000 hombres. Sabemos de vuestros éxitos y victorias. Pero esta batalla es imposible de ganar, sobre todo si atacamos. Quizás si nos mantenemos a la defensiva podríamos menguar sus fuerzas, desgastarlas.
Dacey, a pesar de no conocer bien a Lord Vance, tenía que admitir que estaba de acuerdo. Ella seguiría a Robb hasta el mismo infierno, pero no podía entender que el Joven Lobo, tan concienzudo en el arte de la guerra, se dirigiera a la batalla con un ejército tan exiguo, sabiendo que sus enemigos casi le triplicaban en número.
Robb tenía que tener una carta guardada bajo la manga, al menos eso esperaba, pues sino quizás estaba ante un arranque de soberbia de su rey. ¿Y si las victorias le habían hecho creer a Robb que era invencible?
A pesar de que los soldados decían que Robb era un lobo invencible, ella sabía que las victorias conseguidas por el Joven Lobo eran producto de la preparación, de la estrategia, de la táctica; no de la temeridad. Sin embargo, también era verdad que Robb habia corrido muchos riesgos en la guerra, aunque nunca uno tan grande.
Sin embargo, a pesar de todo, del ánimo apesadumbrado de los señores, Robb se mantenía sereno, su mirada destilaba confianza. No dejaba de agarrar un rollo de pergamino que un jinete le habia entregado hacia dos días. A Dacey le intrigaba ese mensaje. Que pondría en él para que su rey lo tuviera siempre consigo.
-os entiendo Lord Vance, sin embargo no podemos permitirnos una guerra de desgaste contra los Lannister. Tienen más recursos, mas soldados. Esta guerra ya ha durado demasiado y debe acabar. Tranquilizaos mis señores. Tengo un plan para la batalla que compartiré con ustedes en cuanto se acerque el momento y estemos todos presentes.
Las últimas palabras de Robb habían despertado la suspicacia de muchos. ¿Quién no estaba en la sala? Acaso aun habia algún señor rezagado.
En ese momento sonaron los cuernos y un soldado entro en la estancia.
-mi rey, un ejército se aproxima a las puertas, lleva vuestro estandarte.
Robb sonrió, era una sonrisa que apenas mostraba. Se levanto y se dirigió a la puerta. Antes de salir miro a los señores.
-síganme mis señores.
Luego miro al soldado.
-da orden de que al líder de ese ejército se le permita entrar al castillo.
Robb llevaba su corona pero iba desarmado. Quien comandaba ese ejército que llevaba el Huargo como estandarte, por lo que debía ser amigo, pero ¿Quién sería? Por lo que Dacey sabia, no habia más tropas en el Norte, salvo las que Robb habia dejado para proteger el reino. Tampoco se esperaban más fuerzas provenientes de las Tierras de los Ríos. ¿Quizás fuera el Valle de Arryn? Dacey llevaba todo un año escuchando rumores de que los señores más importantes del Valle exigían a Lysa Tully que apoyara a los Stark y los Tully en la guerra contra los Lannister. Pero siempre habían recibido noticias de que Lady Arryn se habia negado a todos y cada uno de los intentos de enviar refuerzos a su familia. Quizás hubiera entrado en razón.
Robb se paro en el centro del patio y las puertas se abrieron. Comenzaron a entrar soldados con armaduras de cuero. Parecían extranjeros. Quizás eran de Essos, o al menos eso pensaba Dacey. Habia oído que las gentes de Essos eran de tez morena y cabello oscuro. No mostraban estandartes aun, solo uno, el Huargo coronado. Entonces vio a un hombre en el que no habia pensado desde hacía mucho tiempo. Su cabello plateado, su emblema del Águila plateada en su pecho: era Jason Mallister, Señor de Varamar. Robb lo habia enviado al Sur, a Dorne. Entonces esos hombres podían ser…
En aquellos momentos un hombre entro en el patio, con un caballo negro, con una armadura de cuero con una lanza atada a la espalda. Su cabello largo, oscuro, pero con ciertas canas. El hombre era atractivo pero Dacey no lo conocía, o al menos eso pensaba hasta que vio a un caballero con un estandarte anaranjado que representaba un sol y una lanza. Ese era el emblema de los Martell. Pero los Martell de Lanza del Sol estaba aliados con los Lannister. Una de las crías de Cersei se iba a casar con uno de los hijos del Príncipe Doran. Sin embargo las palabras del rey ante el hombre que dirigía a esos soldados, el cual habia desmontado y acercado al rey, le despejaron sus dudas.
-Rey Robb Stark, soy el Príncipe Oberyn Martell de Dorne.
Robb le estrecho la mano.
-me alegro de veros Príncipe Oberyn, entiendo que Lord Jason cumplió con su misión.
Oberyn Martell sonrió.
-asi es, me convenció de apoyaros y os he traído 5.000 hombres de Dorne para que junto conmigo nos unamos a vuestro ejercito.
Robb sonrió una vez más. Los señores estaban atónitos. Este era el motivo de la tranquilidad de Robb. Esta era su carta bajo la manga. Este era el motivo de ese mensaje que su rey no dejaba de mirar.
-me alegro Príncipe Oberyn y debéis saber que yo cumplo mis promesas. Os prometí justicia y venganza por vuestra hermana y vuestros sobrinos y eso hare.
-cuento con ello Rey Robb. Estoy aquí para acabar con Tywin Lannister y dado que sois su mayor enemigo, ahora sois uno de mis mejores amigos.
Ambos hombres se abrazaron mientras los señores comenzaron a comprender cual habia sido el plan que su rey habia puesto en marcha desde hacía meses, desde que envió a Lord Mallister a Lanza del Sol. Buscaba incitar a los Martell a rebelarse contra los Lannister y ahora ellos tenían más hombres para enfrentarse a los leones. Aun no podían igualar sus números, pero una vez mas Robb Stark habia sorprendido a sus propios hombres y sin duda le daría una gran sorpresa a Tywin Lannister.
Pues aquí esta. Este era uno de los planes que Robb tenía desde que venció a Tywin en el Oeste y no pudo capturarlo. Imagino que habrá algunos que digan que es algo forzado, por lo que les explicare mis motivos: en primer lugar, obviamente los Martell son quizás la Casa que mas odia a Tywin Lannister y estoy seguro de que el Príncipe Oberyn aprovecharía cualquier oportunidad para vengarse de la Casa Lannister; en segundo lugar, es cierto que solo hemos tenido dos capítulos dedicados a Dorne, pero esto ha sido intencional, pues era un plan secreto de Robb y el ya le habia dado a Jason Mallister todas las indicaciones, aunque lo hiciera fuera de escena (perdónenme el termino televisivo); en tercer lugar, si se dan cuenta Robb a lo largo de algunos capítulos deja evidencia de que tiene varios planes secretos en marcha y este era sin duda el más importante.
Espero que les guste la idea de juntar a norteños, ribereños y dorniense contra los Lannister. Creo que puede darnos mucho para esta historia y para su secuela.
Como siempre espero sus comentarios.
