Buenas noches a todos, amigas y amigos. Aquí les traigo un nuevo capítulo. Y les anuncio que el Domingo será un capitulo doble, pues veremos la Batalla final entre Tywin Lannister y Robb Stark. La batalla será conocida como "La Batalla del Ojo de Dioses".

Este nuevo capítulo es doble y tendremos el esperado por muchos reencuentros entre Robb y Catelyn. Espero no decepcionarles.

También veremos el primer PDV de Oberyn Martell.

Como siempre espero que les guste y que me comenten que les ha parecido el capitulo en los comentarios. Sé que tengo muchos que responder, pero intentare hacerlo mañana.

Catelyn V y Oberyn I.

Catelyn V.

El día habia sido largo, o al menos asi le habia parecido a Catelyn Tully. Llevaban más de una semana en Harrenhal cuando los exploradores habían regresado anunciando la llegada del rey y su ejército desde el Norte.

El corazón de Catelyn llevaba agitado desde que su tío le habia dicho que Robb quería verla y quería que fuera a Harrenhal. Acaso su hijo quería despedirse de ella antes de la que posiblemente fuera la batalla final. Por los Siete, ojala Robb la escuchara como hacía antes, le diría tantas cosas, le pediría perdón, le abrazaría y sobre todo le aconsejaría poner fin a la guerra. Tywin Lannister no tenía corazón, ni piedad, pero sin duda si su hijo le ofrecía una paz honrosa el Señor de Roca Casterly firmaría la paz. Robb debería dejar su corona, entregar rehenes, oro, y jurar lealtad al vástago de Cersei Lannister, pero si asi salvaba la vida, Catelyn daría por buena cualquier rendición, por muy deshonrosa que les pareciera a los orgullosos norteños.

En los últimos meses Catelyn habia entendido que todo carácter norteño que pudiera tener murió cuando su amado Ned fue ejecutado. Ella era una Tully y ponía a su familia por delante de todo. Ojala su hijo fuera más Tully que Stark, ese era un pensamiento que se le habia pasado por la cabeza.

La llegada de Robb solo acrecentó sus miedos. Desde la ventana de su alcoba pudo ver como su hijo llegaba al castillo y era recibido por el Pez Negro, su hermano Edmure y el resto de los señores. Catelyn sabía que su hijo primero se reuniría con sus vasallos, antes que reunirse con su madre. Antes hubiera sido diferente, pero tras la liberación de Jaime Lannister todo habia cambiado.

Apenas habían pasado dos horas desde que su hijo llego al castillo cuando todo Harrenhal entro en un frenesí. Desde su alcoba le llegaban los ruidos, gritos y movimientos que los hombres estaban provocando. Catelyn se asomo y pudo ver como una columna de hombres armados alcanzaba el campamento y se situaba frente a él. Un grupo se adelanto y llego a las puertas del castillo. Y entonces Catelyn vio algo que nunca habia imagino: a la cabeza se encontraban Lord Mallister y el Príncipe Oberyn Martell de Dorne. Entonces esa era la misión que habia mantenido alejado al Señor de Varamar del Tridente durante todo este tiempo, conseguir una alianza con Dorne y parecía que lo habia conseguido.

Catelyn no dejaba de sorprenderse de la agudeza política de su hijo: con los Tyrell apoyando a los Lannister, los Baratheon desaparecidos, solo los Martell quedaban en liza y aunque habían acordado un matrimonio entre un hijo del Príncipe Doran y Myrcella Baratheon, los Martell odiaban a Tywin Lannister y hoy por hoy el mayor enemigo del Guardián del Oeste era su propio hijo el Joven Lobo.

Las horas pasaron y Catelyn se mantuvo esperando la visita que la habia hecho venir hasta aquí. Sin embargo su hijo no habia aparecido. Ceno con su tío, quien le comento todos los detalles sobre la reunión de su hijo con los señores y los dorniense. Le conto sobre los números de los ejércitos y las posibilidades que podríamos tener. El Pez Negro era cauteloso, no sabía o no quería expresar su opinión, pero Catelyn intuía que pensaba como ella: que aunque Robb tuviera un nuevo aliado, la diferencia de fuerzas era inasumible.

Finalmente, cerca de la medianoche su hijo entro en su alcoba. Cuando Catelyn lo vio, lo encontró muy desmejorado. El rostro pálido, únicamente coloreado por la barba rojiza que se habia dejado crecer; el pelo recogido con una coleta, las ojeras marcando el contorno de sus ojos. Robb irradiaba cansancio. Parecía que llevara toda su vida sin poder dormir. Catelyn deseo abrazarlo pero se abstuvo de ello, en su lugar se inclino cortésmente, al fin y al cabo su hijo era el rey al que habia jurado lealtad.

-alteza, me alegro de veros sano y salvo.

Robb asintió.

-gracias madre. ¿Estáis bien? ¿Os están tratando bien?

-asi es hijo mío. Estoy bien y todo el mundo me trata bien, a pesar de todo.

Robb se sentó en una silla que habia acercado a la chimenea, junto a la butaca donde Catelyn pasaba las horas mirando el fuego.

-sentaos conmigo madre. Quiero hablar contigo.

Catelyn se sentó y miro a su hijo. Estaba serio, pero una seriedad que nunca habia visto en los ojos de su hijo. Sería esta la mirada que Ned Stark tenía en las horas previas al Tridente.

-mañana el ejercito marchara al Sur. Tú volverás con 5 hombres a Aguasdulces. Si la batalla nos fuera adversa, deberás regresar al Norte. Nombre a Lord Manderly Guardián del Norte, y le encargue que fuera a ver a Jon y lo liberara en mi nombre de la Guardia de la Noche. Si muero en el campo de batalla, Jon será el rey. Sé que no te agrada y que no estás de acuerdo, pero mi hermano dará la vida por el Norte y por ti.

- si es lo que el rey lo ordena asi lo hare.

Robb sonrió, era una sonrisa a medias cínica y a media divertida.

-no siempre obedeciste a tu rey-Catelyn fue a hablar, pero su hijo alzo la mano- se porque lo hiciste y lo entiendo, aunque no comparta tu forma de intentar liberar a las chicas. Ahora solo nos queda mi forma de liberar a Sansa y Arya, y te aseguro que cada enemigo que mate en la próxima batalla, será también por la libertad de mis hermanas. A pesar de lo que creas madre, aun tengo corazón, aun amo a mi familia.

Las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de Catelyn. A pesar de todo, de todo lo vivido, lo sufrido, lo llorado, su hijo seguía ahí, tras esa fachada de rey enérgico, guerrero, decidido y ambicioso que habia construido. La esperanza se encendió en el pecho de la viuda de Ned Stark. Si su hijo amaba a su familia, ella debía intentar convencerle de firmar la paz y evitar más muertes.

-Robb, lo has hecho muy bien, tu padre estaría orgulloso, pero lo estaría aun mas si envías mañana un emisario a Tywin Lannister y firmas la paz. Si pierdes, Tywin usara a tus hermanas como le convenga, pero si ganas, que les impide a los Lannister córtales el cuello.

La mirada de Robb mostro una ira gélida.

-si algo les pasa a mis hermanas, Desembarco del Rey desaparecerá del mapa.

Esas simples palabras le mostraron a Catelyn que la determinación de su hijo no habia mermado. Ni todos los dioses harían cambiar a Robb de opinión.

Entonces su hijo se levantara.

-espero que nos volvamos a ver madre, si no es asi, quiero que sepas que te perdono por todo.

Catelyn no pudo contenerse, eran las palabras que habia esperado, sabía que aun habría mucho que hablar, pero ese era el paso que deseaba que Robb diese y él lo habia dado. Se lanzo y abrazo a su hijo.

-enséñales a los Lannister que se siente al perder lo que se ama.

Robb asintió y beso la frente de su madre, la miro y luego salió por la puerta, dejando sola a Catelyn que se arrodillo y comenzó a rezar. Dioses antiguos y nuevos, sed buenos, concededle a mi hijo la suerte en la batalla y que cumpla con la justicia que nos merecemos. No me lo quitéis ahora que lo he recuperado.

Y Catelyn Tully se paso la noche rezando, por el fin de la guerra, por la suerte en la batalla, por su hijo Robb.

Oberyn I.

Horas después…

Oberyn estaba sentado en un caballo junto al hombre que nunca habia esperado apoyar. Jamás pensó que apoyaría a un pariente de Lyanna Stark, la mujer por la que su hermana habia sido repudiada por el valeroso Rhaegar. Sin embargo Oberyn no era un hombre que dejara escapar una oportunidad y Robb Stark era la mejor oportunidad que habia tenido en 20 años para vengar el crimen que Tywin Lannister habia provocado contra su familia. Y también era verdad que el Joven Lobo no era culpable de que su padre se rebelase contra los dragones, aunque era una rebelión entendible, o que su tía sedujese al Ultimo Dragón.

Mientras cabalgaban en silencio, Oberyn miro al joven rey norteño y a su ejército. Sin duda este muchacho sabía cómo desplegar un ejército. Ni un solo soldado fuera de la formación, exploradores recorriendo la columna para asegurarse que no hubiera peligro.

A decir verdad, nunca habia pensado que el hijo de Ned Stark fuera a ser una amenaza real contra los Lannister, habia brindado por los norteños cada vez que estos vencían a los Lannister pero nunca pensó en Robb Stark como un oponente a temer, hasta que Jason Mallister visito Lanza del Sol y les entrego el presente que Robb Stark habia enviado a los Martell. Entonces entendió que el Joven Lobo era la mejor carta que tenia para acabar con el Señor de Roca Casterly.

Le costó tiempo conseguir la confesión de la Montaña, pero por fin tuvo la confirmación de las sospechas que habían atormentado su vida durante dos décadas. Su hermano era más prudente y decidió no oponerse a que su hermano reclutase un ejército de 5.000 dorniense. Oficialmente Oberyn Martell habia desobedecido a su hermano Doran, pero en verdad ambos hermanos estaban coordinados y buscaban lo mismo: venganza sobre Tywin Lannister, por lo que llegaron a un acuerdo. Si Oberyn no llevo más tropas fue por no dejar Dorne desprotegido y por no hacer creer a la gente de Desembarco del Rey que todo el ejercito de Dorne habia intervenido en combate. Si los norteños eran derrotados podrían alegar que era un arrebato de un hombre impulsivo y rencoroso, si vencían, sería otro cantar. Ahora solo debían confiar en que Robb Stark fuera todo aquello que habia oído hablar y que encontrara la manera de vencer a un ejército que casi le triplicaba en número.

Fue el propio rey el que le saco de sus pensamientos cuando se dirigió a él.

-decidme Príncipe Oberyn, vuestro hermano estaba muy enfadado con vos cuando os marchasteis para apoyarnos.

Oberyn sonrió, incluso su aliado se habia creído la farsa, o al menos eso esperaba.

-asi es alteza, me dijo que nunca volviera a Dorne, pero eso cambiara cuando ganemos la batalla y regrese con la cabeza de Tywin Lannister. A decir verdad entiendo a mi hermano, debe mirar por nuestro pueblo, pero yo debo luchar por mi venganza y vos me la habéis ofrecido en bandeja.

-yo cumplo con mis promesas. Os entregue a la Montaña y os entregare a Tywin Lannister cuando ganemos la guerra, si es que no muere antes.

Oberyn tomo su lanza.

-por mi parte no prometo nada si me lo encuentro en el campo de batalla jajajajaj

El propio rey también sonrió, y entonces Oberyn le pregunto algo que le intrigaba.

-¿Cuál es vuestro plan Alteza? Los Lannister son más numerosos y yo apenas traje 4.000 hombres a pie y 1.000 jinetes. No creo que aumente mucho nuestras fuerzas. Contadme como lucharemos.

-el plan lo conoceréis esta noche. En una hora o dos llegaremos al límite del Ojo de Dioses y allí acamparemos, entre el lago y el Camino Real. Los exploradores afirman que el ejercito Lannister salió hace días de Desembarco del Rey. Podremos tener un día de descanso antes de la batalla.

Oberyn escudriño la mirada del Joven Lobo. Solía tener facilidad para ver a las personas, para entenderlas, pero el joven norteño se le resistía. Algo le decía que únicamente pensaba en la libertad de su pueblo, en su venganza y en rescatar a sus hermanas, pero por otro lado irradiaba un aura de líder seguro de sí mismo, determinado, ambicioso y no sabía que Robb Stark era el predominante.

-Y bien, decidme Rey Robb, ¿Qué haréis si vencemos en la próxima batalla y conquistamos Desembarco del Rey? ¿Tomareis el Trono de Hierro?

Robb le miro sorprendió.

-no tengo derecho alguno sobre el Trono de Hierro, ni tengo deseos de sentarme en el.

Oberyn sonrió.

-vuestro tocayo, Robert Baratheon, tampoco tenía derecho al trono, por mucho que insinuara que tenía sangre de dragón, y por supuesto tampoco tenía deseos de ser rey.

-yo no soy Robert Baratheon. Soy y seré siempre hasta que muera el Rey en el Norte y Rey del Tridente y nada más. Cuando acabe con Tywin Lannister, recupere a mis hermanas y garantice la libertad de mi pueblo y mis aliados, regresare a Invernalia a vivir en paz.

-bonito sueño Alteza. Bonito sueño.

-ademas, de poco sirve pensar en el mañana, antes tenemos una batalla que librar y os aseguro que será la mayor batalla que Poniente vea jamás. Y tal como prometí Príncipe Oberyn, el león será vuestro para darle justicia y reposo a las almas de vuestra hermana y sus hijos. Mi propio padre consideraría que es lo correcto.

Oberyn asintió e inclino la cabeza cuando el rey, seguido de su bestia, el Huargo llamado Viento Gris, comenzó a galopar a lo largo de la columna. Los hombres vitoreaban a su paso y entonces Oberyn empezó a pensar que realmente tenían una oportunidad. Quizás Robb Stark conseguiría poner fin al reinado de terror de Tywin Lannister. Pero su hermano siempre dice que cuando un hombre domina un continente, al caer, su vencedor asumía su posición como hombre hegemónico. Si el Joven Lobo vencía, sería el hombre más poderoso de Poniente y le intrigaba saber cómo serian los Siete Reinos con él al frente. Sin embargo, el principal pensamiento de Oberyn Martell se dirigía a un hombre, al que Oberyn se habia propuesto cortarle la cabeza cuando lo tuviera delante: Tywin Lannister.

Habia llegado la hora de que el León pagara por sus crímenes.