Buenas noches amigos y amigas. Espero que me disculpen pero he reescrito varias veces la batalla hasta que estuve contento del todo.
Espero que les guste. Antes de iniciar la redacción podrán ver un pequeño esquema introductorio sobre la batalla, los bandos, comandantes, lugar, fecha y tropas.
Espero que les guste esta batalla y como siempre espero sus comentarios y opiniones.
La Batalla del Ojo de Dioses I.
Batalla del Ojo de Dioses.
Lugar: Ojo de Dioses. Tierras de los Ríos, Poniente.
Fecha: 13 marzo del 300 d.C.
Bandos.
Rey en el Norte y del Tridente.
Rey en el Trono de Hierro.
Comandantes.
Rey Robb Stark.
Lord Tywin Lannister.
Fuerzas.
Norteños: 4.000 jinetes y 16.000 infantes.
Ribereños: 3.000 jinetes y 12.000 infantes.
Dornienses: 1.000 jinetes y 4.000 infantes.
Total: 40.000 hombres
8.000 jinetes y 32.000 infantes.
7.000 hombres del Oeste.
80.000 hombres del Dominio.
9.000 hombres de las Tierras de la Corona.
4.000 hombres de las Tierras de la Tormenta.
Total: 100.000 hombres.
Tywin.
A pesar de que únicamente se habían enfrentado en una batalla en persona, Tywin sabía que al Joven Lobo le gustaba arengar a los suyos antes de cada batalla. El chico parecía que buscaba cumplir con las cualidades de todos aquellos personajes de leyenda que habían sido grandes guerreros: jóvenes, arrojados, valientes, audaces, carismáticos…
Otro rasgo común era que estas leyendas morían jóvenes y hoy Robb Stark cumpliría un rasgo más, pues este sería el último día de su vida.
Stark recorrió el frente de su ejército hasta llegar a su flanco derecho, donde habia situado un gran contingente de caballería. El Señor de Invernalia parecía haber situado a sus norteños en el centro, mientras que en la derecha se situaba su caballería; sin embargo fue en el flanco izquierdo del enemigo donde vio la primera de las sorpresas que el Joven Lobo le habia preparado: junto a los estandartes y soldados de las Tierras de los Ríos habia tropas de Dorne. Al parecer los Martell habían decidido entrar en la guerra, a pesar de su acuerdo con los Lannister y los Baratheon con respecto al matrimonio de Myrcella. Tywin imagino que sería Oberyn Martell el instigador de esta traición, y si el hermano de Doran Martell pretendía acabar con los Lannister habia elegido apoyar al caballo perdedor, pues a pesar del apoyo dorniense, el ejercito Stark no superaba los 40.000 hombres según los exploradores.
Tywin decidió no variar su plan por unos miles de dornienses y dio orden de que los distintos cuerpos del ejército avanzaran: rápidamente la infantería del Dominio liderada por Tyrell y Tarly marcharon sobre el centro enemigo, al igual que Kevan dirigiendo las fuerzas de las Tierras de la Corona y las Tierras de Tormenta avanzo sobre las fuerzas ribereñas y dornienses que luchaban bajo la bandera del Huargo.
Sin embargo su plan no continúo como esperaba pues antes de que Jaime y la caballería del Dominio se lanzaran contra el flanco derecho enemigo, la caballería de Stark se lanzo hacia el Oeste y comenzó a cabalgar, como si pretendieran abandonar el campo de batalla.
Rápidamente el propio Jaime llego hasta la retaguardia, desde donde la Mano del Rey lideraba el ejército realista.
-padre, cuales son las ordenes. ¿Persigo a Stark?
Tywin miro a su hijo primogénito, ambos habían acordado que cuando acabara la guerra, este renunciara a la Guardia Real, pero aun era el Lord Comandante y como tal llevaba su armadura blanca, con el mandoble de acero valyrio Hielo, que perteneció a Ned Stark, atado a la espalda.
-toma toda tu caballería y carga contra Stark, acaba con sus jinetes y luego regresa al centro y si es posible trae la cabeza del chico clavada en una lanza.
Jaime asintió y se lanzo al medio galope. Poco después los jinetes realistas se lanzaron en persecución de la caballería Stark. El Joven Lobo se habia equivocado, situar todo un flanco con tropas de caballería, cuando te enfrentas un ejército numéricamente superior le impedía montar una defensa estática que pudiera resistir las acometidas del enemigo. Jaime aplastaría a la caballería enemiga y se lanzaría contra el resto del ejército, la visión de miles de jinetes abalanzándose contra ellos haría flaquear a los soldados a pie, y si la cabeza de su rey estaba en una pica, el ejército enemigo se derretiría como la nieve en verano.
Después de ver como sus jinetes marchaban Tywin se volvió a fijar en el centro enemigo. Al parecer los norteños habían formado en falange, con picas largas y escudos y los arqueros enemigos lanzaban flechas. Pero a Tywin no le preocupaban ni las picas ni las flechas enemigas, Randyll Tarly se encargaría de someter esa resistencia. La confianza del Señor de Roca Casterly era absoluta pero entonces oyó un sonido conocido y vio como bolas de fuego caían sobre la infantería del Dominio. Catapultas, Stark habia vuelto a usar esa carta, pero esta vez los números del ejercito realista serian imposibles de detener. Robb Stark estaba jugando sus cartas, pero era el Guardián del Oeste quien tenía la mano ganadora.
Dacey.
Las palabras de Robb le habían quitado el miedo del cuerpo. Ella, al igual que los demás señores y al igual que todos los soldados que lucharían bajo el estandarte de Invernalia, pensaba que el plan de atacar al ejército realista era una absoluta locura. Siempre habían creído en Robb, pues cada vez que mostraban incredulidad por algún plan que el rey les habia expuesto, este siempre se habia cumplido. Sin embargo ahora, la superioridad enemiga era tal que habia muchas dudas.
La arenga del rey lo habia cambiado todo. Los soldados vitoreaban, rugían, chocaban los escudos con sus armas, creando un grito de guerra universal que se extendió por todo el ejercito Stark.
Ahora se encontraban siguiendo el plan de Robb. A medio galope se dirigían hacia el este desde su posición inicial. Los caballos iban a un ritmo rápido pero pausado, debían ocultar una de las armas secretas de Robb: los quinientos lacustres que bajo el mando de Reed apoyarían a ribereños y dornienses para enfrentar y si los dioses asi lo decidían, derrotar a la caballería enemiga.
Solo esperaba que la infantería norteña en el centro, y los ribereños y dornienses en el flanco izquierdo consiguieran resistir el tiempo suficiente, pues de nada valdría que la caballería enemigo y la retaguardia de Tywin Lannister cayeran ante nuestros jinetes, si el resto de nuestras huestes eran destruidas.
Robb cabalgaba al frente, mirando a los lados, seguramente vigilando lo que todos ya habíamos visto: la caballería realista se acercaba, parecía estar galopando a medio galope igual que nosotros, siguiéndonos el rastro, aunque eventualmente nos alcanzarían, aunque Robb eso ya lo habia planeado. Solo tenían que seguir con sus órdenes.
Dacey empuñaba su lanza y llevaba su maza de combate y se juro a si misma que cada uno de los soldados que cayeran hoy a sus manos serian un homenaje a su madre. Lady Maege Mormont habia caído en las Colinas Doradas, pero hoy su espíritu estaba en todos y cada uno de los hombres de la Isla del Oso del campo de batalla. Su madre acabaría estando orgullosa de ella, cuando junto a su rey tomara la cabeza del gran León de Lannister.
Robb alzo la mano, se acercaba el momento, no sabía cuánto tiempo llevaban cabalgando, pero sin duda Dacey se agito en su silla, estaba ansiosa, era hora de derramar sangre sureña.
Kevan.
Sus órdenes estaban claras. Debía quebrar el flanco izquierdo del enemigo y conseguir rodear a las fuerzas que ocupaban el centro Stark. Kevan se sorprendió cuando junto a los estandartes de los Señores del Tridente vio estandartes de algunas casas de Dorne, destacando el sol y la lanza de los Martell. Sin duda Oberyn Martell habia conseguido convencer a su hermano de romper el acuerdo que Tyrion firmo. Un pensamiento fugaz le recorrió la mente, esperaba que Myrcella estuviera a salvo, pero rápidamente el sonido de los cuernos enemigos y aliados le despertó. Los señores de las Tierras de Corona y los Señores de las Tierras de Tormenta alzaron sus espadas a medida que sus hombres se acercaban al enemigo.
Una lluvia de flechas provenientes de los arqueros enemigos sesgo la vida de cientos de hombres. Kevan alzo su espada y los arqueros que le acompañaban descargaron una andanada. Sus hombres se movían lentamente, a paso firme pero seguro, con los escudos alzados para evitar las flechas. Sin embargo el enemigo desvelo una de sus armas secretas: catapultas, varias bolas de fuego se lanzaron sobre las fuerzas que Kevan comandaba. Los señores le miraron y rápidamente vio que no tenía otra opción que cargar.
La idea no le agradaba, el enemigo habia formado en falange, con picas y escudos en primera, segunda y quizás hasta la tercera línea, pero no podían quedarse parados, pues serian masacrados por las flechas y catapultas enemigas.
Kevan alzo su espada y sus hombres comenzaron a cargar contra las picas ribereñas y lanzas dornienses.
A decir verdad el segundo hijo de Tytos Lannister se encontraba algo contrariado por dirigir a los hombres de las Tierras de la Corona y las Tierras de Tormenta. Kevan no dudaba de su hermano y siempre seguiría sus órdenes, pero desconfiaba de los señores y soldados que luchaban bajo su mando. Muchos habían servido a Stannis Baratheon y solo el poder de Tywin Lannister y su alianza con Tyrell les habia puesto de rodillas. Si la suerte de la batalla les era adversa dudaba que los soldados que comandaba y sus propios señores se mantuvieran firmes.
Pero Kevan confió algo mas cuando los soldados cargaron con arrojo frente a las picas y lanzas enemigas. Sin embargo le sorprendió la entereza y resistencia que estaban mostrando los soldados ribereños. Desde su caballo vio al hombre que dirigía a las huestes enemigas en aquel flanco: era el Pez Negro, Ser Brynden Tully.
Kevan torció el gesto. La leyenda de Ser Brynden era muy conocida y no pocos señores habían afirmado que las victorias del Joven Lobo se debían únicamente a que el Pez Negro era su principal comandante. Kevan lo dudaba, el chico tenía muy buena cabeza para la guerra, pero sin duda el anciano Tully era un hombre a temer.
En cuanto lo vio supo que la tarea que le habían ordenado llevar a cabo seria mucho más difícil de lo que esperaba.
Jaime.
Su caballo galopaba de manera vigorosa. Jaime portaba su armadura blanca, por última vez quizás, pero sin duda hoy no estaba luchando como Guardia Real, a pesar que ser el Lord Comandante le habia permitido comandar toda la caballería del Dominio por delante de señores como Mathis Rowan. Pero en realidad su corazón rugía como un León por vengar todas y cada una de las afrentas que el muchacho Stark le habia causado a su familia. Esta guerra se habia llevado por delante a Joffrey, su relación con Cersei y su propio orgullo. Hoy se pagarían las deudas, hoy Jaime haría honor al dicho "Un Lannister siempre paga sus deudas".
La lanza en ristre, el mandoble de Ned Stark en su espalda, todo estaba listo para la batalla. Su caballería, los mejores jinetes acorazados y caballeros del Dominio le seguían para alcanzar a la caballería de Robb Stark. El movimiento del joven norteño habia descuadrado la estrategia inicial de su padre, pero este le habia ordenado alcanzar al chico, matarlo y destruir a su hueste montada y eso haría.
Le sorprendió ver estandartes dornienses entre las fuerzas de Stark. A Jaime nunca se le dio bien la heráldica, pero conocía el emblema de la lanza y el sol de los Martell. Sin duda su padre no estaría nada contento pues Doran Martell habia comprometido a su hijo con la hermana del rey y se habia aliado con su familia. Todo Poniente sabe cómo se toma la traición el Señor de Roca Casterly y sin duda los Martell lo descubrirían bien pronto.
En ese momento la caballería enemiga acelero la marcha y Jaime dio órdenes de hacer otro tanto. Sus jinetes comenzaron a galopar para alcanzar a las fuerzas Stark, pero algo le decía que estuviera alerta. El Joven Lobo habia demostrado ser muy hábil a la hora de dirigir su caballería, ya le habia engañado en el Bosque Susurrante sin embargo Jaime habia aprendido de sus errores y no se lo permitiría.
Ya podía oler el repugnante olor a norteño, sus fuerzas estaban a punto entrar en contacto con las huestes enemigas y entonces reconoció a su enemigo. Stark vestía su armadura, pero sin yelmo, con su corona sobre su cabellera y solo armado con lanza y no con escudo. Jaime sonrió, le entregaría a su padre la corona del Rey en el Norte cuando le cortara la cabeza.
Sin embargo algo raro paso, los jinetes con estandartes ribereños, liderados por un caballero con el emblema de los Tully, asi como los dornienses, aceleraron la marcha y se dirigían de frente contra la caballería de Jaime. Era raro, porque la mitad de su fuerza enemiga se adelantaba, ¿acaso Robb Stark habia perdido el control de su ejército? Entonces lo vio, vio como el Joven Lobo alzo la lanza y en un instante cambio de dirección. Jaime se freno, al igual que sus jinetes, para ver como los estandartes norteños seguían a su rey que parecía volver al campo de batalla. Cuando Jaime iba a dar orden de perseguirle un cuerno de batalla sonó tan fuerte que le hizo olvidar sus pensamientos y acto seguido vio como miles de jinetes y cientos de hombres a pie armados con espadas cortas, lanzas y hachas se lanzaba contra su caballería.
Jaime tomo su lanza y se lanzo contra el enemigo, pero era inútil, su caballería habia sido atacada por sorpresa, nadie esperaba ese movimiento y entonces las fuerzas que dirigía se vieron obligadas a enfrentarse a los hombres que le atacaban. Jaime solo pudo mirar como miles de jinetes norteños seguían a Robb Stark de regreso al campo de batalla. Algo iba mal, esto no era normal, pero Jaime no tuvo tiempo de pensar en ello cuando su primer enemigo se le puso enfrente.
Ya tendría tiempo de alcanzar a Stark, primero acabaría con sus hombres…
Tytos.
Sus hombres se encontraban justo detrás de las fuerzas norteñas que ocupaban el centro del ejercito Stark. El plan de rey le parecía una locura. Al igual que la mayoría de los señores, incluidos los beligerantes norteños, opinaba que debían establecer un frente defensivo en Harrenhal y desangrar a los Lannister y los Tyrell. Pero el rey habia rechazado todos los consejos y tenía claro que debían lanzar un ataque, presentar batalla y eso estaban haciendo.
Los arqueros liderados por Lord Blackwood y su hijo no dejaban de lanzar flechas contra los soldados realistas, las dos docenas de catapultas escupían fuego sobre el enemigo pero a pesar de todo, el gran número de soldados que controlaba Tywin Lannister no parecía descender. Los norteños, con el fiero Lord Umber al frente estaban aguantando, haciendo sangrar a las fuerzas realistas.
A decir verdad, la estrategia del rey era audaz, y habia elegido buenos comandantes para llevarlo a cabo. El Gran Jon jamás se retiraría y sus picas, lanzas y espadas estaban sosteniendo el frente. Blackwood miro alrededor, observando el campo de batalla, y esperaba que también Ser Brynden estuviera aguantando el envite del enemigo.
Los norteños eran formidables, no es que los ribereños no fueran buenos guerreros, pero sin duda el arrojo y la fortaleza que estaban mostrando las compañías de norteños que combatían en el centro era impresionante. El rey Robb habia dividido sus tropas por compañías, bien armadas, bien entrenadas y con la moral alta a pesar del gran numero de sus enemigos. Sin embargo sabía que no aguantarían para siempre.
Justo detrás de las líneas norteñas, en la parte derecha del centro, se encontraban los 500 hombres de las montañas norteñas, comandadas por Lord Norrey, quien parecía ansioso, era un hombre inmenso y dudaba que pudiera aguantar, pero esos hombres se mantenían firme, cuando el cuerno real sonara, debían lanzarse en apoyo de la caballería norteña que atacase la retaguardia enemiga. Robb Stark sabía que era imposible rodear al ejército asi que habia decidido efectuar una maniobra de flanqueo para asaltar al líder del ejército realista: Tywin Lannister.
Tytos miro hacia la derecha, una gran nube de polvo se vislumbraba a lo lejos, pero no sabía distinguir si era el Joven Lobo regresando con sus fuerzas o bien era el combate entre las fuerzas de caballería de ambos ejércitos.
Cuando Tytos repuso su carcaj de flechas y comenzó a apuntar un aullido sonó en la lejanía, la nube de polvo se acercaba y en ese momento un cuerno de guerra norteño sonó.
AUUUUUUUUUU
Inmediatamente los hombres de Norrey se pusieron en marcha. Parecía que la primera parte del plan del Rey habia salido como el mismo esperaba, ahora solo faltara que Robb Stark tuviera razón una vez más y pudiera llevar a término su táctica. Si lo conseguía, el Señor del Árbol de Cuervos tendría que empezar a opinar, al igual que hacían los soldados comunes, que el Joven Lobo estaba bendecido por los Antiguos Dioses.
Robb.
La primera parte del plan habia salido bien, solo esperaba que la infantería estuviera resistiendo las acometidas del enemigo.
Tal y como esperaba, Tywin habia actuado como imaginaba. En cuanto la caballería Stark comenzó su movimiento, los jinetes situados enfrente se lanzaron en su persecución. Una vez más Tywin Lannister le daba ventaja. Sin embargo le preocupaban el número de soldados que habia reunido su rival, pero debía confiar en sus hombres.
El nombramiento de Edmure como comandante de los jinetes ribereños y dornienses habia sido obligado a causa de que necesitaba al Pez Negro con la infantería en el Flanco izquierdo para que este aguantase, sin embargo Ser Brynden le dijo que confiara en Edmure, pues este habia aprendido a ser mejor comandante aunque mantenía su arrojo y audacia algo temeraria.
Cuando Robb hizo la señal clave para que la caballería se dividiera, pudo ver el rostro de Edmure lleno de confianza, pudo ver a su tío alzar la lanza y junto a Reed, los lacustres, los jinetes ribereños y dornienses cargaron contra las fuerzas de caballería que bajo el mando del Matarreyes le habían alcanzado.
Robb sonrió cuando vio a sus fuerzas chocar con el enemigo mientras él con sus jinetes norteños marchaba de regreso al campo de batalla. La primera maniobra habia salido como esperaba.
A medida que se acercaban al campo de batalla principal los gritos de muerte, lucha y el olor de la sangre comenzaron a imbuir a Robb, este era su elemento, cargar contra el enemigo, con sus soldados detrás de él. Viento Gris corría a su lado, sin duda igual de ansioso, deseando poder comer algunos leones y pisotear algunas rosas.
Por fin el polvo se iba apartando y pudo ver el campo de batalla a medida que su corcel continuaba galopando. Con un rápido vistazo, que en realidad parecía sosegado, pudo comprobar que sus líneas de infantería resitúan tanto en el centro como en el flanco izquierdo. Sus catapultas y arqueros continuaban lanzando proyectiles contra los soldados enemigos. Sin embargo Robb sabía que sus fuerzas no aguantarían mucho más tiempo y le dio la señal al pequeño Jon de que tocara el cuerno a vez que Viento Gris alzaba el hocico y aullaba. Era un aullido de venganza, de justicia, un aullido que llevaría el invierno a Tywin Lannister.
Su plan habia funcionado, la retaguardia enemiga se encontraba frente a él y rápidamente los hombres de Norrey le alcanzaron. Sabía que Lannister mantendría bastantes hombres en reservas, seguramente más de los que Robb usaría para su ataque frontal, pero en todas su batallas habia luchado en inferioridad y siempre habia vencido. Robb estaba seguro de que en esta ocasión ocurriría lo mismo.
AUUUUUUUUUUUUU
Los hombres de la retaguardia, todos ellos soldados Lannister del Oeste, cargaron contra sus fuerzas. Robb incito a sus jinetes.
-¡Vamos Norteños, por que os rezagáis!
Los caballos tomaron velocidad de carga y los jinetes colocaban sus lanzas en ristre. Viento Gris gruñía y aullaba. Robb alzo la lanza para indicarles a sus hombres que avanzaran.
-¡Vamos Norteños, cabalgad, cabalgad!
Robb, en primera línea, fue de los primeros en chocar con los soldados enemigos. El choque fue brutal, pero el Rey en el Norte consiguió mantenerse sobre su montura, su guardia personal le rodeaba mientras que Robb, con su lanza, atravesaba cuantos hombres se le ponían por delante. La sangre fluía por sus venas, la vida estaba dentro de su cuerpo y se sentía invencible.
Los soldados norteños parecían salidos del mismísimo infierno, o eso imaginaba Robb que estaba pensando los Lannister, pues supuestamente su caballería debería estar dando cuenta de nosotros. Poco a poco el empuje norteño fue erosionando la capacidad de lucha de sus enemigos que comenzaron a retroceder. Robb espoleo a su caballo para continuar adelante y por fin vio lo que esperaba. Apenas a trescientos pasos, se encontraba Tywin Lannister, con su armadura dorada, con el estandarte del niño-rey y el emblema de Roca Casterly.
Robb estaba lleno de furia. Tywin Lannister habia conseguido que sus vasallos se volvieran contra él, habia conspirado para matarle en una boda y buscado la ruina de su familia. El esperaba que Robb fuera como Aerys Targaryen, como los Reyne y los Tarberck, pero él le iba a demostrar cuan errado estaba.
Sin embargo sus jinetes se detuvieron, los caballos relincharon, incluso el semental que Robb montaba se habia detenido. El motivo: una inmensa pared de escudos y lanzas se interponían entre ellos y la Mano del Rey Tommen. Una muralla de acero y roble que parecía impenetrable.
Jon Umber, el pequeño, se puso a su lado y ofreció su opinión.
-los caballos no quieren avanzar, descabalguemos.
Robb lo sopeso un segundo. A esa corta distancia no conseguirían alcanzar la velocidad necesaria para romper esa defensa. Pero a pie perdían su ventaja. Negó con su cabeza.
Robb, que ya habia perdido su lanza, alzo su espada hacia el estandarte del enemigo, hacia el hombre que dirigía el ejercito realista.
Su caballo también parecía dudar, al igual que Viento Gris, quien se habia detenido junto a Robb, quien acaricio el lomo de su caballo, para darle algo de cariño. Era un buen animal y lo necesitaba para romper esa muralla. Miro a sus amigos, miro a su compañero más fiel, el Huargo que ya tenía el hocico ensangrentado, producto de su fiereza en el combate. Por un momento el Huargo parecía asentir, era como si le hubiera leído el pensamiento.
Robb se dio la vuelta y miro a sus hombres.
-No es algo grande, vivir con valor y morir consiguiendo la libertad de nuestro pueblo. Vamos Norteños, ¿Por qué os retiráis? ¿Queréis vivir eternamente?
Robb se adelanto, alzo su espada y grito con todas sus fuerzas.
-por los dioses, por Ned Stark. ¡ATACAD!
Robb espoleo su caballo y Viento Gris alzo el hocico y aulló una vez más. Seguro Tywin Lannister le estaba mirando y el demostraría lo que podía conseguir una persona determinada a acabar con su maldito legado y su odiosa familia.
El semental de guerra comenzó a avanzar y Robb, únicamente seguido de Viento Gris se lanzo contra el muro de escudos del enemigo. No permitiría que nades ni nadie evitara que el hoy, en este lugar, pusiera fin a la Guerra de los Cinco Reyes.
Bueno chicos. Espero les haya gustado. Próximamente veremos el próximo capítulo con la conclusión de esta batalla. ¿Saldra bien el plan de Robb? ¿Conseguirá Tywin acabar con el Joven Lobo?
