Buenas noches a todos. Aquí les traigo la conclusión de la batalla final entre el Gran león de Lannister y el Joven Lobo. Espero que les guste y espero que no se enfaden si no ocurre lo que esperaban.
Como siempre espero sus impresiones en los comentarios.
La Batalla del Ojo de Dioses II.
Jaime.
Algo no estaba marchando como debiera. Los jinetes ribereños y dornienses habían conseguido paralizar la caballería del Dominio, vio como Lord Rowan caía herido de su caballo a causa de un lanzado de Edmure Tully. Ademas los hombres a pie que acompañaban al enemigo estaban matando los caballos de sus hombres y poco a poco las fuerzas de Jaime comenzaban a retroceder. A pesar de que Jaime hacia volar el mandoble de acero valyrio de Ned Stark entre sus manos acabando con los incautos que se ponían delante suya, no podía dejar de pensar que algo estaba mal, muy mal. Porque Stark habia regresado al campo de batalla, porque habia abandonado a sus aliados.
Entonces Jaime cayó en la cuenta. Al igual que en el inicio de la guerra, Robb Stark habia conseguido engañarlos: entonces el chico habia atacado a Jaime cuando parecía que se enfrentaría a su padre; en esta batalla lo habia hecho al revés y a buen seguro se lanzaría contra la retaguardia del ejercito realista, contra su padre. Tenía que evitarlo.
Miro a un caballero de la casa Fossoway.
-toma el mando de la hueste, yo perseguiré a Stark.
Apenas una docena de jinetes le siguieron, mientras que el resto seguían combatiendo o le miraban estupefactos. Podría parecer que el Lord Comandante de la Guardia Real abandonaba el campo de batalla, pero ahora mismo a Jaime Lannister le importaba muy poco lo que los pomposos caballeros del Dominio pensaran. Ellos tenían una misión: acabar con los jinetes e infantes que se le enfrentaban y por su número lo conseguirían, no necesitaban un hombre que les dirigiera, era una tarea fácil.
Jaime espoleo su caballo, dirigiendo su corcel hacia la retaguardia realista. Su padre estaba en peligro, el plan no habia funcionado, aunque Jaime no sabía cómo estaban yendo las cosas en el resto de los frentes, pero la estrategia de Stark parecía que buscaba la victoria total y que mayor victoria podría conseguir el Joven Lobo que decapitar al ejército enemigo matando a la Mano del Rey, matando a Tywin Lannister.
Cuando consiguió llegar al campo de batalla, ni siquiera se fijo en lo que ocurría a su alrededor, solo busco al Joven Lobo y lo encontró lanzándose contra un muro de escudos y lanzas que los soldados de la retaguardia habían formado en torno a su padre.
Jaime se quedo paralizado cuando vio lo que ocurría. Parecía que los jinetes norteños, que también estaban acompañados de cientos de infantes, se habían detenido ante la última línea de defensa que protegía al Señor de Roca Casterly, pero entonces Stark se adelanto y tras pronunciar unas palabras que Jaime no alcanzo a oír, se lanzo junto a su bestia salvaje contra las líneas Lannister, solo acompañado por su Huargo y su espada.
Ante la mirada de cientos de pares de ojos, Robb Stark penetro en la formación Lannister y consiguió romper el muro de escudos que los mejores hombres del Oeste habían formado. Robb Stark lanzaba tajos a diestro y siniestro y acababa con un soldado tras otro. Jaime vio a su padre, pero este no reparo en el, estaba concentrado, pero el Lord Comandante de la Guardia Real no dejaba de preguntarse por que la Mano del Rey no buscaba refugio en un lugar más seguro.
Jaime espoleo su caballo, mataría a Robb Stark, decapitaría a su lobo y acabaría con esta guerra. Empuñando Hielo se lanzo contra el norteño, que habia quedado aislado de sus preciados salvajes que decían ser hombres. Jaime lo cogería por sorpresa, pero justo antes de chocar con su enemigo, este giro brevemente la cabeza y alzo la espada, lo suficiente para que el golpe de Jaime se desviara y únicamente rozase el rostro del llamado Rey en el Norte, el cual cayó de su caballo a causa de la colisión.
Justo en ese momento algo pareció encenderse en el corazón de los jinetes norteños, pues con un rugido ensordecedor se lanzaron en pos de su rey, el cual ya se encontraba protegido por su bestia.
Justo cuando Jaime iba a dar el golpe de gracia al animal salvaje y rematar al Joven Lobo, un rugido le previno y rápidamente Jaime sintió como un golpe seco y fuerte y salto por los aires desde su caballo. Algo le habia golpeado, pero no sabía quien habia sido, ni tuvo tiempo de pararse a mirar, pues rápidamente se vio rodeado de norteños, con un emblema de un sol blanco en sus armaduras y escudos. Empuño su espada, primero mataría a estos perros y luego a su líder.
Dacey.
Dacey solo pudo observar atónita como su rey, su amigo, cargaba, solo, únicamente acompañado de Viento Gris, contra más de mil hombres fuertemente pertrechados. Al igual que el resto de la caballería norteña, asistió enmudecida a las acciones del Joven Lobo que parecía tocado por los Antiguos Dioses, con su Huargo rugiendo a su lado, mientras quebraban la formación enemiga. Robb soltaba tajos con su espada, pero en un instante, un jinete con su armadura blanca ataco a Robb y gracias a los dioses, este consiguió subir su espada lo suficiente para desviar el golpe, sino hubiera perdido la cabeza.
Sin embargo el Joven Lobo cayó al suelo, mientras su caballo salía despedido y su Huargo saltaba a defenderlo. La caída del rey espoleo a los norteños y Dacey fue una de las voces que más se oyeron en el fragor de la batalla.
-¡El Rey ha caído! ¡Ayudad al Rey!
Rápidamente los miles de jinetes norteños, junto con los hombres de los clanes penetraron por la brecha que Robb habia abierto. Dacey sabía bien contra quien iba a dirigirse en primer lugar, el caballero blanco que habia descabalgado a su rey y que ahora se preparaba para dar el golpe de gracia. Con un certero y fuerte golpe de su maza de combate, Dacey consiguió evitar el golpe y se agacho, rodeada por sus hombres, para ver a Robb.
-¡Robb! ¿Estas bien?
Robb se levanto, su corona habia desaparecido y su rostro estaba lleno de sangre, en el lado derecho de su cabeza una cicatriz recorría su rostro desde la frente hasta el mentón. La espada del jinete blanco debía ser de acero valyrio pues la propia espada del rey se habia quebrado. Robb se puso en pie, y sin importar la herida tomo la espada de un muerto y se dispuso a lanzarse al combate. Pero tanto Dacey como el Pequeño Jon se pusieron enfrente.
-Robb no puedes luchar, mírate, estas herido, debes volver al campamento.
Robb se revolvió y miro a ambos a los ojos. nunca habia tenido miedo de Robb, pero en estos instantes, cuando vio los ojos de su amigo, vio algo que era imparable, no solo era determinación u odio contra los Lannister, era sed de sangre.
Recordó en ese momento, una fugaz conversación que tuvo con su madre, sobre la llamada Sangre de Lobo. Quizás el Rey en el Norte se parecía más a su tío Brandon que a su propio padre.
Con una sola mirada, ambos norteños dejaron que su rey se lanzara al combate y rápidamente se dirigió contra el caballero blanco que le habia descabalgado. El hombre habia perdido el yelmo y todo el mundo le reconoció: era Jaime Lannister, el Matarreyes, que se encontraba luchando contra varios norteños. Dacey sabía que era una mala idea que su rey se lanzara al combate contra Lannister por lo que se preparo para intervenir, pero no fue necesario…
Dos hombres se situaron frente al Matarreyes, un hombre con el pelo cano, con una espada larga y un escudo y a su lado un joven fornido, con barba fiera y un hacha de doble filo empuñada. Eran los Karstark.
Robb se puso en medio de ambos Karstark y los tres comenzaron a luchar contra Jaime Lannister. Dacey empuño su arma y se lanzo contra los hombres que intentaban proteger al amado hijo de Tywin Lannister. No iba a permitir que nadie se interpusiera entre su rey y sus amigos y la venganza.
Robb.
Robb se sentía débil, sin duda la herida de su cabeza le debilitaba, pero no podía permitirse caer, no podía retirarse de la batalla, ni abandonar a sus hombres, aunque fueran estos quienes se le pidieran.
Cuando vio que habia sido el mismo Jaime Lannister el que le habia descabalgado y herido decidió tomar una espada de un caído y lanzarse contra el Matarreyes. Junto a él se pusieron Lord Karstark y Harrion, armados hasta los dientes y con ganas de venganza. Robb asintió a ambos hombres. Sabía que los iba a necesitar si quería vencer a Ser Jaime.
Que tonto, pensó Robb, habia dejado su hueste sin líder por alcanzar a Robb y aunque estuvo cerca de conseguir su objetivo, Jaime Lannister iba a descubrir cuán difícil era acabar con los Stark de Invernalia.
El Matarreyes, cuando lo reconoció sonrió, con su petulante sonrisa.
-ves lo que tengo Stark, me lo dio tu padre jajajajaj
El Lannister se burlaba pero Robb no entendía sus palabras hasta que reparo en su espada: era el mandoble Hielo, de acero valyrio, el arma ancestral de su familia, la espada de su padre.
Robb rugió y se lanzo al combate. Lannister consiguió parar el golpe fácilmente, pero tuvo que desviar su a buen seguro ataque contra Robb para defenderse de Rickard y luego de Harrion. El combate seria a la ofensiva para los norteños, mientras que el Lannister debería buscar su ocasión para acabar con el trió que le habia cercado.
Siempre habia oído hablar de la mortífera habilidad de Jaime Lannister para el combate. En el Bosque Susurrante habia conseguido acabar con una docena de hombres, incluidos varios miembros de la guardia de Robb, con relativa facilidad. Pero ahora habia algo que habia cambiado y Robb sabía que era: Jaime estaba acostumbrado a luchar con una espada larga, no con un mandoble y ademas tanto Lord Karstark como Harrion como el propio Robb estaban llenos de ira, de venganza y juntos formaban un equipo mucho más difícil de vencer de lo que podía parecer.
Sin embargo Robb se debilitaba y eso fue aprovechado por Jaime para herirle en la pierna, Robb hinco una rodilla en tierra, este sería su fin, al menos esperaba que Jon salvara el Norte y que sus hermanas consiguieran la libertad algún día. Sin embargo el golpe final no llego por que Rickard Karstark puso su escudo entre Hielo y su rey. El Señor de Bastión Kar se lanzo contra el Matarreyes con furia, parecía que el león retrocedía ante el Sol del Invierno pero en una abertura, la única que Rickard concedió, Jaime consiguió atravesar el hombro derecho de Lord Karstark.
Robb que aun no habia conseguido levantarse vio como el Matarreyes alzaba la espada de su padre para acabar con el hombre al que el Joven Lobo habia prometido venganza. Sin embargo Harrion apareció y de un certero y formidable golpe consiguió desarmar al Lord Comandante de la Guardia Real de Tommen I.
Robb se levanto, dispuesto a continuar la batalla pero se dio cuenta de que ahora era el Matarreyes el que estaba en el suelo, vio la espada de Ned Stark en el suelo y a Jaime agarrándose la mano derecha, o mejor dicho su brazo, del que emanaba mucha sangre. Harrion no habia desarmado al Lannister, le habia cortado la mano derecha, su mano de espada, aquello que mejor definía al Joven León. Cuando el heredero de Bastión Kar se dispuso a dar el golpe de gracia un grupo de caballeros llego y consiguió poner a salvo a Ser Jaime, al que sacaron de la refriega.
Robb decidió no seguirles, y en vez de eso se acerco a Rickard Karstark.
-Gracias Lord Karstark, me habéis salvado la vida.
El anciano, herido, pero aun con vida sonrió.
-os jure lealtad muchacho y nunca he incumplido un juramento.
Robb miro a Harrion.
-llévatelo de aquí, llévalo al campamento-luego volvió a mirar a Karstark que parecía negar- obedecedme mi señor, os necesito en forma para cuando haya que conquistar Desembarco del Rey.
Mientras los dos Karstark se retiraban con media docena de hombres, Robb pudo observar que la retaguardia realista estaba completamente desbarajustada, los norteños estaban acabando con los soldados del Oeste y entonces Robb vio como un hombre se le enfrentaba. Era el. Era Tywin Lannister.
Tywin.
La batalla iba según sus planes, aunque ciertamente, las tropas Stark estaban mostrando una resistencia mucho mayor de lo que habría esperado. Parecía que Tarly y su hermano aun tenían problemas para domeñar a las fuerzas de infantería que el Joven Lobo. Cuando vio las catapultas y sus efectos supo que sería más difícil, pero tras horas de batalla el frente apenas habia avanzado. Tywin decidió que en cuanto Jaime regresara de acabar con la caballería enemiga, lanzaría sus huestes contra la retaguardia norteña y asi acabarían con esta batalla y la guerra de una vez por todas.
Sin embargo la caballería que regreso al campo de batalla no era la del Dominio, eran norteños, dirigidos por el Joven Lobo, siempre reconocible con su corona y su Huargo a su lado. Tywin ordeno cargar a la mayor parte de sus hombres, salvo la última línea de defensa, sus mejores hombres. Los norteños y sus hombres se batían con fiereza pero parecía que la repentina aparición de la caballería enemiga habia enfriado los ánimos y entumecidos los brazos de sus soldados que empezaron a verse superados. Su última línea hubo de formar un frente infranqueable que detuvo a la caballería norteña, pero la pausa fue momentánea.
Haciendo honor a su condición de rey guerrero el Joven Lobo se lanzo solo, a la desesperada contra las fuerzas de Tywin y para sorpresa, de todos, tanto de enemigos como amigos, el chico Stark consiguió romper sus líneas. Fue entonces cuando Jaime regreso al campo de batalla y consiguió descabalgar a Robb Stark.
Tywin sonrió, seguramente la caballería del Dominio estaba de regreso y acabarían con los hombres de Stark. Pero entonces Tywin tembló de ira al ver que su hijo estaba solo, que no le seguía ninguna hueste. Seguramente habia abandonado sus fuerzas en pos de la cabeza del chico Stark. Incauto repitió Tywin para sí, Jaime habia dejado sus hombres y solo los dioses sabían que pasaría con toda la caballería del Dominio.
Las sorpresas, las desagradables, no dejaron de llevar en los instantes posteriores. Tywin asistió a ver como su hijo era vencido por un trió de asquerosos y mugrientos norteños. No podía creerlo. Gracias a los dioses, Adam Marbrand consiguió ponerlo a salvo.
Tywin desmonto y desenvaino su espada. A decir verdad le gustaría creer que aun habia posibilidad de victoria, pero no era asi, no a menos que Robb Stark muriera. Tarly, Tyrell, Kevan, Jaime, todos le habían fallado. La infantería Stark seguía en pie, resistiendo, la caballería enemiga habia conseguido flanquearlos y atacar su retaguardia y ahora se encontraba haciendo algo que jamás habia esperado volver a hacer: entrar en combate personalmente.
A pesar de su edad, Tywin aun conservaba algo de su habilidad como espadachín aunque nunca estaría a la altura de Jaime o de un Robb Stark en plena forma, pero por lo que podía observar a medida que se acercaba el chico estaba herido, tanto en el rostro como en la pierna. Habia recuperado la espada ancestral de su casa, pero parecía que no podía empuñarla correctamente. Tywin se aprovecharía de ello y haría lo que tenía que haber hecho hace tiempo.
De joven aprendió que si quería que las cosas se hicieran correctamente tenía que hacerlas el mismo y eso haría.
-Lord Stark, vuestro reino ha acabado.
El chico sonrió, una sonrisa que helo el corazón de Tywin, aunque también podía ser por la presencia de la bestia que lo acompañaba.
-os equivocáis Tywin, hoy será vuestro legado el que acabe. Hoy pondré fin a vuestro orgullo.
Justo cuando los dos hombres que se habían estado enfrentando en una guerra por más de dos años, se disponían a comenzar el combate un jinete dorniense llego y desmonto. Se quito el yelmo y descubrió su rostro: era Oberyn Martell.
El Príncipe de Dorne se dirigió al Joven Lobo.
-alteza, con vuestro permiso, voy a tomar lo que me prometisteis.
El chico asintió y se aparto a un lado.
Oberyn Martell sonreía, como un niño que esperaba un premio largamente deseado.
-llego el momento de pagar las deudas Lannister. Hace veinte años matasteis a mi hermana y mis sobrinos. Hoy conseguiré mi venganza.
-si queréis creer que yo fui quien mato a Elia Martell allá vos. Pero os recuerdo que lucháis bajo el estandarte del hijo de uno de los principales líderes de la rebelión, el sobrino de la mujer por la que Rhaegar Targaryen abandono a vuestra hermana.
Oberyn Martell balanceo su lanza y apunto a Tywin.
-es cierto, pero Robb Stark me ha dado lo que siempre desee: venganza, justicia. Primero me entrego a la Montaña y ahora a vos.
La Montaña. Asi que asi fue como el Joven Lobo consiguió la amistad del descarriado Príncipe Oberyn…
-Primero tendréis que derrotarme Martell y recordad que un león tiene garras.
No hicieron falta más palabras. Oberyn Martell se lanzo con un rugido contra Tywin y el Señor de Roca Casterly contuvo la ofensiva, aunque a decir verdad sabía que estaba en graves aprietos. Oberyn Martell era muchas cosas y la más sobresaliente es que era considerado uno de los guerreros más peligrosos de Poniente. Pero el era un León, un Lannister de Roca Casterly, Mano de tres Reyes, el hombre que erradico a los últimos dragones, el hombre que habia establecido su casa como la más poderosa de los Siete Reinos.
La lucha pareció durar horas y cada pocas lanzadas, el dorniense conseguía herir al león. Tywin se debilitaba, demasiado pensaba, para las pocas heridas que estaba recibiendo. Sin embargo no se rindió y contraataco hasta conseguir hacer retroceder a Martell, consiguiendo quebrar su lanza, pero entonces Oberyn tomo su espada y reanudo el ataque. Y entonces ocurrió…
En una pugna ambos hombres se enzarzaron y cuando la defensa de Tywin quedo desprotegida por un segundo, el Príncipe de Dorne la aprovecho y enterró su espada en el abdomen del Guardián del Oeste. Tywin cayó de rodillas. Su armadura, perforada por la estocada, le pesaba. Era el final, al menos para él.
Oberyn se dispuso a dar el golpe final, pero una voz le detuvo. Era el Joven Lobo. Acaso el Rey en el Norte le quería con vida para mostrarlo como prisionero por los Siete Reinos. Pero una vez más, Tywin no adivinaba las intenciones de su rival.
Robb Stark se acerco cojeando y le tendió la espada de acero valyrio de Invernalia al Príncipe Oberyn.
-tomad la espada de mi padre, Príncipe Oberyn, y haced justicia por ella.
Oberyn Martell tomo la espada y se posiciono para dar el golpe final. Tywin alzo la vista y pudo ver sus fuerzas de la retaguardia en desbandando, y sabia que cuando el resto de tropas supiera de su muerte, los hombres huirían, los señores se rendirían y todo se habría perdido. Habia fracasado, un niño le habia vencido y habia destruido su legado.
-llego el momento de ir al infierno Tywin Lannister. –dijo el príncipe Oberyn, mientras alzaba la espada.
Los ojos de Tywin se cruzaron con los del Joven Lobo, cuya mirada estaba a la par triunfante y a la par llena de ira y rabia. Pero lo último que vio fue la sonrisa del norteño.
-y ahora las lluvias lloran en su salón…
Tywin agacho la cabeza. Todo habia acabado. Pero aun le quedaba un último pensamiento y no lo dirigió ni a su legado, ni a sus hijos, nietos, o familiares. Solo a una persona. Su Joanna, su mirada, su sonrisa…
El mandoble de Ned Stark bajo…
Y todo se volvió negro.
Robb.
Habia observado el duelo entre Oberyn y Tywin Lannister y desde el principio supo que habia conseguido su principal objetivo en la batalla. Aunque a decir verdad no lo creyó del todo hasta que vio como la cabeza del gran León de Lannister rodaba por el suelo.
Para entonces la caballería norteña y los hombres de Norrey habían arrasado a la retaguardia realista y comenzaba a chocar sus escudos con sus armas rugiendo por la victoria. Robb miro el cuerpo de Tywin Lannister, y luego miro a dos de sus hombres.
-ocupaos del cuerpo, pero no de la cabeza.
Miro a Oberyn Martell que parecía ensimismado. Seguramente habia esperado tanto tiempo esta muerte que ahora se habia paralizado.
-príncipe Oberyn. Tomad una lanza y clavad en ella la cabeza de Tywin Lannister. Es hora de nuestros enemigos la puedan observar.
En ese momento vieron como una fuerza de caballería se acercaba, eran las fuerzas de Edmure. Su tío parecía un feroz guerrero, lleno de sangre, pero sin duda vivo, enérgico.
-alteza, conseguimos poner en fuga a las fuerzas del Dominio, cuando el Matarreyes les abandono perdieron todo el ánimo guerrero que tenían. Conseguimos hacer muchos prisioneros, incluido a Lord Rowan. Los he dejado al cuidado de los dornienses….
Un mensajero interrumpió a su tío.
-alteza, tanto Ser Brynden como Lord Umber solicitan apoyos, han conseguido aguantar a las fuerzas que les atacaban, pero nuestros hombres están cansados.
Robb asintió y con la ayuda de sus hombres monto en un caballo, Viento Gris a su lado y el Príncipe Oberyn a su izquierda, con la cabeza de Tywin Lannister pinchada en una pica.
-Edmure ve a ayudar al Pez Negro, yo ayudare a los Norteños. Príncipe Oberyn, vos rodeareis a los hombres del enemigo y les haréis saber que el Gran Tywin Lannister está muerto. Asi todos se rendirán o huirán y la victoria será nuestra…
Los jinetes se pusieron en marcha y se lanzaron a atacar las espaldas de aquellos hombres que aun seguían combatiendo por el Rey Tommen sin saber que su líder habia perdido la cabeza.
Una hora después…
Todo habia salido a la perfección. Ni en sus mejores sueños Robb podía esperar una victoria tan contundente. La infantería habia sangrado a las fuerzas enemigas de sobremanera y el ataque final de la caballería norteña habia arrasado las líneas de los hombres del Dominio. La noticia de que Tywin Lannister habia muerto se habia extendido por el campo de batalla. Los norteños, ribereños y dornienses de a pie dejaron de resistir y comenzaron a avanzar, mientras que el ejercito realista se deshacía en cientos de grupos que o bien se rendían, o bien huían o caían ante las espadas del ejercito del Rey en el Norte.
Muchos hombres fueron tomados como prisioneros y tiraron sus armas, incluidos la mayoría de señores que combatían contra las fuerzas que Robb situó en el flanco izquierdo.
Habían pasado horas desde que comenzó la batalla y por fin habia terminado. La Batalla del Ojo de Dioses habia sido una victoria sin paliativos, decisiva a los ojos de Robb, de su ejército y de sus propios enemigos.
Miles de hombres, leales a los Stark y leales a Tommen I por igual miraron a Robb mientras este los observaba. Todos esperaban sus palabras. Sus guerreros le habían dado la mayor victoria en la mayor batalla que Poniente hubiera visto en su historia y era el momento de festejar.
Los hombres rugían, los escudos chocaban con las espadas.
-Hombres del Norte, del Tridente, de Dorne. Os dije hace horas que lo que hacíamos en la vida, tiene su eco en la eternidad, pues ahora os digo, pasaran miles de años, y aun se seguirá hablando de lo que juntos conseguimos en estas tierras. Tywin Lannister está muerto y ahora Desembarco del Rey y la victoria total están a nuestro alcance. ¡¿VENDRÉIS CONMIGO A TOMAR LA CIUDAD?!
No hizo falta que los soldados respondieran, pues todo el ejercito Stark estallo en jubilo y repetían la misma palabra con la que habían ido al combate.
¡STARK!
¡STARK!
¡STARK!
Mientras miraba a su ejército Robb miro a los cielos. "Mira padre, lo he conseguid, el Norte será libre una vez mas y salvare a nuestra familia"
Robb, sufriendo un dolor indecible por sus heridas, no pudo evitar alzar Hielo al cielo para que sus hombres vieran a su rey recuperar su legítima arma, para que vieran que la victoria era suya y para que vieran que hoy, en este día, se habían convertido en los héroes de todo un reino.
Bueno. Pues Tywin Lannister está muerto. Obviamente no iba a existir, al menos nunca me lo plantee, un escenario en el que ambos (Robb o Tywin) salieran vivos de la batalla. Uno de los dos iba a morir.
Puede que algunos piensen que Robb tuvo mucha suerte (y si, algo de suerte tuvo) pero su plan solo ejemplifica una cosa que está clara: Tywin es un gran político, un gran estratega político, pero como comandante de batalla es claramente inferior a Robb Stark, quien si es un gran táctico y una vez más lo ha demostrado. Su estrategia, arriesgando todos sus cuerpos del ejército, se basaba en conseguir descabezar al ejército realista y lo consiguió. Ademas se ha demostrado que un ejército que esta mejor dirigido, entrenado (recordemos que norteños y ribereños llevan más de dos años luchando, mientras los del Dominio y las Tierras de la Corona apenas han combatido) y con la moral alta puede vencer a un ejército superior en número. Un ejército que si me lo permiten tenía tropas que no eran de mucha confianza, en mi opinión (Tierras de la Corona, Tierras de Tormenta).
Ahora veremos que ocurre y cómo será la llegada de los Norteños a Desembarco del Rey.
Espero que les haya gustado la batalla y la despedida de Tywin Lannister.
