Buenas noches a todos. Me alegro mucho que el capítulo final de la batalla del Ojo de Dioses gustara tanto.

Ahora les traigo un capitulo que ocurre inmediatamente después de que la batalla acabase. Espero que les guste y como siempre espero sus opiniones.

Robb XIII

El dolor apenas desaparecía, pero al menos Robb podía mantener la mente despejada y podía moverse, con lentitud obviamente.

Tras la batalla, Robb habia ordenado que sus hombres saquearan el campamento realista para apoderarse de sus vituallas, armas y armaduras, tomando también todos los objetos de valor para incluirlos en el botín del ejercito. Mientras parte de los hombres tomaban el campamento bajo el mando de Dacey Mormont, otros bajo el mando del Gran Jon se encargaron de los caídos en el campo de batalla. Habia miles de hombres, decenas de miles de soldados que habían perdido su vida en el Ojo de Dioses, aunque obviamente la mayoría de los caídos eran hombres que habían luchado por Tywin Lannister y su rey de marioneta. Por otro lado también habia miles de prisioneros que se encontraban custodiados por el Príncipe Oberyn Martell y sus dornienses.

Mientras Robb se encontraba en su tienda atendido por un cirujano, el Pez Negro habia tomado un centenar de hombres ligeros y habia marchado a vigilar los restos del ejército enemigo. Era vital saber dónde estaban los soldados que habían sobrevivido a la batalla pues podrían suponer un grave peligro para los planes de Robb.

Los cirujanos habían curado a Robb lo mejor posible, pero le comunicaron que si bien la herida en la pierna sanaría perfectamente, la cicatriz del rostro era incurable, por lo que el Rey en el Norte tendría en su propia cara la señal de su victoria en la batalla definitiva. No le importaba, una cicatriz en su rostro bien valía la victoria que habia conseguido. Ahora Desembarco del Rey estaba a su alcance y esperaba que su último plan con respecto a la guerra marchara tal y como el habia ordenado.

Llegada la noche, mientras los hombres homenajeaban a los caídos y celebraban la victoria mientras que los señores y capitanes se reunieron en la tienda de mando. Habia algunas bajas entre ellos: Lord Vance habia caído en combate, igual que el hijo de Lord Norrey, asi como Lord Motoon y Ser Cleitus Yronwood, que lucho bajo el mando de Ser Brynden en el flanco izquierdo. Sin embargo los señores estaban sonrientes, felices y sobre todo sorprendidos de que el plan del Joven Lobo hubiera salido como el habia explicado, aunque la mayoría tenían heridas visibles o vendajes.

Robb se sentó en una silla mientras el Pez Negro le comunicaba la situación del ejército asi como las bajas del enemigo y los prisioneros. Habían pasado horas desde el final de la batalla y habían tenido que contar muchos cuerpos.

-alteza, nuestra victoria fue total: nuestras tropas perdieron 3.000 hombres, ademas contamos con un millar de heridos graves que requieren cuidados permanentes. Sin embargo el ejercito realista ha perdido casi 40.000 hombres, algo menos de la mitad de sus fuerzas, tenemos miles de prisioneros, aproximadamente 8.000 hombres, hemos capturado cientos de caballeros y señores. Todos los señores de las Tierras de la Corona y de las Tierras de Tormenta se han rendido ante vos. En particular Lord Swann desea una audiencia para juraros lealtad…

-¿Lealtad?- pregunto Robb interrumpiendo a su tío abuelo.

Oberyn Martell se adelanto.

-pensadlo bien alteza. Habéis vencido a Tywin Lannister, destruido su ejército. Sin Lord Lannister, el niño rey no podrá mantener el Trono de Hierro y muchos pueden pensar que tomareis los Siete Reinos para vos.

Robb observo a sus señores, los ribereños parecían complacidos, al igual que algunos norteños, pero otros estaban escépticos, al igual que el propio Robb. No tenía ambición por el Trono de Hierro. Consideraba los Siete Reinos ingobernables y no le darían el poder que ansiaba poseer.

-No, no tomare el trono. Sin embargo que Lord Swann venga a verme mañana, hablare con él y con los señores de las Tierras de la Corona y las Tierras de Tormenta. ¿Cuántos hombres siguen vivos de entre los que seguían a estos señores?-pregunto Robb mirando al Pez Negro.

-aproximadamente unos 4.000, la mayoría son hombres de las Tierras de Tormenta, pues los soldados de las Tierras de la Corona huyeron rápidamente en cuanto vieron la cabeza de Tywin Lannister en una pica.

Los señores rugieron y soltaron carcajadas, pero Robb alzo la mano y el silencio lleno la sala. Interesante, pensó él, un buen número de hombres…

-continuad Ser Brynden.

-Ademas de los señores que ya hemos mencionado tenemos varios prisioneros de renombre: Lord Mathis Rowan, Lord Banefort, Ser Jon Fossoway y Lord Mace Tyrell.

Los señores abrieron los labios sorprendidos. El mismísimo Guardián del Sur, el padre de la prometida del Rey Tommen, el hombre que habia aportado la mayor cantidad de soldados del ejército real, se encontraba entre los prisioneros. Era perfecto, con Tyrell en su poder, ni Randyll Tarly ni Garlan Tyrell que habían conseguido escapar, se atreverían a atacar al ejercito Stark.

-bien mis señores, esto será lo que haremos: Lord Blackwood, vos y Lord Flint tomareis 4.000 hombres, la mitad ribereños y la mitad norteños y escoltareis a nuestros heridos y a la mitad de prisioneros a Harrenhal. Allí os encargareis de poner a los prisioneros a trabajar, quiero que el castillo comience a ser remodelado, comenzad limpiando de escombros las zonas más recónditas. Asi mantendremos ocupados a nuestros prisioneros. –Robb se detuvo para mirar a ambos señores que asintieron.

-conseguiremos rescates por la mayoría de señores y caballeros mientras que los soldados llanos podrán elegir el Muro, aunque permitiré que sus señores los liberen ofreciendo un rescate adecuado. La mayoría del ejército avanzara hacia Desembarco del Rey con nuestras armas de asedio, y si consigo convencer a los señores de las Tierras de la Corona y de las Tierras de Tormenta, también nos acompañaran esos 4.000 hombres. En total seremos 36.000 soldados. Suficientes para tomar la ciudad. –dijo Robb con seguridad total.

Harrion Karstark, que representaba a su padre que aun se hallaba descansando se adelanto.

-pero mi rey, a pesar de nuestra victoria, miles de hombres consiguieron escapar y seguramente lleguen a la ciudad antes que nosotros. ¿Cómo podremos tomar una ciudad que cuenta con miles, quizás decenas de miles de defensores?

Robb miro a Ser Brynden quien asintió y dio un paso al frente.

-mis exploradores han seguido el rastro de los restos del ejercito realista hasta la Cascada del Volatinero. Parece ser que Lord Tarly está allí intentando reunir los supervivientes.

Robb asintió.

-Lord Tarly tardara en tener una fuerza lo suficientemente numerosa como para hacernos frente, ademas cuando descubra que su señor es nuestro prisionero, se lo pensara dos veces antes de atacarnos.

Edmure fue el que replico esta vez.

-pero alteza, puede que Lord Tarly no esté al mando. Ser Kevan Lannister y el Matarreyes también consiguió escapar, y podrían conseguir controlar el ejército y ellos harán lo imposible por defender la ciudad. Ademas la ciudad tardara en caer, aunque no tenga una guarnición numerosa; las murallas son altas y firmes y carecemos de flota para bloquearla por mar.

Robb sonrió.

-puede que ambos leones sigan con vida, pero muchos de sus soldados cayeron en batalla y seguro la parte mayoritaria de la hueste que nuestros enemigos puedan congregar estará formada por soldados del Dominio, que no osaran poner en riesgo a su señor feudal y mucho menos a Lady Margaery Tyrell. Porque te lo aseguro tío, Desembarco del Rey caerá en menos de dos días después de nuestra llegada. Para cuando nuestros enemigos puedan tener un ejército con el que hacernos frente, nosotros ya nos sentaremos en la Fortaleza Roja.

Edmure no parecía muy convencido, al igual que algunos señores, pero nadie oso contradecir al rey, quien habia tenido razón en la mayoría de sus decisiones.

-bien mis señores, mañana al medio día partiremos por el Camino Real rumbo a la ciudad, en apenas cuatro días conseguiremos llegar a la ciudad y en menos de seis, podréis ver el Aguasnegras desde la Fortaleza Roja. Podéis retiraros.

Todos los señores se retiraron, salvo el Pez Negro.

-Robb, ciertamente no debería dudar de ti, menos después de la batalla que acabamos de luchar. Pero tus palabras más bien parecen fruto de la soberbia. Has derrotado a Tywin Lannister, has destruido su ejército, pero tomar Desembarco del Rey será muy complicado. Al menos tendrán unos miles de hombres en sus murallas y nos podrían hacer mucho daño.

Robb sonrió.

-tío, lamento haberte mantenido a oscuras, pero ha llegado el momento de que sepas algunas cosas…

Horas después…

La noche habia pasado rápido, o al menos eso pensaba Robb, que no habia podido conciliar el sueño. Sentía envidia sana de Viento Gris, pues el lobo Huargo descansaba en su rincón de la tienda, con varios huesos de jabalí a su alrededor. Se lo habia ganado a pulso a decir verdad.

Robb siempre habia pensado que cuando Tywin Lannister fuera capturado o muerto, podría descansar plácidamente. Al fin y al cabo la difunta Mano del Rey era el principal poder que sustentaba el Trono de Hierro. Sin embargo aun a pesar de su victoria, a pesar de la muerte del Guardián del Oeste, el sueño le seguía siendo esquivo. Esperaba que cuando la guerra acabara oficialmente, cuando pudiera regresar a Invernalia, el sueño volviera a encontrarle.

A pesar de su cansancio, Robb no desaprovechó el tiempo que tenia. Tomo los mapas de Desembarco del Rey que tenia y organizo sus fuerzas para la marcha al sur y la conquista de la ciudad. Sin embargo tenía que hacer una última cosa, tenía que enviar un mensaje.

Entonces Robb salió de su tienda y le ordeno a uno de sus guardias que fuera a buscar al hombre en quien Robb habia decidido poner toda su confianza para la parte final de un plan que llevaba muchas semanas planeando.

Al cabo de un rato, Lord Olyvar Frey entro en la tienda. Aun tenía un vendaje en el brazo izquierdo, y según el Pez Negro, tanto el nuevo Señor del Cruce como sus hombres habían luchado con valor y determinación en la batalla.

-entra Olyvar, toma asiento, quiero hablar contigo.

Robb espero a que su antiguo escudero se hubiera sentado.

-¿Qué tal están tus hombres? ¿Cuántos perdiste?

Olyvar sacudió la cabeza.

-perdí 300 hombres, algunos de ellos heridos, pero el resto están en condiciones de combatir y de seguir a su rey a la batalla.

Robb sonrió. Olyvar se habia convertido en un amigo fiel y por ello le iba a encomendar una misión de suma importancia.

-me alegro. Aunque me temo que tu no los dirigirás en combate en Desembarco del Rey.

Olyvar frunció el ceño, pero Robb negó con la cabeza para tranquilizar a su amigo.

-tranquilo, todo está bien, pero quiero que tus hombres sean puestos bajo el mando de Ser Brynden. El los dirigirá mientras tú con una docena de tus mejores hombres marcháis a cumplir una misión.

-¿Qué misión debemos cumplir mi rey?

Robb le indico que observara el mapa que dominaba la mesa que les separaba.

-debes ir aquí-dijo Robb señalando el lugar preciso- y cuando llegues deberás hacer lo siguiente…