Buenas noches amigas y amigas. Aquí les traigo un nuevo capítulo. Ahora veremos cómo está la situación en el bando de los leales al Trono de Hierro.
Espero que este capítulo les guste. Y como siempre espero sus comentarios sobre que les pareció.
Kevan III
A lo largo de su vida, Kevan Lannister siempre habia estado a la sombra de su hermano mayor. Cuando apenas eran unos niños, Tywin se habia hecho cargo de su familia y el solo restauro la Casa Lannister desde las ruinas hasta convertirla en la casa más poderosa de los Siete Reinos. Siempre pensó que su hermano iba a ser eterno y sin embargo estaba muerto.
Apenas pudo creerlo cuando vio a Oberyn Martell con una lanza y la cabeza de su hermano clavada en lo alto. El dorniense enarbolaba la lanza como una bandera y ante esa visión rápidamente la batalla se perdió, si es que no estaba perdida de antemano.
El Joven Lobo les habia vuelto a engañar, habia vuelto a demostrar que era un formidable comandante en batalla y quizás fuera invencible. La visión de la cabeza de su hermano sobre una pica hizo que todos los señores que combatían bajo el mando de Kevan se rindieran y entonces su hueste se deshizo entre la huida y el feroz ataque de Edmure Tully y sus jinetes ribereños.
Fue gracias a su escudero, el joven Peck, que pudo escapar, pues le dio un caballo y rápidamente abandonaron el campo de batalla hacia el sur. Kevan pensó en retirarse hacia Desembarco del Rey, pero entonces vio como los estandartes Tyrell y Tarly marchaban hacia el suroeste y los siguió, junto con los hombres que se le unieron.
Después de más de un día cabalgando sin descanso, el grupo de hombres que acompañaban a Kevan se encontraron con los restos del ejército realista. La visión fue desoladora: apenas un puñado de tiendas, miles de hombres en los suelos descansando y buscando agua en un riachuelo cercano. Se oían los gritos de dolor de los heridos, el hedor era repugnante y no podía dejar de pensar en la extensión del campamento del ejército realista antes de la batalla. Sin embargo veinticuatro horas después, el campamento que se presentaba ante el apenas equivalía a una quinta parte de lo que habia supuesto el ultimo campamento en el que habían descansado.
Kevan dio órdenes a sus hombres que intentaran acampar como pudieran, aunque sabía que la mayoría dormirían al raso, mientras él se dirigía a buscar al comandante de las fuerzas que allí se asentaban.
Un oficial de Colina Cuerno le informo que tanto Ser Garlan como Lord Tarly habían tomado grupos de caballería para intentar encontrar más supervivientes para salvarlos para el ejército. Kevan asintió mientras solicito una tienda para descansar. Tarly y Tyrell seguro esperaban poder reformar las huestes para que estas pudieran volver a ser una fuerza de combate.
Cierto era que las fuerzas de Stark habían derrotado decisivamente a las fuerzas realistas y que la muerte de Tywin habia sido un grupo demoledor, pero era imposible que el Joven Lobo hubiera conseguido aniquilar por completo un ejército de más de cien mil hombres. Habría miles de hombres desperdigados por la zona y si los reunían podrían conseguir reforzar la capital.
Cuando Kevan llego a su tienda, rápidamente llego un hombre al que no esperaba ver: Ser Adam Marbrand. El heredero de Marcaceniza tenía un aspecto deplorable, pero parecía ileso.
-Ser Kevan, gracias a los Siete que habéis sobrevivido a la masacre.
Ambos hombres se abrazaron.
-igualmente Ser Adam. Me alegro de que sigáis vivo. ¿Sabéis cuantos hombres del Oeste están en este campamento?
Adam asintió.
-aproximadamente unos 3.000 han conseguido reunirse. El ataque del Joven Lobo contra la retaguardia de Lord Tywin fue feroz y desbarato nuestras líneas, en apenas una hora la mitad de los hombres del Oeste que marchaban con el ejercito habían muerto. Ser Kevan, lamento mucho la muerte de vuestro hermano. Lord Tywin será recordado en el Oeste, os lo aseguro.
Kevan asintió y sabía que era verdad, un hombre como Tywin Lannister, de los que aparecen una vez cada mil años, no iba a ser olvidado. Sin embargo, después de todos los sacrificios, todos los planes, todo el poder que habia acumulado, su hermano mayor habia muerto.
-Os lo agradezco. Decidme, ¿sabemos algo de algunos de nuestros señores y capitanes?
-si mi señor. Por unos hombres sabemos que Lord Banefort fue capturado, mientras que Brax cayó en combate junto con uno de los Crakehall. Ser Lyle vive, pero esta herido. Y vuestro sobrino, Ser Jaime también está aquí, aunque esta herido… perdió su mano derecha en combate. Un norteño se la corto.
Kevan se sorprendió, la mayor virtud de su sobrino era su habilidad de combate y siempre habia pensado que nunca nadie podría derrotarle, pero claro, en una batalla como la que habían vivido, todo podía ocurrir. Quien iba a pensar que al final del día era la cabeza de Tywin y no la de Robb Stark la que estuviera clavada en una pica.
En ese momento un guardia de Colina Cuerno entro en la tienda.
-Ser Kevan, Lord Tarly y Ser Garlan han regresado. Os han convocado a la tienda de mando. Desean poneros al tanto de la situación.
Kevan asintió, y aunque hubiera preferido lavarse y descansar se puso en marcha, no sin antes informarle a Ser Adam que fuera a buscar a Jaime, pues aunque herido, su sobrino debía estar presente como Lord Comandante de la Guardia Real.
La tienda de mando en nada se parecía a la de su hermano, pero dada las circunstancias tendría que valer. Allí se encontraban Lord Tarly, Ser Garlan y medias docenas de caballeros del Dominio. Todos alzaron la vista cuando entro el último hijo varón vivo de Tytos Lannister.
-Ser Kevan, nos alegramos de veros, pasad- dijo Ser Garlan.
-Mis señores, es bueno que hayan sobrevivido, ahora bien, ¿Cuál es nuestra situación?
Garlan Tyrell miro a Tarly y este se adelanto.
-Nada buena Ser Kevan. Según nuestros cálculos perdimos más de 40.000 hombres en la batalla, ademas por lo que sabemos Stark cuenta con miles de prisioneros y por si fuera poco los Señores de las Tierras de la Corona y las Tierras de Tormenta se han rendido al Joven Lobo al completo, al menos eso dicen los que han conseguido escapar. La victoria del Rey en el Norte ha sido total: Lord Tywin está muerto, Lord Tyrell capturado y nuestro ejército ha sido destruido como fuerza de combate efectiva.
40.000 hombres, miles de prisioneros, los señores rendidos, y por si fuera poco Lord Tyrell prisionero. Era una autentica catástrofe.
-¿Estáis seguro de que Lord Tyrell es prisionero de los norteños?
Garlan Tyrell asintió.
-si mi señor, yo mismo vi como mi padre era capturado por un gigante norteño, no pudimos hacer nada por él. Aunque imagino que sigue vivo, mi padre es demasiado valioso y Stark no es conocido por maltratar a los prisioneros…
-¿Cuántos hombres contamos ahora mismo?-pregunto Kevan.
-algo más de 36.000 hombres están en este campamento, pero una cuarta parte están muy heridos. Por lo que únicamente contamos con algo menos de 30.000 hombres para combatir. La mayor parte de nuestra fuerza está compuesta por la Caballería del Dominio que consiguió escapar de la batalla en cierto orden, junto con parte de la infantería del Dominio.
Maldición, suponía que la mayoría del ejercito serian tropas del Dominio, pero aun asi contaba con poder usarlas para defender la capital. Sin embargo con Tyrell preso, dudaba que movieran un dedo contra el Joven Lobo.
-deberíamos organizarnos. Lo primero seria elegir un comandante que tenga la autoridad principal.
Ser Garlan se adelanto.
-Ser Kevan, Lord Tarly y yo hemos acordado que ambos, vos y el comandéis el ejercito con la misma autoridad. Sois los comandantes más veteranos que tenemos y sin duda vuestro prestigio podrían hacer que consigamos reagrupar más hombres.
Los demás presentes asintieron. Kevan le sorprendió que aceptaran, aunque ahora que lo pensaba, con la muerte de Tywin, Kevan era posiblemente la persona más capacitada para actuar como protector del Rey y como su tutor cuando acabara la guerra. La sola idea le mareo, pero obviamente el no dio señales de debilidad.
-si todos los señores están de acuerdo asi lo haremos. Bien, ahora debemos decidir qué hacer.
Entonces la lona de la tienda se abrió y Jaime, ayudado por Ser Adam entro en la tienda.
-está claro lo que hay que hacer. Hay que marchar a la ciudad ya. El rey, la reina y toda la corte están indefensos. Debemos protegerlos.
La llegada de Jaime y sus palabras provocaron susurros entre los presentes, pero fue Lord Tarly quien hablo con voz clara y firme.
-sabemos perfectamente lo que está en peligro Ser Jaime, pero debemos ser cautos.
-¿Cautos?-respondió Jaime con un claro tono de ironía.
-Si cautos. Si marchamos a la ciudad ahora, en estas condiciones, y nos encontramos con el ejercito Stark, el Joven Lobo nos aplastara y entonces todo estará perdido. Ademas las murallas de Desembarco son firmes y hay aun 6.000 hombres resguardándolas. La ciudad no caerá en un día. Cuando Stark inicie el asedio, nosotros ya nos habremos repuesto y volveremos a ser una fuerza en condiciones, asi podremos atacar por la espalda al Joven Lobo.
Jaime negaba tercamente. Kevan sabia por que deseaba regresar, quería ir a proteger a Cersei, pero su sobrino presentaba un aspecto deplorable, difícilmente podría cabalgar y mucho menos aun luchar.
-Estoy de acuerdo con Tarly. La capital no caerá rápidamente, ademas Stark habrá sufrido bajas y deberá dejar fuerzas protegiendo a sus heridos y vigilando a los prisioneros. Cuando llegue a la ciudad e inicie el asedio, nosotros habremos recuperado fuerza, conseguido más hombres. Debemos ser sensatos Jaime, si este ejercito desaparece, Robb Stark podría conquistar los Siete Reinos sin apenas problemas.
Kevan miro a Garlan y a Tarly. Al menos no se habían negado a continuar la lucha, seguro que la presencia en la Fortaleza Roja de Lady Margaery y Lady Olenna incitaba a ambos hombres a seguir combatiendo.
-a partir de mañana comenzaremos a entrenar, preparar y sanar al resto de nuestros hombres. Enviaremos mas partidas para buscar supervivientes y enviaremos exploradores para averiguar dónde se encuentra el ejercito Stark.
Todos los señores aceptaron el plan y todos se marcharon a descansar.
Kevan se dirigió a su tienda, se lavo y se marcho a descansar, aunque en verdad apenas pudo dormir. Se sentía huérfano, nunca se habia sentido asi, su hermano habia muerto y aunque Kevan no se iba a rendir, sabía que la guerra estaba perdida para la Casa Lannister.
Una semana después…
Habían pasado siete días, siete largos días en los que Kevan no dejo de trabajar. El ejercito que ahora acampaba junto a la Cascada del Volatinero habia dejado de parecer una turba. El campamento estaba rodeado por estacas y empalizadas. Nadie esperaba que Stark decidiera atacar los restos del ejercito, en vez de avanzar contra Desembarco del Rey, pero la experiencia les habia demostrado que el Joven Lobo era imprevisible.
A lo largo de la semana habían conseguido reunirse con el ejercito varios grupos de hombres que habían sobrevivido a la batalla, sin embargo su número seguía siendo escaso. Apenas contaban con 30.000 hombres en condiciones de combatir, pero seguían teniendo miles de heridos. Ademas la moral de los hombres era muy baja y cada día desertaban unos cuantos soldados. Tarly habia insistido en enviar jinetes tras los desertores, pero Kevan le habia disuadido pues no iban a malgastar persiguiendo a hombres que habían huido.
Los exploradores que habían enviado en busca del ejercito Stark no habían regresado y eso le llenaba de miedo. Cada noche Kevan se acostaba armado con su espada y armadura esperando que en cualquier momento la caballería norteña cayera sobre el campamento desatando toda la furia de sus dioses. Sin embargo nadie se habia acercado al campamento en son de guerra y ahora la mayoría de los hombres se impacientaban, pues deseaban moverse.
Muchos pensaban como Jaime, que deberían marchar a defender Desembarco del Rey. Sin embargo los soldados rasos solo querían refugiarse de los norteños tras la muralla de la ciudad. Kevan se apostaría todo el oro de los Lannister a que la mayoría de los hombres temían al Joven Lobo, de quien habían comenzado a surgir historias cada vez más descabelladas que no hacían sino acrecentar el aura de invencibilidad y de fiereza que rodeaba a Robb Stark.
Kevan se encontraba revisando los límites del campamento cuando su escudero se le acerco informándole que un mensajero habia llegado al campamento y se requería su presencia en la tienda de mando de manera urgente.
Cuando Kevan entro, únicamente estaban presentes Lord Tarly, Ser Garlan y el mensajero. Los rostros de los tres no habían presagiar nada bueno.
-¿Qué ha ocurrido?
Fue el mensajero el que hablo, tras un asentimiento de Lord Tarly.
-Mi señor, lamento informaros que de que el Huargo ondea en lo alto de la Fortaleza Roja. El Rey en el Norte ha conquistado Desembarco del Rey.
Y asi, con una simple frase, Kevan se dio cuenta de que sus miedos se habían hecho realidad, de que sus temores no estaban equivocados. Robb Stark habia conquistado la ciudad y la guerra estaba perdida…
Pues Desembarco del Rey ha caído y ahora en el próximo capítulo veremos cómo cae la ciudad de los reyes. Ademas tendremos un nuevo PDV. Espero que les haya gustado y que dejen su comentario sobre el capitulo.
