Buenas noches. Aquí les traigo un nuevo capitulo. Espero que les guste y como siempre espero que me cuenten sus impresiones. Muchas gracias.
Robb XIV.
Desembarco del Rey era enorme. Hasta donde la vista alcanzaba, la ciudad que Aegon el Conquistador fundó hace trescientos años se extendía majestuosa. Las murallas y puertas bien construidas y dentro del recinto destacaban las torres del Septo de Baelor y la Fortaleza Roja.
Robb sonrió, habia llegado dos años tarde, pero aun asi, habia conseguido alcanzar su destino final, por fin podría vengar a su padre.
A decir verdad, lo que más deseaba el Joven Lobo era arrasar esta ciudad, convertirla en un nido de cenizas que sirviera como homenaje funerario a su padre, quien habia sido vilmente asesinado. Durante muchas noches desde que Ned Stark fue ejecutado, Robb únicamente soñaba con destruir esta ciudad y cortarle la cabeza al cruel bastardo que mato a su padre.
Sin embargo ahora sabia que nada de eso ocurriría, pues Joffrey habia muerto hacía tiempo y de nada le serviría incendiar y arrasar la capital del Trono de Hierro. La necesitaba para negociar. Hacia un año jamás habia pensado que se encontraría en esta situación pero Robb habia cambiado, al igual que sus planes.
Habia descubierto que solo podría volver en paz al Norte y conseguir la independencia de su reino y la reunificación de su familia mediante dos posibilidades: conquistar todos y cada uno de los reinos o bien conseguir una posición de poder absoluto que obligara a los Lannister y sus aliados a reconocer su derrota total.
Ahora se encontraba a apenas unos mil pasos de esa posición de poder. Su victoria en el Ojo de Dioses habia sido decisiva. Sin Tywin Lannister para dirigirlos, los partidarios del Trono de Hierro deberían rendirse ante él.
A pesar de todo, no solo habia buenas noticias. Desde la batalla tuvo que lidiar con los señores de las Tierras de la Corona y sobre todo con los Señores de las Tierras de Tormenta, destacando a Lord Swann, quienes no dejaban de decir que debería tomar el trono por derecho de conquista, pues insistían en que los Siete Reinos necesitaban un líder como Robb al frente. El siempre se negaba e insistía que únicamente se enfocaría en acabar con la guerra. Sin embargo esos señores le vinieron muy bien, pues gracias a ellos su ejército contaba con 36.000 hombres, suficientes para conquistar y tomar la ciudad.
Ademas sus planes estaban en marcha, no habia tenido noticias de Olyvar pero estaba convencido de que su antiguo escudero no le fallaría. Por fin todas las piezas encajarían, la ciudad seria suya y la guerra habría acabado.
Robb se sentó en un escabel junto a su tienda. Su escudero le habia traído comida y cerveza, pero únicamente se sirvió una jarra de cerveza norteña mientras miraba a la ciudad. Habían pasado horas desde que el ejercito Stark se presentase ante las murallas de Desembarco del Rey y ahora estaban esperando a que el enviado de Robb, el Pez Negro, regresara tras presentar sus condiciones a la ciudad.
Robb habia enviado a Ser Brynden con la cabeza de Tywin Lannister. Esperaba que quebrara la esperanza de resistencia que pudieran tener algunos en la Fortaleza Roja, sobre todo Cersei Lannister. Sin embargo Robb sabía que la leona no se rendiría, ni aunque Robb hubiera masacrado a todo el ejército realista, Cersei Lannister resistiría. En el fondo asi lo esperaba, deseaba conquistar la ciudad, demostrar cuan poderoso era su ejército, su reino, demostrar cuan poderoso se habia vuelto aquel joven norteño al que todos subestimaron y despreciaron al inicio de la guerra.
Entonces Ser Brynden regreso.
-¿Y bien?
El Pez Negro sacudió la cabeza.
-no dijeron nada sobre las condiciones, aunque Cersei Lannister casi hace que me maten. Tuve que recordarles lo que hiciste en Lannisport y en Pyke para que no me cortaran la cabeza.
Robb suspiro, no solo era conocido como un rey guerrero invicto en combate, también habia hecho cosas terribles, pero Robb las volvería a hacer si volviera atrás en el tiempo. Era parte de él, tenía que enseñar al Sur que ocurre cuando insultas a los Stark.
-no será asi con Desembarco del Rey Ser Brynden. Os lo aseguro. Esta noche entraremos en la ciudad y mañana conquistaremos la Fortaleza Roja.
-Los Señores aun se preguntan cómo vamos a conquistar la ciudad. Con la guarnición que mantiene la capital, ellos piensan que se perderían miles de hombres, y sin una flota creen que no podríamos rendirla por hambre. Algunos señores siguen insistiendo en que deberíamos tomar nuestras huestes y buscar a los restos del ejército realista, antes de que nos ataquen por la espalda.
Robb sonrió. Sus señores eran inteligentes, pero tenían miedo de perder lo que habían conseguido hasta ahora. Claro que nadie, aparte de unos pocos sabían de los planes del Rey en el Norte.
-lo se tío, pero tranquilo, esta noche les informare a todos de nuestros planes. Ya es hora de que mis vasallos sepan como entraremos en esa ciudad. Convoca el consejo, es hora de prepararlo todo.
Horas después…
Los señores se habían congregado y cuando Robb entro, los habituales murmullos cesaron. Todos estaban expectantes, miraban a Robb con una mezcla de amor, cariño, lealtad e incluso miedo. Robb intuía que todo se debía a la forma que habia conseguido que el Gran Jon le apoyara al comienzo de la guerra.
-Bien mis señores. Hemos llegado al final del camino. Hace dos años nos congregamos para liberar a mi padre y defender el Tridente. Únicamente hemos conseguido una de esas dos metas, pero ahora nuestro objetivo final es mucho mayor: la independencia de nuestro reino.
-¡El Rey en el Norte!-grito el Gran Jon siendo respondido por los señores norteños.
-¡El Rey del Tridente!- grito Edmure, seguido por los ribereños.
Robb alzo la mano y los vítores cesaron.
-Antes de nada, debo pediros disculpas mis señores, pues os he mantenido a oscuras de ciertos aspectos del plan con el que esta noche conquistaremos Desembarco del Rey.
Robb sabía que dirían sus vasallos si no les contaba el plan, asi que decidido no dar lugar a preguntas ni inútiles debates.
-Deben saber que cuando estuve en el Norte lidiando con la traición de Bolton, ordene a Lord Manderly que su flota y 3.500 guerreros norteños reclutados y entrenados por Puerto Blanco navegaran hacia el Sur una semana después de que yo abandonara la ciudad. La noche después de la victoria en el Ojo de Dioses envié a Olyvar Frey a Punta Zarpa Rota para informar a Ser Marlon Manderly, quien dirige la flota, de que iniciaría el avance sobre Desembarco del Rey. Esta noche la flota Manderly entrara en la desembocadura del Aguasnegras, cogerá desprevenidos a los barcos realistas que defienden el puerto y atacaran la ciudad. Los Lannister piensan que la única flota que tenemos esta en el Mar del Ocaso, les sacaremos de su error.
Los señores sonrieron aunque la mayoría estaban sorprendidos de que una flota y más guerreros norteños hubieran navegado por el Mar Angosto hacia el Sur.
-mientras nuestra flota ataca el puerto, nuestras catapultas distraerán a las fuerzas enemigas lanzando sus proyectiles contra las murallas, concentraremos nuestro ataque en la Puerta del León, haciendo creer a los soldados Lannister que buscamos entrar por allí, pero no será esa puerta la que tomaremos.
Los señores se miraron escépticos, a excepción del Pez Negro. No esperaba que ninguno hablara, pero Oberyn Martell tomo la palabra.
-alteza, vos mismo habéis dicho que vuestro plan es tomar la ciudad sin causar un daño importante en sus murallas, pero como haréis eso si concentráis vuestras catapultas en un único punto.
El Joven Lobo miro al Príncipe de Dorne. Oberyn Martell le gustaba, pero también le irritaba a veces y siempre desprendía un aura de ser un hombre muy peligroso.
-cierto Príncipe Oberyn, pero nuestras catapultas no acertaran el blanco, pero servirá como cebo. Y será asi, mientras nuestros hombres toman la Puerta del Rey. Hace semanas conocí en Puerto Blanco a Ser Davos Seaworth, la antigua Mano del Rey Stannis que ahora se ha convertido en el protector de Lady Shireen Baratheon. Ser Davos era un contrabandista y conoce perfectamente los pasadizos que recorren la ciudad. A cambio de mi protección para Lady Baratheon, Ser Davos prometió ayudarnos y el junto a cien de los mejores hombres de Ser Marlon se infiltraran en la ciudad antes del ataque de la flota Manderly y cuando comience la ofensiva tomaran la Puerta del Rey, la abrirán y por ahí entraremos a la ciudad.
Todos parecían sorprendidos y eso le gustaba a Robb, no quería ser un hombre predecible y menos en cosas relacionadas con la guerra.
-de esta forma evitaremos sangrar a nuestras fuerzas. Ya han muerto demasiados norteños, ribereños y dornienses en esta guerra. En unas horas la ofensiva comenzara, cuando veamos una flecha dirigida hacia el Norte desde la desembocadura del Aguasnegras, será el momento del ataque.
Todos los señores asintieron.
-preparad a vuestros hombres, y recordadles que no quiere saquear la ciudad, solo quiero conquistarla. Cualquier hombre que robe, asesine o viole a algún hombre, mujer o niño de esta ciudad será ejecutado. No permitiré que piensen que los Stark son iguales a Tywin Lannister. Si los hombres protestan reclamando un botín, recordadles que el oro está en la Fortaleza Roja y que nos haremos con y que cuando la guerra acabe no pienso olvidar a ninguno de los hombres que han luchado y dado su vida por mi padre, por mi y por mi familia.
Hubo un murmullo de aprobación y los hombres comenzaron a salir, solo Ser Brynden y el Príncipe Oberyn se quedaron en la tienda.
-Parece que una vez mas sorprendéis a todos Joven Lobo, algún día me tendréis que enseñar vuestros trucos secretos- dijo Oberyn Martell.
-si lo hiciera ya no serian secretos. Os quiero a mi lado cuando entre en la ciudad Príncipe Oberyn. Ha llegado el momento de acabar con esta guerra.
El dorniense asintió y se marcho. Ser Brynden le miro. El Pez Negro parecía preocupado.
-Martell no me termina de dar confianza.
-Lo sé, a mi tampoco, pero ha cumplido lo que prometió y por ello le respeto, ademas gracias a mi ha conseguido lo que llevaba esperando durante veinte años y eso tiene mucha importancia.
El Pez Negro asintió y se marcho. Su escudero entro y comenzó a prepararle para la batalla. Habia conseguido recuperarse de la pierna y aunque aun cojeaba podía galopar y andar con cierta normalidad. También se habia acostumbrado a empuñar Hielo, aunque dudaba que tuviera que desenvainar la espada. Desde la última batalla su guardia personal se habia vuelto muy celosa, como si se sintieran avergonzados de que su rey se lanzara solo contra la retaguardia Lannister.
Mientras Robb se ponía la armadura no podía dejar de pensar en su padre, en su madre, en sus hermanos y en sus hermanas. Estaba a punto de conseguir ganar la guerra y esto no solo era por el Norte y el Tridente, esto era en el fondo por su familia.
Al día siguiente…
El plan habia funcionado y Robb esperaba que después de la guerra no tuviera que volver a hacer planes tan elaborados durante toda su vida. Su ejército habia conseguido conquistar la ciudad de los Reyes de los Siete Reinos en apenas un día y una noche. Ahora la guarnición se habia rendido cuando vieron que eran atacados por dos frentes y sus soldados controlaban la ciudad y la Fortaleza Roja. Robb habia enviado a sus mejores comandantes a encontrar y capturar a todos los nobles y cortesanos de la corte, en especial a los Tyrell, a Cersei Lannister y al niño rey.
La guerra habia terminado. Daba igual que Tarly, Kevan Lannister, el Matarreyes o Garlan Tyrell reunieran un nuevo y multitudinario ejercito, cosa que dudaba a decir verdad, pero ahora Robb tenía al Rey del Trono de Hierro, a la legítima Señora de Roca Casterly y Reina Regente, a la prometida del Rey y a su padre, el Guardián del Sur, asi como a Lady Olenna Redwyne, la madre de Mace Tyrell. Tenía todas las cartas en la mano y ahora Poniente entero tendría que inclinarse ante el Rey en el Norte, pues Robb dudaba de que hubiera alguien en el continente que le aventajara en poder e influencia.
Robb habia ordenado que todos los nobles y cortesanos fueran arrestados en sus habitaciones, mientras ordeno a Dacey Mormont que recorriera el castillo y tomara todo el oro, plata, piedras preciosas y objetos de valor; Ser Wylis Manderly haría otro tanto con las armas, armaduras, caballos, etc.; envió a Edmure a buscar a su hermana Sansa y a su hermana Arya; por ultimo Lord Umber llevo a los Tyrell, a los Lannister y a Tommen "Baratheon" al Salón del Trono.
Robb entro en el Salón del Trono únicamente escoltado por Viento Gris. Por primera vez pudo ver el famosos Trono de Hierro. El ansiado asiento por el que los hombres se habían matado desde que Balerion el Terror Negro lo crease después de las Guerras de Conquista. Robb sonrió para sí, que ironía, el hombre que ahora controlaba el Trono iba a ser el hombre que rompiera la unidad que estableció Aegon el Conquistador.
A un lado se encontraban los Tyrell, con Mace incluido, pues Robb habia permitido que se reuniera con su familia; a otro lado la Reina Cersei y el niño Tommen que parecía haber llorado. Quizás tenga miedo. Lo lógico sería que Tommen muriera, pero Robb no tenía pensado tocarlo, tenía otros planes.
Robb subió los escalones, mientras el salón se llenaba de soldados norteños, ribereños y dornienses. Soldados que habían luchado, sangrada y dado sus vidas por los Stark de Invernalia. Robb se puso delante del trono, algo en el le atraía a sentarse y por un momento pensó que podría sentarse y tomar la corona y los Siete Reinos para él.
Robb fantaseo: podría casarse con la bella Tyrell, los señores se rendirían ante él, habría acabado con el legado de Tywin Lannister y habría vengado la muerte de su padre. Adelanto la mano para tocarlo pero entonces recordó todos los males que habia traído ese trono a su familia: la muerte de su padre, el cautiverio de sus hermanas, la muerte de su abuelo, de su tío Brandon, de su tía Lyanna, de miles de norteños, por no decir todos los agravios cometidos contra los Stark y el Norte desde que Torrhen Stark se arrodillo ante Aegon Targaryen.
Entonces Robb retiro la mano y la llevo a la espalda, y rápidamente desenvaino Hielo. Podría su acero valyrio contra acero fundido por fuego de dragón, se pregunto. Robb no iba a tomar el trono, no conquistaría los Siete Reinos, pero ademas de liberar su reino, dejaría una marca en el Trono de Hierro que recordara a cada monarca que se sentase en el que ocurre cuando uno ofende al Norte, que ocurre cuando el Norte marcha sobre el sur.
Con todas sus fuerzas Robb golpeo el Trono de Hierro con su espada, con la espada de su padre, y consiguió hacer una gran hendidura en el trono. No podría destruirlo, pero al menos la hendidura que habia hecho seria un recordatorio de cuando el Joven Lobo destruyo a Tywin Lannister y conquisto Desembarco del Rey.
Entonces Robb se dio la vuelta y vio a cientos de hombres arrodillados ante él. No decían nada solo golpeaban sus espadas en los suelos y Robb alzo Hielo.
-Hoy el Trono de Hierro es nuestro, pero cuando el próximo rey sureño se siente él, siempre sentirá que es lo que ocurre cuando se ofende a nuestro pueblo.
Los hombres comenzaron a rugir, mientras que Cersei Lannister parecía furiosa, no dejaba de lanzar miradas de odio a Robb. Entonces Edmure se acerco a Robb y dijo unas palabras que rompieron la inmensa sensación de felicidad que el Rey en el Norte habia tenido por unos instantes.
-tu hermana Sansa desapareció tras la boda de Joffrey y a Arya no se la ve desde que capturaron a tu padre.
La felicidad de Robb se quebró. Habia prometido a su madre que liberaría a sus hermanas y ahora iba a incumplir su promesa. Entonces miro a Cersei Lannister, quien a pesar de todo seguía pareciendo orgullosa y altiva, como si valiese más que todos los presentes juntos. Robb se acerco decidido a ella.
-¿Dónde están mis hermanas?
-Y a mí que me importa salvaje. Espero que se estén pudriendo en el infierno igual que el traidor de tu padre.
Robb sintió la tentación de golpearla, de cortarle la cabeza en ese mismo lugar, pero desistió. Habia mejores formas de hacerle daño a esa mujer. Miro a Dacey.
-Lady Mormont, llevad a esta mujer a las Celdas Negras, y que una docena de hombres escolten al niño a sus habitaciones.
Miro a Cersei Lannister quien cogió del brazo a su hijo, y con una mirada gélida como el hielo le dijo.
-Si yo no vuelvo a ver a mis hermanas, tú no volverás a ver a tu hijo con vida jamás.
La leona intento resistirse pero los hombres de la Isla del Oso la consiguieron someter. Mientras veía a Cersei Lannister siendo llevada a las celdas donde su padre estuvo prisionero, sintió un odio mortal, un odio que nunca habia sentido y entonces lo entendió. Los dioses le habían otorgado muchos favores, pero ahora les quitaban a sus hermanas.
Pero Robb habia hecho una promesa y el cumplía sus promesas. No pararía de buscar a sus hermanas hasta que su madre pudiera estrecharlas en sus brazos.
