Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.


Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!


Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.


Día 6: 18 de marzo de 2020

Edward

16:23 GMT

Aberdeen, Escocia

Me siento igual de molesto y aliviado cuando mi papá contesta el teléfono.

—Hola, Edward —dice, suena distraído.

—Hola, papá —digo, me siento en la cama y entierro la mano en mi cabello—. ¿Cómo te va?

Se queda callado por un momento y la preocupación que ha estado creciendo en mí se hunde un poco más en mi estómago.

—Estoy bien —suspira—. Es difícil.

Llevo tres días intentando contactar a papá. Quiero ver cómo está y no solo a través de los comentarios de mamá, pero él o ha estado ignorando mis llamadas o ignorándome completamente. Mi papá siempre se ha mostrado vivo con su compasión y fuerza para otros. No me gusta el hombre sombrío que puedo escuchar ahora a través del teléfono.

—¿Qué has estado haciendo?

Papá se queda callado otra vez. Me pregunto si va a responder.

—Nada —dice al fin—. Más que nada leo, intento ver si puedo poner en contacto a unos conocidos con otros… —Su voz se va apagando y frunzo el ceño.

—¿Puedo hacer algo por ti?

Nunca había escuchado a mi papá sonar tan deprimido.

—No —suspira—. Solo mantente a salvo, ¿de acuerdo?

Pienso en la taberna a la que fui anoche y hago una mueca.

—Sí, papá. Por supuesto —digo en voz baja. Mierda. A pesar de que estoy muy aislado aquí, sigo saliendo. Tal vez es momento de empezar a reducir las salidas. Me sentiría como una mierda si me enfermara y tuviera que ser hospitalizado, sé que el personal de emergencia de todo el mundo está teniendo problemas para seguir el ritmo—. ¿Todavía puedes seguir dando clases? —Papá es un grandioso profesor y aunque sé que no le apasiona tanto como cuando trabajaba en el hospital, sé que le importan sus estudiantes.

—La universidad está intentando organizarlo. Me han dicho que detenga todo —suspira—. Tengo estudiantes de posgrado que están entrando en pánico en este momento. He intentado reunirme con ellos por Skype, pero es difícil.

—Skype apesta —acepto—. ¿Qué hay de Google o algo así? Tiene que haber otras opciones para videollamadas. —Le recomendaría las videollamadas de Messenger, pero papá no tiene redes sociales.

—Sí, estamos investigando.

Papá y yo hablamos por un rato, y entre más hablamos, más me preocupo por él. Sé que a él le preocupa que yo esté tan lejos de casa. Claro, estoy casi al final en su lista de preocupaciones, pero sigo ahí. Eso causa un gran peso en mí al colgar.