Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 7: 19 de marzo de 2020
Emmett
9:23 PDT
Los Ángeles, California
—¡Vámonos! —grito a las escaleras.
—¡Jódete, McCarty! —grita Bella en respuesta. Me burlo y me giro hacia Rose, que pone los ojos en blanco.
—Si intenta matarte y tirarte en las colinas, te dejaré ahí —dice secamente. Sonrío y me agacho para besarla. No opone resistencia, lo que significa que probablemente está bromeando.
—Tendrá que seguirme el ritmo para matarme —señalo al apartarme—. Y dudo que pueda hacerlo.
Bella baja las escaleras en ese momento y me enseña el dedo medio. Me burlo otra vez y abro la boca para provocarla más, es entonces cuando llega Alice y me interrumpe.
—De acuerdo —dice, alzando una bolsa—. ¡Todos equípense!
La miramos.
—¿De qué demonios estás hablando? —pregunta Bella.
Alice mete una mano a la bolsa y saca unos cubrebocas desechables. Me inclino, tengo curiosidad por ver, también tiene guantes, antibacterial y otras cosas más en la bolsa que no puedo distinguir.
—¿Qué es esto?
—La bolsa COVID —dice—. La necesitamos cuando vayamos a salir.
Todos la miramos, pero luego entorna los ojos y ninguno se enfrenta a ella. Cada uno agarramos un cubrebocas mientras Jasper sale de la cocina. Cuando estamos todos listos, asiento.
—De acuerdo, ¡vámonos!
…
Hasta ahora la peor parte del confinamiento ha sido estar encerrados. Quiero decir, sí, salgo a correr, pero eso difícilmente cuenta como tiempo afuera. En realidad, no sé si los senderos de la colina están técnicamente abiertos, pero nadie intenta detenernos cuando manejamos hasta allá. Vamos en mi SUV porque es el único carro en el que cabemos cómodamente y entre más nos acercamos, más feliz me siento. Cuando finalmente me bajo del carro, siento que estoy en casa.
Afuera es donde soy más feliz.
—¡Oh, hombre! Mira toda esa ortiga —digo, corriendo lejos del carro. Es casi primavera y hay ortiga en todas partes. Es una lata quedar atrapado en ella, pero la planta en sí es maravillosa—. No toquen esto, chicos. Les regresará la mordida —les grito. Nadie me está escuchando. Me encojo de hombros y miro alrededor a las otras plantas—. Oh, miren, ahí hay…
Bella me interrumpe.
—¿Esto será una jodida clase de botánica?
La miro y sonrío al ponerme de pie.
—Síp.
Se ve como una gatita enojada.
—¿Entonces tengo que caminar y aprender?
Todos se ríen de ella.
—Acostúmbrate, Gatita.
Intenta golpearme cuando me acerco, pero su puño pequeñito rebota en mí. Me río de ella y me enseña el dedo medio. Cuando me doy la vuelta, puedo verla sacudiendo su muñeca por el rabillo del ojo, y me río para mí.
—¡De acuerdo, chicos! ¡Por aquí!
