Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 9: 21 de marzo de 2020
Edward
11:36 PDT
Los Ángeles, California
Apenas llevo poco menos de doce horas en Estados Unidos, y ya me estoy volviendo loco. ¿Dos semanas metido en esta habitación sin nada que hacer más que mirar la puerta de Bella? Tortura real.
Definitivamente Bella es el culo que vi en la videollamada con Alice hace un par de semanas. He estado soñando con ese jodido culo.
Cuando vi esos malditos shorts en ella esta mañana, quise aceptar la oferta justo ahí en ese momento. Jódanme.
Nadie, absolutamente nadie, me ha excitado de la forma en que ella lo hace y ni siquiera ha hecho nada. Ella parece ser problemática, un puto mundo de problemas, pero es la clase de problemas en los que quiero entrar en picada.
Estoy casi seguro de que Alice no lo aprobará.
No es que necesite su aprobación ni nada, pero Bella es su mejor amiga.
Me aseguro de que no haya moros en la costa antes de dirigirme al baño para darme una ducha. Me siento de mierda y no puedo esperar para limpiarme la suciedad del viaje del cuerpo. Debí haberlo hecho anoche, pero estaba jodidamente cansado.
No me topo con Bella al dirigirme al baño, y estoy de igual forma aliviado y decepcionado. Abro la llave de la ducha, espero a que el agua se caliente mientras me desvisto. El baño está limpio, prácticamente vacío, y la curiosidad me gana. Nunca había visto el baño de una mujer sin una encimera llena de mierdas. No hay forma en que Bella pueda ser tan sencilla.
Abro uno de los cajones de arriba y una brusca maldición se escapa de mis labios.
—Jódanme —gimo al ver un jodido consolador gigante en el primer cajón. Es enorme; de ninguna puta manera ella puede usarlo… ¿cierto?
De repente me pongo duro como piedra, mi respiración se vuelve superficial. ¿Por qué carajos está esto aquí? Literalmente lo único que me detiene de marchar hacia su habitación justo ahora es que estoy potencialmente infectado con una enfermedad muy contagiosa.
Vuelvo a dejar el enorme consolador en el cajón y me meto a la ducha, agarrándome la polla.
De ninguna manera voy a sobrevivir entero estas dos semanas.
