Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.


Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!


Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.


Día 11: 23 de marzo 2020

Jasper

14:26 PDT

Los Ángeles, California

Afortunadamente todas mis reuniones de la mañana transcurren con tranquilidad, sin interrupciones de ninguno de mis compañeros de casa, aunque no menos de tres personas me preguntan por la Vaquera. Un par de chicos preguntan si es mi novia y cuando les digo que solo es mi compañera de casa, inmediatamente preguntan si está buena.

Intentaría emparejarlos, pero la mayoría de ellos son patanes y la verdad, por las chispas ardiendo entre Bella y Edward, dudo que tengan oportunidad.

Estoy a punto de terminar el día cuando se abre de golpe la puerta principal. Alzo la vista para ver a Rose riéndose mientras ella, Alice y Bella entran en la casa cargando bolsas de mandado. Las chicas se van directo a la cocina para guardar la comida y termino de enviar mis emails del día antes de ponerme de pie.

—¿Necesitan ayuda? —pregunto, entrando en la cocina. Rose asiente.

—Hay unas cuantas bolsas más en el carro —dice. Salgo para tomarlas. Hace un día precioso afuera y espero pronto poder tomarme un día para estar afuera. Me gusta trabajar porque me da algo que hacer, pero es difícil estar encerrado adentro.

Meto las bolsas a la casa y las dejo en la cocina. Las chicas están sacando todo sistemáticamente, así que las dejo en eso y decido salir a correr.

Subo al otro piso para cambiarme y me detengo cuando veo que la puerta de Edward está abierta. Está sentado en la cama, sus piernas cuelgan por un lado mientras ve su teléfono.

—Hola —le digo a través de la puerta abierta. Alza la vista hacia mí—. ¿Estás bien?

Se encoge de hombros.

—Estoy muy aburrido. —Asiento con simpatía—. ¿Qué vas a hacer?

—Voy a salir a correr —digo, asintiendo hacia el frente de la casa—. Acabo de terminar de trabajar.

Edward gime.

—Hombre, desearía poder ir a correr —gruñe—. Me vuelve loco no poder hacer ningún tipo de ejercicio.

Asiento.

—¿Puedo hacer algo por ti?

Alza la vista para verme sorprendido y luego sonríe un poco.

—Gracias, hombre. Solo me estoy quejando. Estaré bien. —Sacude la cabeza—. Disfruta de tu ejercicio.

Asiento y avanzo hacia mi habitación para cambiarme.