Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.


Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!


Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.


Día 14: 26 de marzo de 2020

Edward

8:13 PDT

Los Ángeles, California

Bella habla dormida.

Me pregunto si lo sabe. No es mucho, y al principio creí que estaba despierta balbuceando sobre algo al azar, algo que he descubierto que es su hábito. Pero no, sigue profundamente dormida.

Sería lindo si no estuviera murmurando actualmente sobre asesinatos.

No puedo recordar la última vez que me sentí así de feliz.

Bella está loca. Más loca, tal vez, de lo que había esperado, pero es jodidamente graciosa e interesante, e incluso cuando está actuando loca, me divierto con ella.

He pasado las últimas veinticuatro horas agradeciendo que ella no pudiera esperar mucho más.

Después de ese maratón de sexo, que francamente fue muy agotador, que ocurrió entre la primera vez que tocó mi puerta y el momento en que mi hermana y todos sus amigos nos escucharon, Bella y yo nos quedamos dormidos, ambos exhaustos. Al despertarnos nos quedamos encerrados en mi habitación, hablando y sí, enrollándonos más. Vimos un poco de televisión en mi laptop, comimos las comidas que mi hermana nos trajo, y en algún momento de anoche, Bella me saltó encima, de lo cual no tenía absolutamente ninguna queja.

No sé hasta qué tan tarde nos quedamos despiertos, pero en general yo no dormía tanto y combinado con el jet lag, estoy bien despierto a pesar de que ella sigue dormida.

Me tomo un momento para mirarla. Es más fácil cuando no está despierta y viniendo tras de mí con algún comentario sarcástico. Me encanta su boca; tanto por lo que me hace como por lo que sale de ella. Pero es agradable tomarme un minuto para verla.

Es jodidamente hermosa.

Su cabello es un desastre y necesita ser lavado. Está extendido sobre mi almohada y mi cara, captando los rayos del sol, y puedo ver que hay un color oro escondido en esos mechones de castaño. Está ligeramente bronceada, de la misma forma en que la mayoría de las personas en Los Ángeles parecen estarlo, al menos por las fotos que he visto. Antes de hace unos días nunca había venido a California.

Mis ojos trazan las facciones de su cara, su afilada nariz, sus mejillas altas, las cuales tienen unas largas pestañas oscuras abanicadas sobre ellas. Su cara tiene forma de corazón, haciéndola parecer más dulce de lo que realmente es, y su dulce boquita, perfectamente fruncida con el arco más delicado del mundo sobre su labio inferior que la hace parecer como el tipo de boca que vertería azúcar de forma constante.

Me encanta que no sea así. Es endemoniadamente vulgar, incluso logró sorprenderme unas cuantas veces. Y Dios mío, es sarcástica.

Aunque eso la vuelve mucho más divertida.

Mis ojos continúan con su análisis, bajan trazando por su pecadora garganta hacia los delicados huesos de su clavícula. Quiero lamer la piel de ahí y me guardo ese pensamiento para después.

Sus pechos son dos manojos perfectos, no enormes, sino lo suficiente para agarrarme, con suaves pezones rosas que responden de inmediato a mis caricias. Mi mente regresa al recuerdo de verlos mientras ella me montaba anoche y sonrío. Sí, son unas tetas muy fantásticas.

Veo el tatuaje entre sus pechos y no puedo evitar sonreír otra vez. Es tan inesperada.

El resto de ella está cubierto por la manta, pero ya conozco los contornos de su cuerpo, la leve inclinación de su estómago, la gentil ladera de sus caderas.

De inmediato puedo recordar la suavidad de sus muslos, el sabor de su dulce coño. Ante el recuerdo, prácticamente puedo sentir sus dedos en mi cabello, jalando, empujando mi cara más profundo en ella.

Tan sexy.

Sabe lo que quiere y es endemoniadamente caliente.

Suelto un suspiro, comprendiendo que me he alterado hasta tener una erección matutina muy substancial.

Bella se mueve en la cama y alzo la vista a su cara mientras sus labios se separan y suspira con gentileza

—Mamón —suspira con una sonrisa suave en el rostro. Tengo que morderme el labio para no reírme en voz alta. No sé qué carajos nos espera a la larga, pero estoy seguro de una cosa: dudo que me aburra en el futuro próximo.