Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 18: 30 de marzo de 2020
Alice
7:43 PDT
Los Ángeles, California
Bostezo al servir agua caliente sobre mi bolsita de té, parpadeo adormilada viendo por la ventana de la cocina. De forma muy lenta, mis patrones de sueño se están viendo cada vez más y más interrumpidos. Han pasado dos semanas y media desde que empezó el confinamiento, y todavía no hay un fin a la vista.
Se está volviendo cada vez más difícil mantener alguna especie de enfoque. La escuela apenas se ha comunicado con alguno de nosotros, Jasper es el único que todavía tiene un trabajo regular, y para acabarla, hemos descubierto un montón de series nuevas en Netflix.
Está matando por completo mi productividad.
Gracias a Dios que Jasper se despierta cada mañana para revisar su trabajo. Me obliga a levantarme también de la cama.
Suelto la tetera, agarro mi taza y la abrazo entre mis manos. Hace un poco de frío esta mañana y todo lo que quiero hacer es acurrucarme otra vez en la cama, preferiblemente con Jasper.
Miro a través de la cocina hacia el comedor, donde se encuentra él instalando su laptop, y no puedo evitar sonreír.
Es extraño tener una idea de lo que podría ser nuestra vida un día mientras nos encontramos actualmente en confinamiento, pero así es como se siente. Así es cómo podrían seguir nuestras vidas. Puede que él no trabaje siempre desde casa, ¿pero despertar con él cada mañana? Sí, eso se siente bien.
No hay ni una sola duda en mi mente; Jasper es el indicado para mí. Es la mejor persona que he conocido. Es dulce y amable y considerado y perversamente inteligente y paciente. Es gracioso y trabajador, y poder pasar todos los días con él es como un milagro. Él es mi futuro y no podría sentirme más agradecida por eso.
Mi corazón se infla con mis pensamientos y salgo de la cocina hacia el comedor. Jasper alza la vista hacia mí mientras enciende su laptop, dedicándome su maravillosa sonrisa torcida que tira de mi corazón.
—¿Vas a trabajar aquí hoy? —pregunta, señalando la mesa. Dejo ahí mi té y estiro las manos hacia él, tomando su cara entre mis palmas. Veo la mirada de sorpresa en su rostro cuando me agacho para besarlo. Reacciona de inmediato, sus labios se encuentran ansiosamente con los míos mientras que sus manos me rodean para acariciarme la espalda, acercándome a él. Me muevo, montándome a horcajadas en él sobre la débil silla del comedor. Sus muslos se sienten fuertes debajo de mí y su maravilloso aroma, fresco a causa del jabón y una leve aridez que siempre huele al desierto en el que creció, me invade.
Los dedos de Jasper se curvan en mi blusa alrededor de mi espalda mientras mordisquea mi labio inferior y jadeo, abriendo la boca. Nuestro beso se rompe y ambos inhalamos profundamente, nuestras frentes están juntas.
—Te amo —susurro, mis ojos se encuentran con los suyos. Su sonrisa es casi desgarradora; ocupa toda su cara, ilumina sus hermosos ojos cafés.
—Te amo más que las estrellas del cielo, Mary Alice —murmura, sus dedos acarician de arriba abajo por mi espalda. Estoy perdida en sus caricias, en la gentil vibración de sus palabras, en el amor en su mirada. Somos demasiado jóvenes para casarnos. Hay otras cosas que ambos queremos en la vida, y aunque estamos seguros el uno del otro, tampoco tenemos prisa.
Pero sé que si Jasper me lo pidiera justo ahora, solo tendría una respuesta. Me casaría hoy con él si me lo pidiera.
Mis manos siguen acunando su hermosa y preciosa cara, mis dedos rascan ligeramente sobre sus suaves mejillas.
—Eres mi para siempre —susurro, tengo la garganta cerrada a causa de todo el amor que tengo por él. Sus ojos se suavizan todavía más y sube los brazos, sus manos me rodean la cara con la misma ternura con la que yo sostengo la suya. Se alza un poco, capturando con suavidad mis labios.
—Eres mi para siempre —murmura también.
