Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 44: 26 de abril de 2020
Emmett
8:37 PDT
Los Ángeles, California
Estoy caminando de un lado a otro afuera de nuestra habitación, esperando que Rose salga del baño. Las chicas entraron ahí en cuanto llegaron a casa y han estado ahí desde entonces. No sé qué significa eso y me estoy alterando.
Mi mente corre con la posibilidad de que Rose esté embarazada. Quiero tener hijos y creo que Rose también, pero no así. No tan pronto, antes de que ella haya tenido la oportunidad de llegar más lejos en su carrera. Por supuesto, si está embarazada, haremos lo que se tenga que hacer, pero estoy rezando para que no lo esté. Necesitamos más tiempo.
La amo y en mi corazón sé que ella es la indicada para mí. Es maravillosa, divertida, amable, y muy inteligente. Lo quiero todo con ella, pero sé que necesita tiempo. Yo no tengo prisa; así que siempre y cuando ella todavía me quiera, puedo esperar.
La puerta del baño se abre y las chicas salen de golpe. Bella pasa directo junto a mí y tiene una mirada de no te metas conmigo en el rostro, así que la dejo en paz. Ella baja las escaleras mientras que Alice se pone a mi lado y me palmea el brazo. Le dedico una pequeña sonrisa antes de concentrarme en Rose. Tiene lágrimas en los ojos, pero se ve feliz y eso me causa un alivio inmediato.
—Rose —digo, jalándola a nuestra habitación. Cierro la puerta mientras ella me mira—. Te amo.
Su cara no podría mostrarse más sorprendida. Sus ojos azules están grandes y bien abiertos mientras me mira, completamente sin palabras.
»Te amo por lo inteligente, tenaz y leal que eres. Por lo paciente y compasiva que puedes ser, incluso cuando no quieres mostrarlo. Te amo por tu ambición en la vida, y por todas las cosas que odias admitir que no puedes hacer. —Me río un poco entre dientes—. Me enamoré de ti a los tres minutos de nuestra primera cita, y cada día que me has dejado amarte desde entonces ha sido el regalo más grande que podrías haberme dado. —Tomo sus manos, agarrándolas con las mías—. Sé lo que estabas haciendo esta mañana —le digo, y abre más los ojos—. Y puedo notar por la mirada en tus ojos que no estás embarazada, pero quiero que sepas que, incluso si lo hubieras estado, yo habría estado justo ahí a tu lado. No porque es lo que se debe hacer, sino porque te amo.
Rose tiene lágrimas en sus ojos y me siento como un patán por hacerla llorar, pero puedo sentir mis propias lágrimas escocer.
Saca ligeramente sus manos de las mías y las sube para acunar mi cara entre sus palmas.
—Me aterra por completo —murmura Rose, su pulgar roza mi mejilla—, pero también te amo.
El mundo se ladea bajo mis pies, siento que estoy cayendo y flotando al mismo tiempo. Me agacho para capturar sus labios. Sabe dulce y un poco salada por sus lágrimas, y a una Rose pura y maravillosa. La mujer que amo, que me ama también.
