Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 52: 4 de mayo de 2020
Bella
21:42 PDT
Los Ángeles, California
—¡Carajo, carajo, carajo! —grito, mis dedos se hacen puño en las sábanas cuando mi orgasmo explota a través de mí, cegándome por un segundo. Edward gime, se corre con fuerza en mí y se deja caer sobre mi espalda.
—Santa mierda —jadea. Estoy de cara sobre la cama y por mi vida que no puedo moverme. Edward se sale de mí y me quejo mientras él gruñe y se deja caer de espaldas—. Todo el puto día —gime. Intento soltar una risita exhausta. Sé que lo he estado volviendo loco todo el día. Se ha convertido en una extraña forma de juego previo para nosotros. Es como si entre más revelo de mí, de mis locas teorías y pensamientos, más se excita él.
Es maravilloso.
—Siento que necesito disculparme con Alice —gimo, girándome un poco para verlo. Le frunce el ceño al techo.
—¿Por qué?
Me estiro, me encanta que todavía puedo sentirlo en mí, detrás de mí. Carajo, no puedo tener suficiente de él.
—Estoy muy segura de que acabamos de faltarle el respeto a toda tu familia y a cada uno de tus ancestros.
Suelta una carcajada tan ruidosa que me sobresalto antes de reírme con él.
—Probablemente estará más molesta porque desviaste la atención del día de Star Wars —dice, sacudiendo la cabeza. Sonrío.
—Eso no fue mi culpa.
Edward se sienta lo suficiente para lanzarme una mirada escéptica, con una ceja alzada y arqueada. Es sexy.
—Se lo compensaré —digo—. De alguna manera.
Edward gruñe y se vuelve a recostar. Ya quiero hacerlo otra vez, pero también me gusta tomarme mi tiempo solo para verlo. Él está mirando mi techo y eso me da la vista perfecta de su perfil. Es casi inquietante lo hermoso que es. Parece tallado en piedra; algo en lo que un perfeccionista pasaría años de su vida trabajando.
Sin embargo, esa apariencia es solo la punta del iceberg de su sensualidad. Es tan gracioso y paciente y endemoniadamente ñoño. Tiene una polla jodidamente fantástica y una labia que usualmente me insta a sentarme en su cara.
Me gusta tener sexo con Edward, pero más que eso, creo que también me gusta como persona.
—Oye —murmuro, picándole el costado. Me mira y me alzo sobre mis codos—. Incluso si no estuviéramos en confinamiento y pudiera elegir, todavía querría tener sexo contigo.
Edward frunce un poco el ceño antes de que una sonrisa aparezca en su cara.
—¿Estás intentando decirme que te gusto?
Bufo.
—Supongo —murmuro, sintiéndome insegura y ansiosa. Edward se sienta un poco, se apoya en un codo para mirarme a los ojos.
—También me gustas —murmura, estirando una mano para jalarme las puntas del cabello—. Incluso si pudiera elegir, también te elegiría a ti.
Sus palabras son vergonzosas, pero también me hacen sentir un poco de calidez.
—Bien.
