Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 74: 26 de mayo de 2020
Edward
10:53 PDT
Los Ángeles, California
—Ves, te lo dije. —Tal vez es lo más estúpido que puedo decirle a Bella, y efectivamente, se estira para pegarme en el brazo. Me río, me sacudo el golpe mientras le paso la laptop de regreso. Tuve que hacer un gran esfuerzo en la recuperación, pero su trabajo está ahí, justo como antes de que se trabara.
Se pone sus lentes y entrecierra los ojos para ver la computadora, concentrándose en las palabras que tiene frente a ella. Todos hemos estado tan ocupados últimamente, intentando terminar y enviar nuestros trabajos finales que siento que apenas he visto a Bella a pesar de que ahora estamos compartiendo una habitación.
No fue que ambos sintiéramos que estábamos listos para eso ni nada así, más bien fue por necesidad, aunque tampoco nos opusimos mucho. La guerra de las bromas se salió de control durante un tiempo y Emmett y Bella estaban peleando tanto que resultaba imposible trabajar en cualquier sitio dentro de la casa. Así que hicimos el Acuerdo de la paz entre bromas que los limitaba a dos bromas por semana. También decidimos que la habitación extra que yo estaba ocupando tenía que ser una oficina cerrada.
Así que a inicios de este mes agarré mis pocas pertenencias y las puse en la habitación de Bella. Todavía se siente como su habitación, más que nada porque yo no tengo muchas cosas, pero no me molesta.
Me levanto de la cama para buscar mi bóxer que Bella aventó al otro lado del cuarto hace casi una hora.
—¿A dónde vas?
La miro sobre mi hombro. Sigue desnuda con la laptop en su regazo, los lentes se le resbalan por la nariz y tiene el cabello despeinado. Se ve tan jodidamente hermosa así.
—Tengo que seguir trabajando en mi proyecto —le digo. Hace un puchero y es tan jodidamente tentador que tengo que apartar la vista—. No me digas que tú no tienes un montón de cosas por hacer —señalo. Bufa.
—Sí, pero me gusta verte.
No puedo contener mi sonrisa al ponerme la camiseta. Bella es ruda, y en realidad muy pocas veces se porta con tanta suavidad, pero cuando se porta así, cuando se le sale, me destroza por completo.
Me giro para agacharme y besarla.
—También me gusta verte. —Le digo entre besos. Se ríe—. Pero si me quedo, ninguno de los dos va a avanzar más en sus trabajos.
Gruñe.
—Y a quién le importa la escuela.
Me río.
—Déjame terminar este capítulo de mi disertación —digo—. Luego seré todo tuyo.
Sonríe, me rodea el cuello con sus brazos y me acerca de un jalón a su cuerpo desnudo.
—Ve a decirles a todos esos viejos académicos remilgados los hechos reales —dice, besándome con fuerza—. Luego ven a hablarme ñoñerías.
Me río, inclinándome para besarla una vez más.
—Trato hecho.
