Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 113: 4 de julio de 2020
Edward
19:46 PDT
Los Ángeles, California
Estoy gratamente borracho, ligeramente quemado y felizmente lleno de perros calientes y deliciosos bocadillos. Ha sido un día casi perfecto.
Todos estamos sentados en la alberca, la mayoría estamos bebiendo cerveza y relajándonos. Todos excepto por Bella, que está acaparando la sandía en una bandeja frente a sí. Está sentada entre mis piernas, la mesita plegable está puesta entre sus piernas mientras sigue comiéndose la fruta.
—¿Todavía no estás llena? —pregunta Alice, dándole un trago a su bebida. Bella gruñe.
—Siempre hay espacio para la sandía.
Me burlo de ella y bebo mi cerveza. He tenido una erección decente desde que vino a sentarse entre mis piernas, y por alguna perversa razón, verla devorar la sandía está empeorando las cosas. No puedo creer lo atraído que me siento por su locura.
Mis dedos suben para juguetear otra vez con los tirantes de su bikini. Ciertamente esta cosa no me ha ayudado en nada.
Bella mueve el culo, presionándose contra mí en una advertencia para que me comporte, y sonrío dándole otro trago a mi cerveza.
—Saben —dice Jasper, llamando la atención de todos—. Este ha sido uno de los mejores 4 de Julio que he pasado.
—¡Bien dicho! —dice Bella, alzando su rebanada de sandía. Todos asentimos.
Nos quedamos ahí sentados platicando, perdidos en la comodidad de estar con buenos amigos, con familia.
…
—Cárgame. —Bella hace un puchero, sus labios sobresalen y me hacen reír.
—¿Comiste demasiada sandía? —pregunto, agachándome para cargarla en mis brazos. Me rodea la cintura con sus piernas, sus brazos me envuelven el cuello y entierra su cara cerca de la mía.
—No, solo me gusta sentirte a mi alrededor.
Su honestidad y la simplicidad de esa declaración me hace apretar los brazos alrededor de ella solo un poco más.
Les deseamos buenas noches a nuestros amigos antes de subir hacia nuestra habitación.
—¿Estás cansada? —le pregunto.
Tararea, dejando un beso en mi mandíbula.
—No estoy demasiado cansada —dice entre bostezos. Sonrío mientras me las arreglo para subir exitosamente las escaleras. Ya he tenido que subirla cargando muchas veces antes; no necesariamente se hace más fácil, pero vale la pena cada vez.
Llego a nuestra habitación y pateo la puerta para cerrarla detrás de mí.
La ropa de Bella está tirada por todo el suelo como siempre, y me tropiezo con una de sus camisetas antes de llegar finalmente a la cama.
Ella se ríe cuando me tropiezo, pero al recostarla me encuentro con su mirada y su diversión cambia, convirtiéndose en deseo.
El calor entre nosotros siempre está ahí, incluso cuando solo estamos pasando el rato. Una mirada de ella y me destrozo por completo.
Me agacho, capturo los labios de Bella con los míos y ella gime, sus manos se mueven de mis hombros a mi cabello. Sus piernas, que todavía me rodean las caderas, me jalan más cerca de ella y lo único que hay entre nosotros son mis shorts y su diminuto bikini.
Me acomodo sobre ella, adorándola con mi boca y lengua y dedos. Solo nos besamos, pero nuestros cuerpos empiezan a moverse por voluntad propia, ondulando gentilmente. No hay prisa, no hay urgencia.
Esto es algo diferente, algo nuevo.
Esto me mueve el alma, me sacude tan profundamente, que estoy resonando con el cambio.
—Edward. —La voz de Bella suena sin aliento, incluso suave, cuando rompe nuestro beso.
Mis dedos suben de sus caderas a su torso, la acaricio al tiempo que le saco la camiseta sobre la cabeza. Me acomodo sobre ella otra vez, mis ojos pasan sobre el puente de su nariz, rosa a causa del sol y rociado con pecas, hacia sus ojos, cálidos a causa de la felicidad y llenos de gozo.
Apenas llevamos poco más de cuatro meses juntos, pero ya es difícil imaginarme mi vida sin ella. ¿Quién habría sido yo sin Bella Swan?
Bella estira las manos, jalando mis labios de regreso a los suyos, y me permito perderme en ella.
Nos deshacemos de la ropa como si fueran preocupaciones y cuando entro en ella, ambos nos estremecemos, encontrando el final perfecto para el día perfecto.
