Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Día 141: 1 de agosto de 2020
Edward
18:48 PDT
Los Ángeles, California
—Por favor no me obligues a ver otro episodio —se queja Bella, dejándose caer en mi cama. Le sonrío sobre mi hombro.
—Cierra la boca; este te va a gustar.
Encuentro el archivo en mi computadora mientras Bella se queja, una vez más, de Doctor Who.
—Nada tiene sentido, es imposible seguir el ritmo, y también ¿esperan que crea en una máquina del tiempo mágica y un hombre que nunca envejece? ¡Ugh! ¡Como si una vida no fuera demasiado para la mayoría de los hombres!
Resoplo al escucharla despotricar mientras encuentro el archivo. La empujo para que se mueva al recostarme en la cama con la laptop sobre mi estómago. Bella se acurruca a mi lado a pesar de sus protestas.
—¿Por qué te interesan estas mierdas tan raras? —Hace un puchero.
—Lo dice la mujer que no cree en los dinosaurios.
Me pega.
—Demuéstrame que estoy mal —me exige.
Sacudo la cabeza cuando empieza el episodio. En realidad, es un dolor de culo ver este programa con ella, pero sigo haciéndolo solo por una razón. Es una miedosa.
—Santa mierda —sisea ni a cinco minutos de haber empezado el episodio. Siento que su cuerpo se encoge al pegarse a mi costado—. ¿Por qué carajos estamos viendo esto? —me reclama con un ojo asomándose para ver la pantalla. Me río y paso mi brazo a su alrededor. Ella se recuesta fácilmente en mi pecho. Es muchísimo más fácil acurrucarme con ella cuando no está luchando conmigo.
Entre más avanzamos en el episodio, más se asusta hasta que se está aferrando a mi brazo con tanta fuerza que duele de verdad. Estoy a punto de decirle que se relaje cuando se sienta con rapidez; me pega en la cara.
—¡Aw! —grito, agarrándome la nariz y parpadeando para alejar el repentino ataque de lágrimas.
—¡Reptilianos en el centro de la Tierra! —chilla—. ¡Lo sabía, carajo! —Ignora por completo mi dolor, tiene la atención fija en la pantalla y no puedo evitar sonreírle. Sabía que esto llamaría su atención.
Intento hacerla que se vuelva a recostar, pero me aparta de un empujón, su atención no se desvía de mi laptop. Suspiro y me recargo, sacudiendo la cabeza. Está absolutamente loca y cree en las cosas más ridículas, pero es algo que amo de ella.
Me remuevo en la cama, un poco incómodo por el lugar donde han aterrizado mis pensamientos, pero luego Bella se gira hacia mí y se baja por mi cuerpo de modo que queda acurrucada en mi costado otra vez mientras se enfoca en la pantalla.
—¿Esta es tu manera de admitir la derrota? —pregunta, uniendo sus dedos con los míos para que queden entrelazados sobre mi estómago.
Bajo la vista y a pesar de que no me está viendo, siento que se me acelera el pulso.
—Sí —susurro, frotándole los nudillos con el pulgar—. Me rindo.
