Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.


Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!


Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.


Día 171: 30 de agosto de 2020

Bella

12:06 PDT

Los Ángeles, California

—¿Bella?

Sigo dormida y esperaba quedarme así, considerando que anoche estuvimos despiertos casi hasta las cuatro.

—No —me quejo.

Edward se ríe entre dientes.

—Nena, despierta. Ya terminé.

Mis ojos se abren de golpe y lo miro. Sigue ligeramente mojado a causa de su ducha, lleva puesta una camiseta y unos shorts. Dios, es delicioso.

—¿Terminaste? —pregunto, procesando lentamente sus palabras. Asiente.

—Terminé. Ya no más tesis. Ya la envié.

Me siento y lo tacleo.

—¡Carajo! ¡Felicitaciones! —grito, envolviéndolo por completo. Se ríe y puedo sentir que el estrés que ha estado cargando todo el verano ya no está en él—. ¿Cómo te sientes?

Me acomodo en su regazo mientras él sacude la cabeza.

—No puedo creerlo —admite—. Tengo mucha adrenalina. Al fin está terminada.

Le sonrío.

—¿Cuánta adrenalina?

Sus ojos se enfocan en mí y se ríe al comprender lo que estoy preguntando. No estoy diciendo que esté privada ni nada así, pero no hemos tenido sexo en, o sea, unos seis días porque él ha estado muy estresado terminado esta tesis, y antes de eso me tenía un poco consentida.

—Iba a llamar a mis padres para contarles —dice lentamente. Hago un puchero, pero empiezo a levantarme de su regazo. Sus manos me agarran la cadera, deteniéndome en mi sitio—. Pero eso puede esperar.

No llama a sus papás hasta mucho, mucho tiempo después.

—¿Y ahora qué sigue?

Estamos desparramados en la cama, envueltos el uno en el otro y nada más. Todos han sido informados que ya terminó su tesis y amablemente nos han dejado a solas durante el día. Ya notificó a sus padres y ahora solo estamos nosotros.

—Pues —dice lentamente, una mano sube por mi espalda—, iba a aplicar para programas del doctorado. —Frunce el ceño y sus dedos siguen trazando inconscientemente. Me remojo los labios.

—Me encanta que seas tan inteligente —digo lentamente. Sus ojos se enfocan en mí—. Pero creo que me gusta decirte master.

Suelta una carcajada, acercándome a él.

—Creo que podría acostumbrarme —bromea. Sonrío y le muerdo el labio. Soy muy mandona, dentro y fuera de la cama, pero las pocas veces que Edward ha tomado el control han sido las experiencias más calientes de mi vida.

—Creo que por ahora voy a ver si esa posición de maestro sigue abierta —dice gentilmente—. Puedo hacerlo en su mayor parte desde casa y eso me dará un poco de experiencia mientras pienso en cuál será mi siguiente paso.

Asiento.

—También podemos jugar al maestro —señalo. Edward se ríe.

—No existe final para los juegos sucios en esa perversa mente tuya, ¿cierto? —bromea.

Le sonrío.

—Por suerte para ti, no, no existe.

Nos mueve para ponerme de espaldas, su cuerpo se posa sobre el mío, está listo para hacerlo otra vez. Alzo las manos, gimoteando y jadeando contra él.

—Carajo, gracias por eso —murmura sobre mi garganta.