Disclaimer: Helluva Boss es creacion de Vivziepop. "Starlight Wings" es creación de TalosLives. Y el concepto de Spiroz y los gemelos Mitsy y Milton es creación de DaniDraws. Por favor apoya la obra original.


Al igual que cualquier otro día escolar, Spiroz tuvo que soportar la mierda habitual: Insultos y sobrenombres a sus espaldas por sus compañeros mientras sus profesores no hacían nada para detenerlo. No es que haya intentado contarles algo más, ya que nunca se hizo nada en primer lugar. Cuando llegó el gimnasio, esta semana eran las quemadas, siendo golpeado por todo el equipo contrario y algunas veces por sus compañeros de equipo por "accidente", como ellos decían... Solo estaba agradecido de haber usado protección durante el partido o de lo contrario no tendría hijos nunca.

La clase de Historia también era horrible para lidiar porque el profesor realmente era un imbécil racista al que le gustaba hablar de la superioridad de las razas de clase alta como Goetia y los Caídos así como la inferioridad de las clases bajas como los diablillos y perros infernales. En particular, hablaba sobre las muchas rebeliones fallidas de diablillos y cómo sus descendientes cargaban con los pecados de sus antepasados y que cualquier persona relacionada con diablillos o tuviera sangre de diablillo debería ser tratada con precaución y desconfianza... Ni siquiera tenía que ver a su maestro mirándolo con desdén para sentirlo como un golpe bajo debido a su condición de mestizo.

La única ocasión que tuvo paz y tranquilidad fue a la hora del almuerzo, sentándose solo con un hechizo invisible a su alrededor, a veces Spiroz sentía que su vida sería mucho mejor si la tuviera el hechizo encima todo el tiempo fuera de casa; Todavía deseaba volver a estudiar en casa, pero ahora era demasiado tarde: Sus padres seguían animándole a hacer amigos fuera de la familia o los gemelos, pero eso era imposible.

En todas las escuelas a las que había ido Spiroz, todo el personal y estudiantes lo odiaban o lo ignoraban. Había intentado, varias veces, cambiar de opinión al tratar de usar su inteligencia para impresionar a los demás, pero lo trataban como a un geek o un mentiroso porque era la idea de alguien con sangre inferior en las venas siendo mejor que genes nobles perfectos no cabían en sus mentes. Luego trató de ser sociable uniéndose a clubes que pensaba que eran interesantes, como un club de astronomía o un club de jardinería... Aquellos que incluso se molestaron en aceptarlo lo hicieron hacer cosas aburridas o lo trataron como chico de los recados para buscar refrescos o bocadillos. No le dejarían hacer ninguna observación de estrellas o manipular plantas.

No, todo lo que hizo fue hacer que se sintiera más alienado, burlado o intimidado, por lo que pronto ni se molestaba en intentarlo: "De todos formas, ¿para qué necesito a otras personas? Tengo a mis papás, mis hermanas, tío Moxxie, tía Millie, Mitsy y Milton. Son suficientes." pensó.

...Pero, ¿por qué aún le dolía cada vez que veía a los demás divertirse y reír como si estuvieran pasando el mejor momento de sus vidas? ¿Por qué lloraba en silencio en su habitación un viernes por la noche? ¿Y por qué no podía mirarse en el espejo sin querer golpearlo?

Pronto sonó la campana y Spiroz suspiró. El almuerzo había terminado, pero tendría lidiar con la escuela unas horas más antes de ser libre. Justo cuando disolvió el hechizo y se levantó, sintió que algo lo agarraba por detrás y lo levantaban. ― ¡¿Qué mierda...?!―Miró a su alrededor y vio que un árbol lo sostenía con sus ramas con vida propia. Antes de que pudiera considerar lo que estaba pasando, lo voltearon boca abajo mientras los otros estudiantes se reían de esto y tomaban videos. Miró a su alrededor buscando al que manipulaba el árbol hasta que vio a una demonio de piel y cabello verde con ropa roja, raíces y hojas cubrían partes de su cuerpo, flores venenosas de varios colores en su cabello, acurrucada junto al torturador principal de Spiroz, Zolrick. Spiroz rápidamente la reconoció como una Abduscius (1), un monstruo que manipulaba la naturaleza y muy probablemente la última novia de Zolrick, a juzgar por lo pegajosos que se veían.

―Hay rarito.―Le preguntó Zolrick acercándose con su petulante chica. ―. ¿Por qué cuelgas?

― ¡Bájame, Zolrick!―gritó Spiroz haciendo una mueca de dolor por toda la sangre llegándole a la cabeza.

―Lo siento, rarito, esta vez no soy yo.― se rió Zolrick asintiéndole a su chica. ―. Es trabajo de Willow. ¿Por qué no se lo pides? Tal vez si dices 'por favor', ella lo hará.

Spiroz quería maldecir pero se contuvo y suspiró. ―Por favor, Willow. Déjame ir.

―Hmm, tal vez.―replicó Willow, presionando un dedo contra su barbilla. ―. Oye Zol, ¿no dijiste que querías practicar boxeo hoy? Bueno, ¿por qué no Spiro te ayuda, como el buen amigo que es?

Spiroz palideció al darse cuenta de lo que esto significaba cuando Zolrick sonrió y levantó los puños. ―¿Por qué no? Su cabezota sirve como buen saco de boxeo.

Spiroz intentó conjurar algo, pero Zolrick ya empezó a golpear en su rostro con sus dos puños ardiendo en llamas. Golpeó, y golpeó a Spiroz una y otra vez con diferentes combinaciones mientras el mestizo sentía que su pico se doblaba en diferentes direcciones mientras la sangre se esparcía por todo el suelo; Podía sentir sus mejillas ardiendo mientras sus ojos casi se hundieron por todos los golpes, todo mientras un multitud vitoreando. El dolor fue demasiado para Spiroz, y comenzó a llorar, lo que solo hizo que la risa fuera aún más intensa antes de que un golpe final en la sien hiciera que Spiroz solo escuchara un zumbido en los oídos.

Finalmente Willow lo dejó caer, pero Spiroz estaba demasiado lastimado incluso para levantarse mientras el mundo daba vueltas... Por lo poco que podía ver, claro. Zolrick le dijo algo mientras miraba hacia abajo, pero el zumbido en sus oídos simplemente bloqueó todo. Comprendió lo que significaba la saliva en su rostro, pero considerando cómo el escupitajo se mezclaba con sus lágrimas, era difícil decir en qué parte de su cara aterrizó.

...

―Juro que mataré a ese hijo de perra. ¡Solo déjame clavarle un cuchillo en el estómago o un escopetazo en la cara antes de reducirlo a cenizas!

―Mitzy, que estás enojada, ¿pero podrías concentrarte en limpiar los cortes?

―Perdón.

Spiroz hizo una mueca cuando sus mejores amigos, los gemelos Mitzy y Milton, lo ayudaban a lidiar con las cicatrices que le quedaban en la cara por la golpiza de esta tarde. La enfermera de la escuela y algunos de sus propios hechizos de curación podrían reparar la mayor parte del daño, pero había pequeñas cicatrices que permanecerían allí durante unos días hasta que su capacidad de regeneración demoníaca lo arreglara. Solo necesitaba mantenerlos limpios y cubrirlos con maquillaje para esconderlos de sus papás... Que sin duda, estarían exigiendo respuestas de verlos, y eso haría que las cosas empeoraran.

Cuando los gemelos terminaron, Spiroz se levantó lentamente y comprobó su apariencia en el espejo de su habitación. Después de inspeccionarlo miró a los gemelos, que le daban reconfortantes sonrisas... Uno podría pensar que Spiroz era al menos cinco o seis veces mayor que los gemelos debido a la gran diferencia de altura, pero en realidad él solo era dos años mayor.

Mitzy era una perfecta versión infantil de su madre Millie, pero mantenía su cabello mucho más sedoso y largo de lo que solía tener su madre, conservando su misma forma de los cuernos. Sin embargo tenía el estilo de vestir de su padre, usando un traje con corbatín como él, solo que el de ella era azul en vez de rojo. Por otro lado, Milton mantenía corto su cabello blanco salvo por un pequeño mechón sobre la frente y sobre el nacimiento de sus cuernos, iguales a los de sy padre Moxxie. También usaba ropa más holgada, una camiseta de su banda de metal favorita "Vectalica", jeans negros rotos y guantes sin dedos con pinchos. También había otra diferencia entre los gemelos y era las armas en sus cinturones. Al ser criados por sicarios expertos en armas, ambos niños habían crecido amando ciertos estilos de matar: Mitzy era la princesita de papá y era una experta tiradora, por lo que tenía varias pistolas, revólveres y una escopeta de doble cañón escondidas consigo. Milton por su lado heredó el amor de su madre por rebanar cosas con al menos media docena de cuchillos escondidos en toda su ropa, incluidas unas cuchillas ocultas debajo de sus guantes. Las únicas similitudes de los gemelos eran las pecas blancas en sus mejillas heredadas de su padre y los ojos y la forma de la nariz heredadas de su madre.

―Gracias, perdón por hacerlos venir aquí para ayudarme con esto.―dijo Spiroz en un suspiro, sentándose cerca del escritorio de su computadora.

―Relájate, Spiro.―replicó Mitzy alegremente y agitando su mano como si no fuera gran cosa. ―. Siempre estamos dispuestos a ayudar. Además estábamos jodidamente aburridos, así que pensábamos igualmente en venir y hacer algo.

―Sí, con papá y mamá pasando la noche con tío Blitz, yo tampoco estaba de humor para sentarme en casa todo el día.―secundó Milton encogiéndose de hombros mientras sacaba su teléfono.

Mitzy puso los ojos en blanco. ―Esa está buena: Todo lo que haces es lanzar tus cuchillos, buscar poesía aburrida online y escuchar tu música mierdosa.

―Oye, My Homunculus Divorce tiene mucho más simbolismo profundo en sus canciones de lo que crees.―respondió Milton mirando feo a su hermana, quien le sacó la lengua. ―. Además es mejor que tu mierdoso pop country.

― ¡De cualquier modo!―exclamó Spiroz interrumpiéndolos antes de que los gemelos pudieran tener otra pelea. ―. Dado que nuestros padres están ocupados, así como mis hermanas, ¿qué quieren hacer ustedes dos? ¿Pedir pizza y ver una película?

― ¿Pensé que querías ir a observar las estrellas esta noche? Por a la gran lluvia de meteoritos que se acerca.―inquirió Mitzy cruzando los brazos.

―Pues sí.―refunfuñó Spiroz entrecerrando los ojos. ―. Pero con mis padres ocupados no puedo ir.

― ¿Y quién dice que no podemos?―respondió Mitzy con una sonrisa, y los chicos se miraron nerviosamente. ―. ¿Qué?

―Cada vez que dices algo así, siempre nos metemos en problemas.―señaló Milton con cautela.

―Menciona alguna vez que eso sucedió.―le retó Mitzy con burla.

― ¿Recuerdas cuando en nuestras vacaciones de verano nos metiste en el Emisario Angelical en la ciudad capital porque querías ver si los ángeles realmente tenían cien ojos y alas?―inquirió Spiroz levantando una ceja. ―. ¿Y cómo nos persiguieron media docena de guardias de seguridad armados antes de que pudiéramos escapar, pero aún así nos castigaron por seis meses?

― ¡Oye, podríamos haber salido de allí sin ningún problema si Milton no se hubiera tirado un pedo tan fuerte para asustar a un elefante en el pasillo!―señaló Mitzy con su dedo hacia su enojado hermano. ―. Y todo porque no pudo resistirse al buffet del comedor.

―No es mi culpa que la comida angelical cause gases...―murmuró Milton con las mejillas rosadas.

― ¡De cualquier modo! ―exclamó Mitzy con una palmada.―. Mira, todos queríamos ir a ver la lluvia de meteoritos, ¿verdad? Así que vayamos al lugar habitual de la Tierra y lo vemos. Quiero decir, ir a un lugar bien lejos de la civilización humana dónde nadie se molestaría en venir allí así que no tendremos preocuparnos por los disfraces y cosas así. Podemos mirar las estrellas durante dos o tres horas, volver a casa e ir a la cama sin que nadie se dé cuenta de lo que pasó.

Brillante plan, Napoleón. Solo hay un problema: no tenemos el libro del príncipe Stolas para abrir un portal al mundo humano. Está en la oficina del I.M.P.―Le señaló Milton.

―Sí, pero al igual que con cualquier cosa en papel, se puede copiar.―replicó Mitzy mientras sacaba una página de aspecto familiar de un libro que ambos niños habían visto antes. ―. Lo copié cuando nadie estaba mirando y pensé que sería útil algún día.

Spiroz tomó la imagen de la mano de su amiga y la miró en detalle. ―S-sí, está todo. Tiene las instrucciones, las palabras y todo.

―Y ya que tú eres el mágico entre los tres, apuesto a que será pan comido hacerlo, ¿verdad?―agregó Mitzy alegremente. ―. ¡Vamos! Podemos estar de vuelta en casa antes de que alguien se dé cuenta.

Tanto Spiroz como Milton se miraron antes de que el primero suspirara y se levantara.―Prepararé la cena.


Después de preparar algunos sándwiches y algunas cositas más, Spiroz les avisó a los sirvientes y guardias que no lo molestaran a él y a sus amigos ya que querían tener un tiempo a solas. Incluso puso algunos escudos de protección y privacidad alrededor de su habitación por si acaso. Después de enviar un mensaje de texto a sus padres preguntando cuánto tiempo estarían trabajando, que serían unas pocas horas más, el trío se preparó y Spiroz leyó la inscripción justo cuando los gemelos terminaban el círculo de runas. El portal pronto se abrió a través de llamas azules, y vieron su campo de observación de estrellas favorito en el mundo humano, completamente intacto.

Caminando a través de él, Spiroz respiró hondo y suspiró al sentir el aire fresco y natural. Siempre prefirió pasar el rato en el plano de los mortales que en el Infierno, y algunos de sus mejores recuerdos al crecer fueron cuando su familia solía viajar a las diversas ciudades y lugares exóticos del planeta. Los humanos parecían más interesantes que los demonios (por otra parte, la mayoría de los demonios odiaban a Spiroz), por lo que a menudo investigaba sus libros, música, historia y más. Su papá incluso bromeó diciendo que su hijo a veces parecía más humano que demonio, pero para Spiroz eso era un cumplido... Si no fuera por el hecho de que para los demonios era ilegal vivir permanentemente en el reino humano debido al tratado entre el Cielo y el Infierno, Spiroz felizmente construiría una casa allí tras graduarse.

―Parece que esta noche será despejada.―señaló Milton mientras ajustaba los telescopios y otros equipos para la lluvia de meteoritos. ―. ¿Cuánto tiempo falta para que comience?

―Unos treinta minutos.―contestó Spiroz con una sonrisa. Después de un largo día de pura tortura, se alegraba de que al menos iba a ver la lluvia de meteoritos como había querido, incluso si la mayoría de su familia no iba a estar con él. ―. Vamos a configurar todo lo más rápido posible.―Justo cuando estaban a punto de hacerlo, el teléfono de Spiroz comenzó a sonar, así que se acercó a contestar mientras los gemelos seguían trabajando. ―. ¿Hola?

"¡Hey, Spiry!"―gritó Blitzø mientras disparos sonaban en el fondo. ―. "¡Solo quería ver cómo estabas mientras nos enfrentamos a estos albaneses! ¡Tu viejo va a superar el récord de decapitaciones! ¡Van cuarenta y siete!"

Spiroz puso los ojos en blanco y sonrió. ―Y aún sigues detrás del récord combinado de tía Millie y Loona con ciento nueve.

"¡Oye, podría haber ganado ese concurso si ellas no hubieran tomado las cuchillas buenas! ¡Los estoques (2) son una mierda para decapitar a la gente!" ―exclamó Blitzø y estalló una explosión de fondo, junto con un humano agudo que gritaba por su mamá. ―. "Como sea, eh, sólo quería asegurarme de que no estabas enojado porque tu padre y yo no podíamos ir a ver la lluvia de meteoritos".

―Está bien, papá.―dijo Spiroz mordiéndose la lengua para contener su pequeña y creciente sensación de culpa por mentir. ―. Cosas que pasan. Además no eres gran fan de estas cosas de mirar las estrellas como padre y yo.

"Sí, pero... me importaba pasar tiempo contigo."―susurró Blitzø, lo que hizo que los ojos de Spiroz se agrandaran. ―."Mira, me estoy haciendo mayor y tú también. Tienes catorce años, y en unos años más serás un adulto. Solo quiero pasar el mayor tiempo posible contigo. Entonces, ¿qué tal si hacemos algo este fin de semana? ¿Juntos?"

―Yo... Claro, papá. ¿Qué tal si vamos a la pista de carreras? ¿Vemos a los ponis y los vemos correr? Suena genial.―replicó Spiroz con una gran sonrisa.

"¡Buena idea, chico! ¡Y...! Ah, mierda, es hora de sacar las armas pesadas. Lo siento, Spiro. Tengo que irme ahora. ¡Nos vemos mañana en el desayuno!"

La llamada se cortó, pero Spiroz apagó su teléfono con calma y regresó con sus mejores amigos, quienes tenían todo configurado. Mitzy notó su sonrisa y preguntó: ― ¿Qué pasó?

―Nada.― dijo Spiroz con una cabezada. ―. ¿Empezamos ya?


Tal como esperaba Spiroz, la lluvia de estrellas fue todo un espectáculo. Como estaban cerca del punto radiante, muchas de las rocas espaciales parecían incluso más cercanas de lo normal al punto donde algunas de ellas parecían estar flotando justo encima de ellos; Era una vista impresionante que Spiroz y los gemelos contemplaron con asombro mientras comían. Los patrones dinámicos y los rastros que dejaron eran todo el entretenimiento que necesitaban. Al mismo tiempo Spiroz alegremente señalaba cosas sobre cada meteorito y las predecía con precisión mientras sus amigos simplemente se sentaban y escuchaban.

También estos meteoritos tenían un efecto mágico particular que solo las criaturas sobrenaturales como ellos podían sentir: Se decía que tenían un orbe oculto único dentro de ellos conocido como mananita, que ayudaba a potenciar las propiedades mágicas de varios objetos combinados con la alquimia. Esto llamó la atención de los gemelos cuando Mitzy preguntó: ―¿Qué tipo de objetos?

―Oh, cualquier cosa en realidad.―respondió Spiroz con una sonrisa mientras contaba con los dedos. ―. Armas. Armadura. Ropa. Pasajes secretos. Máquinas... Lo único que te limita es la cantidad que puedes conseguir. Mientras más mananita tengas, puedes hacer más cosas con ella, siempre que puedas crear una compleja ecuación alquímica y tengas los materiales productos químicos adecuados para obtener las funciones que deseas.

― ¿Podrías hacerlo? Como... ¿hacer algo genial con eso?―preguntó Milton inclinándose.

Spiroz se frotó la nuca y sonrió con nerviosismo. ―Bueno, he tenido un éxito decente en pequeñas cantidades de alquimia. Pero un intento tan avanzado sería...

― ¡No dijo que no!―saltó Mitzy levantándose, parecía lista para correr hacia el bosque. ―. ¿Qué tan cerca estarían de nosotros esas piezas de meteorito?

―Lo más cercano sería de tres a cinco millas, pero no todos tendrían mananita, y las probabilidades son…―Spiroz enmudeció al ver a los gemelos sonreír y dirigirse hacía donde caían los meteoritos. ―. ¡E-Espera un minuto! ¡¿No deberíamos formar un plan o algo?!

― ¡Que plan ni que nada! ¡Quiero encontrar una mananita y usarla para hacer que mi guitarra eléctrica se encienda cada vez que la toque!―gritó Milton por encima del hombro mientras corría.

― ¡Sí! ¡Yo quiero usarlo en mi bicicleta para ver si puedo hacerlo volar!―Le secundó Mitzy.

Antes de que Spiroz pudiera detenerlos, ya se habían adentrado en el bosque, emocionados. El demonio mitad diablillo y Goetia puso los ojos en blanco antes de caminar en la misma dirección. "Supongo que podría usarlo para escanear mis libros favoritos y hacer que me lo lean con la voz que yo elija." pensó.


Una hora más tarde, Spiroz se estaba arrepintiendo.

Había estado buscando cualquier trozo de meteoros esporádicos sin éxito, y sus pies le estaban matando. Nunca había sido el más capaz físicamente de su familia, a pesar de que su papá y su hermana mayor eran sicarios, prefiriendo leer en su habitación en lugar de entrenar... Y por supuesto, eso siempre le pateaba el trasero.

"Como ahora, cuando siento que estoy a punto de morir de calambres en los pies." pensó Spiroz mientras luchaba por seguir caminando. Cerrando los ojos, se debatió enviar mensajes de texto a sus amigos para que se reunieran en el campamento cuando sintió que sus pies tropezaban con algo y se cayó por una pequeña colina, maldijo ante cada piedra y rama rota en su cuerpo aterrizó antes rodar sobre su espalda. "Uf, maldita sea, naturaleza. Te amo y abusas de mi al mismo tiempo."

Un gran jadeo hizo que los ojos de Spiroz se abrieran cuando pronto vio algo blanco... No cualquier blanco, sino un blanco como la nieve combinado con un brillo celestial que hizo que todos sus instintos se congelaran. La cara de Spiroz se puso aún más blanca de lo habitual cuando se encontró mirando cara a cara con otro ser dentro de este bosque... Esto debería haber sido casi imposible considerando que estaban tan lejos de la civilización humana, pero esta persona frente a él no era humana.

Ella era una lechuza como él, pero mientras en su familia eran similares al gran búho cornudo, este era un búho nival. Era de un blanco puro con manchas negras en sus alas con plumas y puntas negras que se ensanchaban con sorpresa mientras cubrían su pico negro con expresión de shock. Su cabello era largo y suelto, llegando hasta la mitad de su espalda con un brillo místico junto, con largos bordes negros en las puntas. Sus orejas, levantadas en estado de alerta, eran parecidas a plumas a los lados de su cara.

No era una humana, pero tampoco una demonio... Porque en la parte superior de su cabeza había un halo que brillaba en la oscuridad, mientras que sus ojos eran de un azul brillante con las pupilas blancas, abiertas por el asombro... Era un ángel. Una jodida ángel.

Spiroz podía sentir que todo su corazón casi se paraba de terror y el sudor le caía por la cara. Comenzó retroceder mientras respiraba profundamente, fijándose en la capa gris de la búho angelical: Su atuendo no gritaba "exorcista" o "militar", pero Spiroz sabía que era mejor no correr riesgos; Todos los ángeles eran peligrosos hasta cierto punto, y aunque todavía era más alto que ella, pero no por mucho, se sintió intimidado al ver por primera vez a un archienemigos de su raza... Claro, había un tratado, pero aquí estaba Spiroz, un demonio, corriendo por el reino de los humanos cuando se suponía que no debía hacerlo.

El ángel solo siguió mirándolo con el pico bien abierto mientras su capa gris flotaba por el viento y sus alas batían un poco. Su mirada era hipnótica, y Spiroz no pudo apartar la mirada... Era como mirar fijamente una tormenta invernal con estrellas ardiendo de fondo, tan extraño y de otro mundo que asustó y a la vez tranquilizó a Spiroz. Ella dio un paso adelante, sus botas negras aplastaron algunas ramitas mientras Spiroz seguía retrocediendo hasta que su espalda chocó contra un árbol; Spiroz conocía muchos hechizos que podría usar en este momento para defenderse o escapar, pero estaba demasiado aterrorizado cómo para moverse... Todo su cuerpo estaba congelado, y se preguntó si el ángel había hecho eso en el momento en que la miró fijamente.

―E-Eres un demonio...―susurró ella con asombro mientras se acercaba más. ―.Un verdadero... demonio...

"Oh, mierda. Oh, mierda. Oh, qué me jodan, es el fin. ¡Voy a morir! Lo siento papá. Lo siento, padre. Los amo a ambos. Loona y Octavia, las amo. A ustedes también, Milton y Mitzy, ustedes y sus padres fueron maravillosos conmigo." pensó Spiroz mientras cerraba los ojos y casi lloraba. "¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Por favor perdóname!"

¡...ESO ES TAN GENIAL!

Los ojos de Spiroz se abrieron de golpe mientras miraba a la búho angelical que tenía una brillante sonrisa y estrellas en sus ojos. Él inclinó la cabeza y abrió la boca un par de veces, pero no salió nada hasta que finalmente preguntó: ― ¿...Eh?

Inmediatamente, como una iluminación, el ángel estaba frente a él, mirándolo y tocando partes de su cuerpo como sus piernas, brazos, pecho y cabeza, como si estuviera probando un nuevo mueble en exhibición. Spiroz, a pesar de sentirse incómodo, se quedó en un silencio atónito mientras el ángel continuaba hablando. ― ¡Mírate! ¡Nunca había visto un demonio como tú antes! Por supuesto, no veo a muchos a menos que estén aquí para negociar con el Cielo, pero aún así viéndote. ¡eres uno del que nunca he leído! ¡No creo que mi mamá me haya hablado nunca de alguien como tú! ¡Y aprendí todo sobre demonología de ella!

Ella se rió cuando comenzó a rascarse la cabeza mientras miraba profundamente a los ojos de Spiroz mientras él trataba de retroceder un poco.

―Hmm, obviamente eres de origen aviar. Eso lo reduce a unas catorce razas diferentes, pero no eres del tipo fénix a pesar de tus plumas rojas, ya que no estás en llamas, ni hay olor a ceniza que es comúnmente asociado con ellos. No eres un cardenal (3) ya que no hay ningún tipo de demonio inspirados en esos. Tienes algunas características como de un cuervo, pero más probablemente basadas en un descendiente tuyo... No, definitivamente eres un tipo de búho. Eso descarta siendo una raza inferior...―Levantó sus brazos y luego revisó sus piernas antes de preguntar: ―. ¿Puedo ver tu trasero?

¡¿Mi qué?―preguntó Spiroz incrédulo.

― ¡Tu cola! ¡Necesito ver tu cola! ¡Un segundo!―Luego lo agarró por los brazos y lo levantó antes de darle la vuelta. Spiroz se sonrojó al darse cuenta de que ella estaba revisando su trasero, de todas las cosas. ―. Hmm, las plumas largas y oscuras están asociadas normalmente con los demonios Goetia, así que debes ser un demonio Goetia. ―Luego le dio la vuelta de nuevo mientras Spiroz, de pie perfectamente quieto, observaba cómo le frotaba la barbilla de nuevo y miraba profundamente absorta mientras ella continuaba analizándolo. ― Hay más de ciento dieciséis casas de linaje menor con aspecto de búho, pero solo dos casas de linaje principal las tienen. La 37 y la 51―Luego echó un vistazo más de cerca a su ropa. ―. ¡Uf, desearía haber estudiado mejor la moda de la nobleza demoníaca! ¡Y lo siento, pero no puedo ignorar esto por más tiempo!

Luego agarró a Spiroz por las mejillas y lo acercó tanto que casi se tocaban los picos. Los ojos de ella se iluminaron aún más mientras sus manos se movían hacia sus cuernos, lo que hizo temblar a Spiroz.

― ¡¿Qué es esto ?! ¡¿De verdad?! ¡Tus ojos no se parecen en nada a los de un demonio Goetia, y tienes cuernos de diablillo! ¿Cómo es que los tienes? A menos qué... ¡NO PUEDE SER!―Luego retrocedió, emocionada. ―. ¡Eres un hijo del amor entre un diablillo y un demonio de Goetia! ¡Oh, Espíritu Santo, no pensé que tal cosa fuera posible con el Infierno teniendo su extraño sistema basado en castas! ¡Eres como una nueva raza de demonio! Oh Dios mío, ¿soy la primero en encontrarte? ¡Guau, catorce años y estoy descubriendo cosas nuevas sobre demonología! ¡Quiero decir, mírate! ¡Te ves increíble!

― ¿...En serio?―preguntó Spiroz con una expresión de asombro. Nunca antes nadie fuera de su familia había dicho algo tan positivo sobre su apariencia. Cada demonio que había conocido lo llamaban fenómeno o abominación... Pero aquí estaba este ángel, su opuesto en la escala divina de la creación, diciéndole que se veía... ¿increíble?

El ángel luego se abofeteó la cara. ―¡Uf! ¡Lo siento, olvidé presentarme y preguntarte el tuyo! ¡Lo siento! ¡Lo siento! Mis padres siempre me dicen que estoy reaccionando antes de pensar...―Luego le tendió la mano y le sonrió cálidamente. ―. ¡Soy Hedwig! ¡Hedwig Illuminus! Y sí, me llamo así por el búho nival de Harry Potter. Lo oigo todo el tiempo.

Spiroz miró la mano alada que le ofrecían. Por un segundo no supo qué hacer. Pero por instinto, lentamente levantó la mano y la estrechó. ―. Spiroz. La 'z' es muda.

Inclinó la cabeza y preguntó: ―. ¿Entonces tu nombre es Spiroz, pero prefieres que te digan Spiro?

―S-Sí.―respondió él frotándose la nuca. ―Es... bueno... complicado.

― ¡Me gusta!―respondió Hedwig con una sonrisa. ―. ¡Me recuerda a Spyro el Dragon! ¡Me encantó ese juego cuando era niña! ¡Creo que La Trilogía Reavivada hizo un gran trabajo rehaciendo los tres juegos originales! ¿Lo has jugado?―Antes de que Spiroz pudiera responder, una melodía que sonaba celestial salió del bolsillo de la capa gris de Hedwig, ella sacó un teléfono blanco y azul.―.¿Hola? Oh, no, papi. Estoy cerca. Estaba hablando con un amigo.

"¡¿A-Amigo ?!" pensó Spiroz con la mandíbula caída. "Me encuentro con ella por solo diez minutos, y ella me toca como un experimento de laboratorio... ¿Eso me convierte en su amiga? Espera un minuto. ¡Soy un demonio! ¡Ella es un ángel! O... ¡no sé qué diablos es ella! ¡¿Quién es ella?!"

― ¡Oh, estaré allí! ¡Volveré pronto!―dijo Hedwig en la llamaba antes de colgar. Volviéndose hacia Spiroz, se sonrojó y dijo: ―. Lo siento, mi papá quiere que vuelva a nuestro campamento. Vinimos aquí para ver la lluvia de meteoritos. ¡Nos vemos luego, Spiro!

Y así, el ángel extendió sus alas y comenzó a voló más adentro del bosque, dejando a Spiroz inmóvil como una estatua, parado allí durante unos minutos hasta que finalmente dijo algo al darse cuenta de que ella se había ido:

― ¿Qué carajo acaba de pasar?

CONTINUARÁ.

Glosario/Notas:

(1) Abduscius: Demonio que desarraigaba árboles enormes y aplastaba humanos con ellos.

(2) Estoque (O Espada Ropera): espada de hoja recta y larga, esgrimida a una mano. Se le llama espada ropera porque se cargaba como un aditamento de la ropa, generalmente usada por moda y como arma de defensa personal. Su nombre es de origen español.

(3) Cardenal: (Cardinalis cardinalis) es una especie de ave paseriforme cantora que vive en Centro y Norteamérica, hasta el centro occidente de Venezuela. Se le puede encontrar en bosques, jardines y pantanos. Presenta dimorfismo sexual en su coloración; el plumaje del macho es rojo brillante.