Cualquier demonio te diría que el noventa por ciento del Infierno es un lugar peligroso: Sus habitantes arriesgaban la vida viviendo en él todos los días del año mientras miles terminaban muertos a diario. Sin embargo, había algunas "áreas seguras" donde los demonios podían relajarse fácilmente sin temor a ser abatidos, explotados, pisoteados o en otras maneras de terminar como un cadáver... La mayoría de estos eran donde vivían los ricos, por supuesto. Aun así, había algunos lugares a los que podía ir el ciudadano común del Inframundo, siempre que tuvieran una cantidad decente de dinero en efectivo, por supuesto.

Uno de esos lugares era Hellotopia, también conocido como el "Six Flags del Infierno". A diferencia de algunos parques como Loo Loo Land, Hellotopia si fue diseñado para ser divertido, seguro y entretenido. A pesar de ser un poco más caro, atraía a todo tipo de demonios que querían una experiencia divertida y que estaban dispuestos a gastar un poco de dinero extra... Así que no fue una sorpresa para nadie cuando Blitzø tocó el claxon otras cuatro docenas de veces mientras el tráfico continuaba impidiéndoles avanzar. Sacando la cabeza, Blitzo gritó: ― ¡Muevan YA sus putos autos, imbéciles! ¡Les juro que si no pones el trasero de tu auto en marcha, sacaré el lanzagranadas de la parte de atrás y comenzaré a usarlo con ustedes, cabezas de escroto!

― ¡Blitzø! ―Le reprendió Millie cuando lo agarró de vuelta al interior del auto. ―, ¡sé que estás enojado, pero eso no significa que debas maldecir así frente a la niña!

Blitzø se volvió hacia la parte de atrás donde Moxxie lo estaba mirando mientras este cubría los oídos de una confundida Loona. ― ¡Oh vamos! ¡Loona sabe más palabrotas que yo!

― ¿A los siete años? ―inquirió Moxxie quitando las manos de sus orejas.

― ¿Qué pasó? ―preguntó Loona inclinando la cabeza.

― Tu papá estaba diciendo algunas malas palabras. ― señaló Millie.

― ¿Cómo mierda? ―Loona preguntó inocentemente, lo que hizo que el matrimonio de diablillos mirase a Loona en estado de shock. ―. O joder, o chupapollas, o puta, o mierda, o...

― ¡Muy bien, ya entendimos! ―exclamó Moxxie. Puso los ojos en blanco y se palmeó la cara. ―. Debería haberlo sabido mejor... él la crió después de todo...

Blitzø no pudo evitar sonreír antes de darse cuenta de que los carriles se estaban moviendo de nuevo. Hundiendo el pedal a fondo, pasó por cada uno de los autos antes de poder finalmente llegar a su salida final; Su destino estaba a la vista ya que Loona se deslizó hacia la ventana y presionó su rostro contra ella con asombro. Millie y Moxxie estaban igualmente sorprendidos, ya que nunca antes habían estado en Hellotopia. Al mismo tiempo, Blitzo solo pudo sonreír al verlo. Tenía tantos buenos recuerdos que casi se sentía extraño regresar aquí.

― ¡Mira! ¡Mira! ¡Puedo verlo, papá! ¡Puedo verlo! ―gritaba Loona cuando el auto comenzó a moverse tan rápido que se volvió borroso.

―Yo también puedo verlo, Loony, pero por favor siéntate. ―contestó Blitzø ―, estaremos allí en solo unos minutos.

― ¡No puedo esperar a volver a entrar allí! ¡Me pregunto qué ha cambiado desde la última vez que fuimos allí hace un año! ― preguntó Loona con alegría.

Técnicamente, han pasado trece años... ―murmuró Blitzø para sí mismo, pero no iba a dejar que su hija supiera que técnicamente se suponía que ella tenía diecinueve.

En su segunda llamada con Stolas, se dejó en claro que Loona no debería saber la verdad debido a lo complicado que sería explicárselo y sin saber cómo reaccionaría. La otra cosa que Stolas le dijo a Blitzø fue que Loona, después de que volviera a ser su yo de diecinueve años, recordaría todo lo que sucedió. Una parte de él se preguntaba qué pensaría su hija sobre todo esto más adelante, pero tal vez era una oportunidad para demostrarle que todavía la amaba.

...O tal vez Loona lo mataría y se orinaría sobre su cadáver. Honestamente, podría ser de cualquier manera.

― No te ofendas, Blitzø―dijo Millie al volver la cabeza hacia su jefe, ―, pero ¿cómo pudiste permitirte algo como esto la última vez?

―Bueno... me estaba yendo bastante bien, pero ese dinero vino de un trabajo que pagaba muy bien. Además, era necesario ya que... tuvimos un incidente en ese entonces... ―respondió Blitzø, agarrando el volante.

― ¿Por qué? ¿Qué pasó? ―preguntó Moxxie, a lo que Loona gimió lentamente y se sentó lentamente en su asiento.

La expresión al principio feliz se había convertido en una tranquila y triste antes de dar un profundo suspiro. ―Tuve un día horrible en la escuela. Billy Basta se burlaba de mí todo el tiempo porque soy el único perro infernal allí. Ese día me dijo algo que no quería que fuera verdad...

(Hace trece años...)

Ugh, uno no puede sacar sangre seca de espadas y hachas con el detergente para platos que te dan estos días...―gruñó Blitzø mientras miraba las marcas rojas en su cimitarra. Lo arrojó de nuevo a la lavadora, junto con las otras armas cuerpo a cuerpo que tampoco se dejaban limpiar antes de agregar una dosis doble de detergente. Cerrando la tapa, lo configuró al máximo antes de caminar hacia la sala de estar mientras miraba el reloj cercano.

Loona a punto de regresar a casa de la escuela pronto y, dado que su último cliente le había dado un cheque bastante grande, quería discutir con ella en qué gastarlo. Se sentó, encendió la televisión y comenzó a ver un documental sobre el ascenso de los Overlords cuando la puerta se abrió aproximadamente media hora después. Loona, vestida con su uniforme escolar azul y amarillo, se arrastró lentamente mientras tiraba su mochila al piso.

Hey, Loony, bienvenida a casa―le dijo Blitzø sin apartar la mirada de la televisión. ―. Papi recibió un gran sueldo en su trabajo hoy, así que podemos hacer algo grande este fin de semana. ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Películas? ¿Salir a cenar? ¿Juegos de láser? ―Esperó una respuesta mientras Loona se sentaba lentamente a su lado, pero mantenía su rostro escondido detrás de su cabello. Cuando no obtuvo respuesta, Blitzø se volvió hacia su hija y le preguntó: ―. ¿Loona? ¿Me escuchaste?

...P-pa-papi...―susurró Loona, pero su tono temblaba. Las señales de advertencia se dispararon en la cabeza de Blitzø cuando vio lentamente a su hija volverse hacia él, y sintió que su corazón se detenía: Su hija tenía las lágrimas más grandes que jamás había visto en la cachorrita, con angustia total y miedo en su rostro.

Blitzø se giró rápidamente y sostuvo a su hija por los hombros. ― ¿Loona? ¿Qué ocurre? ¿Ese chico Billy te intimidó de nuevo? ¿Estás herida? ¿Enferma?

P-Papi... soy... yo soy...―Loona seguía tratando de decirlo entre rápidos jadeos, como si estuviera obligándose a contenerse.

Loona, cariño, está bien. Puedes decirme cualquier cosa. —le aseguró Blitzø.

¿Soy... soy yo...? ―Loona respiró hondo antes de colapsar en el pecho de su padre. ―, ¿Soy adoptado?

Los ojos de Blitzø se agrandaron con el aire saliendo de sus pulmones. Al escuchar a su hija seguir llorando, Blitzø le frotó la espalda lentamente mientras esperaba que se calmara gradualmente. Hizo una mueca al pensar en cómo mataría al imbécil que le dijo la verdad a su hija... Blitzø sabía que esto iba a suceder algún día. A pesar de lo que decían sus calificaciones, Loona no era tonta. Ella siguió preguntando durante años por qué no era roja como él o cuestionando cuándo le crecerían sus propios cuernos. Siguió posponiendo la dolorosa discusión, mintiendo cada vez y diciendo que ella solo se había retrasado y que algún día los tendría... El diablillo seguía diciéndose a sí mismo que tenía que decirle la verdad algún día, pero no lo hizo por miedo... y ahora eso lo estaba mordiendo en el trasero.

¿Dónde... dónde escuchaste esto? ―Le preguntó Blitzø con suavidad.

Yo... yo noté que todos los niños tienen mamis y papis... pero yo no tengo una mami―gimió Loona, temblando en su abrazo. ―. Entonces comencé a preguntarles a los maestros por qué, pero no dijeron nada. Fue entonces cuando... cuando... Billy me dijo... Me dijo que yo era... adoptada y tú no eres mi... verdadero... padre. No lo creí al principio... Incluso le hice un calzón chino por eso... pero luego me di cuenta... de lo diferentes que somos... y me pregunté...

Loona...―susurró Blitzø mientras ella lo empujaba y lo miraba con sus grandes ojos llorosos esperanzados.

¡Dime que no es verdad! Eres mi verdadero padre, ¿verdad? ―suplicó Loona mientras Blitzø intentaba decir algo. ―. Por favor dime...

Cerrando los ojos, el diablillo se dio cuenta de que no tenía sentido ocultarlo. ―Loona... lo siento. ―susurró Blitzø mientras Loona jadeaba, levantándose lentamente del sofá. ―Yo... no soy tu verdadero padre... te adopté cuando eras... muy pequeña...

...mentiste...―Loona se mordió el labio antes de gruñir a pesar de sus lágrimas. ―. ¡Me mentiste! ¡Mi vida entera es una mentira!

¡Loona! Por favor, puedo explicarte... ―Blitzø hizo un esfuerzo por alcanzarla, pero ella, enojada, le soltó las garras de la mano y lo rasguñó con tanta fuerza que le hizo sangrar. ―. ¡Loona!

¡Cállate! ¡Te odio! ¡Te odio! —gritaba Loona mientras se apresuraba hacia su habitación. ―. ¡No eres mi papá, Blitzo!

Blitzø podía jurar que escuchó a su corazón romperse al escuchar esa frase cuando Loona cerró la puerta con tanta fuerza que casi sacudió el apartamento. Corrió a la cocina, prácticamente arrancó la puerta del frigorífico y empezó a tragarse el vino blanco que había dentro. Cayendo en cuclillas, Blitzø sollozó mientras se cubría los ojos con el brazo antes de tomarse otro trago.

Nunca en su vida Loona había dicho que lo odiaba o que lo llamara por su nombre de pila. Blitzø había pasado por muchos momentos tristes en su vida: la muerte de sus padres, el rechazo de sus hermanos, el despido por no ser gracioso y muchas cosas más. Sin embargo, este tenía que ser el peor de todos, y no podía culpar a nadie más que a sí mismo.

Varias horas después, después de algunos tragos más, Blitzø se recompuso e intentó llamar a la puerta de Loona para que lo dejara entrar. Veinte minutos después, Loona todavía no le abría la puerta, y se rindió al ofrecerle pizza con la esperanza de que ella viniera por eso, además, él mismo tenía hambre. En un momento, escuchó a Loona maldecir y romper cosas en su habitación durante aproximadamente media hora antes de que todo se quedara en silencio. De nuevo, trató de tocar y entrar, pero no hubo respuesta y la puerta estaba cerrada. Podía abrirlo si quería, pero quería que Loona lo dejara entrar por su propia voluntad.

Solo treinta minutos después de que llegara la pizza, Blitzø intentó volver a llamar a la puerta de su hija. Esta vez logró abrirlo con el más mínimo toque. Caminó lentamente hacia la habitación de su hija, encontrándose un desastre por su rabieta, mientras ella estaba envuelta en sus mantas como un capullo. Suspirando, Blitzø se acercó lentamente y se sentó en la cama, su mano lentamente alcanzó a Loona antes de tocar su espalda. No dijo nada durante los primeros minutos, incapaz de pensar en qué decirle a su enojada hija.

Había pasado por esto un millón de veces antes en su cabeza, sobre cómo le explicaría que no era su padre, pero que aún la amaba si lo fuera... Ahora había esta brecha entre ellos, y Blitzo no sabía cómo lidiar con eso. Al final, fue Loona quien dio el primer paso:

¿...Están muertos? ― le preguntó Loona. Su tono estaba amortiguado bajo las sábanas.

...Sí. ―respondió Blitzø mientras bajaba la cabeza. ―. Era el Día del Exterminio. Venía de un encargo cuando empezó.

El trabajo que le ofrecieron era demasiado bueno para dejarlo pasar, incluso el Día del Exterminio. Más tarde se enteró de que su cliente lo hizo intencionalmente con la esperanza de que Blitzø, siendo un "diablillo debilucho", muriera a causa de los Exterminadores, y así no tener que pagarle. Blitzø estaba más que feliz de pagarle de vuelta matándolo personalmente con una pistola exterminadora que logró conseguir ese día. Solo tenía una bala, pero valió la pena.

Los ángeles... ¿los mataron? ―preguntó Loona, asomando lentamente la cabeza.

Sí. ―asintió Blitzø. ―Había dado una vuelta cuando vi a un ángel levitando justo encima de sus cadáveres cuando tú, una bebé, comenzaste a llorar... Pensé con certeza que nos iba a matar a ti y a mí, pero en cambio, simplemente se volvió hacia mí y te señaló a ti... ―Curiosa, Loona asomó por completo la cabeza e inclinó la cabeza. ―. Entonces... lo escuché hablar...

― ¡¿Escuchaste hablar a un Exterminador?! ―gritaron Millie y Moxxie al unísono en estado de shock... Nunca nadie había escuchado a esos destructores decir una palabra. Simplemente llegaban, mataron demonios y se iban sin decir una sola frase.

¿Podrían dejarme terminar?preguntó Blitzø molesto. ―. Pero sí. Lo escuché hablar.

¿C-cómo es?preguntóMillie temblando.

Blitzø se puso pálido lentamente y tragó saliva al recordar el poder detrás de esa voz. Uno que podría hacer temblar incluso a un demonio como Stolas y hacer que se cagara en los pantalones... No había palabras para describir el sonido de la ira de Dios sobre los condenados y despreciados. Solo la sensación de poder cósmico absoluto que era infinito y no se le podía evitar... Incluso ahora, años después, pensar en ello hizo que Blitzø quisiera orinarse encima mientras buscara esconderse bajo la roca más baja en el nivel más bajo del Infierno, aterrorizado.

No quieres saber...repuso Blitzø finalmente, temblando. ―, de todas formas, como decía...

¿Q-qué dijo el ángel? ―le preguntó Loona, inclinándose hacia adelante sobre sus rodillas.

Blitzø lentamente puso su mano sobre su peluda cabeza y comenzó a acariciarla.

...Que te tomara y solo corriera. ―Él suspiró. ―. No sé por qué lo hizo... Quizás sintió pena por haber matado a tus padres. Tal vez no quiso matarte ya que eras tan joven. O tal vez solo se sentía misericordioso. Como fuera, te tomé en mis brazos y salí corriendo de allí. Para cuando terminó el Exterminio, todavía te tenía en mis manos, meciéndote para dormir en mi apartamento. Unas semanas después, te adopté oficialmente.

Loona bajó lentamente la cabeza y comenzó a llorar de nuevo mientras Blitzø lentamente envolvía sus brazos alrededor de ella mientras pronto se unía a ella, también derramando lágrimas. No recordaba un momento en el que la oyera llorar tan suavemente y, sin embargo, con tanto dolor. Ni cuando se rompió el brazo o se perdió en el parque una vez. Blitzø tampoco recordaba haber llorado tanto por otra persona, salvo por sus padres cuando murieron. Sus hermanas nunca fueron amables con él y lo vieron como un debilucho al que intimidar. Nunca se arrepintió de haberlos dejado, y seguro que no le importaba lo que estuvieran haciendo en ese momento... Le dolió no tener una familia durante tanto tiempo, pero Loona llenó ese vacío y, desde entonces, hizo todo por ella, incluido trabajar en trabajos peligrosos solo para pagar una vida decente para los dos.

...Lo siento, papi...―susurró Loona mientras miraba a su padre. ―. Yo no... realmente no te odio... yo solo... yo...

Lo sé. ―susurró Blitzø abrazándola con fuerza. ―. Yo también lo siento. Quería decírtelo, pero tenía miedo...

¿...Todavía me quieres? ―murmuró Loona.

Siempre, Loony. —susurró Blitzø mientras le acariciaba la mejilla con la nariz. ―. Siempre. Los dos se abrazaron antes de que a Blitzø se le ocurriera una idea. ―...Oye, ¿por qué no comemos esa pizza que pedí y hablamos de adónde vamos a ir este fin de semana? Un lugar para que los dos nos unamos y nos podamos divertir.

¿Dónde? ―preguntó Loona con una sonrisa.

¿...Has oído hablar de "Hellotopia"?

Moxxie se encontró sintiendo algo que pensó que nunca realmente sentiría cuando se trataba de Blitzø: Respeto. Si no fuera por el hecho de que Loona se había inclinado y besaba su padre en la mejilla después de contar esa historia, no habría creído que realmente este era su jefe... El jefe que conocía era un ególatra con mal genio, pero si esto era cierto, Moxxie se preguntó si realmente había más en Blitzø de lo que pensaba.

Vaya, señorrepusoMoxxie con asombro. ―. Realmente suena como un padre responsable.

― ¿De qué estás hablando? ¡Soy totalmente responsable! Soy un padre perfecto, ¿verdad, Loona? ― le preguntó Blitzø con una sonrisa.

―Claro, pero también te equivocas mucho. ― respondió Loona con una sonrisa antes de sacar la lengua.

―Nombra alguna ocasión. ―Le desafió Blitzø.

―Bueeeeno, estaba el hecho de que no aprendí a usar el baño hasta los cinco años porque pensaste que tenía que usar un árbol. Luego estuvo el momento en que me llevaste a ver a un veterinario en lugar de a un médico de verdad. Intentaste evitar ir a una conferencia de padres y maestros fingiendo nuestras muertes. Envenenaste al director de mi escuela cuando tuve seis semanas de detención y tuvieron que buscar a uno nuevo. Además, constantemente fallas en ayudarme con mi tarea de matemáticas... Oh, ¿y si hablamos del incidente de los fideos (1)?

Blitzø detuvo el auto con los frenos con tanta fuerza que todos se tambalearon hacia adelante, y Millie incluso se golpeó la cara contra el cristal. Blitzø se volvió hacia Loona y gritó: ― ¡Pensé que habíamos acordado no volver a hablar de eso nunca más! ¡Me engañaron! Lo he estado diciendo durante años, y lo seguiré diciendo hasta que encuentre a la persona real detrás de ese incidente.

― ¿De qué estás hablando? Eso fue hace tres meses.Leseñaló Loona, inclinando la cabeza.

Al recordar lo que tenía que hacer, Blitzø negó con la cabeza y volvió a encender el auto.No importa. ¡El punto es que soy inocente y no pueden probar que hice eso!

...Todos esos policías, ambulancias, bomberos y personal militar parecen estar en desacuerdo...murmuró Loona en voz baja.

Moxxie estaba a punto de preguntar qué sucedió, pero al ver que a su jefe parecía a punto de reventársele una vena de su cabeza, decidió sabiamente guardar silencio. En cambio, miró a su esposa y le preguntó algo cuando notó que ella estaba mirando por la ventana con expresión perdida.¿Estás bien, cariño?

¿Eh?preguntóMillie antes de negar rápidamente con la cabeza. ―. Sí... solo estoy pensando...

Finalmente, llegaron al estacionamiento. Los cuatro salieron de la camioneta con Loona saltando con entusiasmo mientras los demás estiraban sus extremidades después de estar en un viaje de tres horas. Tronando su espalda, Blitzø murmuró: Ugh, me estoy volviendo demasiado viejo para esto. Muy bien, equipo, solo tenemos que esperar a que lleguen nuestros dos invitados.

¿Quiénes vienen?preguntó Moxxie.

Su respuesta fue una gran limusina que apareció hasta que se detuvo frente a ellos. La puerta se abrió y, para sorpresa de todos menos Blitzø (su expresión fue una vez de desgana), el príncipe Stolas salió con los brazos abiertos de par en par. ¡Hola, Blitzø y todos los demás que no son él! ¡Es maravilloso verlos a todos de nuevo!

Uno pensaría que después de conocernos durante tanto tiempo, él ya sabría nuestros nombres... le susurró Millie a su esposo mientras el príncipe demonio se acercaba y abrazó a su amante diablillo, quien estaba ruborizado.

Encantado... de... verte también... Stolasrezongó Blitzø en el fuerte abrazo del demonio búho antes de empujarlo. ―. Al menos estás aquí a tiempo.

Habríamos llegado aquí antes, pero papá no puede usar un GPS ni para salvar su vidadijo una conocida princesa búho adolescente que salió de la limusina luciendo aburrida. ―. Hola gente chiflada.

¿Princesa Octavia?preguntóMoxxie preguntó con sorpresa. ―. No pensé que vendría considerando la última vez que fue a un parque temático, no estuvo tan bien...

Bueno, Hellotopia no es tan tonto como Loo Loo Land, y le prometí a papá que haríamos algo esta semana... No es como si tuviera algo mejor que hacer.replicóOctavia encogiéndose de hombros antes de mirar a Loona, quien la miraba con ojos curiosos. ―. Aymierda, ¿esta es Loona? Papá no bromeaba: Es bajita.

...Oh no.―susurró Blitzø mientras sus ojos se abrían como platos a la par que Loona comenzaba a gruñir con un tic en su ojo derecho.

¿Qué ocurre?preguntó Moxxie.

Acabo de recordar algo sobre Loona hace tantos años que ella odiaba...

¡YEOW!―gritóOctavia cuando Loona le mordió la pierna. Trató de deshacerse de la cachorra del infierno, pero se negó a hacerlo.

...Y era que le dijeran "Bajita"―murmuró Blitzø dándose una palmada en la cara. ¡Loona, suelta ahora mismo o sin golosinas durante un mes!

Loona la soltó y escupió las plumas en su boca. ¡No me llames bajita, trasero de gallina!

― ¡No me muerdas en la pierna, pequeña mierda!

― ¡Buitre!

― ¡Sarnosa!

¡Niñas, niñas!dijoStolas mientras se interponía entre las dos demonios que gruñían. ―. ¡Este es un día para divertirse! No peleen. Todos estamos aquí para disfrutar nuestro día, por lo que no habrá discusiones entre nosotros. ¿Entendido?

Papá, ¿quién es este?preguntó Loona, señalando al búho con sospecha. ―. ¿Y quién es la hija idiota que tiene con él?Octavia parecía dispuesta a estrangularla, pero Stolas la detuvo.

Él es... um...Blitzø se frotó la parte posterior de su cuello mientras sudaba balas. ¿Cómo iba a decirle a su hija de siete años lo qué era Stolas? Él no diría, "Oh, es alguien poderoso con quien tengo relaciones sexuales para mantener mi negocio en marcha". ¿Mejor amigo? ¿Primo? ¿Mecenas? Trató de buscar algo a su alrededor y vio a dos demonios masculinos tomados de la mano. Antes de que su cerebro pudiera evitar que dijera algo, gritó: ―. ¡Mi novio!

Blitzø se tapó la boca con ambas manos antes de desear poder pegarse un tiro a sí mismo en ese instante... Moxxie y Millie lo miraban con los ojos muy abiertos antes de caer al suelo cagados de la risa por lo que acababa de decir. La mandíbula de Loona cayó, al igual que la de Octavia, quien parecía ponerse verde también... Mientras tanto, Stolas tenía estrellas en los ojos mientras corría rápidamente hacia Blitzø y lo sostenía en sus cálidos brazos antes de acariciar su mejilla.

¡Oh, Blitzy! ¡Sabía que algún día dirías esas palabras! ¡Oh, ven aquí, mi querido diablillo...!YStolas luego procedió a besar a Blitzø, lo que hizo que el diablillo se congelara por el placer y la conmoción del contacto repentino.

...Creo que voy a vomitar...susurró Octavia mientras miraba hacia otro lado con disgusto.

...Yo también.dijo Loona antes de levantar una ceja. ―. Papá, ¿por qué no me dijiste que estabas saliendo otra vez?

Esto en realidad hizo que Stolas dejara de besarlo y Moxxie y Millie dejaran de reír mientras todos miraban a un ruborizado Blitzø. ― ¿Otra vez?

Sí, era esa otra dama. ¿Charlie, o algo así? ¿La de mejillas de payaso y que siempre cantaba sobre arcoíris o cosas así?

Todos menos una confundida Loona miraban al sonrojado Blitzø como si de repente le hubieran crecido seis cabezas. Stolas estaba tan sorprendido que incluso dejó caer a Blitzø al suelo.

¿Qué? ―preguntó, encogiéndose de hombros.

Usted... ¿salió con la hija de Lucifer?preguntóMoxxie con incredulidad. Comenzó a mirar hacia el cielo para ver si los ejércitos del cielo habían venido para comenzar a destruir el infierno porque tal cosa debe ser una señal del fin de los tiempos. Moxxie se sorprendió de que Blitzø estuviera vivo en primer lugar.

Por supuesto, era sabido que a la princesa Charlie no le importaban los rangos de clase en el infierno, pero todavía estaba entre la realeza del Infierno. Si se corriera la voz de que había salido, o incluso que folló, con un diablillo, habría caos... Sin mencionar que Lucifer y Lillith enterrarían a Blitzø a cinco metros bajo tierra por hacerlo.

Bueno, un poco...Blitzø se frotó la nuca. ―. Estaba en una mal época. Ella también. Nos encontramos por accidente. Las cosas estuvieron bien por un tiempo, pero lo rompimos porque teníamos dos direcciones diferentes en las que queríamos ir: Yo quería matar gente y ella quería salvarlos... Las cosas se vinieron abajo después de eso, pero todavía hablamos un poco a veces. Incluso obtuve un descuento en su hotel si alguna vez quiero intentar redimirme.

¡Por supuesto!dijeron todos.

Joder...repuso Octavia, tanto sorprendida como impresionada. ―. ¡¿Cómo te saliste con la tuya?!

Tengo mis métodos.replicóBlitzø antes de dar una palmada. De todas formas, suficiente quién me he acostado o no. ¿Podemos entrar ya?

¡Si, vamos!gritó Loona gritó mientras guiaba a su papá hacia adelante. ―. ¡Vamos, tía Millie, tío Moxxie, extraño tipo búho que sale con mi padre y la perra de su hija!

¡Tengo nombre, mocosa!gritóOctavia mientras Stolas y ella los seguían.

Moxxie estaba a punto de seguirlo cuando Millie lo agarró de la mano y lo detuvo.¿Millie?

Moxxie...Millie se mordió el labio antes de suspirar. ―. ¿Quieres tener un hijo?

Moxxie sintió que se quedaba boquiabierto cuando su esposa soltó tal bomba de la nada que casi tuvo un ataque de pánico. ― ¡¿Q-Qué?! ¡¿De dónde salió eso?!

...Bueno, después de ver lo mucho que el jefe y Loona se ven felices juntos como padre e hija...Millie se sonrojó, mientras una cálida sonrisa apareció en su rostro. ―...Siento que podríamos ser nosotros, ¿sabes? Criar a nuestro propio hijo o hija y tener esos momentos especiales también.

...Cariño...suspiró Moxxie mientras le tomaba las manos. ―. No es que no quiera que seamos padres. Créeme, lo deseo más que nada... Pero no nos lo podemos permitir. Apenas ganamos lo suficiente para vivir en nuestro apartamento y comer. Incluso si Blitzo nos da ese aumento, no será suficiente...Vio la mirada de decepción en el rostro de su esposa y se sintió mal por romperle el corazón. Suspirando, añadió:―... Pero tal vez dentro de un año podamos abordar eso, ¿sí? Intentemos aumentar nuestros ahorros y hacer todo lo posible para que la empresa tenga más éxito. ¿Suena bien?

Millie asintió antes de besar a su marido en la mejilla. Suena bien.

― ¡Vamos, tortugas! ¡O compran sus boletos por su lado! ―les gritó Blitzø.

Los dos diablillos asintieron antes de apresurarse a alcanzar al grupo.

TBC

(1) Se refiere al "Incidente de los fideos" a un misterioso incidente referenciado muchas veces en los cómics de Calvin y Hobbes, sin saber nunca de qué se trató exactamente pero del que Calvin siempre niega vehementemente que fue responsable. En la página web "TV Tropes", al referirse a "Incidente de los fideos", como tropo/cliché, es cuando un personaje menciona un acontecimiento pasado pero que no se muestra, ni siquiera en flashbacks.