Disclaimer: Helluva Boss es creación de Vivziepop. Saving Blitzo es un fanfic de TalosLives. Por apoya la obra original.
Epílogo:
La familia
Loona recordaba el año en que tuvo la tos de la perrera como uno de los peores de su vida; Casi muere si no fuera por el hecho de que su padre la cuidó al no separarse nunca de su lado... Ahora, años después, aquí estaba ella mirando la expresión pacífica de él mientras estaba conectado a tantos cables e intravenosas que parecía un alfiletero. El Hospital General San Judas le estaba dando el mejor tratamiento posible: Habían tratado la mayoría de sus heridas, salvo algunas que todavía se estaban tomando su tiempo para sanar, así como darle algunas sustancias mágicas para poner su habilidad de regeneración demoníaca en pleno funcionamiento, sus cuernos volvieron a estar sanos y su cola volvió a crecer después de recibir los nutrientes adecuados. Blitzø todavía tenía cicatrices por todo el cuerpo, pero conociendo a su padre, seguramente él diría eso que lo hacía lucir más sexy.
―Je, probablemente intentarás usar eso como publicidad para la empresa, supongo. ―decía Loona a su durmiente papá mientras se inclinaba más cerca... Habían pasado dos semanas desde que lo habían rescatado y todavía no se había despertado; Según el médico, era una combinación del mismo tratamiento en su cuerpo para sanar más rápido y su mente que lo obligaba a recuperarse del trauma que sufrió.
Su padre ocasionalmente se crispaba o murmuraba algo mientras dormía, nombres como los suyo o bien nombres extraños que ella no reconocía... De quien más se habló fue de alguien llamado "Zella", que no era algo que a Loona le sonara familiar.
― ¿Con qué estás soñando, papá? ―Se preguntaba Loona mientras le tocaba el brazo. ―. Solo desearía poder consolarte como tú me consolaste a mí.
Si fuera ella la que estuviera en esa cama, Blitzø estaría cantándole canciones de cuna y contándole historias. Pondría sus peluches de caballo favoritos en sus brazos para que ella los sostuviera mientras él rezaba para que se recuperara... Lo hacía cada vez que ella estaba enferma. A pesar de ser una adulta, aún la trataba como a una niña. Pero en el fondo, Loona sabía que lo hacía porque se preocupaba por ella. Lamentablemente para Blitzø, Loona no podría cantar aún si su vida dependiera de ello, pero se las arregló para traerle algunos de sus peluches favoritos de caballos para que se acurrucara entre ellos; Fue un desafío traerlos desde Imp City a St. Judas City donde estaba el hospital, ya que las dos ciudades estaban separadas por horas de diferencia. Sin embargo, si su padre hacía un esfuerzo adicional por ella, Loona haría lo mismo por él.
Fue solo ahora, mirando a su padre lastimado y débil, que Loona se dio cuenta de cuánto lo había dado todo por sentado: Blitzø pudo haberla dejado morir en el bosque, pero en cambio, la acogió y la crio como si fuera suya, él le mostró amor, cuidado y cariño sin otro objetivo que darle lo mejor como debe ser una familia. Cuando supo lo que le hizo su manada ella había cambiado ese día, desconfiando de todos y mostrando una actitud que provenía de su ira y angustia, dirigiéndola al mundo que la odiaba e incluso apuntándola a la única persona a la que no debió haberla dirigido.
Ver a su padre día a día durante las últimas dos semanas le había dado a Loona mucho tiempo para reflexionar sobre los últimos años. Años en los que había sido una auténtica perra cretina con todo el mundo, incluido su padre. ¿Y por qué? ¿Porque unos imbéciles que nunca la criaron la llamaron débil y patética sin siquiera conocerla? ¡Había recibido peores insultos de los matones en cuarto grado, por favor!
―Lo prometo, papá...―susurraba Loona mientras se inclinaba y besaba su frente. ― . Prometo que seré una mejor hija. Solo... solo por favor despierta...
Ya sea por suerte o por milagro, Loona pronto escuchó una voz gimotear su nombre en un tono débil y asustado:
― ¿...Loony?
...
Durante dos semanas, Moxxie había tomado las riendas como director temporal de I.M.P. y, si se le permitía regodearse, estaba orgulloso de su breve tiempo como jefe de la empresa: Bajo su administración estaban realmente obteniendo ganancias e iban tras objetivos que realmente lo merecían en lugar de quien fuera lo suficientemente desafortunado como para terminar como una víctima de alguien por capricho... Aun así, Moxxie estaba listo para ceder el mando en el momento en que Blitzø finalmente se despertara de su semi-coma. Por mucho que a Moxxie le gustara ser jefe, Blitzø siempre aligeraba el ambiente del lugar y hacía que el trabajo fuera realmente agradable en lugar de simplemente una tarea tediosa... Y honestamente, estaba empezando a extrañar los momentos en los que Blitzo ponía música al azar y declaraba una hora de baile para todos.
Moxxie vio cómo se abría el portal al mundo humano, y salían de este Millie y Grimbeak, a quien Stolas les cedió para trabajar como empleado temporal, con sus espadas bañadas en rojo brillante y un gran saco sobre sus hombros cada uno. ―Guau, ¿quién iba a pensar que podrías drenar tanta sangre de un humano y aun así mantenerlo con vida durante horas? ―señalaba Millie con asombro.
―Es uno de los beneficios que aprendes con años de experiencia. ―decía Grimbeak con una sonrisa. ―. Debo decir que este puede ser un puesto temporal, pero me he divertido y me he ejercitado más que en los últimos veinte años con el príncipe Stolas.
―Ten cuidado al decir eso, o nuestro jefe podría intentar robarte. ―bromeó Millie antes de dirigirse sonriente a su esposo. ―. Ese jefe Yakuza y sus secuaces están muertos, cariño. Con suerte, Demonio Oni estará complacido.
―Prometió un pago adicional por cada jefe de la banda enemiga que le trajéramos. ―señaló Moxxie. ― ¿Ustedes...? ―Su respuesta fue un montón de cabezas japonesas decapitadas que cayeron de los sacos en un lío sangriento en el suelo.
―Teníamos más, pero nos quedamos sin espacio. ―dijo Millie con una sonrisa.
―Creo que esto será más que suficiente para una gran bonificación―terció Moxxie suspirando mientras enviaba rápidamente un correo electrónico para informarle al cliente que el atentado había sido exitoso. ―. Creo que podemos cerrar temprano e ir al hospital para ver cómo están Loona y Blitzø. Después de todo, es un viaje largo.
―Será mejor que vaya a informar al príncipe Stolas. Adiós por ahora. ―se despidió Grimbeak antes de desaparecer como una sombra.
―Uno de estos días tengo que preguntarle cómo hace eso. ―decía Millie mientras comenzaba a recoger las cabezas.
Moxxie sonrió mientras el teléfono comenzara a sonar y fue a contestar. ―Inmediatos Matones Profesionales, habla Moxxie.
― "¡Moxxie, es Loona! ¡Papá despertó!"
...
Stolas sirvió té suavemente en la taza de su invitado mientras hacía todo lo posible por permanecer lo más estoico posible... Después de todo, no todos los días el propio Lucifer te saludaba y te pedía que vinieras a tomar el té. El Rey-Emperador del Infierno bebió el té de jazmín con un ruidoso sorbo antes de morder una de sus muchas manzanas; el cómo era posible que el ex-ángel favorito de Dios tuviera tantas de esas era un misterio de hacía eones, pero esa era la pregunta menos preocupante en la mente de Stolas en este momento.
―...Debo decir, Stolas―decía Lucifer mientras masticaba su fruta antes de tomar un poco más de té. ―. ¿Una fuga de gas fue realmente lo mejor que se te ocurrió?
―...Tenía poco tiempo. Además, era mejor eso que decir que un pequeño ejército de guardias irrumpió y cometió múltiples grados de asesinato para salvar a un amante. ―admitió Stolas con un profundo suspiro. No tenía sentido mentirle al Lucero de la Mañana cuando este había declarado abiertamente que sabía lo que había hecho y por qué. Honestamente, Stolas debería haber esperado esto: Lucifer no era el Rey-Emperador por nada y mantenía la mayor cantidad de control posible sobre estos temas, especialmente cuando se trataba de seres que quisieran destronarlo personalmente.
―Sí, aunque la mayoría sospecha, no tienen pruebas suficientes o no les importaba cuando llegó la noticia. ―terció Lucifer con su habitual gran sonrisa afilada―. Ciertamente, todas las pistas estaban ahí, pero la mayoría de nuestros compañeros superiores no prestan atención a lo que sucede en Imp City: ¿Cuándo llega el rumor de que el jefe de la empresa de asesinatos más establecida de la ciudad desaparece durante once días, seguido de la muerte de dos demonios Goetia relacionados contigo, por una fuga de gas nada menos, así como el divorcio de tu esposa? ¿...Combinar todo eso con el hecho de que dicho jefe se encuentra actualmente en uno de los mejores hospitales del Infierno con tu dinero proporcionando el tratamiento? ...En realidad, no es difícil juntar todo y hacer sinapsis.
― ¿Y qué vas a hacer al respecto? ―Le preguntó Stolas agarrando su taza de té... Ya había hecho que Reginald preparara a Octavia para escapar, así como preparar un plan para sacar a Blitzø y su familia del Infierno y llevarlos a una de sus casas seguras en el mundo humano; podría mantener a raya a Lucifer durante una o dos horas en el mejor de los casos, lo que debería ser tiempo suficiente...
―Nada.
A Stolas casi se le salen los ojos. ― ¿Nada?
― ¿Acaso tartamudeé? No voy a hacer nada. ― respondió Lucifer con una sonrisa. ― . Francamente, Stolas, ¿pensaste que no sabía que I.M.P estaba usando el Grimorio de los Mundos para tele-transportarse al mundo humano para hacer sus asesinatos? Lo único que me molesta es que nunca pensé en esa idea: A lo largo de los años hubo muchos humanos que arruinaron mis planes para corromper a la Humanidad y que me hubiera gustado eliminar. Por supuesto, cualquier cosa de un poder superior al de un diablillo seguramente llamaría la atención del Cielo, pero supongo que incluso los más débiles tienen sus ventajas... ―Luego, su sonrisa se desvaneció y entrecerró los ojos. ―...Además, sobre lo que dijiste acerca de lo que Natasha y sus parientes estaban tratando de hacer, supongo que matarlos fue la mejor opción.
―Solo que no matamos a Natasha. ―refunfuñó Stolas. ―, alguien más lo hizo.
Y de una manera muy sangrienta, de hecho. Cuando los guardias de las sombras de Stolas la encontraron, constataron que se trataba de las peores muertes que habían visto: Cada vena de su cuerpo había explotado, y su corazón se había vuelto de un negro oscuro con su sangre humeando con pus; La autopsia mostró que algún tipo de magia repugnante le había quitado la energía vital, se había convertido en entropía viviente para hacerla estallar desde adentro. Stolas nunca antes había sentido un poder tan siniestro en toda su vida, así que no hace falta decir que eso le preocupaba.
―Ah, sí, tal vez fue esta misteriosa figura encapuchada de la que habló tu ex-esposa. ―terció Lucifer antes de tomar otro sorbo de té. ―. Por mucho que me vea obligado a permitir los Exterminios del Cielo, no soy un monstruo: El genocidio de mis súbditos, incluso los inferiores, es algo que no dejaré que suceda, así que considérame tu aliado para encontrar a este individuo.
―...Ya veo. ―susurró Stolas mientras dejaba su taza de té. ―. Entonces, ¿cuál es el truco?
― El truco, mi querido Stolas, es que si necesito eliminar a alguien, deseo utilizar los servicios de I.M.P. para mí. —susurró Lucifer con un brillo dorado en sus ojos demoníacos.
― ¿Quieres que eliminen a los humanos por ti también? ― Le preguntó Stolas arqueando las cejas.
―No, quiero que eliminen demonios. ―replicó Lucifer con una pequeña sonrisa. ― . Por supuesto que quiero que eliminen a los humanos por mí. No tengo ninguno que necesite que me eliminen en este momento, pero si los necesito en el futuro, deseo usarlos... Los diablillos tienen tan poca potencia que pueden ir bajo la mirada del Cielo sin alertar a los ángeles sobre presencia demoníaca en la Tierra... Sin embargo, parece que el entrenamiento por el que se han sometido tu amante y sus amigos los ha hecho más poderosos de lo que parecen. De hecho, me encuentro interesado en ese Blitzø, y no de esa manera antes de que empieces a ponerte celoso... Puedo pensar en algunas ventajas de utilizar un grupo de este tipo para mis propios fines.
Lucifer luego terminó su té antes de levantarse con una sonrisa.
―Bueno, será mejor que me vaya. Espero que tu novio se recupere pronto. Odiaría ver a mis amigos deprimidos. ―Convocando su sombrero a su mano, el Lucero de la Mañana hizo un gesto. ―. Nos vemos por ahora.
Stolas se inclinó ante su Rey y observó cómo sus guardias lo escoltaban fuera de la habitación. Esperó hasta que sintió que el Rey del Infierno abandonaba las instalaciones de su palacio antes de suspirar de alivio y desplomarse en su silla con un ruido sordo. ― Maldita sea, que puta suerte la mía.
Eso fue un eufemismo. Lucifer se había divertido más que nada por todo lo sucedido en lugar de estar enojado. Si había algo que Stolas podía decir sobre el Ángel Caído, era que este tenía un extraño sentido del humor. Frotándose la frente, Stolas se preguntó si el Rey-Emperador sabía de su plan para posiblemente curar a Blitzø de las luchas futuras que enfrentaba por culpa del Parásito Pesadilla.
...No, si hubiera sabido de esa idea, Stolas estaría muerto con seguridad.
―Al menos Blitzø se alegrará de saber que el mismo Rey desea usar sus servicios algún día―gruñó Stolas para si antes de levantarse.
De repente, Reginald irrumpió en la habitación y gritó: ― ¡Señor! Blitzø está despierto y...
Reginald no tuvo la oportunidad de terminar cuando Stolas convocó rápidamente su capa y ya estaba fuera a través del portal.
...
Habían pasado dos semanas desde que Stella fue expulsada de su casa y se le prohibió regresar bajo pena de muerte. Una semana desde el funeral de su madre y su hermano al que asistió junto con algunos de los asociados de su madre. Cinco días desde que recibió el aviso oficial de que estaba soltera de nuevo.
Poniéndose otra cucharada de helado de brownie en su boca, Stella sintió que sus lágrimas continuaban cayendo mientras su corazón ardía de dolor. Nunca en su vida se había sentido tan sola entonces ahora. Los sirvientes apenas le hablaban, y podía sentir sus ojos juzgándola cada vez que entraba en una nueva habitación; Stolas tuvo razón en que la seguían. Ni siquiera tenía privacidad en su antigua casa de la infancia, salvo en el baño y el dormitorio. Incluso entonces, estaba segura de que la estaban vigilando de alguna forma.
Algunos de sus viejos amigos intentaron contactarla, algunos nobles intentaron invitarla a salir ahora que estaba soltera de nuevo, pero ella los rechazó a todos. Stella no los quería a ellos ni a sus falsas amistades, ella solo quería a su esposo e hija de regreso: A Stella ya no le importaba si Stolas y Blitzø estaban enamorados; la lechuza divorciada lo aceptaría sin importar qué, si eso significaba recuperar su vida. Una parte de Stella se preguntó si debería ir al hospital y disculparse con él cuando finalmente se despertara, pero ella rechazó ese pensamiento. Ninguno de los que ella lastimó le permitiría verlo. La matarían al apenas mostrarse.
Recordó lo que Reginald le había dicho, que necesitaba encontrar su propia redención para sí misma antes de intentar redimirse a los ojos de los que había lastimado. El problema era que Stella no sabía cómo hacer eso.
Mirando la televisión, vio cómo su telenovela terminaba y se convertía en un comercial. Allí vio otro anuncio de Hazbin Hotel que la hija de Lucifer estaba haciendo para ayudar a que los demonios fueran al Cielo... Iba a cambiar de canal, pero se detuvo cuando la letra del comercial sonó en su cabeza como la campana de una Iglesia y un pensamiento le vino a la cabeza.
Stella sabía que no podía solucionar sus problemas sin cambiar quién era y en qué creía. Sin embargo, ¿era posible que tuviera una segunda oportunidad si lo intentaba en el hotel? Estaba abierto a todos, pero, de nuevo, ¿qué pensarían todos si ella fuera allí en busca de ayuda? Aun así, Charlie era un alma amable por las pocas veces que Stella la conoció. El problema era el otro demonio que vivía allí... Alastor.
Cada pluma en el cuerpo de Stella se estremeció al pensar en el Demonio Radio. Esa... cosa era un enigma que ni siquiera los más altos mandos del Infierno podían descifrar. Había eliminado tantos demonios terribles y longevos en tan poco tiempo que corrían rumores de que no era un demonio en absoluto, sino algo más.
...Aun así, ¿valía la pena tener una segunda oportunidad? Cuando terminó el comercial, Stella miró la televisión y luego su helado. Durante mucho tiempo, pensó en lo que Charlie había dicho en el comercial y se preguntó durante casi una hora en silencio antes de tomar una decisión.
Stella se levantó con un profundo suspiro y se acercó al teléfono cercano antes de marcar el número correcto. Esperó a que alguien contestara hasta que escuchó que alguien contestaba.
―"... ¡Dije que lo tengo, Toots! ¡Calma tus tetas! Uf, en serio, ¿acaso esa perra de un solo ojo tiene su momento del mes? Como sea, Hazbin Hotel. ¿Qué onda?"
Por un momento, Stella vaciló antes de responder: ―Mi nombre es Lady Stella y deseo reservar una habitación en Hazbin Hotel.
―"¿De verdad? ¿Por qué razón?"
Cerrando los ojos, susurró una palabra:
―Redención.
...
Moxxie y Millie estaban a punto de salir corriendo hacia la camioneta cuando Stolas llegó para llevarlos al hospital a través de un portal. Los tres se habían apresurado hacia la habitación en la que Blitzø se alojaba. Millie se sintió a punto de llorar de alegría al ver a su jefe, con los ojos abiertos, mirándolos con una pequeña sonrisa.
―Hey, chicos. ¿Cómo está todo?
― ¡Oh, Blitzy! ―exclamó Stolas mientras corría hacia el diablillo y lo abrazó. El príncipe estaba derramando lágrimas sobre su hombro mientras se disculpaba una y otra vez. ―. ¡Siento mucho lo que mi esposa y su familia te hicieron pasar! ¡Prometo que lo compensaré! ¡Estoy tan contento de que estés despierto!
―Sí, jefe. ―terció Moxxie, sonriendo mientras caminaba hacia la cama con Millie a su lado. ―. Realmente nos asustó esta vez. Dejándose secuestrar y todo...
―Sí, lo siento...―murmuró Blitzø desviando la mirada. Millie arqueó una ceja y se volvió hacia su esposo, quien también estaba un poco confundido. Ella había estado esperando algún tipo de respuesta sarcástica o algo así, pero tal vez su jefe aún se estaba recuperando.
Loona, sonriendo, le dio una palmada en la espalda a su papá. ―Oye, está bien. Lo que importa es que has vuelto, papá.
―...Sí―susurró Blitzø con una sonrisa triste. Había un tono de desesperación en su voz, que estaba empezando a arrojar red flags en la cabeza de Millie; ella no parecía ser la única cuando el resto del grupo comenzó a mirarse en un incómodo silencio. Mientras tanto, Blitzø se quedó allí sentado lo más quieto posible mientras se veía casi... con los ojos muertos.
Millie, comenzando a tener la sensación de que algo no estaba bien, decidió decir: ―...Sabe, jefe, a Moxxie le ha gustado mucho su puesto temporal como director de la empresa. Si no te recuperas lo suficientemente rápido, podría simplemente robártelo.
―Bueno, Moxxie siempre ha sido mejor en ese tipo de cosas. Joder, él es más inteligente que yo —admitió Blitzø encogiéndose de hombros. Millie prácticamente podía oír que a su marido se le caía la mandíbula al piso. ―. ¿Quizás debería él seguir administrándolo? Yo siempre arruino las cosas.
― ¡Está bien, tiempo fuera! ―exclamó Moxxie levantando las manos en el aire. ―. Señor, ¿qué le pasa? ¿Por qué actúa así?
― S-sí, ¿está todo bien, Blitzø? ― preguntó Millie nerviosamente.
Durante un largo rato, Blitzø se quedó mirando sus manos sin decir nada. Entonces, de la nada, una risa áspera escapó de su garganta. ―No, nada... estoy vivo.
―B-bueno, sí, pero...
―No, Millie. ― gruñó Blitzø mientras sus ojos comenzaban a empañarse. ― . Estoy vivo. ¡Ese es el problema! ¡NO DEBO ESTAR VIVO!
Blitzø estrelló su puño contra la pared con un grito de frustración y dolor mientras tiraba de todos los cables y los intravenosos antes de enterrar su cabeza en sus manos. Los cuatro observaron en absoluto y atónito silencio como, entre todos los diablillos, Blitzø lloraba como un bebé. Millie nunca había visto a su jefe hacer esto, pero aquí estaba él, llorando y luciendo tan débil y patético que su mente no podía procesar que este era realmente Blitzø.
―B-Blitzø...―tartamudeó Moxxie tratando de dar un paso adelante y tocar a su jefe, pero Blitzø simplemente lo empujó.
― ¡Aléjate de mí! ¡Váyanse, todos váyanse! ―gritaba Blitzø mientras caía al suelo y se arrastraba hasta la esquina más cercana. Se acurrucó en una bola y continuó sollozando. ―. Déjenme... déjenme... es mejor para todos...
―Pero... señor... yo... usted...―Moxxie trató de decir algo, pero las palabras le fallaron. Incluso Millie no pudo encontrar las cosas correctas que decir ante lo que estaba sucediendo; Se volvió hacia Loona y Stolas solo para encontrarlos también con el corazón roto por lo que estaba pasando.
― ¡Soy un monstruo! ―gritó Blitzø sacudiendo la cabeza. ―. ¡No soy más que un fraude! ¡Un perdedor que sigue arruinando la vida de todos por acciones egoístas! ¡Ninguno de ustedes debería estar cerca de mí! ¡Déjenme en paz!
― ¡Señor, no puede decir eso! ―exclamó Millie. ―. ¡T-tú eres más que un jefe, Blitzø! ¡Eres nuestro amigo!
― ¿A-ah sí? ―preguntó Blitzø con una risa áspera mientras miraba a Millie. ―. ¿Qué clase de amigo hiere constantemente a sus empleados y los trata como mierda? ¡Los contraté a ustedes dos y no hice más que maltratarlos en cada turno!
―Señor, admito que tiene fallas como jefe, pero en realidad...―empezó Moxxie, pero fue interrumpido por Blitzø.
― ¡¿Fallas?! ¡Soy un maníaco egoísta y ansioso por sexo que siempre se pone en ridículo como bufón en busca de audiencia! ¡E incluso cuando tengo gente a mi alrededor, les hago la vida miserable! ¡Mira cómo te he tratado, Moxxie! ―gritaba Blitzø mientras señalaba al aturdido diablillo más bajo. ―. ¡Todos los días, desde que nos conocimos, he hecho de tu vida un infierno! ¡Te he tratado como una mierda! ¡Molestándote y burlándome de ti y de tu esposa! ¡Todo mientras te obligo a trabajar para mí, arrastrándolos con mis estúpidas travesuras porque sé que ustedes dos estarían en la calle sin este trabajo!
―S-señor...―Moxxie volvió trató de decir algo, pero Blitzø volvió a interrumpirle:
― ¡No te atrevas a decir lo contrario, Moxxie! ¡Porque tienes razón sobre mí! ¡Soy un diablillo inmaduro que no puede aceptar el hecho de que estoy celoso de que ustedes dos tengan lo que yo nunca tuve! ¡Lo que perdí por mis propias acciones! ―el grito de Blitzø fue fuerte que casi hizo eco en el pasillo. ―. Y un gran jefe, ¿eh? ¡¿Cuántas veces he estado a punto de arruinar nuestra empresa por mis decisiones y errores?! ¡Cuántas veces casi morimos o casi nos declaramos en bancarrota porque no sé una mierda sobre negocios!? ¡Sin mencionar todos los asesinatos que hemos cometido contra personas inocentes! ―Comenzó a arañarse las orejas. ―...Todavía puedo escucharlos... mujeres, niños, todos aquellos que no hicieron nada malo, ¡pero se convirtieron en un objetivo para alguien en el Infierno! Terminé con sus vidas y me gritan: ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo hice?! ¡POR EL PUTO DINERO!
Respiró hondo y bajó lentamente la cabeza. Millie sintió que las lágrimas corrían por sus mejillas mientras se volvía hacia Moxxie, quien se dio la vuelta para esconder las suyas. Millie odiaba admitirlo, pero había algo de verdad en las palabras de su jefe. Pero no fue tan malo como esto... ¿verdad?
―...Blitzy, por favor...―susurró Stolas, dando un paso adelante, tratando de arrodillarse ante él. ―. Yo... sé que estás pasando por mucho y el Parásito Pesadilla te hizo algunas... cosas terribles. Pero no necesitas menospreciarte así. Eres importante para nosotros. Eres importante para mí.
―...Stolas. Basta.
El príncipe búho parpadeó cuando Blitzø lo miró con esos ojos sin vida.
―Deja de intentar hacer que me enamore de ti. Mejor aún, deja de intentar enamorarte de mí. No va a terminar bien. Todas las personas a las que he amado o me han amado siempre sufren por eso. Todo este incidente fue culpa mía. Si no hubiera agarrado ese estúpido libro, nada de esto habría sucedido. Ninguno de ustedes habría estado en riesgo. Tu esposa aún estaría casada contigo. Todos hubiéramos estado mejor si nunca hubiera comenzado esta estúpida empresa o si no hubiera conocido a ninguno de ustedes.
―Blitzy, no puedes decir eso. ―decía Stolas apretando sus garras contra su pecho con una suave sonrisa. ―. Desde que te conocí, mi vida ha sido feliz. Me has mostrado cosas con las que nunca soñé y me has ayudado a conocer sentimientos que nunca antes había sentido. Yo... me importas mucho, Blitzø.
―... ¿Sabes lo que le pasó a la última persona que me importaba como tú, Stolas? ―murmuró Blitzø antes de mirarlo a los ojos. Los cuatro vieron que algo se rompía dentro del diablillo frente a ellos mientras su voz se unía a una sensación de desesperación que no hablaba más que de dolor y arrepentimiento. ―. Ella murió. Ella murió por mi culpa. Es lo mismo cada vez. Me acerco a la gente y muere. Intento hacer algo mejor y fracaso. Incluso una vez tuve lo mejor a mi favor, ¡y lo arruiné! ¡¿Quieres saber por qué?! ¡Porque soy una maldición! ¡Matar gente es todo lo que he hecho desde que nací! ¡Maté a mi madre cuando nací! ¡Mi padre y mis hermanas murieron porque yo era débil! ¡Y Zella! ¡ZELLA! ¡MATÉ A MI PROPIA ESPOSA!
― ¿Es-esposa? ―preguntó Stolas con los ojos muy abiertos. ―. ¿Estabas casado?
Millie y Moxxie también estaban sin aliento al escuchar esto. Se volvieron hacia Loona solo para verla igual de sorprendida. Stolas parecía casi desconsolado al escuchar esto y Millie no podía culparlo. Hasta ahora, ellos asumían que Blitzø nunca había estado en una relación seria hasta que comenzó esto con el príncipe. Pero escuchar a Blitzø hablar sobre esta... 'esposa' suya hizo que Millie se preguntara quién en los Nueve Círculos del Infierno se casaría con su jefe. ¿Y por qué no la había mencionado hasta ahora?
Todos sabían que su familia había muerto, incluso si los detalles eran vagos, pero aún guardaba recuerdos de ellos en su oficina. En su mayoría carteles antiguos que anunciaban las actividades de su familia en el circo. Pero ni una sola vez Millie había visto algo que insinuara que Blitzø estuviera casado en el pasado. Ni siquiera un anillo en sus dedos.
― ¿Casado? ―murmuró Blitzø antes de sollozar. ―. Una vez estuve casado con alguien que pensé que era un ángel de verdad... y luego la perdí... perdí todo... la maté... al igual que maté a mi familia... si tú no me dejas solo, también morirás. No sé cómo ni por qué, ¡pero morirás! ¡Moxxie y Millie también! Y Loona... Loona...
Se volvió lentamente hacia su hija, que se quedó allí mirándolo. Caminó lentamente hacia adelante hasta que estuvo a centímetros de Blitzo, quien le dedicó una sonrisa triste antes de alejarse avergonzado.
―... lo siento, nunca fui un buen padr...
¡PLAAF!
La bofetada de Loona resonó por la habitación mientras todos la miraban. Blitzø dejó de llorar al tocar la mejilla en la que su hija lo golpeó. Gruñendo, Loona levantó lentamente a Blitzø y lo sostuvo entre sus patas mientras lo miraba.
―Papá, te voy a decir esto solo una vez. Así que más te jodido vale que me escuches― empezó Loona en voz baja y sin embargo con tanta rabia en su voz que hizo que todos sintieran escalofríos. ―. Cada día, hora y minuto desde que nos conocimos hace tantos años, siempre te he considerado mi padre. Me salvaste de morir después de que mi familia real me dejara morir porque me consideraban débil. Me diste un hogar, comida y educación mientras me atesorabas, no como una mascota o un juguete como lo harían algunos, sino como una parte genuina de tu familia. Ni una sola vez, en todos estos años, he dejado de apreciar todo lo que hacías, ni una sola vez te considero otra cosa que mi papá. ¿Un padre terrible? No, ahora eres y siempre serás mi único padre.
―L-Loona...
―No estoy diciendo que seas perfecto. Joder, yo misma no he sido la hija del año, pero a pesar de toda la mierda por la que pasamos, siempre hemos estado juntos. ―susurró Loona, sosteniendo las manos dañadas de su padre. ―. Fuiste tú quien estuvo ahí para mí cuando casi muero de enfermedad. Nunca dejaste de ayudarme a aprender o de protegerme cuando lo necesitaba. Trabajaste día y noche solo para hacer nuestras vidas lo más habitables posible. Quizás no fue perfecto, pero no cambiaría esos recuerdos por nada. Así que has hecho cosas malas, todas las hemos hecho. ¡Esto es un puto Infierno, carajo! ¡Todos hemos hecho cosas terribles o la hemos cagado!
―Pero yo... no sabes... lo que he hecho y...―murmuró Blitzø tratando de decir algo, pero Loona le puso un dedo en sus labios.
―No me importa lo que hiciste en el pasado. Me importa lo que hiciste por mí―replicó Loona con firmeza. ―. Eres la persona más importante de mi vida, papá. Nadie más se acerca... Y eres importante para todos aquí.
Ella se volvió hacia Moxxie y Millie.
―Moxxie ha salido adelante y ha demostrado su valía para guiarnos en la búsqueda de una manera de salvarte. No te abandonó ni te dejó por muerto. Su primera y única prioridad era que trabajáramos juntos para salvarte. Incluso recibió una bala en nuestros esfuerzos y casi muere. Millie nos ha estado apoyando todo el tiempo. Ella y yo hemos derramado sangre solo para liberarte de esos imbéciles. Arriesgamos nuestras vidas para salvarte... ¿Suena eso a gente que te odie?
―Loona tiene razón, Blitzø―terció Moxxie dando un paso adelante con una pequeña sonrisa. ―. Mira, sé que te he gritado y me he quejado de ti, pero en el fondo sé que eres una buena persona. Si hubiera sentido que estabas más allá de la salvación, yo no habría ido tan lejos para rescatarte. Siempre nos has ayudado a Millie y a mí cuando lo necesitábamos, incluso si tus métodos son... excéntricos, pero has mostrado más amabilidad de la que la mayoría ha hecho por nosotros.
―Eres más que un jefe, Blitzø. ―susurró Millie sonriendo. ―. Eres uno de nuestros mejores amigos. Todos estamos un poco jodidos y venimos de un pasado del que no estamos orgullosos, pero tú nos han mantenido juntos incluso en los momentos difíciles. Unirme a la empresa ha sido una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, y es por eso que pude conocer a Moxxie, a Loona y a ti.
―Ustedes...―gimió Blitzø mientras se secaba los ojos.
― ¿Y Stolas? El pajarraco real es la razón por la que pudimos salvarte en primer lugar―dijo Loona sonriendo mientras señalaba al príncipe ruborizado. ―. Él hizo todo lo posible para encontrarte. No escatimó en gastos ni en mano de obra para intentar salvarlo. No lo hizo solo porque le guste que le folles el culo, lo hizo porque se preocupa por ti al igual que nosotros; Incluso mató a sus jodidos suegros por haberte lastimado. La razón por la que estás curado ahora mismo en uno de los hospitales más caros del infierno es por él... Él te ve como un culo para follar, Blitzø. Realmente le gustas.
—Lo hago. —susurró Stolas, sonriendo. ―. Blitzø, sé que nuestra relación no ha tenido un gran comienzo, pero he llegado a quererte casi tanto como a mi hija en los años que nos conocemos. Pasar tiempo contigo me hace tan feliz y no puedo soportar la idea de perderte... Sé que tu mente te dice que no nos creas, sé lo que hace el parásito, pero confía en tu corazón, Blitzy. Confíe en que si nos importas.
―Pero, pero...
―Papá―dijo Loona interrumpiéndolo. ―. No pasamos por todo esto por nada. Lo hicimos porque te amamos.
― ¿...Por qué? ―preguntó Blitzø mientras sus labios temblaban, mirando a Loona con ojos confusos y llorosos. ―. ¿Por qué después... después de todo lo que he hecho... por qué?
Lentamente, Loona envolvió sus brazos alrededor de su padre y lo dejó descansar sobre su pecho. Cerrando los ojos, susurró: ―Porque somos familia. Y no te rindes con la familia.
En ese momento, Blitzø gimió y se derrumbó en los brazos de su hija. Él simplemente continuó llorando mientras ella continuaba abrazándolo, los dos nunca lo soltaron. Muy pronto, Stolas se acercó y envolvió sus brazos alrededor de los dos, seguido por Moxxie y Millie poco después.
Los cuatro acordaron en silencio en sus corazones que harían todo lo que estuviera a su alcance para ayudar a Blitzø mientras lo abrazaban tan fuerte como pudiera.
Lo habían salvado. Ahora tenían que sanarlo.
FIN.
...Por ahora, nos veremos en "Sanando a Blitzø".
