THE SURVIVORS

Antes de iniciar, advierto que este capítulo puede contener escenas un "poquito" fuertes. Así que si lo leen, que sea con discreción y cautela (descargo cualquier tipo de responsabilidad)

CAPÍTULO TRES: PESADILLAS QUE JAMÁS ACABAN

La noche había llegado y consigo el espectáculo que Luan siempre hacía para entretener a los niños que con ilusión esperaban ver con que iba a salir ahora. Como ha pasado antes, ella los dejó a todos maravillados recibiendo todo tipo de ovaciones, incluso por parte de nuestras camaradas, a pesar de lo muy renuente que Lynn estuvo de echarle una mano cuando le pidió ayuda (Y más aún por el pastelazo que recibió en la cara)

Y después de la nada infructífera reunión que tuvimos con la antipática de Mandy y demás líderes, llegó la hora de unirnos a nuestras demás hermanas para dormir, y en mi caso, fui al cuarto que compartía con Luan y Sam.

-¿Segura que quieres quedarte aquí y no en la clínica, Sam?- le pregunté a la rubia dueña de mi corazón cuando se acomodó en la cama que siempre solemos compartir.

-Descuida, Lunita. Verás que de la noche a la mañana estaré como nueva- afirmó palmeándose su lastimada pierna derecha, solo para enseguida soltar un gemido de dolor.

-¿Cómo nueva? Más bien como parte de un lote lleno de artículos de segunda mano y que ya ha pasado por muchas manos, ¡MUA JAJAJAJAJA! ¡¿Entienden?!- tensé los hombros y la quijada ante esta broma de pésimo gusto por parte de Luan que arreglaba su cama como si nada.

-Eres una grandísima…- mi bella novia por un segundo estuvo a punto de tirársele encima para darle borrarle esa sonrisa de un puñetazo como se lo merece, pero se detuvo y sonrió con malicia -dices eso porque eres toda una experta en ser mangoneada por muchas manos, ¿Verdad?

Ante su contraofensiva, Luan soltó su almohada, sus ojos se perdieron en la nada y lentamente se llevó sus manos temblorosas a los costados de la frente susurrando paulatinamente: "no… no… no" para comenzar a parpadear de modo alarmante.

¡Debía calmarla enseguida antes de que explotase en un ataque de histeria!

-¡SAM!- le grité muy molesta por tal burla y me le acerqué a Luan para darle un reconfortante abrazo y darle unas palmaditas en la espalda cuando comenzó a respirar agitadamente.

-Ella se lo buscó. ¿Acaso puede hacer bromas pesadas a costa de los demás pero nadie se las puede hacer a ella?- no la veía ni con ápice de piedad y le dedicó una agria expresión.

Estuve a punto de reclamarle tal falta de humanidad, pero al sentir como Luan mojó mi hombro derecho con sus lágrimas, me limité a seguir calmándola después de lanzarle una mirada de reproche. Ella solo gimió pesadamente y se acostó en nuestra cama para darnos la espalda y no tener que seguir viéndola en tan lamentable estado emocional.

Si no fuera porque la amo con todo mi corazón, ya le hubiera dado una buena…

-No dejes que esos malditos la toquen… ¡No permitas que esos malditos hijos de perra toquen a Luan!- me sobresalté cuando Luan, al hablar, usó el tono de su otra personalidad que ahora casi parecía el más bestial de los demonios.

-Ya, ya, descuide, Señor Cocos. No dejaré que nadie le ponga un dedo encima- pero la seguí consolando y comencé a chiflar una linda canción que poco a poco la calmaron hasta que sus temblores desaparecieron por completo relajando los músculos.

-Por favor… no dejes que me vuelvan a lastimar, Luna, ¡Por favor no dejes que me vuelvan a lastimar!- imploró ya recuperando su tono normal y aferrándose fuertemente a mí.

-No tengas miedo, Luanita. Estoy aquí contigo, estoy aquí contigo…- sobándole su largo cabello, hice que se sentara en su cama -mira, toma tu medicina- de una mesita de noche saqué una pequeña botella que contiene un remedio (Creación de Lisa) para calmarla.

-Gra… gracias, Luna- con sus manos aun temblando, ella pudo sujetarla y tomar un sorbo.

-De nada, para eso estamos las hermanas. Para cuidarnos entre todas de todo mal y peligro- pude sonreí al apreciar cómo se calmó -ahora por favor duerme. Debes recargar el hueso de la risa para el siguiente Show que harás mañana.

-S-sí, Luna. Hasta… hasta mañana- dijo para acostarse y girarse mirando a la pared abrazándose a sí misma intentando regular su respiración hasta que se durmió por la medicina.

Suspiré aliviada porque no perdió el juicio como ha pasado en otras ocasiones y después de acariciar nuevamente su pelo, la arropé para protegerla del frío y me dirigí a dónde Sam está postrada todavía estando en la posición.

No le dije nada y me limité a verla fijamente sin parpadear al cruzarme de brazos esperando que se disculpara por el grave daño que casi le causó a mi hermana menor.

-Está bien, está bien. Perdón por haberle dicho eso- dijo después de un minuto de silencio, pero aun dándome la espalda, por lo que tuve que gruñir levemente para que al fin se incorporara -¿Qué más quieres que diga? ¿Qué le pida perdón de rodillas? Ya te dije que ella fue la que inició al decirme eso, porque en caso de que se te olvide, ese tema también es muy delicado para mí.

-Sam… muy bien, lo admito. Ella fue la que comenzó y tenías todo el derecho de molestarte. Pero en caso de que lo hayas olvidado- quise usar sus mismas palabras -lo de ella fue mucho peor que lo tuyo o que la mayoría de las que vivimos aquí. Así que te pido, por favor, no le eches en cara eso. Hazlo por mí- pedí tomándole la mano derecha.

-Ah… bien, bien. Cuando me dedique una broma de ese calibre no le diré nada de eso, pero tampoco esperes que me ría como maniática. Ella debe aprender a controlar lo que dice, porque algún día se burlará de alguien que no tendrá mi misma paciencia- aceptó a regañadientes.

-Descuida, yo me encargaré a que sepa mantener bajo control su lengua y a no pasarse de la raya- afirmé y le di un pequeño beso en los labios para que quitarle cualquier rastro de enojo.

Con ese problema solucionado, nos dispusimos a también dormir abrazadas. Ella fue la primera en roncar, pero a mí me costó un poco más de trabajo porque aún tenía en mente el asunto de Luan.

Así me giré para poder verla. Ahora mismo se veía tan serena y tranquila mientras dormía… que algunas veces cuesta creer que es un sube y baja de emociones en dónde de un momento a otro pasa de un estado de ánimo genuinamente alegre y positivo con el que trata de animar a los demás a uno de lo más odioso, pedante e incluso sádico que le hace decir las cosas más hirientes sin querer y sin medir las consecuencias.

Tanto dentro como fuera del campo de batalla, en donde es la segunda faceta la que suele dominarla al luchar contra los Locust o soldados de la CGO y hace que tenga cero dudas para dedicarles la muerte más lenta y dolorosa posible si tiene la oportunidad de hacerlo actuando como una total lunática de primera clase.

Pero no… ni yo, ni ninguna de las demás podemos reclamarle tal comportamiento, no después de todo lo que la ha sufrido, no luego de tantas malas experiencias que aún hasta el Sol de hoy la siguen atormentando y que la han vuelto la mujer que ahora es.

Siento como Sam se remueve y me abraza por la cintura llevando una de sus manos a una vieja cicatriz que tengo en el abdomen, más específicamente a una que poseo debajo del ombligo.

Una herida que en su momento casi me envió a la tumba, pero que irónicamente, me salvó de uno de los tantos destinos peores que la muerte y por el que algunas de mis hermanas, incluyendo Luan, pasaron sin salvación alguna.

Hace 14 años atrás… aún recuerdo perfectamente cuando inició todo hace 14 años… imposible sería para cualquiera de las que vivimos en "El Refugio" olvidar lo que pasó ese día…

Flash back:

Tuvimos que levantarnos muy temprano ese día porque debíamos organizar todas nuestras pertenencias para ir a los sitios de evacuación que llevarían a todos los habitantes de Royal Woods a un lugar seguro.

No podíamos creer que poco después de la finalización de las Guerras del Péndulo, que duró casi 8 décadas, ocurriera otro conflicto a escala mundial ahora por culpa de esos monstruos infernales denominados "Locust" que sin demora alguna devastaron las ciudades más importantes del planeta y la CGO, abreviación de las palabras Coalición de Gobiernos Organizada, inició un programa de rescate en el que los habitantes de ciudades más pequeñas serían llevados a otros sitios para supuestamente ponerlos a salvo y así las personas de al menos 18 años fuesen reclutadas para aumentar el número de soldados que lucharan contra ellos.

Pero ¿Qué lugar en este mundo podría ser considerado "seguro" en esos momentos?

-¡Lincoln, deja de perder el tiempo con Lily!- lo regañó papá porque él perseguía a la más pequeña de nuestras hermanas que se había quitado el pañal y caminaba de un lado a otro desnuda totalmente ajena a la tensión por la que pasábamos en ese momento.

-¡Es que no se deja atrapar!- en otras circunstancias daría mucha risa verlo persiguiendo así a Lily, pero debido a las circunstancias, no había espacio para tonterías.

-Entonces usa tu estúpido conejo de peluche como carnada y así atraparla- recomendó Lynn fastidiada y cargó unas pesadas cajas para llevarlas a Vanzilla.

-Buena ida- Lincoln buscó en otras cajas en dónde estaban sus pertenencias al mencionado juguete -Lily… mira lo que tengo aquí- la llamó sosteniendo con ambas manos ese peluchito que ha tenido desde que posee memoria y que aún lo seguía apreciando a sus 16 años de edad.

-¡BUM-BUM!- con tan solo verlo, Lily enseguida se le acercó para abrazarlo con toda ternura una vez Lincoln la tomó y apegó a su cuerpo para que no se le volviera a escapar.

-Ya era hora. Ahora amárrala en su asiento especial para que nos sigas ayudando con las cajas- le siguió hablando Lynn para tomar otras dos cajas -¿Y tú que haces, Luna? ¡Muévete, también!- me reclamó porque yo me detuve por un momento para usar el celular.

-Espera un segundo. Algunas veces llegas a ser más mandona y pesada que Lori- alegué y volví a enfocarme la vídeo llamada -¿Entonces tú y tu familia no se podrán juntar con nosotras, Sam?

-"No, Luna, parece que no. Solo seremos llamados en la segunda vuelta. Tal parece que a esos políticos imbéciles no les basta que mi tía haya sido médica en las Guerras del Péndulo como para darnos el privilegio de estar entre las primeras familias evacuadas de Royal Woods"- pasé una mano por mi corto cabello expulsando un gemido de molestia, frustración e impotencia.

Mi familia tenía algo de ventaja sobre los demás ciudadanos porque nuestro abuelo, Pop-Pop, al haber sido un Marine destacado durante la anterior guerra nos consiguió el privilegio de ser algunos de los primeros de la ciudad en ser movidos a Jacinto, la supuesta ciudad más segura del mundo, aún cuando él ya había pasado a mejor vida hace un par de años.

Siendo eso una ventaja que mi amada Sam y varias otras personas no poseían.

-"No tengas esa cara, Lunita. Verás que en menos de lo que me toma afinar las cuerdas de la guitarra estaremos juntas de nuevo"- al ver mi expresión, trató de calmarme.

-Es que me preocupa que nos manden a lugares separados unos de otros. ¿Cómo podríamos volver a estar juntas si eso llegase a pasar?

-"Descuida. Encontraremos el modo de estar juntas sin importar qué, aun si para eso deba ir hasta el fin del mundo"- no pude evitar reír por este comentario tan cursi que hizo para animarme.

Al terminar de empacar nuestras cosas, nos dirigimos a las afueras de la ciudad en dónde están los transportes que llevarían a los afortunados a esos supuestos sitios seguros. Ahí nos encontramos con Lori, Bobby y la familia de este.

Ellos ya estaban casados y esperaban a un hijo que podría nacer en cualquier momento, y como él era un soldado Gear, también fue vital para que tuviéramos esa ventaja.

Si tan solo hubiéramos sabido lo que nos esperaría antes de que el Sol terminara de ocultarse…

-Pero, ¿Qué pasará con todas esas personas que no tendrán nuestros mismos privilegios?- preguntó Leni cuando vio con preocupación la ciudad que seguía en proceso de desalojo.

-Descuida, hija. De momento parece que esas cosas solo están interesadas en las ciudades más grandes de Sera. Para cuando vengan aquí no quedará nadie- papá le palmeó el hombro, aunque su expresión decía que también se preocupaba por el resto de ciudadanos.

-Surgieron de la nada y se quedaran con nada, ¡JAJAJAJA! ¿Entienden?- Luan, siendo como es, trató de animarnos con uno de sus chistes sin gracia -pero ya, en serio, ¿Qué va a pasar con nosotros cuando nos trasladen? ¿No nos obligaran a ser soldados o algo así, verdad?

En esos momentos Lynn, Luan, yo, Leni y Lori teníamos respectivamente 18, 19, 20, 21 y 22, por lo que no habría excusa que pudiéramos dar para que no nos enlistaran.

-¿Una reina como yo rebajándose a ser un saco de carne para recibir miles de balas? ¡JA! No me hagan reír- carcajeó Lola segura de que nunca empuñaría un arma porque seguía siendo una niña.

-Por cómo van las cosas…- ironizó en voz baja Lucy que se limitaba a leer un libro.

-Habría que estar bastante desesperados como para reclutar a cualquiera así como así. Nunca me podría visualizar a mí misma empuñando un arma para herir o asesinar a otro ser vivo- esa idea a Lana le causaba el mayor de los pavores y acarició a su rana mascota que está sobre su cabeza.

-Yo apoyo a Lucy, Sisters. Con lo ocurrido durante la guerra en la que participó el abuelo, no me sorprendería que de la noche a la mañana a todas nos manden a enlistar- yo retomé la pregunta que Luan formuló y traté de establecer contacto con Sam, pero por alguna razón no contestaba.

-Vamos… contesta, contesta…- otra vez marqué su número, pero seguía sin obtener respuesta -carajo…- desistí y guardé el teléfono -espero que Chunk y los demás sean evacuados a tiempo- igual que Leni, mire con preocupación la ciudad que por tantos años fue nuestro hogar esperando que el resto de la Banda logre salir a tiempo y sin complicación alguna.

Después de unos minutos, llegó nuestro turno y el de los Casagrande para ser evacuados.

-¿Te veré pronto, Osito Bubu?- muy renuente Lori se despedía de Bobby, que al ser un soldado, debía quedarse aquí y seguir cumpliendo con su deber.

-Claro, mi reina. Cuando termine aquí, los veré en Jacinto- cursimente, se dieron un tierno beso.

Noté como el mejor amigo de Lincoln, Clyde, hizo una mueca de molestia ante eso. Siempre me dio tanto risa como pesar que él, aun viendo como la mujer que tanto dice amar ya está casada y con un hijo en proceso, le sigue guardando fuertes sentimientos,

¿Eso sería algo digno de admiración o de pena ajena?

Pero tuve que dejar de pensar en eso cuando sin previo aviso, y justo cuando nos disponíamos a ingresar a los transportes, el terreno comenzó a temblar con violencia haciendo que muchos cayéramos sin entender que estaba pasando.

-¡UUUAAAHHH!- sin que nadie se lo esperase, un colosal monstruo arácnido surgió del piso justo debajo de uno de los transportes que tenía en su interior varios pasajeros haciendo que volase por los aires y que explotase al chocar creando una enorme bola de fuego.

El Infierno ya había venido a nosotros.

-¡OH SANTO DIOS!- aterrada, Lola gritó cuando cayó al piso.

De uno en uno, todos los que estábamos ahí gritamos presas de un pánico y horror indescriptibles cuando hordas de Locust emergieron del agujero que esa bestia gigante, de nombre Corpser, creó y que sin reparo alguno comenzaron a abrir fuego contra toda aquella persona que estuviera en su rango de visión no haciendo distinción de soldado o civil desarmado por lo que nuestros alaridos de terror también se volvían de agonía al ser heridos de alguna forma e implorábamos por ayuda en medio de una lluvia de balas y estallidos.

¡ESTO SE VOLVIÓ UNA COMPLETA NOCHE DE PESADILLAS!

Y si con eso no bastase, más agujeros se formaron a nuestro alrededor encerrándonos a todos en un círculo de matanza para que ninguno pudiera huir y sin tener lugar en dónde esconderse.

Todo esto y mucho más siendo ocasionado por el rey de los demonios: el General RAAM.

-¡ERRADIQUEN A LOS PATEA SUELOS!- gritó señalando hacia adelante y portando una pesada ametralladora con la que hacía añicos a cualquier persona con sus disparos.

Si ya de por sí los Locust "normales" son unos adefesios humanoides con piel escamosa parecida a la de un reptil y de color gris o blancuzco, palidecían ante su líder al ser un coloso de al menos tres metros de estatura, pálido como si de la misma muerte se tratase y portador de una armadura-túnica negra como la noche y que simbolizaba la oscuridad de su alma.

-¡TODOS SUBAN RÁPIDO A LOS CAMIONES!- nos ordenó un soldado subido en uno de los transportes, pero unos explosivos dieron contra ese vehículo volándolo en mil pedazos creando otra llamarada que se combinó con los diversos incendios que ya se habían formado y que iluminaban la oscuridad de la noche dejándonos apreciar por completo el grotesco espectáculo en el que estábamos metidos.

Y del que creíamos no poder salir con vida.

-¡MANTENGAN LAS CABEZAS AGACHADAS, MANTÉNGANLAS AGACHADAS!- nos repetía Bobby, que igual que nosotros, temblaba de pavor hasta que reunió coraje y apuntó disparándole a unos de esos fenómenos que querían acercarse a la cobertura en la que nos hallábamos.

-¡Que alguien haga algo rápido!- imploró Lisa mientras era abrazada por mí, aterrada como nunca antes en su vida lo ha estado.

Yo al igual que todas no sabía qué hacer en ese instante aparte de temblar y soltar lágrimas. En un momento nuestras más grandes preocupaciones eran no volver a ver nunca más a nuestros amigos y demás seres queridos para que al minuto siguiente literalmente tuviéramos en frente a los monstruos que tanto daño han hecho en tan poco tiempo y que no dudarían en ejecutarnos de las maneras más grotescas que puedan maquinar.

¡¿QUÉ SE SUPONE ÍBAMOS A HACER EN ESE INSTANTE?!

-¡Lori y todos, escúchenme! Yo llamaré la atención de esos monstruos para que ustedes vayan a ese camión y puedan escapar. Cuando les diga YA correrán lo más rápido que puedan hasta ahí- nos indicó Bobby después de eternos minutos en los que se limitaba a disparar a diestra y siniestra.

-¿Qué? ¡NO, BOBBY, NO VOY A DEJARTE!- pero la mayor de nosotras lo agarró de un brazo con todas sus fuerzas -¡Piensa en tu futuro hijo, en tu familia y en mí! ¡NO PUEDES HACER ESO!

-¡Pues es justamente por ti y por los demás que debo hacer esto!- la apartó con bastedad y sacó granadas de humo -¡MUÉVANSE YA, YA!- arrojó una de ellas a los Locust más cercanos para llamar su completa atención y se separó de la cobertura para que se enfocaran solo en él.

-¡NO, BOBBY, BOBBY, SUÉLTENME, SUÉLTENME, NO!- papá, Luan, Lynn y yo agarramos a Lori para que fuera hacia ese transporte esforzándonos mucho para obligarle a avanzar.

-"Mucha suerte"- le desee con el presentimiento de que sería la última vez que lo viéramos vivo.

-¡HERMANO!- Lincoln también tuvo que sujetar a Ronnie Anne, su novia y hermana menor de Bobby, para que se moviera recibiendo la ayuda de CJ y Carl al también negarse a abandonarlo.

Esa corazonada se hizo realidad cuando Bobby cayó gravemente herido por un tiro en el costado derecho que lo tumbó en un charco rojo creado por la sangre de otros soldados que valientemente dieron sus vidas por nosotros.

Y lo último que vimos de su parte fue que extendió una mano en dirección nuestra susurrando: "Lori" e inmediatamente una granada de fragmentación cayó a un lado de su cabeza y… y…

¡MALDITA SEA!

-¡NOOOO!- gritó mi Sister mayor al presenciar como el dueño de su corazón se esfumó en el estallido de esa granada para nunca más volverlo a ver.

-¡MIJO!- expresó la Abuela Rosa extendiendo una mano en dirección suya, por lo que el Abuelo Hector, Carlota y el Señor Carlos tuvieron también que obligarle a avanzar.

¡DEBÍAMOS ESCAPAR DE ESTE INFIERNO YA!

No tuvimos de otra que continuar nuestro camino hacia el transporte que Bobby nos señaló. Solo unos metros más y nos largaríamos de este campo de exterminio y no tener que presenciar algo tan horrible como esto nunca más en la vida.

Que ilusos fuimos…

Justamente otro Corpser surgió en frente de nosotros soltando otro bestial rugido como el anterior y extendiendo sus patas con tanta fuerza que arrancó grandes trozos de terreno mandándonos a volar a todos en distintas direcciones separándonos unos de otros.

Yo quedé inconsciente por culpa de eso, totalmente ajena a lo que le estuviera pasando a los demás, y solo pude recuperar el conocimiento cuando Lynn me dio unas cuantas bofetadas para ayudarme a levantarme.

-¡Chicas, arriba, arriba, arriba! ¡Debemos seguir moviéndonos!- mostró una faceta de líder que nunca esperé de su parte y que al parecer solo surgía en situaciones críticas como esta -¡MAMÁ, PAPÁ, LINCOLN, CHICAS! ¡¿DÓNDE ESTÁN?!- intentó encontrarlas viendo de un lado a otro.

Cosa imposible porque solamente presenciaba la destrucción que ahora mismo nos rodeaba y como cada uno de los Gears hacía lo que pudiera para detener a esos monstruos, o en algunos casos, intentar dejarnos a nuestra suerte y huir por sus vidas al perder la cordura y sucumbir a la histeria total por la cantidad de horrores que presenciado en tan pocos minutos.

-¡HERMANAS!- por fortuna, Luan estaba bien y se nos acercó cargando a una inconsciente Lisa siendo seguida por Lucy cuyo brazo derecho está herido -¡¿Dónde están las demás?!

-¡Tenemos que encontrarlas rápido!- quise dirigirlas.

Jamás esperándome, aún en medio de esta batalla, no, ¡En medio de exterminio! Sucediera eso que más adelante me libraría de uno de esos destinos peores que la muerte:

Un disparo.

Una bala que dio justo en mi útero. Por instantes solo sentí un leve ardor en esa zona de mi cuerpo hasta que poco a poco fue intensificándose hasta ser algo tan doloroso como si me hubieran golpeado con un fierro caliente en ahí.

Tanto fue el dolor, que no supe en que momento caí. Al llevarme las manos a la herida y ver como se mancharon de sangre, solté un desgarrador grito de agonía retorciéndome ahora expulsando cataratas de mis ojos que no podía contener.

¡ME ESTABAN DESGARRANDO DESDE ADENTRO!

-¡LUNA!- al verme así, Luan se inclinó y ejerció presión con un trapo intentando frenar el sangrado.

-¡Esto es una locura!- Lynn también se arrodilló a mi lado y pasó una mano por mi frente.

Cualquiera de nosotras en ese instante podríamos perder la cabeza tanto literal como metafóricamente hablando.

Mis recuerdos se volvieron algo difusos desde eso, por lo que no conocía todos los detalles de las tragedias que le pasaron al resto de la familia, pero aún podía mantener la suficiente consciencia para estar al tanto de lo que pasara cerca de mí.

-¡HIJAS!- pude distinguir el grito de mamá y como se nos acercó cargando a Lily cuando Luan y Lynn me ayudaban a caminar rumbo hacia los transportes -¡¿Dónde están sus demás hermanas?! ¡¿Dónde está su padre y Lincoln?!- yo habría tenido que estar ciega y sorda para no percatarme de como su cordura colgaba de un hilo.

-¡NO LO SÉ! Debemos encontrarlos antes de que… esperen, ¡AHÍ ESTÁN!- con dificultad pude alzar la cabeza en dirección a dónde Lynn señaló -¡LINCOLN!

Pude sonreír levemente al ver que estaba bien más allá de un rasguño en su mejilla izquierda. Pero no podía decir lo mismo de Leni, quien era ayudada por él a caminar, debido a unas brutales heridas en su espalda y hombros causadas por mordidas y arañazos que solo pudieron haber sido hechos por la más salvajes de las bestias.

Y no estaba solo, sino que era acompañado por Lana que a su vez auxiliaba a Lola a moverse… porque la parte superior del cuerpo de ésta fue quemada a tal punto que quedó irreconocible y expulsaba humo como si hubiera caminado en medio de un incendio.

-"¡¿QUÉ LES PASÓ?!"- quise gritar esto, pero me limité a expresarlo en mi mente porque la pérdida de sangre y mis propias lesiones me debilitaron a tal punto que casi no podía hablar.

-¿Lynn? ¡CHICAS, ESTÁN BIEN!- nuestro hermano se alegró de ver que el resto estábamos vivas -no saben la alegría que me da verlas.

-Nosotros también estamos felices de verte. Ahora solo debemos hallar a papá, a Lori, a Ronnie y al resto de los Casagrande para largarnos de esta mierda.

En un inicio no supe el por qué su expresión de repente se invirtió por completo, pero cuando agachó la cabeza y sus labios temblaron susurrando: "Papá… Ronnie… ellos… ellos" no me demoré en adivinar lo que pasó.

No… no podía ser verdad… ¡QUE NO SEA LO QUE ESTOY PENSANDO!

-Lincoln… ¿Qué le pasó a tu padre?- mamá también se percató de lo que ocurría -hijo… ¿Qué le ocurrió a tu papá?

Su silencio era lo único que necesitábamos para corroborar nuestros peores temores… ¡MALDITA SEA!

-Dime que tu padre está bien… ¡DIME QUE MI MARIDO ESTÁ BIEN!- ella le grito en la cara no queriendo aceptar la verdad y sin importarle que aún sigue cargando a Lily.

-Mamá… lo siento, pero él… y Ronnie…- por sus sollozos, no se le entendía lo que decía, pero no tenía que dar mayores explicaciones reafirmar lo que ya sabíamos.

Noté que mamá iba a decirle algo muy furiosa, pero nos tocó dejar en segundo plano nuestros pesares por una explosión que ocurrió cerca, así que retomamos nuestra marcha ahora cruzando caminos con Clyde y Lori, que afortunadamente no se había lastimado el vientre, y con el resto de los Casagrande… al menos, la mayoría de ellos porque no había rastro alguno de la mamá de Ronnie, ni del papá de Carlota.

-¡OYE TÚ!- Carl se aproximó a Lincoln -¿Y mi prima? ¡¿DÓNDE ESTÁ RONNIE?!- él le respondió con el mismo silencio inquietante, y a pesar de lo idiota que el otro puede ser, no fue lento en descubrir la verdad -no… dime que no es lo que creo que es… ¡DÍMELO!- lo tomó de su camisa polo para que lo viese a la cara, pero Lincoln solo se limitaba a mirar hacia otro lado.

-¡MALDITO ESTÚPIDO!- lo derrumbó al pegarle en la cara, y como consecuencia, que Leni también cayera soltando un alarido porque su espalda mutilada dio contra el piso sucio de los efectos colaterales del infierno llamado "batalla" en el que aún seguíamos metidas.

-¡¿No se supone que tú siempre la ibas a cuidar de todo mal y peligro?!- amañó con volver a golpearlo, pero Lynn lo apartó al empujarlo.

-¡DEJA A MI HERMANO EN PAZ, JODIDO IMBÉCIL!

Por mil demonios… ¡NO TENÍAMOS TIEMPO PARA PELEAR ENTRE NOSOTROS MISMOS!

-¡MALDITA SEA, YA CÁLLENSE!- grité con las pocas fuerzas que aún me quedaban -primero debemos huir antes de cualquier cosa… y no terminar como ella, papá y demás personas… ¡VÁMONOS!- yo parecía ser en ese momento, una de las pocas personas en ser razonable.

¡¿En serio ellos iban a ser tan estúpidos para discutir en tal escenario?!

Increíblemente, pudimos llegar al transporte que se puso en marcha alejándonos de esa zona de muerte y todos los heridos fuimos rápidamente atendidos.

-Por favor, resiste, Lola- mientras se ocupaban de mí y me hacían una transfusión de sangre con la de Luan, pude ver como Lana le tomó una mano a su gemela que respiraba agitadamente.

-Ronnie dio su vida por mí… papá estaba en frente de mis ojos… y no lo pude salvar.

Casi todas pudimos oír bien este lamento por parte de Lincoln. ¿Él tuvo la posibilidad de salvar a nuestro padre y no lo hizo? Si yo hubiera estado en mejor estado, le habría cantado sus verdades tachándolo de cobarde e inútil.

No… ¿A quién trato de engañar? No habría tenido el corazón de reclamarle, no cuando también perdió a la chica que amaba y cuya muerte lo dejó en un estado emocional tan delicado como el que Lori se hallaba en ese mismo instante, además, él tuvo la suficiente fortaleza para ayudar a Leni a moverse y ponerla a salvo.

"A salvo" no serían las palabras correctas que debía usar por lo siguiente que nos pasó.

Y eso fue que un misil destruyó la cabina de nuestro camión tumbándolo de lado y derrapara por varios metros generando que todos en su interior nos golpeáramos entre nosotros agraviando aún más nuestras lesiones.

-¡HIJOS DE PERRA!- grité porque Luan cayó de cabeza justo encima de mi herida.

-¡MI ESTÓMAGO!- Lori también gritó sujetándose su enorme barriga de embarazo.

¡Era un milagro que no se le haya roto la fuente pese a todo lo que le ha pasado!

-¡QUE NINGUNO HUYA!- de entre todo el caos y ruido de disparos y explosiones que parecían seguirnos a donde fuéramos, pudimos distinguir la endiablada voz del líder de esos engendros acercándosenos, como si no estuviera dispuesto a que algún humano se escapase de sus garras.

-¡CORRAN, CORRAN, CORRAN!- Lynn fue la que se recuperó primero y nos ayudó a todos a salir del camión tumbado -¡LINCOLN, MUÉVETE!- le llamó y ayudó a Lori a caminar.

-¡Vámonos, Lincoln!- Clyde se acercó a nuestro Brother, que había quedado paralizado, y lo jaló.

-¡ESPEREN! ¡¿LILY?! ¡¿DÓNDE ESTÁ MI BEBÉ, DÓNDE?!- pero todos nos detuvimos cuando mamá notó la ausencia de la menor de nosotras.

No supimos en que momento ella salió disparada del transporte por culpa de la explosión. Hasta ese punto yo a duras penas podía poner de mi parte para tratar de hallarla entre tanta barbarie.

-¡MI HIJA!- cuando mamá la encontró tirada en medio del camino, no dudó en acercársele.

Ignorando por completo que entró en la mira de uno de esos demonios sedientos de sangre, que parecía ser el secuaz de RAAM, y que le apuntó con un letal rifle de largo alcance.

-¡MAMÁ, CUIDADO!- Lynn fue la primera en percatarse de eso, pero no pudo hacer nada más porque una bala dio contra su hombro izquierdo que la derrumbó -¡MALDITA SEA!

Como me hubiera gustado estar inconsciente para no tener que atestiguar lo que ocurrió a continuación…

Por siempre yo y todas las demás tendremos grabados en nuestras mentes como mamá, la mujer que nos dio la vida junto con todo su amor y cariño sin importar todos los percances que le causamos, murió siendo acribillada por los disparos de ese Locust y cayera luego de retorcerse.

Teniendo los ojos abiertos viéndonos por última vez… ¡Y ESO NI SIQUIERA FUE LO PEOR!

-¡MAMÁÁÁÁÁ!- gritamos todas no pudiendo creer lo que pasó frente a nuestra narices.

-¡MA-MA!- nos fijamos como Lily, increíblemente, seguía ilesa y trató de despertarla empujando su cuerpo.

-¡HUMANOS DÉBILES!- el líder de los monstruos también notó su presencia y fue en dirección suya con lentos y pesados pasos.

Ese hijo de perra maldito… ¡IBA A HACER LO QUE CREÍAMOS QUE VA A HACER!

-¡LINCOLN!- le llamó Lynn porque era el más cercano a la posición de Lily -¡SÁLVALA, SÁLVALA A ELLA, MALDITA SEA, SÁLVALA!- le ordenó desesperadamente.

Él no hizo nada. Estaba en estado de shock y permaneció inmóvil en su sitio, como un endeble cascarón sin alma alguna ignorando lo que le decíamos y que podría romperse en cualquier momento.

-¡MALDITA SEA, NO TE QUEDES AHÍ COMO IMBÉCIL Y AYÚDALA!- volvió a gritarle Lynn, pero al ver que seguía inmóvil, trató de salvar a Lily, aunque no logró avanzar nada porque una lluvia de balas cayó enfrente de sí casi atinándole y que retrocediese.

¡SI TAN SOLO YO HUBIERA ESTADO EN MEJORES CONDICIONES, LA HABRÍA RESCATADO!

-¡PATÉTICOS E INSIGNIFICANTES HOMÍNIDOS!- el malnacido, una vez que llegó hasta Lily, alzó su gran pie derecho para… para…

-¡NO, NOOO, NOOO!- abrí de golpe los ojos cuando oí estos gritos por parte de Luan que mandaba golpes al azar, como si se la estuvieran comiendo viva en sus sueños.

¡POR MIL DEMONIOS!

-¡LUAN, LUAN, LUAN!- enseguida salté de mi cama para abrazarla -¡Descuida, hermanita, descuida! Yo estoy aquí contigo, estoy contigo- palmeé su espalda mientras la arrullaba para que se calmara lentamente volviendo a dejar que llorase en mi hombro.

-¡Te dije que no dejaras que la tocaras! ¡PROMETISTE QUE NO IBAS A DEJAR QUE LA TOCARAN!- me alarmé cuando volvió a hablarme con ese tono de voz.

-¡¿Por qué no mejor te callas y dejas que me encargue de ella?!- no quería lidiar con el Señor Cocos y debía enfocarme únicamente en tranquilizar a Luan.

-Ah, carajo… no le basta con hacer pésimos chistes de mal gusto, sino que no deja dormir en paz- cuando Sam dijo esto, giré mi cabeza para dedicarle una cruda mirada, porque si ella no le hubiera dedicado ese comentario antes, Luan no estaría pasando por éste suplicio.

-Sí, sí. Fue mi error, no debí decirle eso y blablablá. Mejor les traigo un vaso de agua, ¿Te parece bien?- propuso con tal de poder retirarse del cuarto pasando en medio de los gritos y reclamos que nuestras amigas y compañeras hacían por culpa de la bulla que no les dejaba dormir.

Con mucha dificultad calmé a Luan y decidí dormir con ella cantándole una linda canción para asegurarme que no volviera a tener otra crisis (Ante el descontento de Sam que me volvió a dar la espalda cuando se postró de nuevo en nuestra cama)

Al estar mi hermanita de nuevo dormida, acaricie su larga cabellera castaña mientras me disponía a también volver a dormir… o esa era la idea, porque ya no me podía sacar de la cabeza lo que pasó después de que ese hijo de puta machacara a Lily como si de un repulsivo bicho se tratase…

Todas quedamos atónitas por lo que acabamos de presenciar, por cómo quedó la más pequeña y tierna de nosotras, siendo reducida a nada más que un gran manchón rojo en el suelo sin que hubiéramos podido hacer algo para evitarlo.

El sonido de su pequeño ser siendo triturado por la suela de ese endemoniado coloso será otra de las millares de cosas que presenciamos esa noche y que por siempre nos acecharan en nuestras más terribles pesadillas.

Claro, si es que lográbamos salir con vida de este infernal escenario.

-¡TODOS USTEDES, ENTREN YA!- el chofer de un cambió atropelló a RAAM con tanta fuerza que lo mandó a volar y se estacionó en frente nuestro para que subiéramos.

-¡ESPEREN, FALTA LINCOLN!- avisó Lori luego de que Lynn le ayudase a subirse al vehículo, mientras que Luan y Carlota me auxiliaban a mí.

No sabía por cuánto más iba a poner mantener la consciencia. Deseaba tanto qué al cerrar los ojos, todo esto fuese solo una horrible pesadilla que desaparecería al abrirlos.

-¡YO IRÉ POR ÉL!- Clyde se arriesgó en ir por Lincoln que cayó de rodillas ante lo que quedó de Lily y de mamá siendo todavía un frágil cascarón sin pensamiento propio.

-¡MUÉVETE, LINCOLN, MUÉVETE!- pudo alzarlo con mucho esfuerzo y lo atrajo hacia nuestro nuevo medio de transporte creyendo que este sí nos llevaría por fin a un lugar seguro.

¿Cuántas veces alguien se puede equivocar en una misma noche de pesadillas?

Volvimos a ver con horror como otro de nuestros familiares partió de este mundo y eso fue que un estallido ocurrió en frente de ellos dos impulsándolos por los aires y aterrizaran a los pies de las demás bestias infernales que no se demoraron en acercárseles para despedazarlos.

-¡LINCOLN, NO!- casi todas pudimos gritar al verlo en esa posición, ni Lola, Leni o yo podíamos expresar algo debido a nuestras heridas.

-¡No podemos hacer nada por ellos! ¡ANDANDO!- nos dijo el chofer y puso en marcha el camión.

-¡¿Qué está haciendo?! ¡REGRESE, TENEMOS QUE SALVARLOS!- le exigió Lana.

-¡Demasiado tarde! Ya me arriesgué mucho por ustedes. ¡Así que cierren la boca y no me hagan arrepentirme!- el conductor la apartó de un empujón.

Yo quería decir algo, pero ya no podía hablar y lo máximo que pude hacer fue incorporarme levemente para intentar ver a Lincoln, pero debido a la distancia y entre tantos disparos y estallidos, no pude divisarlo.

-¡TODOS, CUIDADO!- gritó de nuevo el conductor porque cuando pasamos por un puente, resultó que del otro lado… ¡HABÍA UN MALDITO BRUMAK QUE NOS DISPARÓ MISILES!

Toda la parte delantera de nuestro "vehículo de salvación" fue destruida por esos explosivos que nos hicieron caer del puente, a la casi absoluta oscuridad del vacío, y soltáramos un mismo grito de terror porque seguramente ese iba a ser nuestro final.

Pero no fue así gracias a que los árboles en el fondo amortiguaron la caída, aunque eso no evitó que nuevamente nos volviéramos a chocar unos contra otros en el interior del transporte.

-Ah… ah… no… no voy a lograrlo- susurré sintiendo como iba a colapsar en cualquier momento.

-¡SE ME ROMPIÓ LA FUENTE!- avisó Lori y la vimos derramar líquido amniótico combinado con sangre.

¡¿CÓMO ESTO PODRÍA EMPEORAR?!

-¡TODOS SALGAN, SALGAN, SALGAN!- como lo ha hecho hasta ahora, Lynn se encargó de que todas estuviéramos lo más lejos del peligro, porque en cualquier momento el camión podría estallar.

-¿Héctor? ¡¿DÓNDE ESTÁ HECTOR?!- quiso saber la Abuela Rosa una vez que estuvimos a unos 15 o 20 metros lejos del transporte.

-¡AYÚDENME, NO ME DEJEN AQUÍ!- oímos perfectamente el grito de ayuda del abuelo de Carl.

-¡HÉCTOR!- sin pensarlo dos veces, la abuela del difunto marido de mi hermana mayor fue a su rescate ignorando por completo que las llamas generadas por los misiles del Brumak recorrían la dañada carcaza del camión acercándose a sus tanques de combustible.

-¡MAMÁ, ESPERA!- la señora Frida, que aún cargaba a su pequeño hijo Carlitos, quiso detenerla.

Muy tarde fue, porque apenas la Abuela Rosa ingresó al transporte este explotó creando una colosal nube de humo y fuego que se la tragó por completo junto con su esposo con el que ha estado juntos por décadas enteras.

Hasta que la muerte los separe… o hasta que reclame sus vidas al mismo tiempo y en el mismo lugar…

-¡MAMÁ, PAPÁ!- gritó la tía de la novia de mi hermanito apegando con fuerza a su hijo más pequeño al pecho que no paraba de llorar.

-¡ABUELITOS!- el simplón de CJ también gritó, pero llevándose ambas manos a la boca al igual que Carlota mientras que Carl se limitó a mantener la boca y ojos abiertos no pudiendo creer lo que acaba de pasar.

Ni yo misma aún podía creer que realmente esto nos estaba ocurriendo…

Pero no había tiempo para lamentos, porque desde el puente, los Locust empezaron a dispararnos.

¡¿ACASO NO SE CANSABAN DE HACER DE NUESTRAS VIDAS EL PEOR DE LOS INFIERNOS?!

-¡MALDICIÓN, CORRAN!- como pudo, Lynn ayudó a Lori a moverse aún por más que ella decía que iba a dar a Luz sujetándose el vientre recibiendo el apoyo de Carlota, Lucy y Lisa socorrían a Leni, Lana a Lola y de nuevo Luan a mí con la ayuda de CJ.

Por desgracia, y al igual que nosotras, el infortunio de los Casagrande tampoco estaba cerca de terminar y el siguiente de ellos en caer fue la Señora Frida que recibió unos disparos en su espalda que la tumbaron bocabajo casi cayendo sobre su hijo más chiquito.

-¡MAMÁ!- sus dos hijos varones de inmediato se le acercaron -¡CJ, TÓMALA DE LAS PIERNAS Y YO DE LOS BRAZOS!- indicó Carl con manos temblorosas no sabiendo que hacer en verdad.

-Carlota… CJ… Carl… tomen a Carlitos y váyanse… ustedes son… son los únicos Casagrande que quedan con vida… mientras vivan la familia jamás morirá… así que váyanse ya- escupiendo sangre, ella le entregó a su hijo menor al segundo más joven.

-No… ¡NO VOY A DEJARTE, MAMÁ, DE NINGUNA MANERA!- reacio, Carl la tomó de los brazos dispuesto a cargarla sobre su lomo de ser necesario.

Tal escena desgarradora no la podíamos apreciar en su totalidad por culpa de las balas de esos malditos que aún nos querían matar, así que Lynn hizo lo que había que hacer.

-¡Ya no la pueden ayudar! ¡DEBEMOS SEGUIR MOVIÉNDONOS!- agarró a CJ, que lloraba a caudales, obligándolo a alejarse de su madre.

-¡Yo no me voy a ninguna mierda sin mi madre!- pero Carl no iba a cooperar, aún cuando un disparo le rosó el cabello.

-Carl… mi pequeño hombrecito… ahora… ahora te toca a ti cuidar del resto de la familia… te amo… los amo… mis… hijos…- fueron sus palabras finales antes de que la mano con la que le acariciaba la mejilla perdiera fuerza y sucumbiera.

-¡MAMÁ!- de todos los gritos que escuché en esa noche demencial, el que Carl soltó para abrazar a su madre es uno de los que más profundo se caló en mi consciencia; casi tanto como los que nosotras habíamos soltado hasta ese momento.

-¡MA-MI!- Carlitos gritó igual que Lily ante el cuerpo de nuestra madre y extendió sus manitos para tocar a la suya mientras que Carlota y CJ se abrazaron.

-¡YA VÁMONOS, PEDAZO DE IDIOTA, VÁMONOS!- para que Carl reaccionase, Lynn tuvo que patearlo, y él, sin más opción, tomó a Carlitos.

Y así de nuevo tuvimos que correr por nuestras vidas, en medio del bosque bajo la luz que emitían las lunas y la generada por los incendios cercanos generados por los Locust.

-"Sam… espero que tú y tu hermano… hayan tenido mejor suerte que nosotras"- estos fueron mis últimos pensamientos antes de que la pérdida de sangre, el indescriptible shock emocional y el dolor de mis heridas me hicieran perder el conocimiento.

Fin del flash back.

Gemí hondamente dejando que unas lágrimas recorrieran mis mejillas cuando abrí los ojos.

Hay un viejo dicho que dice: "El tiempo cura todas las heridas"

¿Cuánto tiempo entonces mis hermanas, yo, los Casagrande y el resto de los que habitamos El Refugio vamos a necesitar para que esas heridas sanen? Porque dudo que en un millar de años podamos al fin darle cierre al peor capítulo de nuestras vidas.

Luan se agita un poco y me abraza como si yo fuese un gran oso de peluche. Rodeé sus hombros con mi brazo derecho y apoyo mi cabeza sobre la suya dándole un beso en la frente porque ella es de las que más tiempo necesitará para reponerse de todos los duros golpes que la vida le asestó.

El sueño ya me estaba ganando, por lo que la historia de porqué esa herida de bala me salvó de destinos peores que la muerte la contaré en otra ocasión. Así que bostecé, apegué a Luan a mí cuando nos cubrimos con una sábana y volví a cerrar los ojos esperando no tener que lidiar con pesadillas de ese calibre nuevamente.

Capítulo tres completado el 24/06/2021.

Bien súper trágico y brutal fue lo que las chicas Loud y los Casagrande sufrieron por culpa de los Locust, ¿No? Por algo dije en un inicio que esto sería "un poquito fuerte"

Con todo lo que han pasado… ¿Cómo es que todas ellas no han terminado totalmente locas? (Bueno, excepto Luan que sí está bien deschavetada y no tiene remedio alguno) ¿Y por qué Luna dice que esa herida en su abdomen la salvó más adelante? Eso lo sabrán… pues obviamente más adelante :P

Y sí, sé que algunos detalles de las muertes sobre Lynn Sr. Lincoln y Clyde y algunos de los miembros de los Casagrande y las heridas que Leni y Lola sufrieron quedaron muy en el aire y no las expliqué detalladamente, pero esos serán elementos que explicaré en su momento… siendo tan devastadores como los mostrados aquí.