N/A: Hola de nuevo chicos, ¿cómo están? Seguramente no vieron venir una nueva actualización de este fic, ¿pero en serio creyeron que dejaría abandonado este fic? Eso jamás, no pagué una nueva portada para dejar al fic muerto XD. Pero bueno, ya adentrándonos al fic, en este capítulo voy a explorar algo que forma parte del día a día de todos los que estudiaron…o al menos de la mayoría, y eso son los clubes (o actividades extracurriculares). ¿Qué harán los hermanos Loud al iniciar el periodo de clubes en la escuela? Quédense y averígüenlo. Sin nada más que agregar, empecemos con el capítulo. Disfrútenlo.
Hoy era un día normal para el mundo entero, no había ninguna celebración nacional o internacional, no había casos de crímenes muy notorios, no había muerto ningún famoso, ni tampoco jugaban un partido trascendental en ningún deporte. Sí, hoy iba a ser un día común y corriente para todo el mundo...bueno, mejor dicho, se suponía que iba a ser un día común y corriente para todo el mundo.
En la escuela primaria de Royal Woods, los niños estaban tranquilamente viendo sus clases, sin hacer algún ruido que perturbe la concentración del alumnado. Era una extraña calma que predominaba en la escuela, incluido en el salón de 5to grado donde estudiaba Lincoln Loud y sus amigos.
La maestra Johnson disfrutaba del silencia relajante leyendo una revista, mientras los chicos realizaban la tarea que les asignó para mantenerlos ocupados el mayor tiempo que pueda. Pero su paz fue interrumpida cuando en los altavoces resonó la voz del director de la escuela para dar un anuncio.
-¡Muy buenos días a todos, estudiantes, maestros y personal trabajador de la escuela primaria de Royal Woods!-saludó el director con un extraño entusiasmo-Que este fantástico día sea bendecido por Dios…o Jehová, o Yahvé, o Alá, o Buda, o cualquier ser omnipotente que adoren, y si son ateos pues que el universo los bendiga. En fin, hoy tengo el placer de anunciarles que el día de hoy es el día de los clubes en nuestra escuela, lo que significa que iniciarán las inscripciones a todos los clubes que estén disponible en nuestra escuela justo después de sonar la campana. Así que estén atentos para hacer una fila y salir ordenadamente del salón al gimnasio apenas suene la campana, pero recuerden que el límite por cada club es de 20 personas así que será mejor que se apresuren antes de que los cupos se acaben. Este es su amado director Huggins deseándoles un buen día y que este año escolar esté lleno de alegrías-terminó de dar el anuncio la principal figura autoritaria de la institución.
Después del anuncio, la maestra Johnson se vio obligada a levantarse de su silla.
-De acuerdo chicos, ya lo oyeron, si quieren salir a inscribirse en sus estúpidos clubes entonces vayan haciendo una fila para salir ordenada…-la maestra se vio interrumpida por la campana escolar que resonó por toda la escuela de forma imprevista. Apenas lo hizo, los estudiantes del salón salieron a toda velocidad en forma de estampida, arrollando en el proceso a la pobre maestra de su salón.
El desorden levantó mucho polvo, y cuando este se disipó dejó ver a la señora Johnson toda pisoteada y con una mueca de dolor.
-Odio el día de los clubes-dijo la profesora denotando un gran dolor en su tono.
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En un abrir y cerrar de ojos todo el gimnasio estaba lleno de niños de todos los salones que querían inscribirse a los diversos clubes que ofrecían la escuela. Había desde los típicos clubes de deportes hasta de temáticas más variadas, como el club de arte o el club de periodismo, y los estudiantes estaban felices de poder elegir de entre tantos clubes el que más les llame la atención, siempre y cuando no se acaben los cupos.
Lincoln y Clyde paseaban por el gimnasio, viendo el ambiente que se formó una vez iniciada la hora de las inscripciones.
-El día de clubes-decía Lincoln a la audiencia-el único día de todo el año donde todos los alumnos de esta mediocre escuela dejan atrás esa falsa amabilidad y sentido de compañerismo para dejar salir su verdadera naturaleza…unos pequeños egoístas y odiosos que pelean por los cupos como unos salvajes.
Para probar su punto, Lincoln muestra al público cómo actúan los niños en este día, y la respuesta era como unos salvajes. Había 2 niños que se estaban peleando por quién había llegado primero y reclamado el último cupo del club de videojuegos. Otros niños se gruñían como perros al estar en clubes rivales como lo son el de baloncesto y el voleibol. Y unas niñas de apariencia elegante entraron en modo bestia cuando solo había un lugar para el club de la elegancia…lo cual rompían con el requisito de mantenerse siempre elegante.
Terminada la muestra, la cámara regresó al peliblanco.
-Así como lo ven, los niños actúan como son realmente cuando se trata de clubes. Como los cupos son limitados el gimnasio se convierte en un campo de guerra donde todos nos jugamos la vida por obtener uno de los preciados cupos. Clyde y yo nos dirigimos a inscribirnos al club de soccer. Se preguntarán, ¿por qué no estamos corriendo y golpeando a quien se nos cruce en nuestro camino? Pues obviamente porque tengo un plan, tarados. Y ya está puesto en marcha.
En el cubículo del club de soccer, el ñoño del salón Chandler estaba escribiendo su nombre en la hoja de inscripción. Pero antes de que pudiera terminar, un par de hombres fornidos y con trajes formales le arrebataron. Vieron que solo quedaba un cupo con la inscripción del pelirrojo, así que para solucionarlo le aplicaron un corrector típex para taparle el nombre. Justo en ese momento, Lincoln y Clyde llegaron al cubículo, entonces los guardias les entregaron a ambos la hoja para que pudieran inscribirse.
-Gracias, Greg.
-No hay de qué, señor Loud. El amo Miller nos pidió que nos aseguráramos que sus amigos estuvieran inscritos en el club de soccer y era nuestro deber cumplirlo.
-Bueno, le haré saber a Liam que hicieron un buen trabajo.
-¡Oigan!-exclamó Chandler llamando la atención de los guardias y de Lincoln-No pueden hacer eso, yo llegué primero y estaba inscribiéndome cuando…
-Señor Loud, ¿este sujeto lo está molestando?-preguntó el guardia llamado Greg, mientras el otro preparaba sus puños para golpear.
-No lo sé. Chandler, ¿nos estás molestando?
Ante el impotente porte de los guardias y el aura amenazante que emanaban, todo el valor que tenía Chandler para hacerles frente se esfumó por completo.
-N-n-no. Y-y-y-yo…me retiraré.
Chandler salió corriendo como alma al diablo tan lejos como podía de esos cuatro, mientras Lincoln y Clyde se reían de él.
-Gracias por eso, Greg.
-No es nada, señor Loud. Tengan mi tarjeta por si requieren mis servicios en el futuro.
El guardia en cuestión le entrega a Lincoln su tarjeta de presentación.
-Lo tomaré en cuenta para el futuro. Vámonos Clyde, tenemos que ir con los chicos a nuestro cubículo para inscribirnos a nuestro propio club y ponerlo en marcha.
Lincoln y Clyde emprendieron camino rumbo al cubículo. En el trayecto a Clyde le se le vino una pregunta a la mente.
-Oye, Lincoln.
-¿Qué?
-¿Nunca te has preguntado qué hacen tus hermanas en este día?
-Mmmmm…la verdad no.
-¿En serio? Con lo distintas que son cada una entre sí, ¿nunca te ha dado curiosidad saber qué es de ellas en este día o qué hacen en sus clubes?
-Ay vamos, Clyde. Tú bien sabes qué mis hermanas son muy sonsas y aburridas, ¿quién querría ver algo de ellas?-dijo Lincoln expresando sus pensamientos.
Pero lo que no sabía el albino era que sí había interesados en saber qué hacían ellas, y esos interesados se trataban del público que presenciaban todo. La cámara ubicó a la gemela descuidada higiénicamente, Lola, quien se encontraba finalizando su inscripción al club de teatro. Una vez que terminó, regresó con su hermana Lana que la estaba esperando.
-Listo, ya terminé con eso-declaró Lola con alivio.
-No puedo creer que de verdad te inscribiste en el club de teatro. ¿Qué te motivó a ello?-preguntó Lana extrañada por ver a su gemela motivada en ingresar a un club.
-Siempre estuve interesada en las artes creativas como han presenciado, y en lo personal siempre fue mi sueño en una gran actriz reconocida a nivel mundial-explicó Lola confesando además su gran sueño.
-Papá te obligó, ¿no es así?
-Dijo que si no movía mi trasero del sofá al menos una tarde a la semana iba a cortar el cable-admitió Lola finalmente-Es un fastidio, pero no tuve más opción que obedecer.
-Ya me lo imaginaba. Pero, ¿por qué elegiste el teatro en primer lugar?
-Simple, es la actividad más sencilla y menos laboriosa de todas.
-¿Qué?
-Piénsalo, solo tienes que hacer lo que lo que los demás digan e interpretar a alguien más. Es muy fácil, hasta un tonto podría hacerlo, ni siquiera debes estudiar para ello.
-Ah, Lola, no es así de sencillo. Requiere de mucho esfuerzo y trabajo lograr una buena interpretación y más cuando se hace una actuación en vivo. Incluso hay universidades que te forman para llegar a ser un actor mínimamente competente como para hacer un simple comercial de bebidas energéticas-explicó Lana.
-Bah, esos son unos exagerados. Me basta con simplemente convencer a papá de que estoy haciendo algo para que deje la televisión tranquila y deje el fastidio-replicó Lola restándole importancia a las palabras de su gemela-Por cierto, ¿tú qué harás con esto de los clubes?
-Estoy esperando a que Huggins me apruebe mi propuesta de un club de limpieza.
-¿Para que un club de limpieza?
-¿Es broma? Mira este chiquero.
Lana señala el desorden que han dejado los niños durante su alboroto por el día de clubes. Luego pasó el dedo por el suelo y dejó ver a Lola la cantidad de polvo que había.
-¿Ves esto? Te aseguro que si yo estuviese a cargo de la limpieza de esta escuela no verías esta suciedad. Por eso quiero abrir el club, para poder mantener todo este lugar libre de suciedades.
-Sí que eres una estirada, Lana.
De repente el directo Huggins apareció en escena.
-Lana, finalmente te encuentro.
-Director Huggins, ¿va a decirme que aprobó mi solicitud?
-Temo que no, Lana. Lo discutí con el consejo escolar y no vieron viable la apertura de un club de limpieza ya que no creen que nadie vaya a unirse más que usted.
-¡¿Qué?!-bramó Lana indignada-¡Eso es absurdo! ¡No me importa si nadie más viene, yo me encargaría de toda la limpieza de este lugar!
-Eso lo sé, pero no vemos sentido para abrir un club para una sola persona.
-¡Rayos!-maldijo Lana y cruzó los brazos con molestia.
-No se preocupe señorita, que me encargué de plantear una solución que dejará a todos felices. ¡Norm, ven aquí un momento!-llamó el directo al conserje de la escuela, quien acudió al llamado mostrando pesadez.
-¿Qué quiere?-preguntó desinteresadamente.
-¿Recuerdas que siempre te vives quejando del duro trabajo que realizas todos los días? Pues encontré la forma de hacer más llevadero tu trabajo.
-¿Va a aumentarme el sueldo?-dijo Norm ilusionado.
-Mejor.
-¿Va a darme un seguro médico?-dijo con una gran sonrisa.
-Mejor.
-¿Va a presentarme a una hermosa mujer para que sea mi novia?-dijo ensanchando más su sonrisa.
-Mucho mejor. ¡Te daré un asistente!
Norm cambió su mueca alegre por una mueca de confusión.
-¿Un asistente?
-Así es. Norm, te presento a tu nueva asistente, Lana Loud.
-¡¿QUÉ?!-exclamó el conserje adquiriendo una mueca de horror. Luego tomó por el hombro al director y lo volteó para tener una conversación privada.
-Señor, no puede ponerme con esa niña, es una mapache neurótica fanática de la limpieza. Me volverá loco en una semana.
-Vamos, Norm, sólo estas exagerando. Lana puede ser un poco histérica con la limpieza, pero creo que si llegan a trabajar juntos este lugar quedará rechinando de limpio y tú tendrás menos trabajo. Todos ganan.
El director dio por terminada la plática y volvió a centrar su atención a Lana.
-Y bien, ¿qué dices, Lana?
-Hmmm…no es lo que esperaba, pero me parece razonable. Acepto.
-¡Excelente! Ahora para empezar, tu horario empieza al igual que los demás clubes y termina media hora después, pero puedes hablar con Norm en cualquier momento y ayudarlo.
-¡¿Qué?!-exclamó Norm todavía más horrorizado.
-Me parece perfecto ese horario-aceptó Lana.
-Muy bien entonces, los dejo a los dos trabajando-se despidió el director y se dispuso a retirarse.
-Oiga, no. No me deje con ella-suplicó el conserje en vano, el director se retiró de la escena.
-Bien Norm, ya que seremos compañeros te dictaré una lista de recomendaciones para reforzar el limpiamiento de la escuela.
Lana saca de su bolsillo una lista con sus sugerencias, que resulta ser tan larga que cubrió gran parte del piso del gimnasio.
-Primero, hablemos de los casilleros. Las rejillas normalmente están cubiertas de polvos y como te he dicho antes en las partes de atrás es donde más se acumula la suciedad, así que sugiero abarcar ambas zonas para cuando nos toque el primer turno. Para ello sugiero que compre los siguientes materiales.
Y mientras Lana estaba dictando sus sugerencias, Norm estaba considerando seriamente romperse la escoba en la cabeza para noquearse y no tener que escuchar a niña tan fastidiosa.
Mientras tanto, Lucy estaba con su amiga Haiku llenando la planilla de inscripción al club de la princesa pony. Cuando terminó, las dos gritaron y saltaron de alegría como unas auténticas fan girls.
-¡Por fin, por fin, por fin! ¡Nos vamos a reunir de nuevo!
-¡Sí! ¡El club de amantes de los ponis está devuelta!
Las dos amigas gritaron y saltaron de la emoción por poder verse en la tarde…a pesar de que literalmente podían hacerlo en ese instante.
Al fondo del gimnasio fungiendo de espectadores se encontraban los profesores de cada clase, quienes estaban bebiendo de su café y miraban de mala forma a los niños que causaban alborotos por el inicio de las inscripciones a los clubes.
-Maldito día de clubes-maldijo la profesora Johnson mostrando su irritación-Todos esos niños corriendo de un lado a otro para inscribirse a algo tan estúpido como un estúpido club.
-Lo sé, chica. Estos mocosos se vuelven locos por algo tan estúpido como los clubes y nadie les regaña porque "se están divirtiendo"-apoyó la profesora DiMartino, la despampanante maestra de gimnasia conocida por tener una actitud tosca y grosera con los niños de la escuela.
-Agh, me cansa que las autoridades escolares sean tan permisivas con los niños. Antes ya les hubieran dado unos cuantos reglazos, pero con esas tontas organizaciones de protección infantil ya ni regañarlos se puede.
-Malditos aprovechados, les haré pagar con mil vueltas a la cancha cuando vuelvan a clases-juraba para sí misma la hermosa y malvada maestra de gimnasia.
Mientras las dos estaban teniendo su charla, se acercó el director Huggins con su característica sonrisa bonachona.
-Hey, hey, hey, ¿cómo están dos de mis maestras favoritas? ¿La están pasando bien en este día de clubes?-saludó animosamente a las profesoras.
-Vete al diablo, Huggins-replicó groseramente la maestra DiMartino pese a que se dirigía a su superior-Este día es un desastre. Solo mire a esos niños, ni los reclusos son tan desastrosos como estos mocosos.
-Oh vamos, maestra DiMartino, solo se están divirtiendo. Déjelos.
La profesora de gimnasia decidió guardarse su comentario tras notar de que era demasiado ofensivo incluso para el director, pero mostró desdén apartando la mirada y resoplando con indignación.
-Apuesto que la maestra Johnson sí entiende lo que digo, ¿no es así, maestra?
-No voy a responderte hasta terminar mi café, Huggins-contestó la maestra en cuestión con amargura.
-Bueno chicas, las un poco de mal humor así que las dejo descansar. No pierdan de vista a los niños y recuerden no ser bruscos con ellos, por favor-decía el director con un timbre alegre en su voz que irritaba a las profesoras-¡Que les vaya bien a ambas y al resto del personal!-se despidió finalmente el alegre director, para el alivio de ambas.
-No soporto a ese idiota, con su sonrisa de todo y su injustificado y mórbido optimismo, creo que es peor que los niños-se quejaba DiMartino-Agh, desearía haber elegido haber estar en la escuela secundaria.
-Mmm…no sé. Oí que la directora es una pesada, pero peor son los alumnos que son como 10 veces más desobedientes y altaneros.
-Bueno, creo que ahí tienes razón-la profesora DiMartino toma un sorbo de café antes de seguir con la plática-¿Tienes curiosidad de saber cómo les va a ellos en el día de clubes?
-La verdad no. Lo que sea que les pase no es mi problema-respondió la pelirroja mientras mezclaba el líquido de la petaca en su café.
-Sí, tienes razón-añadió DiMartino.
Quizás a ellas no les interesaba saber cómo vivían dichos alumnos el día de clubes, pero los espectadores sí estaban interesados y por ello partieron marcha directo a la escuela secundaria de Royal Woods.
/
En la secundaria de Royal Woods ocurría algo similar que en la primaria, puesto a que también era el día de inicio de las inscripciones a los clubes de la escuela, y por supuesto que las hermanas pertenecientes a la institución también iban a involucrarse en alguna de las actividades…o al menos lo intentarían, como es el caso de Lori.
La mayor de los hermanos tenía la intención de inscribirse en el club de golf, como lo había intentado en años anteriores terminando en un rotundo fracaso, todo debido a los nervios que se apoderan de ella cada vez que se acercan al cubículo del club de golf. Pero este año se juró así misma cambiar las cosas en su vida social, a tomar más valor para tener más interacciones sociales y poder disfrutar de la vida sin restricciones.
Se detuvo en la entrada del gimnasio, buscando con la mirada el cubículo del club de golf. Cuando lo ubicó, vio a Carol y sus amigas charlando animadamente frente a este.
-Rayos. Están ahí. ¿Qué debo hacer? ¿Acercarme e ignorarlas? Pero… ¿qué pasa si se enojan?-pensaba Lori. Ver a las chicas cerca del cubículo la intimidaba, su mente no dejaba de preguntarse lo que ellas pensarían de ella cuando la viesen poner su nombre en la lista, juzgándola como si fuese una plaga invasora invadiendo su territorio-Apuesto que se enojarían si siquiera me acercara. Sería lógico. Después de todo, no soy bienvenida en su club.
Con ese aire pesimista que la rodeaba, Lori dio la media vuelta para retirarse del gimnasio. Pero antes de dar un paso, una gran cantidad de valor comenzó a invadirla y a eliminar todas sus inseguridades.
-¡No! No esta vez. Siempre me hago lo mismo, siempre dejo que la opinión de los demás me retenga de hacer lo que quiero…no, eso solo es una excusa que me pongo para no hacer lo que me gusta por temor a que me juzguen. Pues ya no más, no dejaré que eso siga siendo cadenas que me mantengan en la profundidad de mi tristeza. ¿Y qué si a ellas no les gusta que una al club? Voy a hacerlo de todas formas, ¡porque es lo que quiero hacer!-se dijo a sí misma para reunir el coraje que le hacía falta para regresar al gimnasio y finalmente dar los primeros pasos en dirección al área de inscripción.
Dando pasos contundentes y con una mirada llena de determinación, Lori caminaba decidida a inscribirse formalmente al club de golf, sin permitir que sus inseguridades le esfumen su confianza.
-No pienses en nada, Lori. Absolutamente nada. Solo mira el cubículo y concentra tu mirada en esa área y nada más.
La rubia se encontraba a medio camino, y una extraña emoción se manifestaba dentro de ella.
-No puedo creerlo, de verdad lo estoy haciendo. ¡Voy a inscribirme en el club de golf!-pensó sintiéndose alegre por dar un paso fundamental en la superación de sus miedos-Ya nada podrá evitarlo-se dejó con confianza. Pero por desgracia estaba equivocada.
Tenía la vista tan concentrada en el frente que no vio a los lados a un chico que se acercaba al frente, justo por donde estaba por pasar, y terminaron chocando. El choque sobresaltó a Lori y la hizo perder el equilibrio. Ella ya esperaba el doloroso golpe que le llegaría al caer el suelo, pero a medio camino la misma persona la agarró por la espalda para ahorrarle la caída. Confundida, la primogénita de la familia Loud se fijó en quién la estaba sosteniendo, y al verlo se quedó helada…y sonrojada. Se trataba de su amor secreto, Bobby Santiago.
-Wohohoho, ¿vieron eso? La agarré antes de caerse gracias a mis reflejos. Por supuesto, solo los latinos geniales como yo pueden hacer eso-presumió el joven latino al público que ahora tenía las miradas posadas sobre él-Y bien Lori, ¿estás bien?-preguntó Bobby a Lori, pero ella tenía la vista perdida.
Nunca en su vida había estado tan cerca de su amado como ahora. Anteriormente, el mayor contacto que han tenido ha sido un choque manos, pero esto era muy superior. Ahora sentía la calidez del chico que transmitía su cuerpo. Sus rígidas manos posadas en su espalda la trataban con la mayor delicadeza que podían, como si tuviesen cuidado de no romper su frágil cuerpo. Sus ojos marrones la miraban fijamente a los suyos, y ese hermoso par de perlas de color azul cristalino la dejaban hipnotizada.
Estar bajo los brazos de su amado, como siempre había soñado, afloraban los sentimientos de la rubia y los intensificaba. El rubor de sus mejillas cubrió toda su cara y comenzó a sudar por las manos como nunca lo había hecho. Era tanta la intensidad en la que afloraban sus sentimientos que no pudo más y terminó por…botar sangre por la nariz y desmayarse con una sonrisa tonta, al más puro estilo anime.
La súbita reacción de Lori alarmó a Bobby, quién terminó por soltarla. Preocupado porque lo inculpasen, el moreno comenzó a aclarar las cosas.
-¡Yo no le hice nada! ¡Ustedes lo vieron! ¡Son testigos!
Habiendo visto toda la escena, Carol intervino para aclarar las cosas.
-¡No! No es lo que parece es que…Lori tiene alergias, muy fuertes. Y como aquí hay mucho polvo, más el perfume de Bobby, terminó por hacer reaccionar la nariz de Lori, jeje.
Carol se acercó a dónde estaba su amiga desmayada, aun con su tonta sonrisa, y la tomó por los hombros.
-Será mejor que la lleve a la enfermería. En fin, gracias por tu ayuda, Bobby-dicho esto, Carol arrastró a Lori fuera del gimnasio para llevarla a la enfermería. A medio camino, Lori comenzó a soltar unas risillas un tanto perturbadoras.
Y de esta forma, la misión de inscribirse al club de golf nuevamente terminó en un fracaso rotundo. Pero hey, al menos Lori tuvo un momento especial con Bobby.
Pero no todas las hermanas fueron al gimnasio para inscribirse a algún club. En el caso de Leni, era para fungir como la recepcionista de su propio club que se encarga de recibir a los nuevos miembros. Su club era el club de moda, teóricamente dedicado a la creación de trajes y vestidos para los diversos eventos a los que participa la escuela, pero por falta de equipo y por cuestiones personales, el club se limita a arreglar la vestimenta como un simple club de costura. Debido a esto, Leni y sus amigas pasaban las horas holgazaneando o pasándose chismes entre ellas, razón por la cual el club era súper exclusivo.
Pese a esto, una chica nueva del salón de Leni se acercó al cubículo con la intención de unirse al club.
-Hola, ¿este es el Club de Moda?-preguntó la joven. La chica en cuestión era de piel caucásica con el pelo largo y curveado de color castaño, usando un suéter gris holgado por encima de una camisa amarilla, pantalones color beige y unas zapatillas negras, por no olvidar los anteojos cuadrados que llevaba puesto.
Al analizarla de pies a cabeza, Leni no disimuló la cara de disgusto tras ver el terrible sentido de moda que tenía la chica. Quizás el Club no ejerza las funciones que debería, pero ni en sueños permitiría ingresar a alguien con un gusto tan terrible.
-No, este es el club de idiomas, así que lárgate.
-Pero el letrero dice "Club de Moda"
-Está en malayo, ¿ok? Si no eres capaz de leer correctamente el anuncio, entonces no eres digna de entrar al club. Así que antes de hacerles perder el tiempo a todo el mundo, será mejor que vayas a estudiar otro idioma para que al menos no pases tanta pena con el montón de tonterías que dirás. Y solo para que sepas, el "idiotez" no es un idioma, así que mejor ve olvidándolo, querida.
Era obvio que Leni mentía para evitar que la chica se inscribiera al club, pero la agresividad con la que hablaba era bastante intimidante, por lo que la chica se alejó del cubículo lo más lejos que pudiera.
En tanto Leni dirigía su club, su hermana Luna se preparaba para inscribirse al club de la orquesta escolar, donde podría reunirse con otros amantes de la música clásica y relucir sus dotes con el piano. El simple hecho de realizar la inscripción la llenaba de una gran emoción, ya quería empezar el nuevo ciclo con la orquesta, nada podía quitarle esa dicha…excepto una persona.
En el mismo pasillo y al mismo tiempo, una jovencita de cabellos rubias con un aire francés que emanaba su forma de vestir caminaba a la misma dirección que la castaña y con sus mismas intenciones. Aquella jovencita se trataba de Sam Sharp, quien también tenía intenciones de inscribirse a la orquesta de la escuela.
Las dos se percataron de que estaban hombro a hombro en el mismo lugar y se dirigían a la misma dirección, aquello las sacó de su buen estado de ánimo y le dedicaron a la otro una mirada intensa.
-Luna.
-Sam.
Musitaron las dos con desprecio el nombre de la otra. Las dos chicas eran conocidas por ser férreas enemigas desde hace varios años producto de la competencia que mantienen por el puesto de pianista en la orquesta, pero la rivalidad con la que comenzaron se volvió más intensa con el pasar del tiempo gracias a la arrogancia de cada una hasta que derivó al actual odio mutuo. Incluso algo tan pequeño como ser la primera inscribirse a las pruebas de la orquesta escolar podía volverse una feroz competencia…y efectivamente sería así.
Las dos iniciaron dando un paso enfrente al mismo tiempo y se detuvieron. Luego dieron otro paso al mismo, luego otro más. Esto se trató de una pequeña prueba para ver si la otra tenía las mismas que ellas, y efectivamente así era, pero además era para evaluar las habilidades de su rival. Con esos pasos notaron que se encontraban igualadas, quizás caminar no era suficiente para evaluar las habilidades de la contrincante, por lo tanto tuvieron que dar inicio prematuramente a esa competencia…la cual se trataba de una carrera.
La primera en llegar podría poner su nombre primero en la planilla, lo que significaba que tendrían el derecho de empezar primero en las pruebas de la orquesta. Cualquiera creería que con ir después se podría tener más ventaja por ya saber el desempeño del rival, pero lo que no toman en cuenta es el factor psicológico. El que va primero con una gran interpretación ejerce una gran presión al rival en turno, esa presión puede conllevar a una actitud nerviosa e insegura que perjudicaría significativamente al rendimiento de dicha persona. Y como las dos eran pianistas muy buenas, querían aprovechar esa ventaja inicial para perjudicar a la otra y poder adueñarse del ansiado asiento titular del pianista de la orquesta, por eso ninguna podía darse el lujo de perder.
Las dos corrían con todas sus fuerzas hacia el cubículo de la orquesta para escribir su nombre primero en la planilla, pero las aptitudes físicas y la tenacidad de las dos dejaban muy pareja la carrera. Si querían balancearla a su favor debían hacer algo, eso fue lo que concluyó Sam por lo que decidió darle a Luna un golpe con la cadera para desequilibrarla y dejarla atrás. El plan funcionó y la rubia tomó la delantera, una dicha que la hizo soltar risas un tanto malvadas, pero la castaña no se iba a quedar de brazos cruzados. Justo antes de alcanzar la meta, Sam fue jalada por la bufanda hacia atrás por Luna, lo que conllevó a que tosiera y se llevara la mano al cuello por instinto. Viendo su vía despejada, Luna llegó hasta el cubículo, firmó la planilla con una rapidez que asustó a los alumnos de alrededor y con esto finalizó su inscripción a las pruebas de la orquesta.
-¡SÍ, YO GANÉ! ¡En tu cara, Sharp! ¡JAJAJA!-se mofaba Luna de su rival tras su victoria.
-Muchas gracias por inscribirse a nuestro club, señorita.
-No fue nada ami…go-Luna dejó de lado su celebración cuando vio al frente suyo un cubículo distinto al que esperaba ver.
En lugar del cubículo de la orquesta, se encontraba frente al club de magia que tenía a un chico y a una chica con túnicas de magos atendiendo el espacio.
-¡Bienvenida al club de magia!-saludaron ambos teniendo a la chica sacando confeti y serpentina de la varita.
Ahí Luna entendió que lo que había firmado no era la planilla de la orquesta, sino la del club de magia. ¿Cómo pasó esto? Simplemente ambos cubículos se encontraban muy cerca del otro y Luna no notó que estaba firmando una planilla que no era.
Detrás de Luna se acercó Sam que estaba riendo y aplaudiendo con lentitud.
-¡Jajaja! Ay Luna-dijo tras recuperar el habla-No creí que te tomarías tan en serio mi sugerencia de que desaparecieras, pero al menos el club de magia te ayudará desaparecer sin dejar ni un rastro ¡Jajaja!-se burló Sam mientras veía a la irritada Luna con superioridad.
-Bueno Luna, me encantaría seguir charlando, pero no voy renunciar a mi sueño como tú lo hiciste-Sam procede a firmar la planilla correcta para inscribirse a las pruebas de inscripción-Nos vemos, Loud-se despidió dándole un golpe en la cara con su bufanda como lo hace todo el tiempo al voltearse.
Esta acción, junto con sus burlas, su falsa superioridad y la frustración e impotencia de no poder hacer nada dejó a Luna llena de rabia y a nada de explotar.
-¡SHAAAAAARP!-gritó Luna con mucho odio y procedió a romper salvajemente la planilla de inscripción del club de magos.
La muchacha se veía perturbada y asustada por la acción de Luna, mientras que el joven esperaba tranquilamente a que terminara. Cuando Luna terminó y solo siguió resoplando con furia, el joven tomó la planilla y usando una clase de magia le pasó la mano encima rápidamente y la pasó alrededor, lo que terminó en devolverla a su estado natural.
La muchacha se quedó impresionada ante tal truco, de la misma forma que Luna, pero esta última no se iba a quedar a hablar de magia con ellos, así que simplemente resopló con furia y se dispuso a retirarse (después de haber firmado la planilla correcta) dando pasos fuertes y contundentes.
Al otro lado del gimnasio, cierta chica emo estaba dirigiéndose a puntadillas a un cubículo de su interés. Se trataba del club de escritura, el cual había captado su interés desde el año pasado cuando empezó a escribir historias. Sin embargo, en aquella ocasión no pudo inscribirse, y esta vez estaba decidida a hacerlo para poder mejorar en todos los aspectos de lo que es la escritura y adquirir más conocimiento del tema. Y entonces, ¿por qué está actuando con cautela? Simplemente para evitar a una persona: Maggie.
Si bien la toleraba lo suficiente para pasar el rato con ella y almorzar juntas, pero si llegase a enterarse de que se quiere inscribir al club de escritura, podría querer hacer lo mismo para estar juntas en un club, y aquello sería una total pesadilla para Luan. Por ello, no podía permitirse ser vista mientras se inscribía, tenía que hacer la inscripción rápido y luego alejarse del cubículo para no dar indicio alguno y si tenía suerte entonces Maggie nunca sabría que está en el club.
Llegó al cubículo después de tantas maromas que tuvo que dar sorteando alumnos en el gimnasio. Antes de firmar, miró ambos lados asegurándose de que su "amiga" no estuviese a los alrededores. Al no visualizarla, soltó un suspiro con relajo y procedió a firmar. Cuando terminó, se dispuso a irse.
-¡Hola, amiga!
Hasta que Maggie inesperadamente la saludó e hizo sonar una corneta por detrás de ella, cosa que la asustó tanto que cayó al suelo desorientada y con un dolor en el oído.
-Jejeje, al fin te encontré. ¿Te estabas escondiendo de mí?-preguntó divertida Maggie.
-Sí…-musitó Luan en un tono apenas audible.
-Jajaja, tan graciosa como siempre, Luancy.
La chica emo apenas podía pensar después de esa aparición sorpresa de parte de Maggie. Esa era una tendencia que tenía la chica alegre cada vez que se encontraban, y aunque Luan siempre se preparaba jamás podía anticipar el movimiento de Maggie, se sintió estúpida por creer que hoy sería diferente.
-Y, ¿qué estabas haciendo?-preguntó la pelinegra natural.
-Ah…¿qué?
-¡Ah! ¿Te estás inscribiendo a un club?
-¿Qué?-Luan seguía algo desorientada por la sorpresa que le dio Maggie, pero tenía la suficiente capacidad como para entender que corría peligro de ser descubierta-No, espera.
-¿Club de escritura? ¿Te gusta escribir eso? ¡Wow, eso es increíble, amiga!
-Espera, no es lo que parece-trataba de detenerla Luan ya estando repuesta.
-¿Sabes? Me encantaría mucho inscribirme también.
-¡Alto, un segundo! ¡No quiero inscribirme, yo solo…bueno…me pidieron ayuda y…!-trataba de excusarse Luan desesperadamente, pero parecía que todo al final era en vano.
-Pero ya estoy en el club de comedia y no permiten están en más de un club.
Pero por primera vez en su vida, el universo estaba de su lado y le tendió una mano. Sintió un gran peso liberado de sus hombros y el alivio se hizo presente en ella.
-(Suspiro) Sí, es una lástima, pero no se puede hacer nada.
-Bueno, pero al menos los clubes quedan cerca así que cuando terminemos podemos vernos al salir.
-Pero claro que había algo malo-pensaba Luan con fastidio-Nada en esta vida está libre de "peros". Aunque si salgo rápido podría evitarla, así que pensándolo bien no es tan malo.
-¿Qué dices? ¿Te gusta mi idea?
-¿Eh?-dijo Luan al salir de sus pensamientos-Ah, sí, sí, me parece bien.
-¡Yey, ya no puedo esperar!-celebró Maggie dándole un abrazo a Luan, el cual le molestaba.
-Bueno amiga, tengo que preparar unas cosas en mi nuevo club. Estoy resonando de emoción por vernos al salir-bromeó Maggie remarcando la broma con un par de pitidos con la corneta-¡Nos vemos!-se despidió Maggie para finalmente retirarse.
Cuando vio a la comediante salir de su campo de visión, Luan soltó un largo y pesado suspiro y agradeció internamente a cualquier santidad que esté gobernando sobre los cielos por haber eludido tener que soportar a Maggie en cada tarde del club. Dejando atrás eso, decidió matar el tiempo mientras esperaba que terminaran las inscripciones a los clubes dando un paseo por los pasillos, esta vez teniendo un ánimo ligeramente bueno después de tanto tiempo.
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Terminaron las clases y los alumnos de la secundaria salieron emocionados con las actividades con sus respectivos clubes, pero había un momento de espera en lo que el personal encargado de cada club preparaba todo para iniciar las actividades. En este periodo, las hermanas se reunieron mientras caminaban a la salida para ponerse al día en lo que esperaban a que iniciaran las actividades.
-¿Y qué tal les fue hoy?-preguntó Luan, tomando la iniciativa en conversar, algo raro en ella.
-No quiero hablar de eso-respondió Luna resoplando de furia por la humillación que recibió en la mañana durante las inscripciones.
-Bah, ninguna chica que vino a aspirar tenía un buen gusto en la moda, así que las mandé al diablo. Pero no importa, no es como si necesitáramos más miembros-dijo Leni con aires de soberbia.
-Más bien no es como si te hubiesen tolerado-comentó Luan en voz baja.
-¡¿Qué dijiste?!-dijo Leni enojada-¡Si vas a decir algo dilo de frente, mocosa emo edgy!
Luan decidió ignorar los comentarios de Leni para no seguir peleando.
-¿Y tú Lori? ¿Te inscribiste a algún club?
-(Suspiro) No-respondió Lori con risueño ya que se encontraba reviviendo en su mente ese momento que tuvo con Bobby de varias formas, incluyendo una donde él estaba vestido como un español seductor con la camisa desabotonada y ella como una bella doncella con un vestido azul.
-Ya veo. ¿Qué hay de ti, Lynn?
-Eh…la verdad no me interesó ninguno de los clubes que había, y…bueno, ya saben que los de deportes están fuera de mi alcance-contestó Lynn con algo de tristeza mientras comía un poco de una bolsa de galletas que tenía.
-Lástima que no haya clubes para luchadoras de sumo, ¿verdad?-comentó Leni con malicia, lo que hirió un poco a la castaña de vientre abultado.
-¡Oye, no le hables así!-defendió Luna a su hermana, a lo que Leni rodó los ojos.
-¿Qué hay de ti, depresiva? ¿Te uniste a algún club o eres igual de inútil que Lori y Lynn?
-En realidad sí me uní a un club, al de escritura.
-Wow hermana, eso es fantástico-expresó Luna con alegría-Eso te ayudará a mejorar esas historias que escribes.
-Sí, eso la ayudará a escribir mejor sus notas de muerte-dijo Leni.
-En serio Leni, ya basta-ordenó Luna.
-¿Sabes? Podría empezar contigo si me provocas-amenazó Luan emitiendo un tenue y creciente aura oscura.
-Uy sí, qué miedo-se burló la rebelde-Bueno idiotas, yo tengo que irme ya, así que si el par de inútiles no está en ningún club tendrán que venir conmigo-sentenció la rebelde y tomó por el cuello de la camisa tanto a Lori como a Lynn y las arrastró consigo.
-Hasta luego, Leni-se despidieron Luna y Luan sin mostrar mucho entusiasmo, antes de tomar caminos separadas y dirigirse a sus respectivos clubes.
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En la escuela primaria los hermanos Loud que cursaban en ella se encontraban juntos en lo que esperaban afuera a Leni, quien les había hecho esa petición por mensaje con anterioridad. Después de esperar un poco finalmente la camioneta familiar se hizo presente en el establecimiento. Se estacionó frente a los niños, y antes de que estos pudieran reaccionar fueron tomados por sorpresa cuando Lynn y Lori salieron expulsadas de la camioneta y cayeron duramente al pavimento justo al frente de ellos.
-De acuerdo, tontos, Lori y Lynn se van a quedar con ustedes ya que son unas inútiles que no tienen clubes y no voy a llevarlas a casa.
-¿Cómo que no vas a llevarlas a casa?-preguntó Lincoln.
-Voy a salir con las chicas del club de moda al centro comercial para una reunión de equipo y no daré 2 viajes para llevar a un par de inútiles a casa, así que las dejo acá para que les haga compañía.
Leni cierra la puerta por donde sacó a sus hermanas y se colocó los lentes.
-Por cierto, cuando salga me iré directo a casa y no pasaré a buscarlos. Adiós.
Dicho esto pisó el acelerador a fondo y salió a toda velocidad en dirección al centro comercial, perdiéndose rápidamente de la vista de todos.
Ahora los chicos se encontraban en un predicamento al no tener un transporte que los recoja al salir, a menos que su mamá pueda venir cuando termine los quehaceres, sin embargo no era una posibilidad muy viable. Lincoln soltó un suspiro pesado al verse en este nuevo problema.
-Como sea, mejor me iré a ver a los chicos. Ustedes hagan lo que quieran, solo no me molesten-dijo Lincoln retirándose del lugar.
-¿Cómo haremos entonces con el transporte?-preguntó Lana.
-B-bueno…y-yo tengo algo de di-dinero para un taxi-avisó Lori.
-Ok, eso puede servir como solución. ¿Pero ustedes dos qué mientras esperan a que salgamos?
-¡Uy, yo sé, yo sé!-dijo Lucy mostrando emoción al levantar la mano-¡Que nos acompañen en nuestros clubes por hoy! Lynn puede venir conmigo, ¿te gustaría Lynn?-le preguntó Lucy a Lynn.
-Eh…sí, no veo problema.
-¡Yey!
Lucy tomó de la mano a Lynn y la llevó arrastrando a donde se reunirían los miembros.
-Bueno yo no puedo llevar a nadie porque tengo que limpiar durante las actividades de los clubes y no me puedo permitir distraerme, así tendrás que llevar a Lori y a Lisa contigo, Lola.
-Agh, qué fastidio-se quejó Lola como de costumbre, pero de todas formas tuvo que llevarse a ambas consigo en lo que se dirigían al teatro de la primaria.
Con cada hermana (y hermano) tomando su propio camino en dirección a su respectivo club, el momento de comenzar las actividades se acercaba cada vez más. ¿Cómo le irá a cada uno en sus actividades? Eso tendrá que esperar al siguiente capítulo.
N/A: Y hasta aquí dejo el cap por ahora. Como pudimos ver, los hermanos Loud tuvieron un día interesante durante las inscripciones a cada club, algunos pudieron hacerlo sin problemas, otros tuvieron uno que otro contratiempo, y otras fracasaron en su misión de inscribirse, pero todos al final tuvieron algo que contar apenas en el inicio (ojo, si preguntan por Lisa, con ella no supe qué hacer así que aplico la de es muy pequeña para un club y ya :3). En el siguiente capítulo veremos cómo serán las actividades que realizaran las hermanas y Lincoln en este inicio de actividades extracurriculares, y como adelanto les informo que habrá apariciones de nuevos personajes de la serie que fungirán como los profesores o dirigentes de cada actividad correspondiente, a lo mejor se llevan una sorpresita . En fin, sin nada más que agregar me despido por ahora deseando verlos pronto con una nueva actualización ya sea de este o algún otro de mis fics. Adiós.
