-Capitulo 13: Siempre te apoyare-
La joven peli castaña estaba congelada, el único movimiento que había en ella era sus lágrimas, tal como si no tuviera vida. Su mentalidad estaba destrozada; había confusión, tristeza, miedo, rabia; esa era la forma más sencilla de explicar.
¿Se lo merecía?, ¿Era una desgracia?, ¿o simplemente fue mala suerte? Preguntas sin respuestas abundaban en el ambiente, lo único que se sabía que esto marcaria e impactaría un antes y después en la vida de Luan, la cual aun estaba pasando por la adolescencia.
Sus padres estaban casi igual que ella, claro que no tenían el mismo impacto o no tan fuerte. Pero la sensación de culpa e irresponsabilidad por su parte, abundaban en su interior; estúpidos y cobardes, así se sentían. Nunca imaginaron que las cosas podían ir muy lejos, que una de sus hijas quedaría con un trauma, ni mucho menos que sería madre a tan temprana edad. Todo por no recibir bromas, que nunca llegaron a ese nivel de problemas.
Su búsqueda por la desesperación, hizo que su pagara las consecuencias.
Y por último estaba Luna, su reacción era la misma que la de sus padres. Buscaba y buscaba en su mente alguna palabra de aliento, pero no lo hallaba o quizás ni lo intentaba, tan complicada y delicada estaba la situación que no se atrevía en hablar, siendo lo único que podía hacer; abrazarla y tomar de su mano.
—Señorita Luan... —Después de unos segundos de silencio incomodo y de aceptación, la doctora rompió el silencio para seguir con su trabajo. Claro está que ella aun no estaba al tanto del origen de este embarazo juvenil. —¿Me podría facilitar un contacto del padre?, seria de ayuda para darle la noticia.
Luan aun procesando la inesperada noticia, no fue capaz de mover sus labios y contar la verdad, en cambio solo agacho más su cabeza reflejando más su frustración.
—Lo siento doctora, pero eso no será posible. —Comento Rita, su tono de voz revelaba frustración y ahogo, que apenas contenía. Por supuesto que estaba soltando una que otra lágrima, por ese dolor de madre y de mujer.
—¿Por qué? —Pregunto completamente confundida.
—Vera Doctora... —Su voz estaba medio temblante. —Mi hija está embarazada, porque hace unas semanas... —Se turbo al sentir un nudo en la garganta. —la mandamos a un campamento y fue... victima de violación.
—Perdonen. —Se disculpo, tras pasar por un pequeño shock. Porque aparte de lo impactante que era, se imaginaba que se trataba de un simple descuido adolescente. Luego volvió a dirigirle la palabra, ya sobre una posible solución: —En ese caso su hija puede tener la siguiente opción.
—¿Cuál sería esa? —Pregunto el Señor Lynn.
—Verán, como su hija fue embarazada por un caso de violación, ella puede...
Esa opción dejo helada a la familia, sobre todo a la hija afectada, dejando nuevamente ese silencio incomodo. Los Señores Louds se miraron entre ellos, para luego mirar a su hija con cola de caballo, que tenía una mirada de miedo y confusión.
—¡Puerco asqueroso! —Exclamo un sujeto con vestimenta de prisión, mientras que golpeaba nuevamente a un chico con la misma vestimenta y de cabello negro, la cual ya tenía unos moretones en su rostro. —Esperamos nunca más verte por aquí, así que estas advertido.
—Nosotros estamos en prisión por robar, pero violar a jovencitas menores de edad, ya es caer bastante bajo y enfermo. —Comento otro de los prisioneros, que procedía en darle una patada.
—No duraras mucho por aquí... y no me refiero a tu libertad.
Eran entre unos cinco o seis golpeadores, la cual procedían en retirarse y a regresar a sus celdas, ya que estaban agotados y no querían tener problemas con los oficiales. Dejando al pelinegro tirado en el suelo, aparte de moretones tenía manchas de sangre, ya apenas tenía fuerzas en ponerse de pie y volver a su celda. Los oficiales que pasaban por su lado, simplemente lo ignoraban, incluso lo pateaban.
—Diablos... —Comento apenas. —Mi plan perfecto se fue al carajo, solo quería hacerme unos gustos... en cambio mis cómplices me traicionaron y ahora tendré que vivir en este maldito infierno por el resto de mi vida... lo peor de todo que solo llevo un miserable día por aquí. —Al fin pudo levantarse y apenas camino hacia su celda. —Aunque puedo acabarlo más rápido de lo pensado, si no tengo más opción.
Los Louds iban de retorno a su hogar en la camioneta familiar. Los Señores Louds aun seguían impactados por la noticia de su hija, más por la sugerencia de la doctora, lo único que rondaba por su mente; ¿Qué decisión tomarían o como explicarían a las demás hijas?
Luan por su parte no decía absolutamente nada, después de todo era la más afectada, estaba confundida y nerviosa, lo único que hacía era tocar su vientre; donde crecía esa pequeña criaturita. Mientras que Luna, simplemente la miraba con pena, no se atrevía en decirle ninguna palabra, esperaba regresar a su hogar y poder platicar las dos a solas.
Minutos después al fin habían llegado al hogar. El Señor Lynn procedió en estacionar a Vanzilla, para luego bajarse del vehículo y entrar juntos a la vivienda, así poder dar la noticia.
Una vez dentro se podía apreciar a los demás chicos sentados en el sofá, algunos veían televisión y otros navegaban por su celular. Pero cuando sintieron el sonido de la puerta abriéndose, desviaron rápidamente su vista hacia ellos con esa sensación de preocupación.
—¿Cómo les fue? —Pregunto el alvino medio preocupado, luego dirige la pregunta su hermana: —¿Luan, te encuentras bien?
—...— La peli castaña no se atrevió en responderle, aun se sentía resentida por su noticia. Haciendo que los demás hermanos se preocuparan al instante.
—Chicos... —Hablo Rita, mientras que hacia un aplauso para llamar la atención. —antes de empezar; Lucy, Lana, Lola, Lisa y Lily porque no van a sus habitaciones, es un tema medio delicado. Y nada de estar espiando por las escaleras. —Eso último lo dijo con un tono más serio.
—Sin alegar. —Se adelanto el Señor Lynn, antes que sus hijas menores empezaran a quejarse.
Las menores (algo molestas y preocupadas) fueron directamente a sus habitaciones, tras ser excluidas de una conversación sumamente importante, solo por ser pequeñitas.
—Esto no tiene sentido, debieron mandar a Leni no a mí. —Se quejo silenciosamente Lisa, mientras que subía por las escaleras.
Por la exclusión de las menores, dejo mucho más preocupante a las dos hijas mayores, ya que eso significaba algo malo o grave para Luan.
—¿Qué es lo que está pasando? —Pregunto Leni.
—Pues, verán hijas y Lincoln... Su hermana no tiene ninguna enfermedad, su salud se encuentra bien. —Comentaba el Señor Lynn.
—¿Entonces qué es? —Pregunto Lori preocupada.
—Ella... —Trato de hablar, pero no le salía la palabra. Al igual que Rita, dejando un ambiente bastante incomodo en la sala.
—¡Estor embarazada! —Exclamo Luan, al ver que sus padres no lo decían, para luego agachar su cabeza y mirar hacia abajo con timidez.
—¡¿Qué?! —Exclamaron las rubias, sin creer en lo que acababan de oír. Por otro lado Lincoln y Lynn, solo pusieron grandes ojos de asombro, resistiéndose en decir alguna tontería.
—Por si se lo preguntan, no es ninguna broma... estoy embarazada. —Comento Luan sin levantar su vista, con un tono bastante apenado.
—Es verdad, eso nos confirmo la doctora después de hacerle una prueba... aparte que su hermana cumple con todos los síntomas. —Dijo Rita.
Los hermanos Louds estaban en un enorme shock, apenas podían procesar la noticia sobre su hermana. No sabían que palabras utilizar para poder alentarla, ni consejos se le venían en mente.
Luego comento el Señor Lynn: —Pero como el embarazo fue provocado por una violación, la doctora le dejo la siguiente opción.
—¿Una opción?, ¿Cuál? —Pregunto Lori.
—Sí, de eso hablaremos con Luan... —Decía Rita con un tono serio. —Ella puede abortar al feto.
Eso impacto a los hermanos. Aunque había casos especiales para tomar esas medidas, igual tenían una visión bastante negativa y cruel, por al menos para ellos.
—Eso debes hacer Luan. —Dijo Lori seriamente, aun manteniendo ese tono impactante.
—¿Qué? —Pregunto Luan confundida y nerviosamente.
—Que esa es la mejor opción para ti, no es bueno ni te corresponde vivir con esa carga, no fue culpa tuya y aun eres joven. —Decía Lori con un tono serio y a la vez suave. —Eso es lo que yo te recomiendo.
—Estoy con Lori. —Comento Lynn. —Luan aun no acabas la preparatoria, criar a un bebé que no te corresponde te puede afectar, no solo en tu vida personal sino también en tu sueño de ser comediante.
Luan agacha su cabeza meditando tristemente.
—Pero chicas el bebé tampoco tiene culpa, no le pueden hacer eso... es muy cruel. —Hablo Leni con un tono de lastima.
—Leni tiene razón... —Añadió Lincoln. —¿No sería mejor dejarlo en un orfanato?
—Chicos no sean incrédulos. —Comento Lynn un poco molesta. —¿Acaso creen que tendrá una mejor vida en el orfanato?
—No estamos hablando de un embarazo común, no por nada le están dando esta opción. —Lori se ponía más seria y molesta. —Además creen que Luan pueda con esa responsabilidad... Solo tiene catorce años, aparte de hacerle un estorbo muchos la juzgarían. —Luan agacha más su cabeza. —Dejen de pensar que todo es de color de rosa, y piensen en lo que es verdaderamente correcto.
—Son unos monstruos sin corazón. —Susurro Leni muy molesta.
—¿Qué dijiste? —Pregunto Lynn que había escucho un poco.
—¡Que son unos monstruos sin corazón! —Exclamo Leni furiosa.
—Y tú una cabeza hueca que no sabe pensar. —Respondió Lynn enojada.
—Por al menos si tengo corazón, no como una bestia salvaje como ustedes.
—Chicas por favor, no es el momento de discutir. —Hablo Lori con un tono autoritario.
—Tú empezaste, señora ridículamente correcta, así que silencio. —Dijo Leni aun molesta.
—No me hables así tonta. —Se molesto aun más Lori.
—Chicas, puedo... —Trato de hablar Lincoln.
—¡No! —Le negaron las tres chicas.
Esta pequeña conversación se había convertido en un problemático debate, y eso que solo se trataba de cuatro de sus hijos. Era obvio que los Señores Louds estaban bastantes molestos y a la vez decepcionados, ya que esperaban una mayor responsabilidad y madurez ante ellos por la situación.
Se suponía que esto era para aclarar el asunto de su hermana y quizás aconsejarla, pero no discutir salvajemente frente de ella. Ya estaban a punto de levantar la voz y de regañarlos, pero alguien se les adelanto.
—¡Ya cállense! —Grito Luan, liberando todo el estrés que iba acumulando.
Los hermanos tras escuchar la voz furiosa de su hermana afectada, detuvieron de inmediato su pelea y la miraron fijamente; la cual estaba media roja y con lagrimas en los ojos.
—¡Déjense de alegar! —Exclamo ella. —¿Creen que esto es fácil para mí?, soy yo la afectada, soy yo la que va a tener un bebé de un desgraciado. Creen que es sencillo escoger una opción; es a mí la que juzgaran... Me dicen que aborte o que lo de en adopción, pero no tienen ni idea de cómo afectara a mi conciencia. Se supone que deben apoyarme, ¡No obligarme que hacer o ponerse a pelear! —Tras terminar de hablar sube rápidamente las escaleras, para luego ir a su habitación, totalmente destrozada en llantos por el cero apoyo de sus hermanos.
La sala quedo en un silencio profundo, la cual los hermanos recién empezaron a meditar correctamente; pensaron en lo que creían que podía ser mejor para ella, que se olvidaron en su opinión o de cómo se sentiría. Luego Luna iría tras de Luan, no sin antes de alzar una mirada amenazante y decepcionante a su cuatro hermanos, haciendo que ellos tragaran saliva.
—No puedo creerlo... estoy muy decepcionada de ustedes cuatro, esperaba un mejor comportamiento. —Regaño Rita.
—Pero...
—¡Sin peros!... Pasar por encima de su hermana a pesar de su situación. —Regaño el Señor Lynn. —Hablaremos muy seriamente de modales.
La rockera iba llegando a su habitación, pero antes se topa con Lana en su camino.
—Lana, ¿Qué haces aquí? —Pregunto. —Se supone que debes estar en tu cuarto.
—Lose, pero estaba en el baño... —Se excusaba la pequeña peli rubia, aunque su tono cambia a uno preocupante. —Vi a Luan corriendo, ¿Qué paso?... Escuche gritos allá abajo.
—Son cosas de grande. —Eso la dejo mucho mas confundida, luego Luna le ordena: —Ahora ve a tu cuarto.
—Pero...
—Sin peros. —La rockera procedió a entrar a su cuarto.
En la habitación, se podía apreciar a Luan sentada en su cama manteniendo su expresión depresiva y tensa, mientras que tocaba su vientre donde empezaba a crecer una criaturita.
—Luan... —Luna se sienta a su lado.
—Luna... no sé qué hacer. —Comento la peli castaña, mientras que resistía sus llantos. —Estoy confundida, no sé que puede ser mejor para mi o para este pequeño... —Fijo su mirada en su vientre. —No sé como nuestras hermanas puedan ser tan tercas, creen que esto es fácil, que solo se trata de escoger y ya. Sé que no me descuide ni nada. —Acaricia su vientre. —Aun así no quiero que él pague las consecuencias, al igual que yo tiene derecho de vivir... —Se desespera un poco. —Pero lo que dijeron Lori y Lynn es cierto, que no pueda con esta responsabilidad o que ya no pueda seguir con mis metas. Ya no se qué opción tomar.
—Luan, primero debes relajarte un poco... —La abraza. —Y después piensa en lo que dice tu corazón, no dejes que los demás escojan por ti. —La comediante la mira. —No porque Lori sea la mayor significa que tenga razón o que no puedas hacerlo...
—...— La peli castaña guarda un poco de silencio.
—No te puedo asegurar cual es la mejor opción, —Le toma sus manos. —Pero aun así quiero que sepas; que siempre te apoyare. —Empieza acariciar su cabello. —No me importa qué decisión tomes, si decides conservarlo o no, jamás te juzgare... Siempre estaré a tu lado, te ayudare a criarlo y a cuidarlo, pero la única persona que lo puede decidir eres tú... No permitas que los demás sigan influyendo en ti.
—Gra-gracias Luna. —Agradeció con una voz débil.
—Sabes que cuentas conmigo, Luancita.
—...— Luan acaricia y aprecia su vientre. —Espero que nuestros padres y los demás lo entiendan.
—Lo harán o deberán hacerlo... —Seca las lagrimas de su hermana. —Ellos no han pasado por eso para que te juzguen, confía en mí.
Ambas hermanas se miraron fijamente con un leve sonrojo de amor, acercando sus rostros más y más.
—Oye Luan... —Alguien abre la puerta.
Continuara...
