Ni Marvel ni High School DxD son de mi propiedad, pertenecen a sus respectivos autores.
Yo hago esto sin ánimo de lucro, solo para pasar el rato.
Este fic contiene/contendrá violencia, palabrotas, posible lemon más o menos fuerte y demás cosas. Leedlo bajo vuestra responsabilidad, que yo ya lo he puesto en categoría M.
—comentarios.
—"pensamientos".
—*hablando por teléfono, comunicador, etc.*
—(J.A.R.V.I.S.)
—+F.R.I.D.A.Y. +
—[Ddraig, Albion, etc.]
Capítulo 50:
NUEVO MUNDO — PARTE 01
Varios días habían pasado desde la entrevista post batalla. Issei se encontraba sentado en el sofá de una sala en la Torre Stark, pensativo. Ciertamente cuando decidió revelar la verdad respecto a la naturaleza de las deidades de la Tierra (al menos de la asgardiana con total certeza), así como la muerte del Dios de la Biblia, esperaba que la reacción de las distintas ciudades y países en el mundo fuera volátil, al menos lo sería así durante un tiempo mientras terminaban de asimilar el golpe de realidad. Pero lo que estaba pasando había superado todas sus expectativas…, para mal.
—[Recuerda compañero, tu decidiste que merecía la pena haber revelado el mundo sobrenatural] —dijo Ddraig como recordatorio, pues ya antes de la entrevista le había advertido sobre ese peligro.
—Lo sé… —contestó sereno, con los dedos de sus manos cruzado bajo su mentón y con una mirada perdida en un café que hacía unos minutos había dejado de humear, no lo había tocado desde que lo sirvió—. Solamente espero que la situación amaine algo pronto...
Había subestimado el impacto de la revelación que había hecho.
Por supuesto habían iniciado revueltas sociales y políticas alrededor de todo el mundo. Muchos países, especialmente los del continente americano y europeo, al tener una influencia cristiana aún bastante fuerte en su cultura pese al paulatino abandono del argot religioso en las generaciones más recientes, estallaron en una histeria colectiva cuando asimilaron la realidad de que su Dios creador del cielo y de la tierra, según su religión, era en realidad un alíen, según lo expuesto por él mismo. No solamente eso, un alien muerto, un mensaje que de por sí era lo suficientemente fuerte pero el cual terminó de llevar todo al caos cuando Cao Cao arbitrariamente, y casi esperando que todo explotase, reveló que la iglesia, al menos sus más altos cargos, siempre jugaron con esa verdad. Pronto los creyentes desconsolados y furiosos arremetieron contra los respectivos puntos focales de sus comunidades religiosas con protestas (al inicio pacíficas, pero siempre acababan en disturbios violentos), aunque los más extremistas llegaron más lejos: iglesias estaban ardiendo por todo el mundo y a toda persona relacionada con el clero cristiano se le comenzó a dar caza como a un perro.
Y eso solamente siendo la punta del iceberg, pues estas revueltas y desmanes sociales no demoraron en afectar las economías de los países. Muchas de las empresas en el mundo que tenían alguna relación directa o indirecta con la Santa Sede, fuese por acuerdos comerciales o de enfoque tributario para su respectivo país, dichos cuerpos corporativos también se vieron afectados, rompiendo el balance de la economía americana y gran parte de la europea.
Y eso solamente hablando de la cara del cristianismo. En otras partes del mundo donde la religión tenía una fuerte presencia en la sociedad, comenzó también una caza de brujas con sus respectivas religiones. Sin llegar a exagerar, el mundo estaba pasando por una crisis social y cultural cuyo nivel de violencia no tenía nada que envidiarle al de las guerras mundiales o la guerra fría. Todos los gobiernos del mundo estaban haciendo cuanto tenían en sus manos para tratar de controlar la situación.
—[Acabas de darle un vuelco completo al balance sociocultural de tu raza. Probablemente eres el responsable de dar la noticia más importante en la historia de la humanidad, inclusive en siglos venideros]
Esa era la dimensión de la noticia como lo decía Ddraig, muy probablemente se trataría ese día como el inicio de una nueva era calendaría y la era después de Jesucristo moriría en el año dos mil doce. Por supuesto esto era una consecuencia muy mínima de la cantidad de sangre que estaba manchando sus manos.
Él fue el pionero, él fue quien dio la noticia, él mismo se propuso a «quitar la venda de los ojos de la humanidad» …, y ahora tenía que acarrear con el honor y las consecuencias del mismo.
Inclusive para el gran Issei Hyoudou-Stark, esa carga se sentía especialmente asfixiante. Eso, sumado a ver cómo la empresa de su padre (y ahora de Pepper) estaba sintiendo el golpe tanto de manera financiera (en la forma de acciones, capitales, bonos e inversiones) como en la renuncia masiva de personal por las amenazas contra la vida de ellos como la suya propia lo tenía contemplando todo con cabeza más fría. Ni siquiera cuando ésta renunció a la creación de armas había sufrido tanto. No se arrepentía de lo que había hecho, ni de lejos. Era el paso que la humanidad tenía que dar en algún momento para avanzar como especie y trascender. Pero...
Aún no tenía noticias del mundo sobrenatural. Sona le había informado que iban a ser castigados durante un tiempo por su participación arbitraria en invasión chitauri, por lo que era de suponer que, si en esa situación iban a estar aislados del mundo humano, ahora que se les estaba dando caza activamente sería imposible tener noticia alguna de nadie del Cielo o del Infierno.
O eso creyó hasta que sonó el timbre. Se levantó y caminó hacia la puerta. La seguridad tenía órdenes de no permitir la entrada a nadie, salvo unos cuantos, así que si alguien estaba llamando a la puerta no podía ser alguien peligroso.
El sonido de la bofetada resonó en toda la sala. Issei se llevó la mano a la enrojecida mejilla, donde los dedos de aquella persona que había propiciado semejante golpe comenzaban a hacerse visibles sobre la piel. Sus ojos al principio mostraron sorpresa no solo por el golpe, sino también por quién lo había propiciado.
Sus ojos se estrecharon y su ceño se frunció. Volvió su rostro hacía su agresora, pero toda la ira que había surgido de pronto desapareció al ver sus ojos llorosos.
—¡¿Cómo has podido?! —chilló la fémina con tono lastimero y de traición.
Issei no contestó, aumentando el malestar de la mujer frente a él. Aquel tono le encogía el corazón. Irina era quien estaba frente a él. A diferencia de su típica ropa, esta vez iba como civil con una gorra de baseball, una chamarra deportiva unas cuantas tallas más grande, pantalones de jean de hombre y tenis converse desgastados. Su cabello suelto se ocultaba debajo de su chaqueta y cuya mirada reflejaba un claro dolor, resentimiento e incluso ira. Pero no contenta con ello, Irina le agarró del cuello de la camina, girando para estamparlo contra la pared. Si bien los ángeles poseían unas capacidades semejantes a las del Capitán América, seguía sorprendiéndole la facilidad con la que Irina había realizado aquel movimiento.
—¡Respóndeme! ¡¿Cómo has podido hacer eso?! ¡Dime, Ise, dime!
Sus alas de plumas se desplegaron en todo su esplendor, permitiéndole ver cómo las mismas parpadeaban su tono de color entre blanco, gris y negro.
—¡Confiaba en ti! ¡Confiaba en ti! ¡Maldito hijo de puta! —continuó chillando a todo lo que le daba la voz, aumentando el ritmo de cambio de color de las alas.
—Irina…, tus alas… —advirtió Issei entre quejidos, pues el golpe le dolía y la postura, así como el agarre de la ascendida, le dificultaban el hablar correctamente.
La inglesa, aun con ira en los ojos y sin soltarle, observó de reojo sus alas. Entonces le soltó y procedió a realizar un ejercicio de respiración. Poco a poco el ritmo fue desacelerando hasta volver al blanco, aunque Issei pudo apreciar que no era tan blanco como otras alas que había visto. Estaban un tanto más oscuras.
—¿Quieres tomar algo? —ofreció Issei mientras se masajeaba la zona afectada, cerrando la puerta, yendo hacia el sofá.
—No… No quiero —respondió Irina con tono seco.
—¿Cómo están tus padres? ¿Y los demás? —preguntó el Stark tratando de romper el hielo mientras le ofrecía su bebida a su amiga de la infancia.
—Mis papás están bien. Él y buena parte de la congregación están escondidos en refugios de la iglesia, al menos los que escaparon del linchamiento… —contestó Irina con cierto aire impersonal, como quien contaba algo que vio en una película y le molesto.
Issei la miró con incredulidad. No esperaba que la gente fuera a ir a por todos los creyentes, o al menos a por los que tuvieran cargos menores. Se suponía que eran solo los altos cargos los que sabían sobre la verdad, así lo expuso Cao Cao.
—A mí el Cielo me corrió del servicio activo…
Issei apretó los labios y endureció su mirada. El reproche por parte de Irina era claro, pero no iba a hacer esfuerzos justificándose.
—Como siempre, el Cielo tan benevolente con los integrantes de su grupo que se juegan la vida por proteger a las personas que les rezan contra una invasión alienígena —comentó Issei con tono socarrón—. La liquidación habrá sido buena al menos…
—Como para vivir una vida cómoda —Para su sorpresa, Irina no se veía molesta por su forma de responder—. En el papel argumentaron que un ángel ascendido que actúa por su cuenta en momentos de crisis no es un elemento fiable para el Cielo y por ende sellarían mis poderes, pero para que pase todo eso toca esperar muuuuuucho tiempo y mientras eso ya me ofrecieron ser asesora del Cielo respecto a la Iniciativa Vengadores. La idea era, en principio, ser un canal de comunicación entre los autoproclamados «Héroes más poderosos del planeta» y el Cielo. Ya sabes, formar relaciones —Mientras explicaba la situación el tono desenfadado en el habla de Irina se deformo de mano de una firme mirada de desprecio a un Issei que no supo reaccionar a tal expresión—. Es una lástima que el Cielo tenga las manos llenas ya luego de haberse roto la Alianza…
Issei miro extrañado a Irina, pues creyó haber escuchado mal, pero la forma en la que Irina lo confrontaba no daba lugar a dudas
—Tiene que ser una broma —concluyó este negando primero para luego sentarse.
—No, mira que no lo es. Veras —comentó ella volviendo a su tono desenfadado caminando de un lado a otro—: luego de tu brillante interlocución al mundo entero, como sabes, se inició una caza de brujas a todo lo relacionado con los «aliens». Lo que no sabes es que esto, palabras más palabras menos, debilitó bastante el poder del Cielo y la Iglesia. Por ello ahora, para guarnecerse con las pocas fuerzas que les quedan del daño que les provocó primero la bocota de alguien a quien la Alianza le estaba dando un voto de confianza y segundo la zopenca que se dejó grabar de este para ser exhibida a todo el mundo, no quedó de otra que romper la Alianza que tenían las Tres Facciones. El Cielo no quiere saber nada de nadie por ahora y después de esto francamente no creo que volvamos a confiar en nadie.
Issei observaba a su vieja amiga con sorpresa. Había contemplado que la Alianza también se había visto golpeada por el revuelo actual. Era imposible que no. Pero bajo ninguna circunstancia sospecho que su declaración tuviese tal impacto que rompiese la Alianza.
—Vaya… No pensé que esto fuera a llegar a este punto. Sinceramente, pensaba que ocurriría lo contrario y buscarían un frente común.
—Si lo piensas a profundidad es natural —contestó Irina con un tono que se le estaba antojando irritante a Issei—: si tres amigos invitan a un cuarto a una fiesta y este cuarto les toma fotos a estos haciendo cosas que no debían y se las muestra al resto del mundo, pues estos tres amigos no se lo tomaran bien para nada. Para alguien tan brillante te quedas corto con lo más obvio.
—No me fastidies Irina —bufó Issei cruzándose de brazos—. No es mi culpa total que la Alianza se haya ido al traste. Ya estaba muy debilitada de antes. Sus posibilidades de mantenerse iban cayendo conforme pasaban los meses.
—Oh, ilumíname, por favor —pidió con tono burlesco.
—Ok —conforme iba enumerando, alzaba un dedo—: la muerte de Vali Lucifer, las relaciones frustradas con los youkais (la cual acabó con la muerte de uno de sus dos líderes), la revolución en el Cielo y la Iglesia, el golpe de estado en el Infierno demoníaco, el ataque de los Héroes… Han recibido golpe tras golpe, y algunos muy graves. Mira, lamento mucho haber sido la gota que colmara el vaso, pero no se te ocurra culparme de un evento que iba a pasar. La Alianza estaba abocada al desastre desde antes del ataque a esta ciudad. Y en cuanto a lo de Dios, oye, a ver si así empezamos a dejar de depender de los «dioses» para encontrar sentido en nuestras vidas, que ya va tocando.
—Sí, supongo que sí. Total, qué más da su intento por evitar su posible extinción y la muerte de miles de inocentes, ¿verdad? Por no olvidar las enseñanzas que nos dejó Dios a través las historias de la biblia sobre las que se cimentó el sistema de valores actuales de más de la mitad del mundo sobre cómo debemos obrar siempre en pos del prójimo y necesitado, como tener fe y confiar en la buena voluntad del mundo e inclusive el hecho de que hay o hubo una fuerza superior que veló no por el bien individual de cada hombre en el mundo como si en el proceder de la humanidad para la paz son tal cual delirios cósmicos que se montaron una banda de pirados en torno a Marvin el marciano —Tras despotricar a través de la ironía un amplio suspiro escapaba del pecho de Irina y, por primera vez durante toda la charla, se mostró realmente herida—. ¿Estás satisfecho, Issei? Finalmente lo lograste, le demostraste a toda la humanidad que todo en lo que creía eran mentiras y que al final la fe y la espiritualidad de las personas son una estupidez sin fundamentos tangibles como tu ciencia.
—Mira amiga, relájate, ¿quieres? —contestó Issei con seriedad, pero sin poder disimular su enojo del todo—. Lo que yo hice fue demostrar la evidencia de que la vida extraterrestre es real, en ningún momento ataqué directamente a la…
—¡Dios no es Dios! —Interrumpió abruptamente Irina—. Los dioses como tales seres absolutos no existen. Si algo a lo mucho el Dios de la biblia era un semidiós y está fiambre, te falto la parte en la que nos decías abiertamente a todos los creyentes que éramos unos imbéciles crédulos, pero supongo que supusiste que todos lo entenderíamos por defecto, gracias por no asumir que quienes creíamos en Dios nos sobra un cromosoma…
—Si no lo hubiera hecho yo lo hubiera hecho otro, y lo sabes. Expuse un punto de vista y al mismo tiempo un hecho. ¿Prefieres que Cao Cao lo hubiera expuesto? Oooh sí, sin duda alguna habría sido mucho mejor —dijo con evidente sarcasmo—. Porque estoy seguro de que nadie de la Iglesia o el Cielo iba a abrir la boca, ¿verdad? No me arrepiento de lo que hice, Irina. Puede que no fuera la forma más correcta, eso lo admito, pero nada más.
Reconocía que por más que tratase de dilucidar el mensaje, lo que iba a decir en esa entrevista siempre trataría la figura de Dios de manera despectiva fuese como fuese. En el momento no le importo un comino por que no dejaba de ser una certeza calculada, pero ahora tras todo lo ocurrido muy subconscientemente sabía que lo provocativo de sus declaraciones eran grandes culpables de lo que estaba ocurriendo en el mundo
—Deja de intentar excusarse —siseó Irina ya en el límite de su paciencia—. Vosotros, los ateos, aprovecháis la mínima oportunidad para atacarnos. En vuestra arrogancia y orgullo sois incapaces de aceptar la fe, que exista Dios, y aprovecháis cualquier momento para echarnos mierda encima. ¡No tienes ni idea de todo lo que han hecho la Iglesia y el Cielo por nosotros! ¡Vosotros, ciegos por la ciencia, incapaces de ver más allá!
—¡Que le den a la Iglesia y al Cielo! ¡Prefirieron mantenerse al margen cuando nos atacaron cuando no dejan de alardear de su papel como protectores y guías de la humanidad! ¡Eso es conveniencia! ¡Que se jodan todos ellos!
Aquello fue demasiado para Irina. Sin pensarlo dos veces, hizo impactar su puño contra la mejilla de Issei, tirándolo al suelo. Nada más golpear el piso por la gran fuerza del puñetazo, pues fue totalmente derribado, la fémina se sentó en su vientre, agarrándolo con fuerza del cuello de la camisa, encarándole. Ambos se miraban con ira en los ojos mientras las alas de la ascendida cambiaban nuevamente sus colores a gran velocidad.
—¡¿Y dónde estabas tú cuando me torturaron y violaron, ¿eh?! ¡Contéstame a eso, puto hipócrita de mierda! ¡No vayas de líder moralista cuando tú hiciste lo mismo! ¡Por querer quedarte al margen de todo eso a mí me hicieron de todo! —La ira abandonó los ojos de Issei, así como el color de su piel. Se había quedado completamente helado, sobre todo al ver las lágrimas caer por montones de los ojos de la mujer que tenía frente a él—. ¡No se te ocurra usar ese argumento contra nada ni nadie cuando tú hiciste exactamente lo mismo! ¡Sabes por lo que pasé, las secuelas que me quedaron! ¡Tú podrías haber hecho algo, pero decidiste ignorarlo por tu propia conveniencia! ¡Vete a la mierda, hipócrita desgraciado! ¡Basura! ¡Eso es lo que eres! ¡Una maldita basura!
Temblando con violencia por las fuertes emociones del momento, Irina soltó a Issei, levantándose. El Stark se quedó tumbado en el suelo, con un hilillo de sangre saliendo por su boca, la mejilla inflamada y los ojos clavados en los de su vieja amiga de la infancia.
—Ojalá nunca te hubiera conocido, Issei Hyoudou —escupió Irina con veneno—. No eres un héroe, solo un falso y decepcionante intento de ello. Un verdadero héroe no habría hecho esto.
Y dicho eso se alejó de él, abandonando aquel lugar, saliendo por la puerta, bajando las escaleras para abandonar la Torre. Issei se quedó sentado, con los brazos apoyados en sus flexionadas piernas, mirando la puerta que Irina había cerrado de golpe. Sus palabras resonaban con fuerza en su mente. No fue hasta que sintió cómo el trasero se le dormía que decidió levantarse y abandonar aquella planta para ir hasta el ático, donde se encontraban Pepper, Tony y Happy.
—Oye Ise… ¡Por Dios! ¡¿Pero qué te ha pasado?! —gritó Pepper horrorizada al ver la mejilla inflamada del adolescente.
Issei llevó su mano a la zona golpeada, soltando un siseo por el agudo dolor. Curiosamente ni lo había sentido hasta aquel momento. Seguramente todo por el shock provocado por las palabras de Irina.
—Bueno… Irina ha venido de visita, hemos discutido y ¡ah!
Volvió a quejarse cuando Pepper pasó suavemente los dedos por la inflamada mejilla.
—Happy, trae hielo —pidió la mujer al guardaespaldas.
—Ahora mismo.
—¿Ha venido tu vieja amiga? ¿Y por qué te ha pegado? —curioseó Tony mientras picaba la zona inflamada para molestia de Issei.
—Digamos que tenemos puntos de vista distintos —respondió mientras apartaba su mano de un manotazo, volviendo a sisear cuando Pepper colocó la bolsa de hielo traída por Happy en la mejilla.
—Sea lo que sea que hayáis discutido, esto es mucho más que simplemente puntos de vista distintos —analizó Pepper, entrecerrando ligeramente los ojos.
Rodando los ojos, Issei contó la conversación que habían tenido, incluyendo la parte de la Alianza y el tono acalorado del final.
—Irina no se equivoca —Aquellas fueron las primeras palabras de Pepper cuando Issei terminó de hablar—. Tiene parte de razón. No toda, pero si parte.
—Creo que está exagerando —dijo Issei un tanto molesto con Pepper al escuchar cómo daba parte de la razón a Irina.
Él no compartía el punto de vista de ambas y se estaba endureciendo por ser el centro de aquellos ataques hacia su persona, o al menos así lo sentía bien. Tony y Happy se miraron de reojo, alejándose lentamente. Pepper, con la boca cerrada, los labios convertidos en una línea recta, miraba incrédula a Issei.
—Ise… ¿tienes idea de lo que has provocado? ¿Has visto todo lo que está pasando?
—Todo eso habría ocurrido sí o sí. Yo creo que hice bien.
—No puedes ir diciendo esas cosas, y menos de esa manera. Tacto, Ise. No tuviste tacto.
—Sigues exagerando.
—Mira la televisión, los periódicos, internet. El mundo está en llamas, y tú tienes parte de culpa. Una gran parte, si soy sincera.
—No puedes hablar en serio —bufó Issei, aumentando su enojo—. Unos putos alienígenas comandados por un semidiós nórdico nos atacaron. Seres sobrenaturales lucharon en la batalla. La Alianza se negó a ayudarnos. Todo esto iba a pasar sí o sí. No me eches la culpa de todo este desastre.
Issei apretó los puños, enojado con aquella mujer. Pepper bajó la cabeza, negando. Como conteniendo el llanto, volvió a alzar la cabeza…, e Issei se quedó helado y se sintió peor que la mierda.
—La has cagado mucho, Ise, y estoy muy, pero que muy decepcionada. De Tony…, de él me habría esperado algo así, pero no de ti. Pensaba que eras mejor que esto.
Issei se achantó al escuchar a Pepper. Era la primera vez en su vida que aquella mujer, a quien había llegado a considerar como una madre, se dirigía a él con aquella decepción tan aplastante. Su voz, su rostro, su cuerpo…, todo demostraba aquella decepción.
—Puede que sí, puede que parte de esto hubiera pasado, pero tenías una oportunidad para haber calmado las cosas, haber intentado que las consecuencias fueran menores. Te has cargado a más de la mitad de las organizaciones humanitarias afiliadas a la Naciones Unidas que ayudaban a combatir la pobreza, la hambruna y la devastación de la guerra, pues todas ellas estaban afiliadas o eran de la Iglesia, la mitad de los países que quedan del mundo quieren tu cabeza o llevarte ante las cortes. Hay voces que pugnan por llevarte a la Corte Permanente de Arbitraje, otros directamente a las Cortes Supremas, y hay quien propuse modificar los estatutos de la Corte Penal Internacional para que pueda juzgarte directamente. Buscan cualquier motivo para atacarte: la caída del orden internacional, el colapso económico-financiero, las fallas de seguridad producto del caos, el fin de más de la mitad del apoyo humanitario global, el haber ocultado la información, el cómo destrozaste el orden en nuestra vida...
Issei tragó saliva, sintiendo como el calor de su cuerpo lo abandonaba. Sabía que podían e iban a ir contra él, pero la situación que estaba exponiendo Pepper le estaba mareando. ¿En serio podrían culparle a él de todo aquello? ¿Solo por revelar que el dios de la Biblia estaba muerto? Ese pensamiento le parecía ridículo e inaudito.
—… y eso sin olvidar el daño que ya has provocado y provocarás a la empresa.
Pepper estaba por decir más, pero al ver a Issei blanco, tembloroso y aterrado decidió finalizar con su discurso sobre las posibles (aunque seguras) consecuencias que podían caerle. Soltando un largo suspiro, volvió a mirarle a los ojos.
—Has cometido errores en tu vida, Ise. Todos lo hemos hecho. Pero el que cometiste el otro día es sin duda el mayor de tu vida, y ahora tienes que asumir las consecuencias y aprender de este grave error.
No esperando nada más, Pepper se dio la vuelta, ingresando en el ascensor, dejando a los tres hombres en el ático. Tony y Happy estuvieron a punto de decir algo, pero Issei se envolvió en su armadura, saliendo a toda velocidad de allí. Sobrevoló la ciudad de Nueva York. Los destrozos por la batalla eran aún más que visibles y llevaría mucho tiempo dejarla como estaba antes. A lo lejos divisó el mejor lugar para estar solo en aquel momento: la Estatua de la Libertad, uno de los mayores símbolos del país. Buscando el lugar más alto y aislado, Issei se sentó y se quedó allí, observando la ciudad mientras su mente no dejaba de dar vueltas. Ddraig pensó en decir algo, pero al final guardó silencio.
XXXXX
Los días pasaron muy lento, o muy rápido, en el planeta Tierra. Todo dependía del punto de vista. A las declaraciones y explicaciones de ambos Stark se sumaron después los Héroes y otros tantos que sacaron a la luz los grandes secretos de la historia. Todas las religiones estaban boca abajo. Ninguna se salvó. La llegada de dos dioses nórdicos a Nueva York hizo cuestionarse a las demás religiones y viejas mitologías si sus dioses también existían, por no afirmar que la existencia Asgard y sus dioses daba pie también a la posible existencia de las demás. Pero las palabras de Thor durante la «entrevista» de Issei en el Helicarrier les hizo cuestionarse cuánta verdad había en sus libros sagrados, en sus textos y relatos..., y cuánto era simple misticismo. Y claro, no había que olvidarse de que, si bien muchos no negaban la existencia de los dioses, ahora los catalogaban como extraterrestres, perdiendo así su divinidad. Había respeto y admiración, pero no adoración, o al menos no tanta como antes.
Pero ciertamente algunas fueron más golpeadas que otras. La principal fue la abrahámica, más concretamente la Iglesia y el mundo demoníaco (su sociedad, la esclavitud, los reencarnados, la limpieza post golpe de estado, etc.). Cuando los Héroes destaparon todos los trapos sucios de la Iglesia, como el proyecto Espada Sagrada o el Instituto Sigurd, saber que la Iglesia había estado creando niños probeta, humanos artificiales, manipulados genéticamente y cosas peores con tal de conseguir a un heredero del legendario héroe Sigurd no hizo sino ensuciar aún más su imagen. Aquello iba en contra de todo lo que la Iglesia profesaba. Fue como echar un camión cisterna lleno de gasolina a una hoguera del tamaño de Manhattan.
Aquella fue una decisión que Issei no pudo entender. Si bien él no había tenido problema en revelar que el dios de cristianos, judíos y musulmanes estaba muerto, no había hecho mención a todos aquellos aborrecibles actos de la Iglesia. Muchos aún trataban los vídeos de Kokabiel y la Conferencia de Kuoh como si fueran falsos, pero los Héroes habían aportado pruebas concluyentes respecto a la Iglesia, por no olvidar a uno de sus líderes, Sigurd, un humano artificial. Ciertamente tenía parte de culpa por haber revelado aquello, pero lo otro había llegado a mayores. ¿Cuál era su objetivo tras todo aquello? En su caso argumentaba que los semidioses eran mortales y que, por tanto, el dios de la Biblia podía morir como cualquier otro, pero ir contra la Iglesia de aquella manera… Si bien es cierto que odiaba a la Iglesia por todo aquello, por ir en contra de las enseñanzas de Jesús, por ser tan hipócrita en su deber, no la había atacado, aunque tampoco iba a salir en su defensa. Ya bastante le había costado decir que Dios estaba muerto. Irina, por ejemplo, se negaba a hablar con él.
Por supuesto, aquellos que iban en su contra (entiéndase al extremo) tuvieron su Navidad particular. La Iglesia no se iba a salvar de aquello por mucho que intentaran desvincularse de aquella secta (daba igual que perteneciera a su rama). Es más, la situación había llegado al punto en que muchas iglesias habían sido atacadas con dureza, así como los miembros de las mismas. Incluso las infraestructuras religiosas más importantes, como Notre Dame o Santa Sofía, habían sido atacadas con crueldad, con la suerte de no sufrir daños severos e irreversibles gracias a la rápida actuación de las autoridades. En el mismo Vaticano y otras sedes religiosas se habían llevado a cabo manifestaciones, exigiendo explicaciones por todo lo revelado.
Y, como era de esperarse, la Iglesia no fue la única afectada. Ahora que se sabía de la existencia de los ángeles, todo el mundo exigía explicaciones del motivo por el cual no ayudaron en la batalla. Se supone que eran los defensores del ser humano, que Dios le había dado la tarea de cuidar de su «mayor creación». Pero no movieron ni un solo dedo. Se quedaron quietos, sin haber enviado refuerzos para ayudar a los humanos a defenderse del ataque chitauri. Algunos intentaron argumentar que sí hubo refuerzos, pero rápidamente caían en la cuenta de que ya se confirmó que los que fueron lo hicieron contra las órdenes de sus superiores. Todos ellos antiguos humanos ahora ascendidos, pero antiguos humanos que priorizaron la defensa de los suyos sobre las órdenes de sus superiores y que ahora les estaba costando un castigo.
Otras religiones (incluyendo de la misma rama abrahámica) sufrieron en mayor o menor medida., aunque hubo algunas, como en Japón o China, que la religión, al no ser como las abrahámicas, no sufren tanto y de manera tan directa. Aunque aquello no evitó que se desencadenaran grandes discusiones sobre la fe, llegando numerosas veces a un nivel no visto desde las Cruzadas Bálticas y del Medio Oriente, así como de otros conflictos religiosos como la Guerra de los Treinta Años, llegando a derramar más sangre de lo pensado en un principio.
También un gran número de países islámicos gobernados por la ley sharia cayeron en picado hasta colapsar. Su credibilidad se había ido desinflando como si se tratase de un globo. El debate sobre la religión y los dioses había provocado que su principal pilar colapsara, llevándose por delante todo lo demás.
Pero no había que olvidarse de los más acérrimos, aquellos que llegaban al fanatismo religioso. El propio Issei ya había sido amenazado de muerte por aquellos extremistas (de todas las religiones, por supuesto), le habían declarado la guerra santa. La Torre de los Vengadores había sufrido numerosos intentos de sabotaje, infiltración y ataque por dichos radicales, pero se había convertido en una fortaleza inexpugnable, más que cualquier otro edificio del mundo. Su casa en Kuoh también había sido atacada, aunque sin mucho éxito gracias a las propias fuerzas de seguridad japonesas, pero Tom la había abandonado, yendo directamente a la Torre por petición de Issei.
La gente también exigía la liberación de los reencarnados demoníacos que habían sido reencarnados contra su voluntad, la de todos aquellos que no habían huido con los Héroes, los que habían sido capturados y arrestados por las fuerzas de seguridad demoníacas…, si es que seguían con vida. Los Héroes habían publicado una lista con nombres y apellidos de aquellos que no habían podido huir, de aquellos que se habían alzado contra el gobierno demoníaco, lo cual aumentó aún más la furia de las masas al ver nombres conocidos entre ellos. Por eso mismo iniciaron su propia caza de demonios siguiendo los consejos de los Héroes para probar si alguien era un demonio. Todo aquello con el objetivo de forzar un intercambio de rehenes, aunque no funcionó ya que todos estaban en el Infierno, pero si alguno caía, mejor que mejor. Menos era nada.
Respecto a los Clanes y la realeza japonesa, la mitad de los líderes de los Clanes estaban molestos, o furiosos con él por lo revelado. Exigían una reunión de emergencia, pero la misma tendría que retrasarse por la apretada agenda que el joven Stark tenía.
En verdad la opinión pública estaba dividida respecto a su persona: aquellos de profundas creencias religiosas querían hacerle como se hacía a las brujas allá en Europa siglos atrás, los más moderados le hacían el vacío y aquellos no creyentes estaban divididos entre si felicitarle o recriminarle la forma en la cual había dado aquella información. Sus grandes aportes al mundo, todos sus inventos desde antes de entrar a trabajar a Industrias Stark, así como su papel durante los dos años que había estado como superhéroe mantenían en equilibrio la balanza para estos dos últimos grupos, aunque los países ya eran otro cantar. Tal y como le advirtieron, para los gobiernos se había convertido en la cabeza de turco.
Como consecuencia de todas las revelaciones y eventos en tan poco tiempo, el mundo entró en una multitud de crisis, sucediéndose sin pausa. Si bien ya se encontraba en una antes de las declaraciones de los Stark, conforme pasaron los días después de aquello, el número de problemas no hizo más que aumentar: los conflictos sociales tomaron un nuevo matiz, los grupos religiosos tomaron golpe tras golpe y perdieron credibilidad, y la economía tomó duros golpes los que, sumando la destrucción de Nueva York, la caída de las bolsas globales ante el shock y la recesión global que azotaba al mundo desde dos mil ocho, no hizo más que aumentar el desconcierto, la escasez y el miedo.
El sistema se tambaleó, pero se mantuvo en pie. El orden global no tenía tiempo para caerse. El mundo estaba, como bien dijo más de algún político británico, «en excelente forma»: con la caída de varios países árabes, regiones ya de por sí inestables ahora estaban sumidas en el caos, la guerra y la hambruna ante la aparición de señores de la guerra y políticos aprovechados. La economía global ya sufría por la recesión desde hacía algunos años atrás, pero ante la histeria masiva no había atisbo de recuperación pronta. El escenario internacional tampoco se relajaba ante la resurgencia de conflictos de antaño debido a la falta de control de órganos superiores. Europa Oriental y el Sudeste Asiático parecían puntos de ebullición, y varios sectores más del mundo parecían ir en esa dirección. Algunos sectores, como los Balcanes, simplemente parecían volver a convertirse en montones de pólvora, esperando al incauto que encendiera la mecha.
Pero eso no era todo. La desconfianza era «el pan de cada día», según varios empresarios que no lograban vender sus productos, y las calles de varios países, ya fuera seculares o no, parecían volver a los viejos días de hacía siglos atrás, si es que las palabras de ciudadanos europeos eran verdaderas: «yo pensé que estas cosas habían quedado en el pasado, pero resulta que, después de todo, nunca nadie se espera a la Inquisición Española». Linchamientos públicos, caza de brujas, persecución, incendios…, nada parecía estar fuera de límites ante el aparente fin de la «Era del Hombre». Todo el mundo creía que su vecino no era humano, varios llegando al punto de tomarse la justicia por su mano, lo que derramó aún más sangre. Aquello solo provocó guerras internas, aunque no en todo el planeta era así.
A pesar de ello, hubo gente, como el Capitán América (todos sabían que era de religión cristiana), que intentaron interceder y evitar aquellos ataques tan descarados contra los creyentes, pues ellos no eran los culpables de ocultar aquella verdad. También él mismo pedía explicaciones, aunque siempre por la vía pacífica. Como creyente, también estaba dividido en su interior. Cuando le pidieron que hablara sobre el causante de todo aquel caos, el Capitán no se anduvo por las ramas: si bien no apoyaba el acto de Issei Hyoudou-Stark, comprendía por qué lo hizo. No pidió que le perdonaran, pero tampoco pidió que le atacasen.
Y a pesar de todo aquel caos, había gente que o bien le importaba todo un pimiento o bien estaba encantada y maravillada con aquel descubrimiento. Los fans de los alienígenas (aunque los chitauri habían dado muy mala imagen) estaban como locos, así como los fans del mundo fantástico y las series animadas japonesas, sobre todo las obras que involucraban criaturas de la mitología, el folklore y la fantasía. Saber que todas aquellas criaturas existían habían despertado en todos ellos un ansia por encontrarlas, por conocerlas, y los más cochinos por hacer cosas propias de un hentai de chicas monstruo.
También había otros entusiasmados con dichas criaturas, pero para fines horribles como podía ser el estudio de ellas de maneras totalmente inhumanas, o traficar con ellas, esclavizarlas, etc.
Y claro, uno no podía olvidarse del tema de las Sacred Gears. Ahora todo el mundo creía poseer una, y los muertos se contaban por miles por culpa de intentos estúpidos de demostrar que tenían razón. A pesar de que en ningún momento se hubiera expuesto cómo saber si uno poseía un Sacred Gear, eso a la gente no pareció importarle. Aquello extrañó mucho a Issei ya que los Héroes no habían dicho nada sobre ello. ¿Por qué?
En cuanto a los Vengadores, el mundo les ovacionaba, les aclamaban, incluso a pesar de estar dañados espiritualmente por la revelación de los Stark sobre las religiones. No por nada habían salvado la ciudad, y posiblemente al mundo, del ataque extraterrestre. Eso era lo que admiraban. Pero también estaban los Héroes, aquel grupo extraño liderados por el tal Cao Cao. La inmensa mayoría también les alabó por su participación en la defensa de la ciudad, pero el saber que supuestamente usaban métodos tan extremistas y que, también supuestamente, habían atacado a civiles e inocentes les hacía ser un tanto reacios a confiar en ellos. Y lo mismo pasaba con los sobrenaturales que habían participado.
Tal era el caos que la ONU convocó una sesión de emergencia y pidió, por no decir que obligó, a ambos Stark a participar ya que eran los más involucrados y los que mejor conocían aquello. Dicha sesión se llevaría a cabo el dieciocho de mayo, justo dos semanas después del ataque, en Ginebra ya que Nueva York estaba en proceso de reconstrucción y la propia sede de la ONU en la ciudad estadounidense había sufrido graves daños estructurales.
XXXXX
Issei observaba en las noticias televisivas cómo un nuevo ateo extremista entraba en una iglesia, pistola en mano, y disparaba contra todo el que había dentro mientras gritaba cosas bastante ofensivas. Dicho atacante cayó muerto tan solo cinco segundos después de comenzar a disparar por un tiro certero del vigilante. A pesar de la rápida reacción, cinco personas resultaron muertas y heridas.
El Stark apagó la televisión, dejando caer su cuerpo hacia delante mientras se tapaba el rostro con las manos. El aspecto de Issei era bastante lamentable, toda consecuencia de aquellos duros días, de las dudas, la culpa, los temores que no habían abandonado su cabeza desde la «animada» conversación con Irina. Tom, a su lado, le puso la mano en la espalda sin dejar de ver las noticias. Ver a su viejo amigo así le destrozaba el alma, y lo peor es que daba igual lo que hiciera o dijese. Si lograba que se recuperara luego de un nuevo ataque de depresión, rápidamente caía en uno nuevo. O eran las noticias o internet, su móvil o simplemente él mismo.
—Esto iba a pasar sí o sí. La simple aparición de…
Pero las palabras de Tom fueron interrumpidas por la débil voz de Issei.
—Lo sé… Lo sé… Pero aun así…
—La incertidumbre de saber si es por tu culpa o no. Ya me conozco esa frase —dijo el artista con cansancio—. Hermano, no puedes seguir así. El «¿y si…?» no existe. Si todos pensáramos en ello acabaríamos pegándonos un tiro en la sesera. ¿Tienes idea de cuántos «¿y si…?» podría tener? Joder, me daría para una saga de mil páginas cada maldito libro, para más capítulos que «Detective Conan».
—No debí decirlo.
—Más que no decir sería el cómo.
El tono de hastío de Tom era notable, tanto que Issei lo notó, pero no le importó. Comprendía que su viejo amigo estuviera hastiado de todo aquello y de verle revolcarse en su propio auto desprecio.
—Si me hubieras dicho en aquel momento que ibas a decir aquello sobre Dios, no te habría detenido, pero sí te habría aconsejado sobre cómo tratarlo —dijo Tony aparecieron de pronto en el salón.
Tom, agradecido por la llegada de Tony, silenció la televisión, que ahora había cambiado al asunto sobre la crisis económica-humanitaria del país y la mundial, incluyendo todas las ONGs desaparecidas que dependían o pertenecían al Vaticano.
—Quizás debí mantener mi bocaza cerrada.
—Quizás…, o quizás no —encogiéndose de hombros, el magnate multimillonario se sentó al otro lado de Issei.
—Mira lo que he causado.
—No pienses eso —Tony colocó una mano en su hombro, haciendo que Issei volteara a mirarle.
La profunda y triste mirada de su hijo adoptivo le perforó el corazón.
—Escúchame y escúchame bien: todo lo que está pasando ya iba a pasar, dijeras lo que dijeras. Unos extraterrestres, liderados por un dios nórdico, nos atacó, y otro dios nórdico nos ayudó a defendernos. Además, un grupo de ángeles, demonios y youkais nos ayudaron también. Ambas cosas ya habrían provocado una crisis sin igual. La idea sobre la divinidad de los dioses ya se estaba tambaleando, y nosotros solo dijimos que al menos un grupo (los nórdicos) eran extraterrestres y que, por tanto, los otros también podían serlo. Lo que nosotros hicimos fue aclarar todo aquello. ¿Qué hiciste mal en decir que Dios está muerto? Eso nunca lo sabremos. Quizás, de haberlo dicho otro, las cosas hubieran ido a peor, o quizás no. Lo que no debiste hacer fue burlarte y parecer un idiota prepotente. Lo sé, lo sé, no soy el más indicado para decir esto, pero es así. Te salió esa parte mía en el peor momento. Ahora solo te usan como cabeza de turco. Te echan a ti toda la culpa porque lo necesitan, no porque la tengas, y van a ir por ti con todo lo que tienen, aunque ya has podido ver que no todos comparten esa opinión. Aun así, no podemos negar que parte de todo esto es culpa tuya, y son unas consecuencias que debes asumir como puedas, e intentar corregirlo. No esperes al debate, empieza ya, sobre todo arreglando las cosas con tus amigos sobrenaturales. Y, ante todo, debes recordar que no estás solo, nos tienes a nosotros, y haremos todo lo posible (y legal, palabras de Pepper) para que las consecuencias para ti sean lo menos graves posible, ¿de acuerdo?
Aquello último le hizo recordar todas las posibles acusaciones ante las cortes internacionales que advirtió Pepper hacía unos días. No temía que le embargaran todos sus bienes, pero sí el estar encerrado en una cárcel sin ventanas, sin poder salir, el resto de su vida. Si bien era cierto que, en principio, no había cárcel humana que pudiera retenerle al poseer la Boosted Gear, siempre habría mínimo una manera de hacer que se mantuviera quieto y sin hacer nada.
—¿Realmente crees necesario arreglar las pocas relaciones que tenía con la ahora desaparecida Alianza? —preguntó Tom mirando al techo.
Tony e Issei le miraron dudosos.
—¿No se supone que deberíamos hacer eso mismo? —cuestionó Tony al no entender la pregunta realizada por el artista.
—A ver, lo que queremos arreglar es el desastre en la Tierra. ¿Acaso te importa la Alianza y sus miembros? —Al ver cómo Issei fruncía el ceño, Tom decidió mirarle directamente—. Vayamos por puntos, ¿te parece?
«Los demonios son una sociedad pre industrial basada en el feudalismo, el racismo, el clasismo, la arrogancia y la superioridad. Que toda su civilización se base en la esclavitud ya dice mucho, ¿no? Incluso sus jóvenes promesas, demonios modernizados, también creen fuertemente en la esclavitud. ¿Acaso Rias no te lo propuso varias veces? Vale que traten a sus esclavos como si fueran sus mejores amigos, olvidando ese detalle, pero siguen siendo esclavos, a fin de cuentas. Y sí, esta nueva generación no reencarna en contra de la voluntad, ya lo sé, pero siguen apoyando un sistema esclavista por mucho que los traten como a hermanos. Y, por si no lo recuerdas, el Consejo te invitó con segundas intenciones a su hogar. ¿En verdad quieres arreglar las cosas con una sociedad como esa? Vale que en el libre mercado esas cosas se pasan por alto, e incluso por cosas como la política, intereses geopolíticos y todas esas mierdas. Fíjate sino en Estados Unidos con la España franquista (todo por la Guerra Fría), o en la modernidad, con Occidente comercializando con países que violan los Derechos Humanos sin parar. Piénsatelo bien.»
«Los ángeles, un grupo de máquinas biológicas que solo saben seguir órdenes y que han descuidado notablemente su deber más sagrado: proteger y velar por la especie humana. Unos tipos que, a pesar de pertenecer a las religiones abrahámicas, han combatido para un bando y para otro en pos de los beneficios que podían causarles. Acuérdate de que el mismo Arcángel Miguel guio a Juana de Arco para liberar a Francia de los ingleses, y todos eran cristianos. O su participación en la batalla de Badr, por no olvidar que se derramó sangre de niños en la liberación de los esclavos en el antiguo Egipto y luego hizo que sus creyentes lucharán para expulsar a los ocupantes de la supuesta Tierra Santa que lleva dando problemas desde hace décadas.»
«En cuanto a los ángeles caídos... Pues oye, no hay nada, son la mar de majos, si te soy sincero. Incluso invirtieron dinero en vuestra empresa cuando decidiste cerrar el departamento de fabricación de armas, ¿no? Y parece que también han invertido en empresas ecológicas y de tecnología médica.»
Issei enarcó una ceja y una ligera sonrisa asomó en su rostro.
—Le has dado muchas vueltas, ¿eh?
—Solo quiero que lo pienses bien. No estoy a favor ni en contra. Lo único que quiero es que intentes ver todo con perspectiva. Lo que menos debes hacer ahora es volver a hacer algo a lo loco sin pensarlo.
—Dices hacer como Bill Gates, ¿no? —curioseó Tony al entender por dónde iban los tiros.
—¡Exactamente! La gente amaba Windows, pero odiaban a Gates. Le tomó una campaña de lavado de imagen de una década y el ascenso de gente más millonaria que él, junto con la Fundación de él y Melinda, que la gente dejara de tirarle harina por la calle.
—¿Cómo sabes tú eso?
—He estado investigando casos similares en busca de algo que pudiera ayudarnos, pero te me has adelantado. ¿Entonces?
Issei se cruzó de brazos, pensativo. Tom tenía razón, no podía ayudar a ninguno de esos dos bandos porque simplemente sus políticas y sociedades iban en contra de lo que él defendía. Pero…
—¿Y si en vez de las sociedades lo hacemos con los individuos? —preguntó mirando al suelo, pensativo.
—¿A qué te refieres exactamente? —curioseó Tom, atento a lo que estaba por decir.
—Me refiero que todo esto podríamos hacerlo con aquellos que vinieron a ayudarnos durante la batalla. Sé que Rias, Sona y demás son esclavistas porque apoyan el sistema de las Piezas, pero también serán los futuros líderes de los demonios y estoy seguro de que realizarán grandes cambios para un sistema y una sociedad libres…, o más libres que actualmente.
Los tres se miraron, pensativos. Aquello podría ser una solución fiable ya que no sería una colaboración con los gobiernos, sino con ciertos individuos más cercanos a los pensamientos modernos sobre cómo debe ser una sociedad civilizada.
—Hum… Dadme un momento.
Levantándose de un salto, Tom fue corriendo a su habitación. Ambos Stark escucharon cómo trasteaba allí dentro, por lo que se miraron sin entender. Luego de un par de minutos y escuchar: «eureka» y «te encontré, cabrón»; Tom se colocó entre ellos y la televisión, la cual apagó. Lo que había frente a los ojos de Issei era una pizarra sostenida por un trípode. Girando el rotulador en sus dedos, Tom fue a la parte de abajo de la pizarra, escribiendo «mierda provocada por bocazas: limpiada».
—Muy bien amigo mío, tienes mucho camino por recorrer, mucha mierda por limpiar, y todo ello empieza por arreglar tus problemas con tus amigos sobrenaturales —Tom escribió «arreglar relaciones con sobrenaturales» en lo más alto de la pizarra—. De todos ellos, con quien vas a tener mayores problemas es con la buena de Irina. Esa chica es bastante tradicionalista y muy religiosa, y bueno, creo que es innecesario dar más explicaciones. La hostia que te metió el otro día es prueba suficiente —Issei agrió el gesto—. Son varios pasos los que he pensado para completar esta idea…, esperemos que no sea una utopía.
Nuevamente Tony e Issei se miraron y sonrieron. Compartían la idea de que aquel era el camino correcto para empezar a enderezar las cosas.
XXXXX
El tiempo iba a contrarreloj para Issei. El debate de la ONU en Ginebra no quedaba lejos y, en caso de que la idea fuera a salir adelante, tenía el tiempo justo para presentar un plan con base sólida. Con quien trató primero fue con Dulio Gesualdo, el único de entre todos los que conformaron el grupo celestial en la batalla que aceptó reunirse con Tom y él. Dado el cómo estaban las cosas, el Joker del Cielo aceptó reunirse en la Torre para tratar sobre el tema propuesto por Issei. El Stark tuvo que admitir que Dulio era lo más parecido a Jesús o Buda que había en la actualidad. Durante las dos horas que pasaron hablando, aquel tipo demostró de buena manera que era un filántropo sin rival, aunque nunca jamás comparó o compitió.
A pesar de todo el estropicio que Issei había montado con la revelación sobre el estado de Dios, Dulio no le recriminó aquello con dureza. Fue comprensivo y expuso su punto, pero no vio ni sintió malos deseos hacia su persona. ¿Lástima y tristeza? Sí, eso sí, pero ni odio ni recriminación. Para cuando Issei y Tom expusieron la idea, Dulio se mostró más que complacido y no dudó en apoyarlo. Y, es más, prometió la colaboración de todos aquellos que participaron en la defensa de la ciudad, a excepción de Irina. Como conocedor que era de la relación entre ambos dos, Dulio aseguró que ella sería la única que no intentaría convencer. Issei debería ser el que lo lograra. Si bien aquello podía complicar las cosas por la falta de tiempo, Issei aceptó.
Al menos ya tenía casi asegurada la parte celestial. Dulio era su líder y era prácticamente venerado. Si él estaba a favor de aquella idea, posiblemente los demás la apoyarían…, aunque no sin recelo o desconfianza. Pero menos era nada, ¿cierto?
Ahora llegó el segundo problema importante: los demonios. Ni Sona ni Rias cogían sus llamadas, y le era imposible saber si era por molestia o enfado hacia él o por el castigo impuesto por el Consejo. Pensó en usar la esfera de tele transporte mágico, pero descartó la idea de golpe. Lo que menos necesitaba eran más problemas con los demonios por aparecer de pronto en su territorio. Por eso, luego de destrozarse la cabeza, cayó en la cuenta de los panfletos que ambas herederas iban dando, o más bien sus familiares, en su ciudad natal.
Guardándose uno para algún posible caso futuro, usaron el panfleto de Sona, logrando llevar a Yura hasta la Torre. Al parecer, los siervos aún podían hacer su trabajo como demonios. La Torre no pareció molestarse por ver a Issei, lo cual le hacía pensar que quizás entre los demonios no era tan odiado, pero tampoco podía fiarse. Yura les confirmó las sospechas: el Consejo había incomunicado a todo aquel que participó en la batalla, aunque permitió que los grupos pudieran hablar entre ellos. Dado que los tres desconocían la situación total, Issei le pidió que comunicara a Sona, Rias, Sairaorg, Seekvaira y Latia para que trazaran un plan con urgencia y así poder comunicarse con él. No dijo el qué quería tratar con ellos, solo que era algo de extrema urgencia. Yura aceptó la petición, desapareciendo no mucho después.
Tuvieron que pasar casi dos días completos para que los siete pudieran hablar usando una vía mágica gracias a un panfleto entregado por Yura. Ciertamente los demonios estaban mucho menos molestos con él por revelar sobre la muerte de Dios, pero no por otras cosas relacionadas con los de su especie. A pesar de todo, a todos ellos les gustó la idea de ambos humanos, sobre todo al ser ellos con quienes trataría, no con el gobierno.
Cuando la conversación pasó a los actores principales (humanos, ángeles y demonios), quedó una cuestión importante expuesta en la mesa: ¿cómo hacerlo con el castigo? Cada bando de la ex Alianza había impuesto uno, o al menos el Cielo-Iglesia y los demonios, a los que fueron a Nueva York, castigo que seguía vigente incluso después de que la Alianza se fuera al traste. ¿Cómo hacerlo pues? La respuesta fue bastante sencilla: si aquella iniciativa era compartida por todos ellos (humanos, ángeles y demonios, incluso posiblemente youkais u otros), los gobiernos no podrían intentar suprimirla, pues aquello supondría empeorar aún más su imagen en el mundo humano, algo que ninguno deseaba.
Por último, el paso más duro de realizar para Issei: intentar arreglar las cosas con Irina. Si bien ella no sería una de las cabezas de la idea, podría ser un miembro importante, y además…, deseaba arreglar las cosas con ella. Por eso tomó la arriesgada decisión de abandonar la seguridad de la Torre e ir a visitarla. Dulio le pasó su localización: en una zona de la costa inglesa junto a su familia. El trayecto le permitió pensar en una conversación que podría dejar las cosas en un alto el fuego, al menos para empezar a enmendar las cosas.
Cuando llegó a la zona designada, luego de que Ddraig le avisara de que habían traspasado una barrera de detección que rodeaba el terreno, la armadura desapareció. Las únicas personas en un radio de medio kilómetro eran los Shidou. En el porche de la casa pudo ver a la familia, quienes parecían sorprendidos por la presencia del joven Stark.
Irina frunció el ceño y apretó los labios, entrando en la casa a paso rápido. Issei suspiró, pero aun así decidió acercarse. Los padres de Irina le recibieron con cordialidad, como era costumbre, aunque no ocultaron su malestar con él por todo lo ocurrido. A pesar de ello, y al igual que Dulio, mostraron gran preocupación por su seguridad, lo cual le resultó irónico a Issei teniendo en cuenta que los radicales habían iniciado una nueva caza de brujas contra los fieles abrahámicos. Cuando entró al fin en la casa, se encontró con Irina viendo la televisión a un volumen alto. Estaba más que claro que no deseaba hablar con él.
—Una casa provisional, ¿no? —preguntó en voz alta, pero Irina respondió subiendo el volumen de la televisión.
Chasqueando la lengua, Issei sacó su teléfono, apuntó a la televisión, trasteó un poco y esta se apagó.
—Ni se te ocurra volver a hackear algo mío —amenazó sin mirarle, intentando volver a prender la televisión.
—Lo haré si es necesario. Quiero hablar contigo.
—Ah, pues fíjate tú que yo no quiero hablar contigo.
Al no vislumbrar un cambio en el acto que estaba realizando, Irina se levantó del sofá, pasando por al lado de Issei sin siquiera mirarle.
—Irina, ¿podemos hablar un segundo? Es muy importante.
La ascendida se detuvo y le devolvió la mirada. La molestia era más que visible.
—Espero que sea breve, tengo cosas más importantes que hacer que perder mi tiempo contigo.
Issei hizo una mueca ante el tono seco de la fémina.
—Irina, con todo respeto, pero creo que hice bien en lo que hice.
La boca de la antigua humana formó una o perfecta, luego sonrió con incredulidad por lo que sus oídos habían escuchado.
—Esto me suena —dijo sarcástica—. Sinceramente pensaba que iba a escuchar algo distinto. Tonta, que soy tonta. Lárgate antes de que te saque a patadas.
A pesar de la amenaza latente, Issei no se amilanó.
—Puede que dijera que era un semidiós, siempre desde mi punto de vista, cosa que dejé bien clara, le dejé bastante bien, ¿o acaso no recuerdas que dije que él nos ayudaba a defendernos e incluso creó las Sacred Gears para ello? No tengo nada en contra de los semidioses, pero no creo que debamos ponerlos en ese divino pedestal. ¿Reconocer su labor? Por supuesto. Con Thor lo hago. Puede que revelara que está muerto, pero aun así su imagen no ha quedado más dañada de lo que ya estaba con anterioridad.
—¿Y todo el caos causado por ello? —interrogó con gran molestia al tiempo que extendía sus brazos.
—Lo dices como si me alegrara por todo ello.
—No debiste decirlo —acusó, señalándole con el índice.
—¿Y dejar que otros lo hubieran hecho? ¿La Iglesia o el Cielo iban a revelar algo como eso? —Irina abrió la boca, pero la cerró poco después—. Lo que decía. Es más, si no lo hubiera hecho yo, podría haberlo hecho Cao Cao, y dudo que él hubiera dicho cosas agradables. Intento hacer las cosas lo mejor que puedo. El mundo está en crisis y no deseo desencadenar un apocalipsis. Muchas cosas se han sacado a la luz y hay que tratarlas con cuidado, ahora lo sé, y eso obviamente incluye todo lo relacionado con Dios —Issei se rascó la cabeza luego de suspirar—. No puedo deshacer lo que hice, Irina. La he cagado y estoy pagando por ello. Medio mundo quiere mi cabeza, muchos incluso de manera literal. Pero quiero intentar arreglar un poco las cosas. A pesar de todo lo que he causado, estoy trabajando en ello. Dulio, Rias, Sona, Sairaorg… Todos los que participaron en la batalla están de acuerdo con lo que voy a hacer, y quiero que estés dentro, pero no si no arreglamos esto, o al menos si no sentamos una buena base para ello.
Irina arqueó una ceja, sorprendida por aquello último. ¿Cómo y cuándo habían estado hablando, y de qué? Su curiosidad ganó a su enojo.
—Cuéntame.
Issei procedió a explicarle la idea que había creado con Tom. Conforme más y más contaba, Irina quedaba más interesada en ello. Cuando terminó de contar, la ascendida se cruzó de brazos, asintiendo.
—Esa es una buena idea, y debo decir que es ingenioso el modo de evitar que los gobiernos humanos y sobrenaturales os la tumben.
—Exactamente. Y, como he dicho antes, quiero que formes parte de esto, pero también quiero que arreglemos las cosas. No pido tu perdón, al menos no ahora, pero sí que me des una oportunidad de enmendar mis errores.
Irina le miró directamente a los ojos, suspirando luego de varios segundos.
—Sé que lo intentas Issei, de verdad. Es solo que… Es mucho: la batalla, el castigo, la revelación, los ataques hacia mis hermanos y nuestras instituciones…, tanta sangre y muerte… Supongo que culpo a la persona que está en el centro de este huracán y quien es al mismo tiempo una de las personas con quien más confianza tengo porque también estoy decepcionada de él. ¿Cómo es el dicho? «La confianza da asco», ¿no? —preguntó con una sonrisa triste y al mismo tiempo sarcástica.
—Sí, eso me ha pasado.
—Supongo que tu posición también me ha hecho cegarme contigo. Has cumplido tu promesa de volverte un superhéroe, pero ver todo lo que ha desencadenado la batalla… Supongo que…
—Podemos unir puntos, sí —aceptó Issei sabiendo a lo que Irina se refería, las palabras con las que se fue de la Torre.
La susodicha bajo la cabeza.
—Está bien. No te perdono, pero sí estoy dispuesta a dar mi mano para así empezar a arreglar todo esto. Espero que esta vez cumplas y te portes, Issei. Esta conferencia es uno de los momentos clave en toda la historia de la humanidad. Ten cuidado. Ponemos nuestras esperanzas en vosotros para un futuro pacífico.
—Todos lo deseamos, Irina. O casi todos.
La ascendida sonrió, ahora un poco calmada. Sin nada más que decir, sabiendo que quedarse allí solo pondría las cosas más incómodas, Issei abandonó la casa luego de despedirse del matrimonio, volviendo a la Torre. El primer paso de la guía estaba completado, y justo antes del debate en Ginebra.
Sin duda alguna, este está siendo uno de los arcos más difíciles y que más me está costando escribir, conforme pasan los días me vienen más y más cosas a la mente, escenas que quería poner, pero no tenía anotadas, arreglos a montones, follones que acortar para no alargar más de la cuenta…, por lo que el capítulo se iba extendiendo más y más, tanto que lo he tenido que partir (esta es la primera parte). Y no puedo olvidarme de decir que también he sido atacado por una gran falta de inspiración y de ganas digna de Berserk.
Pd: descansa en paz, Kentaro Miura T_T
Vuelvo a decir que este arco y sus capítulos (al menos los tres primeros) está siendo sin duda alguna lo más complicado que he pensado/escrito en mi vida, tanto de llegar al punto de pasar semanas solo pensando, pidiendo ayuda a otros escritores, los cuales han sido fundamentales para el desarrollo. Sin ellos no os podéis imaginar cuán distinta hubiera sido (y mucho peor a mi actual parecer).
Mención especial a RedSS y bustercall por su importante aportación y ayuda en este capítulo, aunque tendré que seguir agradeciendo a ellos y otros en los siguientes ja, ja, ja.
Ahora los comentarios:
Tenzalucard123
Y solo acaba de empezar. Se viene algo muuuuuy gordo. No diré más, será un sorpresón.
Guest
50/50 diría yo.
omega9028
Tiempo al tiempo. Acabamos de terminar Avengers y ya la cosa se está desmadrando. Pasito a pasito.
Goku SSJ DIOS SSJ3
Me alegro, aunque mi parte favorita es otra ja, ja, ja.
Respecto a tu primera cuestión, tendrás que esperar un poquito más.
Lo de Thor, no me he olvidado, pero sí, será motivo de estudio, como muchas otras cosas.
father of humanity
Muchas gracias. Seguiré.
bustercall
Muchísimas gracias colega. Que alguien como tú diga esto de una historia mía es algo que infla mi orgullo sobre dicha obra. Siempre intento sorprender, pero manteniendo la lógica todo lo posible.
Me alegra saber que no llega a aburrir a pesar de ser lento, pero oye, tú también has tenido tus arcos lentos pero disfrutables ja, ja, ja.
Estoy muy orgulloso de Tom. Me alegra saber que no es un personaje odiado. En verdad ese era su rol desde el principio: ayudar a Issei a no volar directo hacia el sol.
Bueno, como te comenté, no eres el primero que me dice eso sobre Issei ja, ja, ja. Pero en mi defensa, me repetiré: si bien Issei es el prota de la historia, me gusta mantener la esencia de las pelis Marvel, entiéndase que Tony es el verdadero prota en Iron Man así como cada Vengador en Avengers. Pero irá cobrando más protagonismo en futuros arcos de Marvel, o al menos esa es la idea que tengo.
Gracias por el comentario, es una grata sorpresa.
Pd: sin duda Marvel lo está haciendo de putísima madre con las series. Una maravilla tras otra.
Sin más que decir, me despido.
¡Nos leemos!
