Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Gracias, Ronnie, te adoro!
*las palabras en cursiva en diálogos están en español en la versión original*
Capítulo 1
El Vuelo
—Gracias para vivar en la casa —Rose repite a mi lado, tratando inútilmente de enrollar sus erres—. En las escuelas, en el azul... ¿markada?
Me río de su vergonzoso español —frases textuales de nuestra película favorita— mientras saco mi teléfono, escribo un mensaje rápido a mi papá, y lo coloco en modo avión.
—Tienes con bibir en las Fortuashla. —Intento decir con mi mejor voz de Kristen Wiig, sabiendo las líneas de memoria. Damas en Guerra es nuestra película predilecta para levantarnos el ánimo en cualquier ocasión.
Rose y yo nos conocimos durante el primer año en la Universidad de Seattle, cuando fuimos asignadas como compañeras de cuarto, y hemos sido inseparables desde entonces. Hace dos años, amabas fuimos aceptadas en el mismo programa doctoral de Biología Marina en la Universidad de Oregón y nos mudamos a Eugene juntas.
—¡Ayúdenos, somos pobres! —digo, citando a Damas en Guerra de nuevo, y Rose se ríe cuando el profesor McCarty cruza las cortinas de primera clase y camina hacia nuestros asientos. Él coloca una mano en su cadera, parándose junto a nosotras en el pasillo, sacudiendo la cabeza mientras nuestras risas disminuyen.
—Solo las chequeo antes de partir —explica—. ¿Cada una tiene sus credenciales NOAA?
—Obvio, jefe —bromeo y él sonríe, sacudiendo la cabeza, su mirada moviéndose hacia Rose, que simplemente asiente, habiéndose quedado atípicamente en silencio al momento en que él nos saludó.
—¿Tienen sus teléfonos satelitales? —pregunta.
Palmeo mi mochila y Rose vuelve a asentir.
—De acuerdo. —Se rasca la parte trasera de su cuello con una mano mientras jala del cuello de su camisa con la otra como si este estuviera sofocándolo—. Las esperaré a las dos en la puerta de embarque, así podemos pasar por aduana e inmigración juntos.
Él comienza a alejarse y entonces voltea.
—Oh... —Levanta su dedo índice al regresar—. ¿Y el paquete de seguridad que recibimos de la universidad?
—Sí, papá —gruño exageradamente y Rose se ríe suavemente a mi lado.
Él se refiere al documento de diez páginas que recibimos de nuestra escuela sobre los riesgos y las precauciones que se deben tomar en un país extranjero. Detalla los problemas de seguridad y protección que puede que enfrentemos, incluyendo delitos violentos por droga. Se siente como una exageración. Como una lista de cosas que solo ocurren en películas que protagoniza Liam Neeson. Solo lo sé porque Charlie, mi papá, es el fan número uno de Liam Neeson.
—No podemos ser demasiado precavidos —añade con propósito. Él nos imprimió un documento adicional con información sobre el contrabando y los cazadores de huevos de tortugas, cosa que pasa en la playa a la que iremos a hacer nuestra investigación.
Una vez que el vuelo despegue, estaremos de camino a Costa Rica y a la Reserva Tortuga en Playa Limón. Nuestras investigaciones, la de Rose y la mía, involucran a las tortugas de océanos verdes, ya que sobre eso se enfoca el laboratorio del profesor McCarty.
Él sigue frente a nosotras, luciendo un poco nervioso, como un padre que está cuidando los niños de alguien más. O quizás simplemente se siente culpable de que nuestro departamento consiguió billetes de primera clase para él pero clase turista para nosotras.
Cuando la auxiliar de vuelo le pide que regrese a su asiento, él nos da una sonrisa temblorosa y luego obedece.
Probablemente sea arriesgado inscribirse para un proyecto de investigación doctoral con un tipo en sus treintas que acaba de comenzar su laboratorio, pero en los dos años que hemos estado con él, realmente han dado buenos resultados.
El profesor McCarty —o Emmett, como él insiste que lo llamemos— ha sido un consejero increíblemente comprensivo. Él es divertido, como una enciclopedia de "bromas para papás". Él es accesible, su puerta siempre está abierta, y siempre está allí para responder preguntas.
Lo que me atrajo a él —además del hecho que su trabajo se especializa en mi reptil favorito— es lo apasionado que es sobre su investigación. Salvar los océanos es su vida, y busca desatar el mismo impulso en sus estudiantes.
Él realmente es un mentor increíble.
Cuando Rose suspira a mi lado mientras Emmett se retira, una sonrisa cómplice aparece en mis labios.
Ella está tan enamorada del profesor. No que pueda culparla. Virtualmente cada mujer soltera —y algunos hombres— en nuestro departamento tienen algún tipo de enamoramiento con él. Al menos, el mío es solo intelectual.
Rose recompone su rostro antes de voltear hacia mí. La conozco bien. Ante cualquier mención de ella y Emmett, ella se pone a la defensiva. La comprendo. En serio. Cualquier cosa más que una relación estudiante-profesor podría hacer que lo despidan. Ella también podría ser expulsada del programa, o al menos obligada a cambiar de laboratorio.
Siempre me he preguntado si lo que sea que ellos tienen va más allá de lo platónico, pero ella jura que no.
Después de finalmente botar al maldito abusivo de Royce antes de graduarnos, Rose no ha estado en otra relación. Han habido chicos por aquí y por allí—siempre hay chicos haciendo fila para ella. Pero desde que comenzamos el posgrado y nos unimos al laboratorio del Prof. McCarty, ella ha estado más centrada en la escuela, y aunque han habidos citas ocasionales, ella se ha mantenido soltera.
—Vamos a tener mucho sexo en Costa Rica. —Rose es descarada, no tiene vergüenza. No le importa lo que piensen las personas, al menos no las personas que podrían meterla en problemas. Es una de las cosas que me encanta demasiado sobre ella. Es valiente, intrépida. Ella es todo lo que yo nunca puedo ser. Todo lo que temo demasiado ser.
—¿Sí?
—Oh, sí... mucho, mucho. —Guiña un ojo, tomando una revista del bolsillo frente a ella.
Me río por la nariz, y el sonido que hago es tan fuerte, que otras personas voltean a ver, y me cubro la boca y nariz con vergüenza.
—Santo cielo, Bella. ¿Podrías ser más ñoña?
Intento controlar mi risa y mi respiración mientras Rose sacude la cabeza a mi lado.
—Y bien, ¿esto con Smirnoff Con Hielo Newton ha terminado definitivamente? —pregunta ella después un segundo o dos, hojeando la revista Sky.
—Una vez pidió ese trago, Rose. Una vez.
—Como sea. —Cierra la revista rápidamente, volteando para mirarme—. ¿Y? ¿Terminaron?
—Sí. —Me encojo de hombros, empujando la pequeña persiana de la ventana con un dedo, fingiendo mirar hacia afuera, a pesar de que no haya nada para ver más que el asfalto mientras el avión permanece quieto en la puerta de embarque.
—Genial. ¿Definitivamente esta vez? —Rose insiste.
—Sí... Hablamos. —Volteo a mirarla—. Fue amigable.
—¿Amigable? ¡Carajo, Bella, incluso tus rupturas son aburridas!
No estoy completamente segura de lo que pasó entre Mike y yo. Nos conocimos durante mi primer año de posgrado, y rápidamente nos volvimos amigos. Las cosas evolucionaron naturalmente a más, y caímos en una rutina de novios muy rápido, pero todo giraba en torno a los trabajos e investigaciones. No había química real más que del tipo intelectual.
Ahora que Mike terminó con la escuela de posgrado y que a mí aún me quedan unos años más, fue bastante obvio que nuestra relación no iba a sobrevivir la transición de escuela a vida real. Él también estaba por irse de Oregón, por lo que decidimos mutuamente terminarlo.
—Como sea. Seguimos siendo amigos. —Me encojo de hombros—. Él es un buen tipo, Rose.
—Nada de amigos en Costa Rica, ¿de acuerdo? Ni buenos tipos. —Rose me señala con un dedo, sus cejas levantándose con determinación—. Ni uno. Nada. Ninguno.
—Vaya, Duolingo realmente está dando sus frutos.
—No evadas, Bella, lo digo en serio. Toda tu vida adulta has estado en una relación. Primero Ben, que lloraba en los comerciales del Supertazón, luego Smirnoff Newton. Seis años de tu vida, ni una relación de una noche. ¡Para eso no son los años universitarios!
Ben fue mi novio cuando estudiaba en la Universidad de Washington. Terminamos después de la graduación ya que él no creía que lograríamos sobrevivir a la distancia. Él se quedaba en Seattle y yo me mudaba a Oregón. Probablemente fue una excusa de mierda, ya que no íbamos a estar tan lejos del otro, pero tuvimos una ruptura amistosa de todas formas.
Supongo que Rose tiene razón.
—Me divertí. —Al menos, eso creo—. Nos divertimos.
—¿Alguno de ellos te hizo correr, alguna vez? —Rose baja su voz, acercándose a mí—. Porque he estado en el cuarto de al lado, durante todos esos años. Así que, a menos que seas el polvo más rápido del mundo, no lo creo.
—Eso es perturbador —digo, con una sonrisa, planeando evitar la pregunta—. Por favor, no me escuches teniendo sexo.
La respuesta aún sigue siendo no. En mis veintitrés años, solo había estado con dos tipos y nunca tuve un orgasmo con alguno de ellos. Al menos, no creo haberlos tenido. Así que probablemente no los haya tenido. Quizás había algo malo conmigo. O quizás había algo malo con ellos.
—Pero en serio. —Choca mi codo con el suyo sobre el reposabrazos—. ¿Alguna vez realmente has sentido con alguno de ellos como... como si fueras a explotar si no lo tenías? ¿En ese instante? ¿Que tus piernas temblaban por presionar tus muslos entre sí demasiado fuerte, demasiado cerca? ¿Que su cuerpo te llamaba como un imán y no podías resistirte?
Volteo a verla con un suspiro.
—No... —Jamás me he sentido así.
—Eso es exactamente lo que digo, Bella. —Ella estira su mano hacia la mía sobre el reposabrazos—. Eres hermosa. Eres más inteligente que cualquiera que conozca... excluyéndome a mí, por supuesto. Eres dulce y graciosa. Quiero decir, sí, eres jodidamente torpe, y una ñoña, pero ¡eres una puta reina! —Lleva sus yemas a sus labios, besándolos—. Y estos tipos que elijes, son del prospecto de amigos. Si acaso. Amigos. —Palmea el dorso de mi mano, antes de regresar su atención a la revista—. No amigos cuando lleguemos a Costa Rica, ¿de acuerdo?
—Está bien... —Cedo con un bufido, sacando de mi bolso mis auriculares con cancelación de ruido.
—¿Trajiste tus lentes de contacto? —pregunta Rose mientras el avión comienza a moverse.
—Sí —gruño, empujando mis lentes por mi nariz con molestia. Ella ha estado insistiendo con que me deshaga de mis lentes de marco grueso, así que finalmente ordené mis lentes de receta. Ella tenía razón. Probablemente sean mejores para cuando estemos en el agua.
—¿Y los vestidos que compramos?
—Sí —digo, soltando la palabra, enojada. Me coloco los auriculares, pero ellos no aíslan las palabras de Rose lo suficiente, las cuales se repiten en mi cabeza mientras despegamos.
Miro por la ventana, los pensamientos dan vueltas por mi cabeza mientras nuestra ciudad se vuelve cada vez más pequeña y nos elevamos sobre las nubes. Jamás he experimentado la pasión que Rose acaba de describir. Jamás he sentido eso por alguien.
He estado feliz. La he pasado bien. Pero quizás había algo que faltaba.
Quizás Rose tenga razón, y debería aprovechar la oportunidad de este viaje a Costa Rica para vivir un poco, no ser mi yo de siempre. Nadie me conoce allí. Puedo comenzar de cero. Darme la posibilidad de reinventarme en quién sea que desee ser. Más audaz. Más sexi. Más segura. Preferiblemente menos torpe. De espíritu libre.
La determinación toma lugar mientras decido pasar los próximos tres meses descubriendo otras cosas importantes, significativas, gratificantes para la vida. Quizás incluso siga el consejo de Rose y busque a un no amigo que pueda enseñarme lo que es sentir pasión por algo más que lo académico.
NOAA: Administración Nacional Atmosférica y Oceánica es una agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos que, entre otras cosas, financian investigaciones sobre las condiciones de los océanos, la atmósfera, el espacio y el sol.
